INTRODUCCIÓN
El ozono es un gas incoloro y constituye un estado alotrópico del oxígeno, y a la vez, una forma inestable de éste. La molécula triatómica de dicho elemento que lo conforma le proporciona un mayor poder oxidativo que el oxígeno y una acción sobre los compuestos orgánicos mucho más selectiva, puede reaccionar con algunos de ellos sin afectar a otros; su solubilidad en agua es 50 % superior a la del oxígeno y su poder oxidativo y de reacción es mucho más rápido. Su olor característico y desagradable bajo condiciones atmosféricas específicas fue mencionado ya en La Odisea de Homero, pero no es hasta 1840 en que es descrito por Cristian Shombein al asociar el olor producido por descargas eléctricas atmosféricas, con el de un gas que se formaba en la electrolisis del agua, al cual llamó ozono (en griego quiere decir oloroso). Es un gas altamente tóxico por vía respiratoria (deteriora la membrana alveolar), tiene un tiempo medio de vida de 40 min a 25 ºC, se descompone a partir de ese momento en oxígeno y su velocidad de descomposición depende de la temperatura ambiente. Hierve a los 110 ºC.1
El ozono, comprobado en múltiples trabajos realizados al efecto, tiene acción microbicida, bactericida, virucida, fungicida y parasiticida. Se invoca, a la luz de los conocimientos más actuales, que en su reacción con los ácidos grasos insaturados de la membrana fosfolipídica produce una serie de peróxidos hidrofílicos que estimulan la formación de sustancias desoxigenantes, que actúan sobre la oxihemoglobina, liberando oxígeno y, por tanto producen un aumento del suplemento de este en los tejidos.2
Como estimulador de la oxigenación tisular, el ozono es capaz de activar los mecanismos oxidativos celulares de la glicolisis al actuar sobre los sistemas redox-glutation activando el paso pentosa-fosfato que incrementa la transformación de la glucosa. Además, desagrega los eritrocitos haciéndolos más elásticos y permeables. Tiene poder analgésico y antiinflamatorio, actúa como inmunomodulador según la dosis empleada, mejora los estados anémicos y de la circulación sanguínea. La teoría más aceptada en su acción contra las bacterias es que este gas produce alteración de la membrana por ozonolisis de los ácidos grasos insaturados de la pared bacteriana.1,2
La ozonoterapia (OT) es la técnica que utiliza el ozono (O3) como terapia en la nueva práctica de la medicina biológica (MB). Es un proceder terapéutico, que ha resultado ser eficaz en diferentes enfermedades donde se han obtenido resultados satisfactorios.1 La base de esta terapia está a nivel celular, ha sido popularizada y existen artículos publicados en diversas revistas de impacto que confirman su eficacia en el tratamiento del dolor relacionado con hernias discales, isquemias vasculares, retinosis pigmentaria y enfermedades cutáneas.2 Constituye un complemento terapéutico muy eficaz, que puede favorecer sin riesgo alguno la evolución de una enfermedad con pronóstico reservado o grave.3) El ser humano no puede prescindir del oxígeno por más de tres minutos. El oxígeno se emplea en la oxidación biológica, es esencial para la obtención de energía en las células y, por tanto, en los órganos. Las propiedades químicas especiales del oxígeno y sus metabolitos se aprovechan en la terapia con O3.3,4 La novedad de la OT radica en su probado efecto contra los radicales libres, función dirigida a restaurar y mejorar los efectos defensivos naturales de las células contra los oxidantes y los radicales. Ello se logra mediante la estimulación de algunos de los propios sistemas enzimáticos protectores básicos, tales como: glutatión peroxidasa, glutatión reductasa, catalasa y superóxido dismutasa. Este efecto antirradical libre le confiere su acción antidegenerativa y antienvejecimiento.5
Otro efecto novedoso en esta terapia es la acción revitalizante y de producción de energía ya que sus funciones se dirigen a restaurar el metabolismo del oxígeno y reactivar diversos ciclos enzimáticos relacionados con el metabolismo de azúcares, ácidos grasos y lípidos.3,4 El aumento de la energía disponible en las células les permite, recuperar su funcionalidad y vitalidad óptimas. Con ello normalizan funciones perdidas o disminuidas (incluidas las defensas inmunitarias) por efecto de factores negativos como el envejecimiento, los hábitos tóxicos y la contaminación ambiental. Así también se logra la recuperación y prevención de muchas enfermedades degenerativas, infecciosas y metabólicas.
