La brucelosis constituye una enfermedad infectocontagiosa ocasionada por cocobacilos intracelulares aerobios localizados en los órganos reproductivos de los animales, las secreciones uterinas y en la leche; la enfermedad afecta especies domésticas de explotación tradicional (porcinos, bovinos o caprinos), así como a animales no tradicionales como el búfalo. Puede ocasionar abortos en el último tercio de gestación, retención placentaria, metritis, infertilidad, mastitis, disminución en la calidad de leche, epididimitis, afecciones en articulaciones y orquitis (1, 2).
Entre las principales condiciones favorables a la infección por brucelosis están la incorporación de animales de origen desconocido o sin conocimiento de la situación epizootiológica de estos, el contacto con perros que ingieren placentas y/o fetos nacidos de hembras con brucelosis, secreciones vaginales que puedan ingresar vía ocular, incluso a través de la piel de los animales estabulados (2, 3, 4).
En México, la brucelosis bovina es uno de los principales problemas sanitarios y económicos de la ganadería (5). Se estima que una vaca infectada con brucelosis genera grandes pérdidas, principalmente por disminución en la producción y por afectación en los parámetros reproductivos (6). La enfermedad en bovinos está ampliamente distribuida, fundamentalmente en el suroeste del país, seguida del centro y norte. Se reconoce en fase de erradicación al 28,88 % del territorio nacional, en tanto, los estados de Baja California Sur y Sonora se consideran libres de la enfermedad; particularmente, la Ciudad de México está en fase de control (7) y en la Alcaldía de Xochimilco se desconoce la prevalencia. Por ello, el objetivo de este trabajo fue identificar la prevalencia de brucelosis y los factores de riesgo asociados en hatos de Xochimilco, Ciudad de México (CDMX), México.
El presente estudio se realizó en la Cuenca Lechera de la Alcaldía Xochimilco en la Ciudad de México, la que cuenta con 40 hatos que albergan vacas Holstein Freisan en producción semiestabulado. Se muestrearon 15 hatos (37,5 %), debido a las medidas de bioseguridad y a la autorización de los propietarios; el total de la población fue 507 vacas en producción.
Para determinar la muestra se consideró una confiabilidad del 95 %, y una prevalencia de 53.3 %, lo que equivale a 270 vacas (8), las cuales fueron elegidas de forma proporcional en cada hato y considerando la población de cada una de estas.
Para la obtención de la muestra sanguínea, se utilizaron tubos vacutainer sin anticoagulante por medio de venopunción coccígea. Estas se centrifugaron a 1000 g durante 10 minutos para la obtención de suero, el cual posteriormente fue almacenado en congelación a una temperatura entre -18 y -20°C, hasta su lectura.
Para la determinación de anticuerpos de brucelosis, se utilizó la prueba de aglutinación en tarjeta o rosa de bengala (RB) como tamiz y la prueba de rivanol como prueba de confirmación (9,10). De forma complementaria se aplicó una encuesta a los productores, con el objetivo de identificar los factores de riesgo asociados a infección por Brucella abortus.
Los resultados de las pruebas de brucelosis y de las aplicaciones de las encuestas se recopilaron en una matriz de Excel; posteriormente, se analizaron por medio del paquete estadístico SAS (SAS Institute Inc.Ver.9.4. Cary, N.C.), mediante las pruebas de normalidad, análisis de varianza, comparación de medias (PROC GLM) y una prueba de correlación (11).
Una vez analizados los datos de la evaluación de las 270 vacas y la aplicación de la encuesta a los 15 hatos, se observó en promedio por hato: 5,733b positivos a brucela y 12,267ª negativos (p= 0,0002); se tuvo en promedio dos vacas negativas por cada vaca positiva (Tabla 1).
Factor | Frecuencia (%) |
---|---|
Área de cuarentena | 20 |
Atención médico veterinario | 46,66 |
Disponibilidad de instalaciones y material para el manejo de parto | 13,34 |
El médico trabaja con un solo establo | 80 |
El ganado tiene contacto con perros | 80 |
El ganado tiene contacto con gatos | 46,66 |
Mascotas con acceso a fuente de alimentación | 53,33 |
Caminos de desplazamiento compartidos | 46,66 |
Remoción de excretas | 20 |
Retiro de placentas | 13,33 |
Abortos | 53,33 |
Es importante considerar las condiciones o factores en las cuales se veían involucrados estos animales. La población en general mostró que el 80 % de los hatos no contaban con área de cuarentena, en contravención a lo legislado en la Norma Oficial Mexicana (8) en relación con el tema de las acciones a ejercer en dichas áreas, como son las pruebas diagnósticas, la identificación de animales reactores y la aplicación de vacunas previo al ingreso de los animales. Lo anterior se asemeja con los resultados de Socorro y Romero (12), pues de 12 fincas muestreadas en Nicaragua, solo cuatro (33 %) aplican esta medida; se vulnera así una medida obligatoria para mitigar el riesgo de contagio de brucelosis bovina.
