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Revista Cubana de Medicina Militar
versión impresa ISSN 0138-6557
Rev Cub Med Mil vol.42 no.3 Ciudad de la Habana jul.-sep. 2013
ARTÍCULO ORIGINAL
El inicio de relaciones coitales en estudiantes de preuniversitario
The start of sexual relations among senior high school students
MSc. Manuel Correa Jáuregui, Dr. Jorman Manuel Rubino Moreno, Dra. Ailyn B. Rey Torres, Dra. Yisel Rodríguez de Celis
Hospital Militar Central "Dr. Luis Díaz Soto". La Habana, Cuba.
RESUMEN
Introducción: internacionalmente resulta de interés mejorar la calidad de vida de hombres y mujeres, por ello es importante la detección temprana de problemas de salud como aquellos relacionados con la sexualidad.
Objetivo: describir los aspectos principales relacionados con el inicio de relaciones coitales en adolescentes.
Métodos: investigación observacional, descriptiva, transversal. El universo lo constituyeron los alumnos y alumnas de tres escuelas de enseñanza preuniversitaria; la muestra estuvo representada por 450 estudiantes seleccionados de forma estratificada e intencional, 150 jóvenes por centro; 50 de cada año académico comprendido entre los 15 y 18 años de edad. Se aplicó una encuesta validada por el Ministerio de Educación en el 2005.
Resultados: se constató que en los muchachos las relaciones coitales se iniciaron más frecuentemente a los 14 años, cuando cursaban la secundaria básica; y a los 15 años en las muchachas, en el preuniversitario. El empleo de preservativo en la primera relación coital, los chicos lo refirieron en el 55,2 % de los casos y las chicas solo constituyeron el 49,8 %. Como lugares para su primera relación coital refirieron la casa de uno de los miembros de la pareja y las escuelas becadas. La novia o el novio fueron por lo general las personas con quienes se iniciaron sexualmente. Los adolescentes buscan con mayor frecuencia la satisfacción sexual, la compañía y la confianza; mientras que las adolescentes buscan apoyo, afecto, comprensión y confianza.
Conclusiones: se evidenció la persistencia de patrones socialmente heredados relacionados con estereotipos de género, poca percepción de riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual y tendencia a inicio de relaciones coitales en etapas tempranas de la adolescencia, sobre todo en los muchachos.
Palabras clave: inicio de relaciones coitales, adolescencia, género.
ABSTRACT
Introduction: improvement of the quality of life of men and women is a topic of worldwide interest. Hence the importance of early detection of health problems such as those related to sexuality.
Objective: describe the main aspects of the start of sexual relations among adolescents.
Methods: cross-sectional observational descriptive study. The study universe was male and female students from three senior high schools. The sample consisted of 450 students selected in an intentional, stratified manner: 150 students from each institution; 50 from each school year, age 15-18. Data collection was based on a survey validated by the Ministry of Education in the year 2005.
Results: it was found that boys often start their sexual life at age 14, while in junior high school, whereas girls start at age 15, while in senior high school. 55.2 % of boys reported wearing a condom in their first sexual intercourse, whereas girls constituted a mere 49.8 %. The home of either partner or the boarding school they attended were reported as the places for the first sexual experience. Subjects generally reported to have had their first sexual experience with their boyfriend or girlfriend. Boys most often search for sexual satisfaction, company and trust, whereas girls try to find support, affection, understanding and trust.
Conclusions: persistence of inherited social patterns related to gender, a poor perception of the risk of acquiring a sexually transmitted disease, and the tendency to start sexual relations early in adolescence, mainly boys, were all made evident by the study.
Key words: start of sexual relations, adolescence, gender.
INTRODUCCIÓN
Las prácticas sexuales en jóvenes y adolescentes han sido un muy estudiadas en los últimos años, y han experimentado un importante desarrollo dentro del campo de la sexología, debido a la sexualización de la epidemia por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ocurrida a finales de la década del 90, lo que provocó una mayor atención al estudio de estos temas.1
La adolescencia irrumpe como categoría de análisis y como grupo de acción de políticas mundiales desde la década del 80 del siglo xx, y en el ámbito de la salud sexual y reproductiva después de la Conferencia de población y desarrollo del Cairo.2
En Cuba, desde los inicios de la Revolución, se le confiere especial atención al tema de la educación sexual, vista como parte de la formación general y preparación para la vida de las nuevas generaciones, que empieza desde la niñez y forma parte de la educación integral de la personalidad de cada individuo, y la adquisición de conocimientos y habilidades que le permitan integrarse a su familia y a la sociedad.
