Introducción
El propósito actual de incrementar la obtención de grados científicos en el campo de la salud constituye una prioridad para todas las instituciones del sector. La integración docente-asistencial-investigativa ha sido una característica relevante de la revolución científico-técnica del sector de la salud en Cuba desde 1959. La clara visión de vincular el estudio con el trabajo en los programas de formación de los/las profesionales de la salud, ha permitido la vinculación entre el servicio y la investigación, por lo que ha constituido un elemento importante para la formación doctoral.1
Para lograr de manera satisfactoria la formación doctoral en salud se requiere que los problemas abordados resulten situaciones concretas de los servicios de salud, vinculadas a la labor que realiza el profesional, su experticia en el tema y los resultados ya acumulados; aunque es conveniente que el trabajo científico se inicie en la formación de pregrado, las maestrías y las especialidades. El doctor en ciencias en el campo de la salud que demanda el país en la actualidad debe ser capaz de identificar y resolver problemas complejos de investigación en cualquier nivel de actuación del sistema de salud cubano. La necesidad del pensamiento científico con una profunda formación humanista y social se enfatiza en el área de los servicios y de la dirección de salud, sobre todo en el nivel primario de atención.2
Las tendencias internacionales apuntan hacia la creación de plataformas académicas que integren más armónicamente los procesos de formación doctoral con la actividad laboral del profesional, en articulación con los proyectos de investigación y los programas académicos de posgrado, con el concurso del trabajo grupal inter- y transdisciplinario, desarrollado en redes interinstitucionales.3,4
Hoy día la dirección máxima del país ha expresado la necesidad de cambiar los estilos de trabajo. Existe la orientación de vincular la investigación de los Centros de Educación Superior con la solución de los problemas existentes en las distintas esferas de la economía cubana y, por tanto, en el sector salud. Resulta vital que el desarrollo académico de los profesionales de la salud se extienda a la obtención del grado científico de doctor, mediante investigaciones que resuelvan los complejos problemas que subsisten en la población.2
La Escuela Nacional de Salud Pública (ENSAP) tiene el compromiso social de formar doctores en ciencias de la salud que respondan a las necesidades de desarrollo académico y científico requeridas por la salud pública cubana actual. Como institución académica de alto nivel, la escuela posee un claustro profesional con grandes posibilidades para obtener el grado científico y una estructura organizativa que propicia esta formación docente. También cuenta con la oficina de doctorado, órgano intermedio y subordinado a la dirección del centro, donde se coordina y controla la ejecución de la “Estrategia general para la formación de doctores en ciencias de la salud”, dentro de la cual se encuentra la diseñada especialmente para los profesores de la institución.5
Como parte del proceso continuo de perfeccionamiento se han creado los grupos de investigación de la ENSAP, cuyas líneas de estudio responden a las prioridades del Ministerio de Salud Pública y de la propia institución, en consonancia con su potencial científico. Estos grupos, a su vez, se insertan en la estrategia de formación doctoral. La inclusión de los doctorandos en los equipos de investigación −también acogidos en el Programa de doctorado en Ciencias de la Salud recientemente aprobado por la Comisión Nacional de Grados Científicos (CNGC)−, tiene como propósito fundamental la conducción y el control científicos del proceso, desde la aprobación del proyecto de investigación hasta que el aspirante está en condiciones de realizar su predefensa, lo que se garantiza con la supervisión y el análisis crítico colectivo frecuente, tanto del proceso investigativo en sí como de sus resultados por etapas.
La estrategia para la formación de doctores de la ENSAP lleva cinco años de aplicación, durante los cuales se han realizado ajustes para su mejoramiento. El presente trabajo tiene como objetivo evaluar los resultados de la estrategia de formación doctoral de los profesores de la Escuela Nacional de Salud Pública entre 2017 y 2018.
Métodos
Se realizó un estudio descriptivo y transversal correspondiente a 2017-2018, cuyo universo lo conformó la totalidad de los profesores de la ENSAP. La información se obtuvo a partir del formulario “Estado de la formación doctoral del departamento”, emitido anualmente por los jefes de los departamentos docentes, la cual se vació en las bases de datos de la Oficina de doctorado. Esto permitió valorar el cumplimiento de la estrategia por departamentos docentes para, a su vez, poder informar a las instancias administrativas y científicas del centro, con vistas a tomar decisiones en caso pertinente.
Los departamentos docentes de la ENSAP donde se insertan los doctorandos son: Dirección en Salud, Epidemiología, Bioestadística, Economía de la Salud, Ciencias Sociales, Situaciones Especiales en Salud y Educación Posgraduada en Salud Pública.
Los profesores se clasificaron como doctores, aspirantes, con tema aprobado en el consejo científico, con tema aprobado en el departamento docente, en fase de búsqueda de tema y otros.
