Introducción
El instinto humano es una característica innata que le impulsa a mantener su supervivencia y su trayectoria en el tiempo.1 Esta cualidad le ha permitido al ser humano sobrevivir a distintas situaciones a lo largo de la historia; además, le ha sido posible su reproducción para prevalecer en el tiempo. Resulta necesario para los humanos cuidarse de situaciones adversas, o que puedan parecerlo, que atenten contra su persona o que puedan ser de riesgo para su vida, para su estado estable de salud y de bienestar.
Algunos autores afirman que el comportamiento humano puede ser medible y predecible con la aplicación de algunas técnicas computacionales que permitan definir algunos patrones de la conducta, sobre todo en algunas enfermedades específicas.2 Sin embargo, mucho se ha escrito de la conducta humana y sus formas impredecibles, que están relacionados con los valores culturales,3 asegurándose que la conducta humana, generalmente, busca el bienestar individual y colectivo.
Sin embargo, el surgimiento de la psicología positiva permite adoptar un nuevo enfoque para abordar el comportamiento humano desde el bienestar, las tendencias optimistas y el afecto positivo, así como, las virtudes ciudadanas a través de la práctica de valores que permiten el crecimiento de la persona en su contexto, adaptándose a los cambios sociales.4,5
En ese sentido, la autoeficacia se sustenta en la psicología positiva del bienestar de la persona, alegando que es la capacidad individual y estable para poder efectivizar la conducta de una persona para afrontar las diferentes situaciones de la vida que son potencialmente estresantes,6 pero también se puede definir como la voluntad y la capacidad de las personas para influir activamente en diversas conductas de la vida cotidiana.7 Así pues, la autoeficacia se relaciona con la actitud de las personas, el control del estrés y mayor rigor en el cumplimiento de las recomendaciones médicas.6,7
La persona con autoeficacia efectiva logra adaptarse a los nuevos estilos de vida que le permitan tener una mejor salud y en consecuencia una mejor calidad de vida.8 El espacio social es un entorno que influye en las destrezas y motivaciones que el individuo logre para ser autoeficaz;9,10 así como el afecto y los vínculos familiares son determinantes para un autocuidado apropiado y una motivación coherente, que conduzca al seguimiento de medicamentos y la aceptación de normas y la valoración de la salud.11
Las personas deben estar conscientes de los alcances positivos de la autoeficacia, para con ello establecer conductas que le permitan gestionar sus tratamientos médicos y cumplir con las normativas establecidas para su bienestar y salud. Una buena relación familiar puede motivar a una mayor autoeficacia, un mejor desempeño de las habilidades, mayor perseverancia, mayor dedicación y el cumplimiento de objetivos más grandes.10
Es así como el aspecto motivacional se da a nivel cognitivo influenciado por tres mediadores: en primer lugar, las atribuciones que son la causa de los éxitos o fracasos; en segundo lugar, las expectativas que son el resultado de una determinada conducta y, en tercer lugar, los objetivos que permite a la persona situar sus acciones y se plantean estímulos para esforzarse hasta conseguirlos.11
Espinosa y otros13 afirman que, en relación a los adultos mayores, los estudios se han enfocado en el autocuidado relacionado a tratamientos médicos y aspectos saludables como la ejercitación al aire libre, encontrando que las mujeres se preocupan más por los aspectos saludables que los hombres.
Para los grupos etarios correspondientes a adultos, las investigaciones revelan que estos se enfocan en el trabajo principalmente, y la autoeficacia se puede observar en el cumplimiento de objetivos laborales, la producción relacionada al trabajo y la generación de expectativas asociadas a las organizaciones.14
En cuanto a los grupos de adolescentes y jóvenes, las investigaciones encontraron que estos manifiestan una mayor tendencia de autoeficacia en los entornos académicos, grupos de trabajo, intereses de formación y educación, pero también aquellos aspectos relacionados con la familia y entornos sociales.11,15,16
Los estudios previos sobre autoeficacia han sido analizados independientemente en grupos etarios separados, lo que ha imposibilitado establecer la comparación del nivel de autoeficacia en toda la población para conocer la forma en que experimentan las personas sus logros o fracasos en la vida cotidiana. En este sentido, el objetivo de este trabajo fue evaluar la autorregulación social y sanitaria en los momentos de pandemia, en distintos grupos etarios.