Es indiscutible que la incorporación de animales de procedencia, o situación epizootiológica desconocidas, son un factor de riesgo para la propagación de la bacteria (2, 3, 4); es precisamente en estas áreas cuarentenarias donde se puede limitar el riesgo. En zonas del norte de México se detectó una prevalencia de brucelosis alta, asociada al intercambio de animales sin un certificado que indique la presencia o ausencia de brucelosis en el ganado (8), aun cuando en la Norma Oficial Mexicana se puntualiza que el traslado de animales, debe realizarse en transporte asegurado y con certificados de procedencia de hatos libres y/o vacunados contra brucelosis. En países como Colombia, este factor se identifica como el más importante en la transmisión de la enfermedad (13).
En este estudio, el 53,33 % de los hatos no tienen atención de un médico veterinario, lo que se ha asociado a la positividad de brucelosis (3). Otros factores que deben destacarse es la disponibilidad de instalaciones para albergar los animales sin comprometer su espacio vital y contar con material específico o exclusivo para el manejo del parto, que se observó en 13,34 % de los hatos, factores importantes para prevenir el contagio de los manejadores o médicos veterinarios, como lo indican otros estudios (4,13), donde mencionan que la falta de ropa y equipo de protección adecuado para el trabajo, así como una deficiente bioseguridad, son factores de riesgo para que el personal se pueda infectar de brucelosis (14).
El 80 % de los productores encuestados trabaja únicamente con un solo hato, el ganado tiene contacto con perros (80 %) y gatos (46,6 %), con quienes comparten el alimento o agua (53,3 %); incluso, su hato comparte caminos de desplazamiento con otros rebaños (46,67 %), lo que indica que, aun cuando en su mayoría contemplan el espacio suficiente para los animales, comparten ciertos espacios con otras especies o desconocidos, por lo que aspectos como la organización y el flujo de los animales deben considerarse para evitar accidentes o aumento en la seropositividad con las consecuencias conocidas, lo que algunos autores atribuyen a la falta de profundo conocimiento sobre la epidemiología de la enfermedad y su papel zoonótico (4, 15, 16, 17).
El aborto es uno de los principales signos de brucelosis, produce en la vaca descargas genitales durante varias semanas o meses, las cuales contienen millones de bacterias y contaminan el agua, los corrales y el entorno que, aunado a la falta de remoción de excretas y el retiro de placentas, posibilita la infección de brucelosis tanto a otros animales como a humanos (15, 20). En este caso se observó que, de los hatos evaluados, el 53,34 % presenta abortos, aunque no existen datos sobre la frecuencia con que ocurre esta variable; 20 % hacen remoción de excretas y el 13,33 % efectúa retiro de placentas. Esto se corresponde con estudios similares realizados en Rwanda (21). Algunos estudios en México mencionan porcentajes de abortos que llegan hasta 38,9 % (22), pero el porcentaje global de abortos en el ganado bovino y su origen se desconocen en el 70 % de los casos (23). Indudablemente, la detección oportuna de enfermedades, como brucelosis en los hatos, puede disminuir o evitar el impacto económico por mantenimiento de animales improductivos como consecuencia del aborto, disminución de la producción de leche hasta en 20 % y afectaciones en parámetros reproductivos, como son el aumento de intervalo entre partos, aumento del periodo entre lactancias y los problemas de fertilidad (6, 24).
El diagnóstico de brucelosis mostró positividad en todos los hatos, con una prevalencia del 31,8 % y un promedio del 5,733b positivos a brucela (Tabla 1); tuvo un coeficiente de correlación bajo (r=0,4) estimado en los factores evaluados, el productor trabaja en un solo hato, el ganado tiene contacto con perros, mascotas con acceso a fuente de alimentación y la presencia de abortos (Tabla 2). Estos significan un riesgo para los manejadores, médicos veterinarios, animales o hatos cercanos sanos, ya que se exponen a una posible infección con otros agentes (14). Asimismo, es un alto riesgo en salud pública, pues tan solo en la primera década de 2000 se notificaron 23,673 casos en México, tanto de tipo ocupacional, es decir, médicos veterinarios, personal de laboratorio, ganaderos y trabajadores por el contacto directo (10, 11) como por la denominada “exposición doméstica”, a través de la ingesta de leche y derivados provenientes de animales infectados; lo anterior tiene efecto en lo económico y social debido a los costos en diagnóstico, tratamiento e incapacidades que esta provoca (24, 25, 26). Se conoce que existe una correlación significativa entre el conocimiento de la enfermedad y la praxis de hervir la leche antes de su consumo o su pasteurización antes de ser usada para la producción de subproductos, lo que representa un riesgo para la salud pública (16, 19, 27). En el país se siguen reportando 2200 nuevos casos anuales de brucelosis en humanos (14) y se ignora la advertencia de la Secretaría de Salud Mexicana al respecto.
Se concluye que en los hatos trabajados existe una prevalencia elevada de 31,8 %. Se obtuvo un coeficiente de correlación bajo (r=0,4) estimado en los factores evaluados: el productor trabaja en un solo hato, el ganado tiene contacto con perros, mascotas con acceso a fuente de alimentación y la presencia de abortos, factores hallados en más del 50 % de los hatos. Por lo anterior, es recomendable implementar un programa de divulgación basado en la normatividad para la prevención y control de la enfermedad.