Muchas son las razones que impulsan a estudiar la sexualidad en la adolescencia; el hecho de que antes de los 19 años del 40 % al 50 % de los/las adolescentes ya han tenido sus primeras relaciones sexuales, con un consenso generalizado que en Cuba existen conocimientos, sobre todo de las formas de evitar las infecciones de transmisión sexual (ITS) y los embarazos no deseados; sin embargo, algunas investigaciones muestran que solo alrededor del 30 % tuvo «su primera vez» con protección.3 En los países desarrollados, la tendencia a la reducción de la edad puberal y la precocidad en la primera relación sexual también constituyen un problema.
La atención a la sexualidad en las escuelas ha sido asumida desde la asignatura de Biología y dirigida, entre otras cuestiones, a la formación de valores, pero un verdadero programa, adecuado al nivel educacional alcanzado por los/las jóvenes y a las actuales concepciones, aún se adolece en el medio.
Por tanto, este estudio es una pretensión de dar continuidad al trabajo de quienes a lo largo de su carrera pensaron en este grupo de edad, además de dar un aporte al cumplimiento de las metas del milenio en cuanto a salud sexual, a proveer acceso universal a la información y educación de la sexualidad de un modo integral, detener y prevenir la transmisión del VIH, y fomentar la importancia de la salud sexual en los programas de salud.4
Entiéndase por «relaciones coitales», relaciones sexuales con penetración vaginal o anal. De manera que el objetivo de este trabajo es describir los aspectos principales relacionados con el inicio de relaciones coitales en adolescentes.
MÉTODOS
Se realizó una investigación observacional, descriptiva, de corte transversal. El universo estuvo conformado por los alumnos y alumnas de tres escuelas de enseñanza preuniversitaria. De este, fue obtenida una muestra de 450 estudiantes seleccionados de forma estratificada e intencional, 150 jóvenes por centro; 50 de cada año académico, comprendidos entre los 15 y 18 años.
Del total de la muestra pertenecientes a tres escuelas preuniversitarias de La Habana, de ellos el 46 % del género femenino y el 53,1 % del masculino. El 84,4 % era natural de La Habana, seguido por el 11 %, naturales de Artemisa y Mayabeque y 0,2 % de la Isla de la Juventud. El 93 % residía en zonas urbanas. La edad que predominó fue los 17 años con el 33,6 %, seguido de los 15 años con el 31,1 %.
Para la obtención del dato primario, se aplicó una encuesta de acuerdo con los propósitos del estudio, e incluyó: composición familiar, edad de inicio de las relaciones coitales, selección del lugar para iniciar la vida sexual, persona elegida para el inicio de las relaciones coitales, qué buscan los/las adolescentes al iniciar las relaciones coitales y el empleo de preservativo.
RESULTADOS
La figura 1 muestra la edad de inicio de las relaciones coitales. En la muchachas fue más frecuente los 15 años (28,9 %) seguido de los 14 (14,2 %) y los 16 años (12,3 %); mientras que los muchachos mostraban un comportamiento más precoz con predominio de la edad de inicio de 14 años (27,2 %), 15 años (22,2 %) y 13 años (18,8 %).
Con respecto a la selección del lugar para iniciar la vida sexual, se observa un comportamiento similar en ambos sexos (Fig. 2), y es predominante la casa de uno de los miembros de la pareja en alrededor del 40 % de los casos, seguido por las escuelas con un régimen interno (15 %); otros fueron lugares recreativos alejados del hogar como campismos, fiestas, escuelas al campo, carros, hoteles, escalera, entre otros, donde existió un predominio masculino en la elección de estos lugares.