Métodos
Estudio transversal, descriptivo y no experimental. La muestra estuvo compuesta por 1239 personas, de los cuales: 191 eran adolescentes de 12 a 17 años, 310 eran jóvenes de 18 a 29 años, 599 eran adultos de 30 a 59 años y 139 adultos eran mayores de 60 años a más. Los participantes correspondían a habitantes de cuatro distritos de la ciudad de Arequipa, quienes fueron seleccionados aleatoriamente.
Criterios de inclusión: personas que habitan en zonas urbanas, desde el grupo de adolescentes hasta adultos mayores, de ambos sexos.
Criterios de exclusión: personas que habitan en zonas rurales, infantes y niños, personas con algún tipo de discapacidad que pudiera limitar su participación.
La población total fue de 66 356 habitantes según los grupos tomados. La muestra fue aleatoria estratificada según la cantidad poblacional.
Para la recolección de información, se utilizó la escala de autoeficacia general versión en español17,18 que contiene 10 ítems, las respuestas se encuentran en una escala tipo Likert que oscilan entre 1 y 4 donde 1 es “incorrecto” y 4 es “cierto”, la puntuación total de la escala es de 10 a 40 puntos, en esta escala a mayor puntaje mayor autoeficacia general percibida. En el instrumento se incluyeron características sociodemográficas como edad, sexo, estado civil, escolaridad, condición de trabajo e ingresos mensuales, además se consignaron los datos del consentimiento informado.
Para la versión adaptada a la muestra local se obtuvieron los niveles de confiabilidad de la escala mediante el método de consistencia interna y con la prueba alfa de Cronbach, por lo tanto, el instrumento posee buena confiabilidad, ya que se obtuvo un valor de 0,862 en la escala general, que es un valor considerado bueno.19
Se realizó una comparación de los datos obtenidos con el estudio realizado por Luque y otros,20 donde se exponen los criterios encontrados en una población argentina compuesta de 243 sujetos de ambos sexos, con edades entre 50 y 95 años. Esta comparación se enfocó en adultos mayores, por ser el grupo etario más susceptible y con mayores necesidades de autocuidado y por tratarse de temas relacionados a la salud.
Para la aplicación del instrumento en el grupo peruano se obtuvo consentimiento de los participantes, en el caso de los adolescentes, se obtuvo previa autorización de sus centros educativos y padres, en el caso de las personas mayores se incluyeron aquellos que vivían en la comunidad y fueron contactadas, a quienes se les explicó el objetivo del estudio. Se obtuvo consentimiento informado. Posteriormente se entregó el instrumento para que cada grupo respondiera de manera individual.
Se analizaron los datos obtenidos en Buenos Aires, Argentina, donde la encuesta se realizó tomando en cuenta el nivel educativo, el estado civil, así como la convivencia y grupos sociales.
Se analizó la distribución, la asimetría, la curtosis y pruebas de normalidad, se evidenció que no existe distribución normal (p< 0,05). Se realizó el análisis descriptivo y el comparativo de la autoeficacia en grupos etarios según variables sociodemográficas. Para comparar dos muestras independientes se utilizó la U de Mann-Whitney con su respectivo tamaño del efecto (TE), se realizó el cálculo de la probabilidad de superioridad (PSest), se obtuvo que las normas interpretativas son no efecto (PSest ≤ = 0,0), pequeño (PSest ≥ 0,56), mediano (PSest ≥ 0,64) y grande (PSest ≥ 0,71) (Ventura, 2016). La comparación de k muestras independientes se realizó con la H de Kruskal Wallis, su tamaño del efecto utilizado fue épsilon al cuadrado (ε2) (Tomczak & Tomczak, 2014), sus normas interpretativas fueron: pequeño ε2≥ 0,01, mediano ε2≥ 0,06 y grande para un ε2≥ 0,14 (Cohen, 1992). Para el análisis estadístico se utilizaron los programas JASP 0.13.1.0. y JAMOVI 1.2.27.
