En el año 2020 se cumplen 110 años de que James Herrick, un médico de Chicago, describiera las células falciformes en una muestra de sangre de Walter Clement Noel, estudiante de odontología de Granada que presentaba dolor recurrente y anemia.1El término sickle cell anemia se adoptó posterior a ese informe.
La anemia falciforme es el defecto monogénico más común en el mundo, que provoca un trastorno multisistémico con episodios agudos y progresión a la afectación crónica de órganos.
Entre los progresos más significativos en el conocimiento y manejo de esta enfermedad se pueden mencionar:
En 1948, Watson sugirió que la escasez de células falciformadas en la sangre de recién nacidos con drepanocitosis se debía a la presencia de la hemoglobina fetal.2 )
En 1949, Pauling y colaboradores demostraron que la anomalía que causa la enfermedad se encuentra en la molécula de la hemoglobina (Hb).3Esto permitió formular el concepto de enfermedad molecular.
En ese mismo año, Neel4y Beet5, de forma independiente, describieron el patrón de herencia.
En 1954, Allison demostró que el efecto protector de los portadores de anemia falciforme contra la malaria explica la alta frecuencia del gen de la HbS en áreas endémicas de paludismo.6
En 1956, Ingram definió que la mutación en la posición seis de la cadena β es la causante de la Hb anormal.7
En 1978 se inició The Cooperative Study of Sickle Cell Disease que incluyó más de 4000 individuos, fue la primera investigación multicéntrica en documentar prospectivamente el curso clínico desde el nacimiento hasta la adultez.8
En 1984, observaciones independientes de varios grupos de laboratorios demostraron la existencia de tres haplotipos asociados al gen β-Hb: Benin, Senegal y Bantú (República Centro Africana).9
En 1984 se reportó el primer trasplante de médula ósea en un paciente con anemia falciforme.10
En 1986 concluyó el estudio PROPS (Penicillin Prophylaxis in Sickle Cell Disease Study), que comprobó que la administración diaria de penicilina oral en niños reducía significativamente la tasa de infección por Steptococcus pneumoniae y la mortalidad.11
En 1995, el estudio MSH (Multicenter Study of Hydroxyurea in Sickle Cell Anemia) demostró la eficacia de la hidroxiurea al disminuir los episodios dolorosos en 50 %.12
En 1997, The Stroke Prevention Trial in Sickle Cell Anemia (STOP) evidenció que las transfusiones periódicas pueden prevenir el primer episodio de infarto cerebral en niños susceptibles.13Otros estudios entre 2005 y 2014 (STOP-2, TWiTCH, SWiTCH, SIT), establecieron las pautas de tratamiento en la prevención primaria y secundara del infarto cerebral.14 , 15 , 16 , 17
En 1998, la Food and Drugs Administration (FDA) aprobó el uso de hidroxiurea en adultos con episodios recurrentes de dolor. En 2003 se demostró disminución de la mortalidad hasta en el 40 % de los adultos tratados con hidroxiurea18y en 2011, mediante el ensayo BABY-HUG, la disminución de las crisis dolorosas y la incidencia de síndrome torácico agudo en infantes.19
En 2009, se publicó la primera serie de casos de trasplante no mieloablativo con resultados favorables y en 2012, de trasplante haploidéntico.20 , 21
En 2017, el antioxidante L-glutamina (Endari) se convierte en la segunda droga en ser aprobada por la FDA para la reducción de las complicaciones agudas de la anemia falciforme, tanto en adultos como en niños mayores de cinco años.22
En 2017 se publicaron las evidencias de que Crizanlizumab, un anticuerpo monoclonal humanizado anti- P selectina, disminuye el número de crisis en los pacientes tratados.23
En países con altos ingresos, la supervivencia de los niños con drepanocitosis ha aumentado en las últimas décadas y la mayoría alcanza la adultez. Sin embargo, en África subsahariana la mortalidad aún es elevada durante la infancia.24 ) Aunque en los adultos ha aumentado la supervivencia, la expectativa de vida es de 20 a 30 años menor que en la población en general.25
El envejecimiento de los enfermos trae nuevos retos: la drepanocitosis pasó de ser una enfermedad pediátrica fatal a una enfermedad crónica del adulto, caracterizada por fallo progresivo de múltiples órganos. Una proporción elevada de los pacientes mueren de causas relacionadas con disfunción orgánica, como hipertensión pulmonar, enfermedad renal crónica, tromboembolismos y sobrecarga de hierro.
Respecto a la terapéutica, pocos medicamentos se han aprobado por las agencias regulatorias para el tratamiento de la drepanocitosis, a pesar de los conocimientos alcanzados en la fisiopatología de la enfermedad. Múltiples drogas están en investigación, entre ellas agentes que disminuyen la falciformación y la adhesión al endotelio vascular, antinflamatorios, antioxidantes, anticoagulantes y antiplaquetarios. Los diversos mecanismos de acción permitirán la combinación de varios fármacos y una terapia personalizada. La terapia génica ex vivo por adición de genes globínicos está siendo ampliamente estudiada, y se informan resultados alentadores en los ensayos clínicos en curso.26 , 27 , 28
En Cuba se ha logrado consolidar un programa de atención integral al paciente con drepanocitosis, que incluye la detección prenatal de la enfermedad y el seguimiento especializado de los enfermos, desde su diagnóstico, por hematólogos en todas las provincias del país. El enfoque multidisciplinario de los cuidados a las gestantes con anemia falciforme ha permitido disminuir las complicaciones en esta etapa.
Desde su fundación la Revista Cubana de Hematología, Inmunología y Hemoterapia ha publicado múltiples artículos relacionados con este tema. En este número dedicado al “Día Mundial de la Anemia Falcifome” podrán encontrase diversas investigaciones de autores cubanos.