Para la valoración del cumplimiento de la estrategia se actualizó la base de datos con todos los profesores doctores en ciencias particulares o en ciencias, con vistas a tomarlos en cuenta como posibles tutores, en dependencia de los temas a investigar y el número de aspirantes que ya estos tutelan.
También se analizó la base de datos que incluía a los profesores matriculados en el Programa de doctorado en Ciencias de la Salud o en otra área del conocimiento, fuera de la ENSAP, lo que posibilitó su seguimiento y control, de acuerdo con los objetivos de la estrategia.
Se revisaron todos los proyectos de los profesores aprobados por el consejo científico para su formación doctoral, con vistas a su inserción en tesis de maestrías o especialidad de forma priorizada.
Además, se valoraron todos los proyectos de investigación de los profesores, discutidos en el grupo de investigación correspondiente, pero que aún no habían sido presentados al consejo científico para su aprobación.
La información se resumió en porcientos sobre la base del total de profesores para doctores y otros casos, y la cantidad de profesores no doctores para aspirantes y en alguna fase del proceso de formación.
Resultados
La estrategia para la formación de doctores en ciencias de la ENSAP está dirigida a que los profesores tengan la posibilidad de alcanzar el grado científico, y apoyen el diseño y la ejecución del proyecto de investigación, mediante su integración a los grupos de estudio. Los departamentos docentes también desempeñan un papel muy importante en el control y la orientación del proceso, en aras de que los docentes no doctores alcancen el grado científico, y de los que ya lo son, se integren a la tutoría de tesis.
Durante 2017 y 2018 se logró un buen funcionamiento en la conducción de la estrategia de formación de doctores entre los departamentos docentes, la oficina de doctorado, y la vicedirección de Ciencia y Tecnología y los grupos de investigación, estos últimos creados recientemente; pero también con el Consejo Científico, como órgano asesor de la dirección para el trabajo científico de la institución.
En 2017 defendieron sus trabajos 2 profesores y en 2018 lo hicieron 4. En el último año, 3 de las tesis fueron recomendadas a premios por su calidad científica, lo que habla a favor del proceso de control científico, el cual forma parte consustancial de la estrategia.
En el claustro profesoral el número de doctores en ciencias de la ENSAP en 2018 ascendió a 55 −cifra superior al año anterior−, para el 44 % del total, tanto en dedicación completa como parcial. En la mayoría de los departamentos docentes existió un comportamiento similar. Aunque hay que resaltar que la cifra de doctores fue igual en ambos años como resultado de variaciones ocurridas en cuanto al número de profesores (Tabla 1).
La contribución de aspirantes dentro de los profesores que no eran doctores en la ENSAP resultó de 11,43 % en 2018, cifra inferior al 15,3 % reportado en 2017, lo que se reflejó en la mayoría de los departamentos docentes. Aunque en la Dirección en salud no se presentó ningún aspirante en los dos años, es importante señalar que cuenta con el mayor número de doctores (Tabla 2). En los próximos 4 años se podrá contar con 8 nuevos doctores, lo que contribuirá a la sostenibilidad de profesores con grado científico y ayudará a reducir el efecto del envejecimiento del claustro.
En 2018 realizaron sus defensas 4 profesores de la ENSAP, tres a tiempo completo y uno a tiempo parcial.
En la tabla 3 se presentan los profesores que no eran doctores ni aspirantes y que se encontraban en algunas fases de formación. Estas etapas incluyeron desde la búsqueda del tema hasta la aprobación del proyecto por el consejo científico. En la institución se observó que alrededor de la mitad de estos docentes se encontraba en alguna de estas etapas. Dentro de los departamentos docentes los que más aportaron fueron Situaciones especiales en salud y Ciencias Sociales, los que, a su vez, presentaron un menor porcentaje de aspirantes en 2018.
Se identificaron los profesores que estaban en la fase inicial de búsqueda de temas y los tutores para hacer su doctorado; en este sentido, se ofertó la posibilidad de insertarse en proyectos ya aprobados de doctores, que pudieran tributar a tesis doctorales. Finalmente, se analizó un grupo especial de profesores que, por diversas razones, como la edad, no realizarían el doctorado.
Se debe destacar que existió lentitud por parte de algunos profesores en el tránsito por estas etapas, lo que produjo estancamiento en su proceso de formación y en los resultados de la estrategia institucional; de ahí que esto deba considerarse con mayor peso en su evaluación docente.
Como apoyo a esta situación, los profesores fueron informados de los proyectos que conducían los doctores y los que se desarrollaban en la institución, para que pudieran desarrollar tareas científicas dentro de ellos, que derivasen en tesis doctorales.