En cuanto a la persona elegida para el inicio de las relaciones coitales (Fig. 3), predominaron en el caso de las muchachas los novios (52,6 %), seguido de compañeros de estudios y amigos (2,4 %) y los profesores (1,9 %). En el caso de los muchachos predominó las novias (26,8 %), a continuación se situaron las compañeras de estudio (15,9 %), amigas (13,8 %) y desconocidas (6,3 %).
Al indagar sobre lo que buscan los/las adolescentes al iniciar las relaciones coitales (Fig. 4), los muchachos referían en primera opción la búsqueda de satisfacción sexual (84,4 %), seguido de compañía (66,7 %), confianza (55 %) y la comprensión (53 %); les siguieron confianza, apoyo y por último el amor. En las muchachas el apoyo (81,3 %), seguido del afecto (81,1 %), la comprensión (80 %), la confianza (78,7 %), la compañía (66,7 %) y la satisfacción sexual (65,1 %).
El empleo de preservativo en la primera relación coital, los chicos lo refirieron en el 55,2 % de los casos y las chicas solo en el 49,8 %.
DISCUSIÓN
Con respecto a la composición familiar, se evidenció la existencia de familias nucleares, seguido en frecuencia de los que vivían solo con la madre y en menor medida los que vivían solo con el padre; esto último fue inferior al número de adolescentes que estaban al cuidado de otros familiares.
El patrón familiar predominó en cuanto a la unión de los progenitores en la crianza de los hijos; sin embargo, es de destacar que a continuación se situó los que solo vivían con la madre, lo que denota que la mayor responsabilidad de la crianza y custodia de los hijos continúa siendo con preferencia de las mujeres, consideradas y formadas socialmente para la crianza de estos.
En estudios consultados se recoge el predominio en Cuba de familias nucleares5 y aunque para algunos autores la estructura familiar no necesariamente condiciona su funcionabilidad, la percepción que puedan tener las/los adolescentes de esta estabilidad tiene probada influencia en su equilibrio emocional y hasta en evitar el consumo de tóxicos, que redundaría en su mejor adaptación social.6
Al investigar los/las adolescentes que en el momento del estudio ya habían iniciado las relaciones coitales (77,8 %), se obtuvo un predominio de los muchachos (86,2 %) sobre las muchachas (68,2 %). Estos resultados coinciden con los obtenidos por Santos y Báez en cuanto al porcentaje total de adolescentes que en esta etapa de la vida (entre los 15 y 18 años) ya han iniciado la actividad sexual, y concuerda, además, con otros autores que plantean que el interés por la actividad sexual comienza en la adolescencia intermedia, en la cual queda enmarcado este rango de edad.7
En Estados Unidos se ha señalado que el 56 % de las mujeres adolescentes han tenido relaciones sexuales, mientras que en los hombres la cifra corresponde al 73 %. En África Subsahariana, en siete naciones, más de la mitad de los adolescentes ya tienen vida sexual activa. En los mencionados casos los porcentajes son algo inferiores a los encontrados en este estudio, donde podrían estar actuando diversos factores, tanto culturales como educacionales.
En relación con la edad de inicio de las relaciones coitales (Fig. 1), las muchachas presentaban edades de inicio más tardías que los muchachos. Llama la atención cómo más del 40 % de los chicos refieren haber iniciado las relaciones coitales antes de los 14 años. En estos resultados podrían estar influyendo factores heredados sobre el papel que representa el haber iniciado las relaciones coitales en los conceptos de masculinidad. Por su parte, Alfaro, en estudios realizados en el municipio Centro Habana encontró que las edades más frecuentes se situaban entre los 10 y los 14 años.8 Resalta cómo puede influir la formación tradicional de los hombres, quienes desde las primeras edades son estimulados al inicio más temprano de las prácticas sexuales que las muchachas, aunque con el desarrollo educacional y las posibilidades laborales de estas últimas, estas diferencias se han ido borrando. No hay que olvidar igualmente que las primeras relaciones coitales mostraron diferencias en cuanto a la etapa de inicio en ambos sexos. Los hombres refirieron iniciar en el periodo de la secundaria, mientras que las muchachas en los años iníciales del preuniversitario, es decir, algo más tardío.