Se ha demostrado científicamente que las aplicaciones controladas del O3 médico mejoran la actividad celular antioxidante al lograr con su aplicación reequilibrar el gradiente de óxido-reducción celular de manera directa, lo que favorece la eliminación de radicales libres y otras especies reactivas del oxígeno.5 De acuerdo con este concepto, la OT preventiva tendría «efecto antienvejecimiento celular».4,5
En Cuba, en el Laboratorio de Ozono del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC), desde 1974 se comenzaron a realizar investigaciones fundamentales para la utilización del O3 en el campo de la química y fueron el basamento científico para la aplicación de la ozonoterapia en el país. Así, en noviembre de 1986, se crea la primera sala experimental de ozonoterapia en el Instituto Nacional de Angiología y Cirugía Vascular (INACV), en colaboración con el Laboratorio de Ozono del CNIC, hoy Centro de Investigaciones del Ozono. Todo ello permitió el tratamiento de varias enfermedades de importancia social con un enfoque clínico investigativo muy estrechamente ligado a los trabajos experimentales de laboratorio, con resultados muy satisfactorios.6,7
La mezcla gaseosa de oxígeno-ozono se puede aplicar de múltiples maneras. En forma local mediante una campana de vidrio o una bolsa plástica acorde a las distintas partes del cuerpo (pierna, brazo, etc.). Además, se le inyecta por vía arterial, subcutánea e intramuscular. Otro método para suministrarlo es a través de auto hemotransfusión que consiste en la extracción de sangre a la cual se le agrega el oxígeno-ozono, se mezcla con la sangre y sin sacar la aguja, se vuelve a inyectar en la corriente sanguínea. La insuflación rectal se realiza aplicando directamente el gas por medio de una sonda fina, como si fuera un enema. Otras aplicaciones se realizan a través de cremas. Estos productos al tomar contacto con el cuerpo, transmiten el ozono al organismo.3,4,5,6
Amplia es la bibliografía que describe las entidades en las que el resultado del uso de la ozonoterapia es eficaz; así tenemos que, por su acción bactericida y fungicida, es útil en el tratamiento local de heridas o lesiones infectadas, dermatosis, eczemas purulentos, úlceras, cicatrices, heridas resistentes a la cicatrización, abscesos, fístulas, forúnculos, acné, quemaduras, hongos en general, herpes simple y zoster entre otros.8,9,10
Además, se utiliza en el tratamiento de las hepatitis virales crónicas, cirrosis hepáticas, enfermedades vesiculares, carcinomas, esclerosis cerebral, Parkinson, cistitis, trastornos circulatorios, enfermedades reumáticas, poliartrosis, hernias discales, artrosis, tromboflebitis, gangrena, colitis ulcerosa, colon irritable, eczema anal, fisuras y fístulas anales, hemorroides e infecciones genitales.11,12,13,14
Los pacientes con diabetes mellitus (DM), tienen una indicación significativa para el tratamiento con ozono, ya que esta enfermedad está asociada a factores genéticos e inmunológicos, y se ha observado a nivel experimental la incidencia de las especies reactivas del oxígeno en la destrucción de las células pancreáticas y en las complicaciones micro y macro vasculares, elementos que se benefician con sus efectos. De igual forma su propiedad como modulador de la respuesta biológica, hace que se aprecie una tendencia hacia la normalización en las concentraciones de glucosa y otros metabolitos sanguíneos.11,12,15
La ozonoterapia no es una medicina alternativa, sino que es considerada una medicina natural. Sobre la base de todos los conocimientos que requiere la aplicación del gas, instrumenta los tratamientos con ozono independientemente de la utilización de fármacos específicos o de los posibles desatinos de ellos. Desde este punto de vista, la ozonoterapia no tiene consecuencias colaterales con otros tratamientos. No compite, sino es aleatoria a cualquier otra aplicación médica. Los tratamientos son rápidos, eficaces y económicos y consisten en un número de sesiones que varían en cantidad y duración, según la afección que se trata. Las aplicaciones no tienen efectos adversos.4,5
¿Por qué el Ozono en la Enfermedad Inflamatoria Pélvica?
La enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), es una infección genital femenina que se puede expresar como ooforitis, salpingitis, salpingo-ooforitis o salpingo-peritonitis, según la etapa en que se encuentre. En la práctica clínica, casi nunca se encuentra la infección aislada, sino que participan todos los órganos en el proceso inflamatorio.16,17) Esta entidad aparece fundamentalmente en la juventud y en edad reproductiva, y ocupa un lugar primordial entre las entidades ginecológicas.
Su frecuencia es de 60 - 65 %, y los procesos inflamatorios de los anejos uterinos se observan entre 64 - 80 % de los casos. Con frecuencia, los métodos tradicionales de tratamiento y la administración de antibióticos por vía oral o parenteral, no son efectivos, conducen a la cronicidad de la enfermedad y no siempre evitan las recidivas. Así pues, las enfermedades inflamatorias crónicas de los anejos uterinos causan esterilidad en 80 % de las pacientes, producen trastornos menstruales en el 40 %, y en el 60 % alteran las funciones sexuales, provocando embarazos extrauterinos. La enfermedad inflamatoria de los órganos pélvicos está causada fundamentalmente por gonococos, chlamydias, estreptococos, mycoplasmas, bacilos intestinales, enterococos, proteus y bacteroides; siendo estos agentes patógenos, en su mayoría, anaerobios.17
Entre los síntomas más comunes se pueden mencionar la fiebre, dolor o sensibilidad en la pelvis, la parte baja del abdomen o algunas veces la región lumbar, secreción vaginal con color, consistencia u olor anormal. Puede aparecer el sangrado después de la relación sexual, escalofríos, fatiga micción frecuente o dolorosa, aumento del cólico menstrual, sangrado o manchado menstrual irregular, inapetencia, náuseas con o sin vómitos, ausencia de la menstruación y relaciones sexuales dolorosas.16
El ozono al actuar como antioxidante e inmunomodulador, incrementa la liberación de oxígeno, generando un mayor transporte a las células, con mejoría de la función celular y la circulación; además estimula los glóbulos blancos, lo que aumenta las defensas del organismo ante agresiones externas, por lo que se convierte en un poderoso germicida y de ahí su amplio uso en procesos infecciosos.18) Como consecuencia de este tratamiento ocurren disminuciones estadísticamente significativas de los productos de oxidación lipídica, y a su vez, aumento de la función antioxidante, con fortalecimiento de la fagocitosis, e influencia sobre la palanca de la inmunidad humoral, potenciando su uso como antiinflamatorio múltiple, bactericida y analgésico.12,18
La efectividad, economía, factibilidad y seguridad del empleo de la ozonoterapia, evidenciada en los resultados expuestos por varios autores justifica su empleo en las pacientes ingresadas con enfermedad inflamatoria pélvica en estadio III.
Es objetivo de la presente investigación evaluar el uso de la ozonoterapia en pacientes con absceso tubo ovárico, asociada al tratamiento antibiótico convencional.
MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional, longitudinal, prospectivo, en el que se determinó la evolución de las pacientes con diagnóstico de absceso tubo ovárico, ingresadas en el servicio de Ginecología del Hospital “Dr. Luis Díaz Soto”. Se asoció ozonoterapia al tratamiento antibiótico en el período comprendido entre marzo 2014 y marzo 2018. El universo estuvo constituido por las pacientes ingresadas con la entidad; se realizó una selección aleatoria de la muestra, compuesta por 63 casos. Se conformaron dos grupos, el I con 31 pacientes a las que se les administró ozonoterapia, y el grupo II con 32 pacientes que no recibieron este tratamiento.
Se entregó el consentimiento informado, a cada paciente y se definieron los criterios de inclusión y exclusión.