Resultados
Una vez recogida la información, se procesaron los datos, estos fueron cuidadosamente tratados y analizados. Se realizó el análisis estadístico descriptivo de las variables sociodemográficas de los participantes: un 44 % fueron hombres y el otro 56 % mujeres; 43,3 % eran solteros, 24 % convivían en unión libre, 21,1 % estaban casados; 7,3 % se encontraban divorciados y 4,3 %, en estado de viudez. En relación con la escolaridad, 4,9 % indicó no tener escolaridad, 28,1 % contaba con estudios primarios, 31,9 % con estudios secundarios y 35,1 % con estudios superiores. Según la condición laboral, el 49,6 % trabajaba independientemente; 26,3 %, de manera dependiente y 24,1 % no trabaja (estudiaban o se dedicaban a su hogar).
En la tabla 1 se describen los resultados de la medición de la autoeficacia según grupos etarios, por lo tanto, el nivel que presenta la muestra seleccionada es promedio con tendencia a ser alto 30,78 (media), se observa que las personas creen en sus capacidades para conseguir logros y, sobre todo, hacer frente a situaciones adversas.
En relación con la comparación de los niveles de autoeficacia según el sexo de los participantes, se encontró que no existen diferencias estadísticamente significativas, no se puede señalar cuál puede desarrollar más la eficacia durante las diferentes etapas de la vida, tanto hombres como mujeres presentaron los mismos valores, lo que refleja iguales niveles de autoeficacia (tabla 2).
Nota: n = tamaño muestral; M = Media; Me = Mediana; DE = Desviación estándar; U = U de Mann Whitney; p= p valor; PSest = Probabilidad de Superioridad (tamaño del efecto).
En la tabla 3 se observa que, al realizar el análisis comparativo de los niveles de autoeficacia con las variables sociodemográficas, se encontraron resultados de acuerdo con el análisis post hoc: En relación con el grupo etario, se encontraron diferencias estadísticamente significativas, los adultos fueron quienes presentaron o desarrollaron niveles altos de autoeficacia en comparación a los otros grupos (adolescentes, jóvenes y adultos mayores) (tamaño del efecto pequeño ε2= 0,01).
En cuanto a la ocupación, también se encontraron diferencias estadísticamente significativas, los trabajadores(as) dependientes presentaron mayores niveles de autoeficacia que los trabajadores independientes y los participantes que no trabajan (tamaño del efecto moderado ε2= 0,43).
Asimismo, de acuerdo con el estado civil de los encuestados se encontraron diferencias significativas, los solteros demostraron mayores niveles de autoeficacia que los otros grupos comparados (tamaño del efecto pequeño ε2= 0,01), por lo que tanto la condición de trabajo como el estado civil son variables intervinientes que influyen en los participantes para demostrar sus capacidades frente a la vida.
Nota: n = tamaño muestral; H = H de Kruskal Wallis; p= p valor. ε2 = Épsilon cuadrado (tamaño del efecto).
A nivel correlacional, se encontraron evidencias relativamente significativas en el grado de instrucción y la autoeficacia (correlación positiva, nivel bajo 0,130**), lo cual demuestra que a mayor escolaridad existe mayor autoeficacia. Igualmente ocurre en el ingreso mensual y la autoeficacia (correlación positiva, nivel bajo 0,199**), que demuestra que a mayor ingreso económico existe mayor autoeficacia; sin embargo, se puede observar que el ingreso mensual es un factor que influye en la autoeficacia de las personas, pero no determina las capacidades de estas (tabla 4).
