INTRODUCCIÓN
Los espacios verdes públicos cumplen varias funciones, como valor estético logrando un lugar más agradable donde vivir, mejora la calidad del aire al atrapar partículas y sustancias contaminantes, evita erosión, atenúa impacto auditivo, recreación, distracción. Por lo tanto, se justifica realizar esfuerzos para implementarlos y mantenerlos desde la gestión municipal (Bahamonde et al., 2018), donde juegan un papel importante las especies arbóreas.
Los espacios verdes públicos cumplen varias funciones. Además de, mejorar la calidad del aire al atrapar partículas y sustancias contaminantes, evitan la erosión y atenúan el impacto auditivo. No menos importante es el valor estético que le aportan a los lugares, haciéndolos más agradables para vivir. También cumplen un rol vital en la recreación y la distracción. Por lo tanto, se justifica realizar esfuerzos para implementarlos y mantenerlos desde la gestión municipal (Bahamonde et al., 2018), donde cumplen un papel importante las especies arbóreas.
Se puede decir que el arbolado urbano genera innumerables aportes a la ciudad en todos los niveles, tanto social, económico, ecológico, ambiental, cultural y en términos de salud humana (Molina y Acosta 2018).
Para su buena gestión y manejo es imprescindible conocer las especies que lo componen. Los muestreos tienen como fin identificar las especies fitófagas que, debido a su alto potencial reproductivo toman carácter de plaga, provocan graves daños en las plantas de las que se alimentan, pérdidas económicas por deterioro del mobiliario urbano, molestias a los usuarios, y en casos muy puntuales, pueden afectar de manera negativa a la salud de las personas (Hernández y Marcos 2019).
Para que los árboles plantados puedan cumplir con estas funciones deben estar sanos, presentar un follaje verde brillante o mate acorde con su especie, tener todas sus ramas creciendo a una tasa anual esperable para la especie en el ambiente donde se desarrolla, su tronco no debe presentar grietas ni rajaduras; tampoco inclinaciones ni bifurcaciones importantes y no expulsar líquidos por cicatrices, ni estar afectado por fumagina. Un árbol sano, en general, no presenta una población de insectos importante y su por ciento de ramas secas es bajo (<10 %) (Bahamonde et al., 2018).
El arbolado de la ciudad de Pinar Río no cumple con las características que se señalan en la categoría de árbol sano, de ahí que la investigación estuvo dirigida a identificar los organismos causales de plaga que se encuentran asociadas a estas especies forestales.
MATERIALES Y MÉTODOS
Descripción de los escenarios de investigación
La investigación se desarrolló en la "Calle Martí" y los repartos "Hermanos Cruz", "Carlos Manuel" y "Montequín", pertenecientes al municipio Pinar del Río. Estos escenarios, casi en su totalidad, presentan asentamientos donde predominan los edificios, espacios de parques y/o terrenos no poblados donde prevalece la vegetación, en su mayoría especies forestales.
La determinación de las especies forestales implicadas dentro del arbolado urbano en las áreas evaluadas se realizó mediante un inventario, en septiembre del 2021 considerando cada zona verde y otros espacios públicos (Tabla 1).
Sitios urbanos | Ubicación geográfica |
---|---|
Calle Martí (abarca avenida principal desde el Museo de Ciencias Naturales Tranquilino Sandalio de Noda hasta el Restaurante Café Ortúzar) | 22°24'51 |
Reparto Carlos Manuel (Calle Comandante Pinares) | 22°24'59''N 83°41'26''O |
Reparto Hermanos Cruz (abarca Calle Colón hasta la Avenida Borrego) | 22°25'17 |
Reparto Montequín (Carretera Central al frente del Hospital Abel Santamaría Cuadrado) | 22°26'26 |
En cada área evaluada, se registraron y contabilizaron las especies arbóreas de interés forestal. El inventario florístico se desarrolló a partir del recuento e identificación taxonómica, hasta nivel de familia y especie, de las plantas arbóreas de interés forestal presentes en los diferentes sitios urbanos y zonas con vegetación (Betancourt, 2000).
Metodología para la identificación de las plagas asociadas a especies arbóreas de interés forestal
Los agentes causales de enfermedades se identificaron mediante las claves propuestas por Hernández (1985). La determinación taxonómica de los insectos fitófagos encontrados se realizó mediante las claves taxonómicas de Cibrián et al. (2007) y los datos disponibles en CABI (2007). También se consideró, en todos los casos, el reconocimiento o diagnóstico presuntivo de estos directamente en los sitios urbanos evaluados.