Criterios de inclusión:
Voluntariedad para participar en el estudio,
Dolor pélvico y tumoración tactable al examen físico,
Resultado de la eritrosedimentación en 3 cifras,
Resultado del leucograma mayor de 10 000 (10 x 109/L),
Tumoración definida por ultrasonografía.
Criterios de exclusión:
Se confeccionó una planilla de recogida de datos en la que se registró la identidad de las pacientes, las variables de seguimiento de la investigación, y los factores de riesgo relacionados con la enfermedad, tales como uso de dispositivos intrauterinos (DIU), relaciones sexuales desprotegidas (RSD), antecedentes de enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), abortos previos, 3 parejas sexuales o más en el último año.
Se aplicaron 10 sesiones de tratamiento con ozono mediante la insuflación por vía rectal, de forma simultánea al tratamiento antibiótico. A cada paciente se le realizó examen físico ginecológico, ultrasonografía transvaginal, eritrosedimentación, leucograma y se definió la intensidad del dolor a través de escala numérica con puntuación del 1 al 10.
Se determinó la efectividad del tratamiento mediante la evaluación de los siguientes parámetros en 3 momentos fundamentales (7 días, 1 mes y 2 meses), con seguimiento en consulta externa después del alta hospitalaria:
RESULTADOS
La muestra estudiada estuvo constituida por 63 pacientes hospitalizadas con diagnóstico de EIP Etapa III. Según la edad de las pacientes estudiadas, 6,3 % estaban comprendidas entre 15 y 18 años; en tanto las mayores de 25 años representaron 17,4 %. Se destaca el grupo entre 19 y 25 años de edad con un porcentaje muy superior representado por 76,1 % del total.
La siguiente figura ilustra la distribución de la muestra según los factores de riesgo asociados, dados por los antecedentes referidos por las pacientes. El valor más significativo se encuentra representado por el antecedente de relaciones sexuales desprotegidas (RSD) con 73,01 %, seguido por el uso de dispositivos intrauterinos (DIU) con 53,9 % de los casos. En tanto, el antecedente de 3 parejas sexuales o más, estuvo representado por 34,9 %; las pacientes con enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) previa por 33,3 % y los abortos previos por 20,3 % del total.
Entre los exámenes de laboratorio realizados se encuentra la eritrosedimentación. En la tabla 1 se puede apreciar que, a los 7 días de tratamiento las cifras se mantenían elevadas por encima de 3 cifras en 41,9 % de las pacientes del grupo I al que se administró ozono; y en 75 % de las del grupo II que al mes permanecía acelerada en 4 de las pacientes que no recibieron ozono.
La tabla 2 representa la distribución de la muestra según la presencia de dolor pélvico. Según escala numérica de dolor aplicada, las pacientes tratadas con ozono tenían dolor pélvico a los 7 días, con evaluación de 1 a 5 (25,8 %) y con evaluación de 6 a 10 (9,6 %). En las pacientes del grupo II los porcentajes fueron 43,7 % y 9,3 % respectivamente. Al mes no había pacientes con puntuación de 6 a 10 en ninguno de los dos grupos, y se encontraban 12,9 % en el grupo I y 34,3 % en el grupo II, con puntuación del 1 al 5 de la escala. Se pudo constatar a los dos meses que se mantenían con dolor en la escala de 1 a 5 (9,6 %), tres pacientes del grupo tratado con ozonoterapia y 7 pacientes del grupo II (21,8 %).
En la tabla 3 se observa la distribución de la muestra según la presencia de masa tumoral en ultrasonografía. En los primeros 7 días se encontró la tumoración presente en casi la totalidad de las pacientes de ambos grupos. Al mes se constató en 38,7 % de las pacientes del grupo I, y 65,6% en el grupo II; y a los 2 meses de seguimiento 25,8 % y 34,3 % respectivamente.
La presencia de masa tumoral tactable al examen físico se muestra en la tabla 4, donde se observa que a los 7 días no hubo variación en ninguno de los grupos estudiados. Al mes persistía en 40,6 % de las pacientes tratadas con ozonoterapia, y en 59,3 % de los casos del grupo II. A los 2 meses de seguimiento se encontró que 29,03 % del grupo I y 37,5 % del II presentaban tumoración anexial tactable.