Grado de instrucción | 1 | ||
Ingreso mensual | 1 | ||
Autoeficacia | 0,130(( | 0,199(( | 1 |
**La correlación es significativa en el nivel 0,01 (2 colas).
En cuanto a los datos obtenidos en Buenos Aires respecto a los adultos mayores, se observó que un 44 % de los encuestados son viudos. Con relación al nivel de estudio, se pudo verificar que el grupo es diverso, donde un 40 % posee estudios primarios incompletos; además, el 89,4 % de los participantes vivían solos. A pesar de estas características, que podrían considerarse desfavorables, se pudo constatar que más del 50 % de los participantes tiene la suficiente confianza de ser autosuficiente en todas las áreas de la actividad diaria, manifestaron que pueden concentrarse en sus actividades sin mayores complicaciones, así como controlar sus emociones ante situaciones problemáticas.
Discusión
De acuerdo con lo propuesto en este estudio, se precisa que el nivel de autoeficacia en la población peruana de Arequipa es de nivel medio con tendencia alta, en ese sentido, una alta medición de autoeficacia posibilita realizar tareas desafiantes, aumentar las expectativas y proponerse objetivos elevados. Por su parte, en el grupo argentino, el 53,9 % mostró estar bastante seguro de poder encontrar los medios y caminos para alcanzar sus metas, lo que refleja bastante similitud en ambos grupos; así, puede afirmarse que los adultos mayores se sienten capaces de realizar sus actividades diarias, cumplir con sus metas y regulaciones sin mayores complicaciones. Lo que evidencia una importante autoestima y autovaloración en ambos grupos.
En el grupo argentino, el sexo masculino de adultos mayores mostró mayor autoeficacia, mientras que en el grupo peruano no hubo distinción significativa entre ambos sexos, sin embargo, se observó una mayor autoeficacia en las mujeres mayores. Esto podría sugerir que los aspectos culturales estan interviniendo en estos resultados, así como aquellos aspectos relacionados con la familia o grupos sociales. Sin embargo, los hombres mayores argentinos del estudio mostraron una alta autoeficacia afectiva, en comparación con las mujeres mayores.20 Asimismo, en los aspectos cognitivos, los hombres mostraron una elevada autoeficacia, en comparación con las mujeres.20
Finalmente, es posible afirmar que los aspectos emocionales influyen lo suficiente para asegurar que una persona, indistintamente de la edad, tenga una autoeficacia efectiva, que se verá manifestada según el sexo y según la edad de distintas maneras. Sin embargo, los criterios sociodemográficos son relevantes para que la autoeficacia sea aún mayor y contribuya de forma significativa en cada uno de los grupos etarios. El valor de la familia sigue siendo un aspecto importante en las personas, tanto adolescentes, como adultos y adultos mayores manifiestan mayor autoeficacia según sea el apoyo familiar y de los grupos sociales del entorno cercano.
Resulta importante la divulgación de información entorno a la autoeficacia, más aún en los grupos de adultos mayores, que deben conocer la relevancia del autocuidado en la salud y en los aspectos diarios, como la toma de decisiones para su mejor estilo de vida y las actividades que puedan beneficiar su salud.
El nivel de escolaridad resulta un aspecto importante para la toma de decisiones en cada caso, es relevante el manejo de la información para el cuidado de la salud y el afrontamiento a las situaciones sociales.
El autocuidado es un aspecto necesario para cada grupo social, corresponde a la racionalidad del cuidado que se debe tener para una mejor calidad de vida, por ende, la promoción del autocuidado debe realizarse de la manera más apropiada y oportuna para asegurar una sociedad más responsable consigo mismo.
En conclusión, se evidencia que la autorregulación social y sanitaria, conocida como autoeficacia, está condicionada a factores socioculturales y educativos, que no depende únicamente de la edad o del sexo. Se contrastó que las personas en diferentes escenarios latinoamericanos tienen buena disposición para considerarse capaces para alcanzar sus propósitos individuales.