La identificación y caracterización de los especímenes, se realizó mediante el empleo de microscopio estereoscopio Novel®, pinzas, bisturíes, entre otros instrumentos, permitiendo el desarrollo de disecciones, así como comparaciones con las claves existentes; aquellos estados inmaduros que fueron recolectados se mantuvieron en condiciones de laboratorio alimentados artificialmente hasta completar su ciclo de vida con la llegada del insecto adulto.
En todas las evaluaciones se recolectaron muestras, las cuales fueron debidamente etiquetadas con los datos correspondientes a la especie forestal y fecha de colecta. Del mismo modo, en el momento de la recolecta, se tomaron otros datos y comentarios que se consideraron pertinentes por su interés para la determinación de las especies de los organismos nocivos, se consideró la metodología propuesta por Miranda (2011).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Se identificaron 13 especies forestales en los sitios urbanos evaluados, constituidas a su vez por seis especies nativas (46 %) y siete exóticas (54 %), las cuales se agruparon en nueve familias botánicas, 12 géneros y 778 individuos (Tabla 2). Los espacios verdes urbanos son pequeños ecosistemas, aunque fragmentados, suponen un reservorio de biodiversidad (Egerer et al., 2018).
Estos resultados coinciden con Jiménez et al. (2015), en estudios realizados en el arbolado urbano de Plaza de la Revolución en La Habana, Cuba. Sin embargo, Rodríguez et al. (2018) identificaron un total de 24 familias, 36 especies y 1259 individuos en el arbolado urbano de la ciudad de Guantánamo, Cuba.
Familia | Nombre científico | Nombre vulgar |
Verbenaceae |
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teca |
Meliaceae |
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caoba de Honduras |
Meliaceae |
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caoba Antillana |
Meliaceae |
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cedro |
Meliaceae |
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caoba Africana |
Malvaceae |
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majagua |
Cluseaceae |
|
ocuje |
Myrtaceae |
|
eucalipto |
Boraginaceae |
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baría |
Fabaceae |
|
acasia |
Proteaceae |
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roble australiano |
Pinaceae |
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pino macho |
Verbenaceae |
|
gmelina |
Se destacan por el número de especies que agrupan las familias Meliaceae (cuatro) y Verbenaceae (dos especies), las demás familias estuvieron representadas por una especie (Tabla 2). Hernández et al. (2019) registraron resultados inferiores para Meliaceae con dos especies. Los resultados también destacan mayor abundancia de individuos por especies que especies por familia.
La mayor abundancia de especies forestales se registró en el reparto "Hermanos Cruz", con presencia de las 13 especies forestales inventariadas y 450 individuos. Estos resultados pueden estar asociados a la distribución de las especies en calles principales de la ciudad de Pinar del Río (Figura 1), además del manejo deficiente que se realiza al arbolado, lo que conlleva la pérdida y deterioro de las especies establecidas.
Los árboles que habitan en ambientes urbanos a diario se enfrentan a condiciones estresantes y precarias, en medios hostiles que limitan su adecuado desarrollo, lo cual repercute en su capacidad de ofrecer los servicios ambientales que sí podría prestar un individuo sano (Gilioli et al., 2014).
Existe una falta de divulgación y formación a la población en general sobre los beneficios e importancia del árbol en la ciudad y en la mejora de la calidad de vida de los habitantes. La sociedad reconoce en los árboles principalmente su valor decorativo o escénico y su papel en la generación de sombra, dejando de lado el resto de los servicios que brindan a las ciudades (Avellán 2020).
Organismos nocivos en las especies forestales en los sitios urbanos
En cuanto a las enfermedades se identificaron 8 agentes causales de plagas (Tabla 3), en H. elatus, G. robusta y A. mangiun los síntomas característicos de la gangrena y gomosis en G. robusta consisten en agrietamiento de la corteza que llega a afectar el xilema y abundante secreción gomosa de color carmelita. Los árboles de A. mangium presentaban también gomosis de color carmelita y agrietamiento de la corteza.
Los síntomas más severos producidos por enfermedades parasitarias se apreciaron en árboles de H. elatus y G. robusta(Figura 2), con grandes afectaciones ocasionadas por la gangrena. Según Andreu et al. (2007), el patógeno causante de esta enfermedad es un hongo que aún no ha sido clasificado, aunque pertenece a la Clase Ascomnycetes, familia Hipocraceae.
Agentes causales | Planta hospedera |
|
|
No identificado | |
No identificado | Roble australiano |
No identificado |
Los árboles de Eucalyptus sp.mostraron graves daños originados por C. cubensis. Soares et al. (2018) aseguran que los cancros se encuentran en los troncos y las ramas de los árboles y pueden reducir el crecimiento y provocar la muerte de las plantas. El chancro del eucalipto constituye una de las enfermedades más limitantes para las plantaciones en la región tropical (Chocontá et al., 2017).
