INTRODUCCIÓN
El tomate (Solanum lycopersicum L.) es la hortaliza más cultivada en Cuba, siendo las variedades de frutos grandes las preferidas por la población para su consumo en forma fresca; sin embargo, este tipo de variedades requieren altos insumos de agua y fertilizantes químicos para garantizar adecuados rendimientos y buena calidad de sus frutos.
La inducción de mutaciones es una herramienta que ha sido empleada con éxito en varios países del mundo para la obtención de variedades con mayor adaptación a los efectos del cambio climático y se ha resaltado la contribución de las variedades mutantes en el incremento de la producción de alimentos y la seguridad alimentaria, por lo que en el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas se desarrolló un Programa de Mejora por Mutaciones, encaminado a obtener variedades de tomate de alto potencial productivo en condiciones de bajos suministros de agua y fertilizantes químicos.
ORIGEN Y DESCRIPCIÓN
El cultivar Delia se obtuvo a partir de la irradiación de semillas de la variedad Amalia con 300 Gy de rayos gamma 60Co en un irradiador MPX-25, con una potencia de dosis de 11,3 Gy min-1 y la selección de plantas individuales de alto potencial productivos en condiciones de bajos suministros de agua y fertilizantes químicos (reducción del riego en un 60 % y un 50 % de fertilizante) desde la generación M2 hasta la M5.
El cultivar Delia es de hábito de crecimiento determinado, con frutos ligeramente achatados de color rojo amarillento y una masa promedio de 195,8 g (Figura 1). Tiene de 10 a 15 frutos por planta y un rendimiento potencial de 40,5-45,8 t ha-1. Ha mostrado buen comportamiento ante las enfermedades que afectan el cultivo y frutos de buena calidad, con un contenido de sólidos solubles totales (BRIX) de 4,9 %, una acidez de 0,43 % y un contenido de vitamina C de 19,22 mg 100 g-1, atributos que le proporcionan un excelente sabor.
Este cultivar ha sido evaluado en la provincia de Matanzas, Mayabeque y Granma con buena aceptación por parte de los productores.