El lugar escogido para iniciar la vida sexual tuvo un comportamiento similar (Fig. 2), y es predominante la casa de uno de los miembros de la pareja como el preferido para el inicio de la actividad coital.
En cuanto a la selección de la persona para el inicio de las relaciones coitales (Fig. 3) se observaron similitudes, y se determina que las muchachas prefirieron al novio que tenían en ese momento, mientras que los muchachos eligieron a las reconocidas como "novias" para tener las primeras relaciones coitales, a continuación se situaron los compañeros/as de estudio, los amigos/amigas, desconocidos; otros fueron en orden de frecuencia profesores, vecinos y familiares. Hay que resaltar la diferencia existente entre ambos géneros en cuanto a las relaciones coitales con desconocidos, sobre todo su "primera vez", que aboga por una menor preocupación por la elección de la persona «ideal» para esta importante actividad en cada adolescente, que bien pudiera tener consecuencias para toda su vida.
Al indagar sobre lo que buscan los/las adolescentes al iniciar las relaciones coitales (Fig. 4), se mostraron marcadas diferencias en cuanto a los intereses según el sexo. En los muchachos era más frecuente la búsqueda de satisfacción sexual, seguida de compañía, confianza y la comprensión; les siguieron confianza, apoyo y por último el amor. Esto, en opinión del autor, puede estar relacionado con patrones socialmente inculcados sobre el papel de los hombres en la sociedad y las relaciones de pareja, en que se les educan en la búsqueda del placer. Estudios colombianos describen el ser hombre desde un lugar de dominación, fuerza y sometimiento, como un requerimiento social aceptado y vivenciado en lo cotidiano que se replica generación tras generación.9
Las chicas buscaban con más frecuencia apoyo, afecto, comprensión y confianza, a continuación se situó la compañía, la satisfacción sexual y el amor. Igualmente se muestran los patrones aprendidos, en los que predomina la búsqueda de la pareja tradicional, elementos relacionados con los sentimientos, la unión, y relegan a otros planos la satisfacción sexual como motivación. A las niñas se educa en asumir la mayoría de las tareas reproductivas de la sociedad, es decir, todas las relacionadas con la reproducción de la vida en un sentido amplio, alumbramiento y crianza de los hijos, cuidados físicos y apoyo afectivo de la célula familiar (hijos, cónyuges y ancianos), razón por la cual se orienta hacia la intimidad, las relaciones interpersonales vinculadas por lazos afectivos.
Otra temática en el estudio indagó sobre el empleo de preservativo en la primera relación coital; predominó el uso del condón en las adolescentes en su primera relación coital; las chicas refirieron haberlo utilizado en un menor número de casos que los chicos. González en estudio con un grupo poblacional similar, encontró que el 67,7 % de las mujeres y el 42,2 % de los hombres expresaron que se habían protegido en su primera relación sexual.10
Estudios en Colombia muestran que las adolescentes como promedio comienzan las relaciones coitales un año antes de usar métodos anticonceptivos, lo que significa un periodo largo de riesgo de contraer ITS o tener un embarazo.11 Los resultados, de forma general, coinciden con otros autores que afirman la existencia escasa del empleo de anticonceptivos y tendencia a la despreocupación ante la protección de la actividad sexual por parte de la población adolescente.12 El sentimiento de inmortalidad, de estar protegidos de las consecuencias desfavorables, que pueden ocurrir a otros pero no a ellos, forma parte de las características normales de la adolescencia y favorece las conductas arriesgadas.
Se concluye que se evidenció la persistencia de patrones socialmente heredados relacionados con estereotipos de género, poca percepción de riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual y tendencia al inicio de relaciones coitales en etapas tempranas de la adolescencia, sobretodo en los muchachos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Recibido: 5 de abril de 2013.
Aprobado: 17 de mayo de 2013.
Manuel Correa Jáuregui. Hospital Militar Central "Dr. Luis Díaz Soto". Avenida Monumental y Carretera de Asilo, Habana del Este, CP 11700, La Habana, Cuba. Correo electrónico: mcorreaj@infomed.sld.cu