O. tectonae provocó graves síntomas de defoliación en la teca Figura 3 B, y C). La roya produce una defoliación casi total de los árboles, afectando el proceso de fotosíntesis en la planta, pero una vez transcurrido el periodo de infección estos se recuperan, brotando nuevas hojas (Cibrián et al., 2007).
En los árboles de K. nyasica, se observó la presencia de X. rubrilineans(Figura 4: A). Esta enfermedad si bien da un aspecto feo en el árbol, con el tiempo las agallas se desprenden, los árboles se recuperan y adquieren cierto grado de inmunidad (Hernández, 1985). En esta especie se observó también la manifestación de gomosis sobre el tronco, producida por el hongo Tubercularia sp.
Capnodium sp. se manifiestó en forma de costras negras sobre la superficie de las hojas del ocuje, restándoles área fotosintética. Los hongos que producen esta enfermedad son saprófitos obligados a alimentarse de la mielecilla excretada por insectos picadores chupadores del orden Hemíptera.
En cuanto a los insectos fitófagos, se registraron tres órdenes, 11 familias y 13 especies (Tabla 4). La mayor riqueza de especies se registró en los órdenes Hemiptera (9) y Lepidoptera (3), mientras que las familias más representadas fueron Coccidae y Aleyrodidae con dos especies respectivamente.
Resultados similares obtuvo Méndez (2017), pues encontraron mayor cantidad de familias y especies en Lepidoptera y Hemíptera.
Reséndiz et al., (2019) en espacios urbanos identificaron 45 especies, incluidas en 34 géneros, 18 familias y seis órdenes de insectos fitófagos.
El orden Hemíptera expresó la mayor presencia de insectos en las especies forestales evaluadas, mostrando mayor preferencia en C. antillanum, A. mangium, G. arborea y C. gerascanthus, lo cual evidencia que dichas especies pudieran ser las más afectadas por estos organismos.
Reséndiz et al., (2019) en espacios urbanos reportaron especies de insectos fitofagos en su mayoría Hemípteros, con familias como Aphididae, Coccidae, Aleyrodidae y Diaspididae, entre otras.
Estos individuos suelen succionar su alimento principalmente en las hojas, ramillas tiernas, ramas desarrolladas, cojinetes florales y frutos (Valerazo et al., 2012), en las cuales encuentran savia elaborada, un fluido compuesto de carbohidratos simples como sacarosa, glucosa y fructosa, del cual los insectos toman altos volúmenes (Figura 5) (Cano, 2013).
Frank et al. (2019) asegura que, al seleccionar árboles para el arbolado urbano, se debe sopesar la susceptibilidad a plagas de las especies nativas versus el beneficio para la conservación de la fauna insectil urbana nativa (Figura 6).
Frank et al. (2019) afirman que, la fauna tanto dañina como benéfica que es albergada por los árboles urbanos además del origen geográfico, responde a las condiciones ambientales generadas en los ambientes urbanos. De tal manera que, para favorecer la conservación y evitar la pérdida de servicios ambientales en el arbolado urbano por agentes nocivos, es necesario establecer un balance entre especies exóticas y nativas.
En cuanto a la presencia de organismos nocivos en las especies forestales se constató que C. antillanum, G. robusta, A. mangium, H. elatus y G. arborea, presentaron mayor presencia de insectos fitófagos, mientras que, las especies C. antillanum, T. grandis, G. robusta, H. elatus y Eucaliptus sp., arrojaron mayor presencia de agentes patógenos.
La reducida diversificación de especies vegetales en algunos lugares de las ciudades, y peor aún, la dominancia de una sola especie, favorece la incidencia de organismos plagas (Paap et al., 2017).
CONCLUSIONES
El arbolado urbano de la ciudad de Pinar del Río tiene 13 especies forestales, Meliaceae es la familia más representada y el reparto "Hermanos Cruz" presenta mayor abundancia de especies forestales.
Las especies del arbolado urbano sirven de hospedantes a 21 organismos nocivos que incluyen ocho agentes causales de enfermedades parasitarias, tres órdenes, 11 familias y 13 especies de insectos fitófagos, con mayor representación de Hemíptera y Lepidóptera.
Los organismos nocivos muestran mayor presencia en las especies forestales Callophylum antillanum, Grevillea robusta, Acasia mangium, Hibiscus elatus, Gmelina arborea, Tectona grandis y Eucaliptus sp.