DISCUSIÓN
La muestra estudiada estuvo constituida por 63 pacientes hospitalizadas con diagnóstico de EIP etapa III, encontrándose el mayor porcentaje en edades entre 19 - 25 años. Este resultado coincide con estudio de morbimortalidad por infección intraabdominal de origen ginecológico; donde se encontró que 77,1 % de las mujeres estudiadas estaban en ese rango de edad.19
Se describen diversos factores de riesgo asociados a la aparición de EIP, entre los que se citan: uso de dispositivos intrauterinos (DIU), en muchas ocasiones desde edades tempranas; relaciones sexuales desprotegidas (RSD); antecedentes de enfermedad inflamatoria pélvica (EIP); abortos previos y 3 o más parejas sexuales.20 En el presente estudio se encontró como factor más reportado el antecedente de relaciones sexuales desprotegidas (73,01 %), seguido del antecedente de abortos provocados (20,3 %), lo que difiere de los resultados publicados por Martínez Camilo y Vanegas,20 quienes plantean como factores de riesgo más frecuentes, los antecedentes de EIP en 43 % de las mujeres y uso de DIU en 48 %.
La ozonoterapia como tratamiento en medicina se emplea en humanos desde hace más de 40 años. En Cuba se comenzó a utilizar con fines terapéuticos en la década de los años 90 y se obtuvieron excelentes resultados en afecciones oftalmológicas, que luego se extrapolaron a otras enfermedades infecciosas e inflamatorias.4
La EIP es una enfermedad de origen infeccioso e inflamatorio de los genitales internos femeninos, que provoca elevación de los exámenes de laboratorio como la eritrosedimentación.19 En el presente estudio se encontró que en el grupo de pacientes tratadas con ozono, a los 7 días la eritrosedimentación había disminuido en 58,06 %; sin embargo, en las pacientes que no recibieron dicho tratamiento solo disminuyó en 25 %. No se encontraron referencias de estudios anteriores que abordaran el tema.
En cuanto a la persistencia del dolor pélvico se encontró que en las pacientes que recibieron ozonoterapia, este síntoma despareció a los 7 días en 64,6 % de los casos, mientras que en las que no la recibieron, disminuyó en 46,9 %. Esta cifra es similar a la encontrada en el estudio realizado por Escarpanter Buklies J sobre “Oxígeno-ozonoterapia como coadyuvante en el tratamiento de las infecciones óseas”; donde el dolor desapareció en 68,7 % de los pacientes a los 7 días de tratamiento con ozono.21
La ultrasonografía es un método útil en el diagnóstico del absceso tubo ovárico, y constituye, por tanto, un elemento imprescindible para su seguimiento y evaluación. En nuestro estudio se encontró que a los 7 días de tratamiento existió poca variación en la disminución de la tumoración anexial entre los dos grupos; sin embargo, al mes se obtuvo una reducción de la mitad de las dimensiones de la tumoración en 61,3 % de las pacientes del grupo I y 34,4 % de las del grupo II. No se encontraron estudios previos que reportaran este dato.
El examen físico es un elemento determinante para llegar al diagnóstico de cualquier entidad y, constituye una herramienta fundamental para su seguimiento. En el absceso tubo-ovárico, el tacto vaginal es esencial, por lo que en el presente estudio se realizó un seguimiento de la masa tumoral tactable en los anejos. Se obtuvo como resultado que en los primeros 7 días no hubo variación en ninguno de los grupos. Al mes de evolución, en el grupo de pacientes tratadas con ozonoterapia, ocurrió una disminución de la masa tumoral tactable (59,2 %) y, en las pacientes que no recibieron ozonoterapia (40,7 %). No se encontró referencia de estudios anteriores que abordaran el tema.
Consideraciones finales
Los resultados obtenidos en este estudio, demuestran que la ozonoterapia constituye una alternativa efectiva, poco costosa y válida, para el tratamiento de las pacientes con absceso tubo ovárico, asociada al esquema antibiótico que constituye el tratamiento convencional de esta entidad. Se observa reducción de la masa pélvica y evolución clínica más rápida, así como mejoría de los parámetros de los complementarios de diagnóstico y seguimiento de este proceso infeccioso.