Existió un número importante de docentes que se encontraba en la categoría “Otro caso”: los que no iban a hacer el doctorado. Las razones fundamentales analizadas en los departamentos docentes fueron, sobre todo, las situaciones de enfermedad y edad muy avanzada; también se revisó el caso de profesores que cumplían misiones internacionalistas o realizaban maestrías, por lo que tenían incluido en su plan de desarrollo continuar con el doctorado una vez concluidas estas tareas.
En la tabla 4 se aprecia que, en estos dos años, sobre todo en 2018, la cifra se encuentra alrededor de la quinta parte de los profesores de la ENSAP. Es necesario velar por que la entrada de profesores a la institución privilegie a los que tienen disposición de alcanzar el grado científico y a los que son doctores, de manera que se evite el incremento de aquellos sin grado científico.
Los profesores que tenían la categoría de aspirantes se desempeñaban de acuerdo con sus planes de trabajo. En sus respectivos departamentos docentes se hizo un seguimiento de su formación doctoral por medio de las evaluaciones anuales.
El 42,5 % de los doctores se encontraba tutelando tesis doctorales por lo que existió la posibilidad de contar con la experiencia de los que se hallaban realizando la función formativa para tutelar tesis de docentes de la ENSAP, y de doctorandos de Ciencias de la Salud de Cuba y de otros países.
Discusión
La estrategia de formación de profesores para doctores se basa en la premisa de que las investigaciones de los doctorados se realizan en el lugar donde trabajan los profesionales y responden a problemas priorizados del sector salud.2,3,5 Existe una política institucional que dicta que todo profesor no doctor tiene que responder, como primer objetivo docente, al relacionado con la obtención del grado científico, cuyo cumplimiento se mide en la evaluación profesoral parcial y al final del curso escolar; aunque a juicio de las autoras esto no se ha cumplido con el rigor requerido, sobre todo para los clasificados en fase de búsqueda de tema y con tema aprobado por el departamento docente, lo que se demuestra en la dilación de estas fases en algunos casos.
Es importante destacar que la estrategia general de doctorado que se desarrolla en la ENSAP muestra como evidentes las ganancias en la calidad de los proyectos.5 La aplicación de estos ha enriquecido su número y discusión en los grupos de investigación, lo que los ha convertido en garantes para la realización de tesis de maestrías y especialidades.
En la actualidad ha surgido el proceso de acreditación de los programas de doctorado, que en Ciencias de la Salud están inmersos en el proceso de preparación para solicitar a la CNGC su acreditación. En este sentido, un aspecto central es la valoración de la calidad de los procesos de formación profesional a partir de la posición de los egresados en el mercado de trabajo; en este contexto, la estrategia aplicada se convierte en un instrumento ideal que contribuye al cumplimiento con calidad del programa de doctorado que se ejecuta en la ENSAP.6
La estrategia ha aportado resultados favorables, fundamentalmente en cuanto a rigor y calidad en las tesis concluidas, y ha permitido visibilizar dentro de la estructura del centro las fortalezas y debilidades en la actividad científica, bajo la concepción de que la formación doctoral implica el desarrollo de la investigación como una labor sustantiva. Por lo anteriormente expuesto resulta necesario que los doctores formados se vinculen lo más rápido posible a la formación de otros profesionales, es decir, a revertir en el propio espacio laboral de la ENSAP lo que se ha aprendido.5,6
Contar con un claustro formado mayormente por doctores en ciencias constituye una fortaleza importante para la ENSAP y para el cumplimiento de su encargo social. Un dato interesante sobre la importancia de la formación de doctores se refleja también desde lo económico. Según Núñez,7) en México estiman que la pérdida de una persona con grados científicos equivale a la de un millón de dólares. A partir de este cálculo, si en un año cualquiera abandonan la universidad 10 doctores, la universidad y el país habrán perdido 10 millones de dólares.
Si bien aún se requiere de un seguimiento de la estrategia de formación doctoral, no cabe dudas de que esta ha constituido un aspecto positivo, que se incrementará cada vez más con la creación y el funcionamiento de los grupos de investigación.
La ENSAP ha ejecutado la estrategia de formación doctoral vinculada a la labor docente desde el puesto de trabajo, a la que ha logrado insertar tesis de maestrías y de especialidades que se ejecutan en la labor de los profesionales. Esto ha mostrado factibilidad y resultados satisfactorios, aunque subsisten algunas brechas que forman parte de las proyecciones de la institución para mejorar la formación doctoral.
La estrategia mantiene su ejecución de acuerdo con lo establecido. Hay que enfatizar como aspecto negativo el estancamiento de algunos profesores en la fase de búsqueda de tema, y la aprobación definitiva del proyecto en el grupo de investigación y los departamentos docentes. Se necesita garantizar que la mayoría de los profesores de nueva incorporación en la ENSAP tengan la disposición de realizar el doctorado y trabajar con agilidad en este sentido.