Introducción
Los cambios acontecidos en la educación superior asociados a la creciente heterogeneidad y diversidad de instituciones, el incremento de la investigación científica, el impacto de las nuevas tecnologías, la mercantilización de la educación, y el desarrollo de nuevas carreras y áreas del conocimiento con base interdisciplinaria, han llevado a la necesidad de establecer en cada país mecanismos de control que contribuyan a garantizar el cumplimiento de un conjunto de indicadores “representativos”, de alguna manera, de la calidad de las instituciones. Esto se ha expresado a través de los sistemas nacionales y externos de aseguramiento de la calidad.1,2)
La calidad representa una forma de gestión en la que predomina la preocupación por satisfacer al usuario, y por mejorar día a día los procesos y resultados. En una institución u organización como la universidad, la calidad se extiende al conjunto de sus fines, los sistemas que la integran, los procesos que desarrolla y los resultados que obtiene.3
La aplicación de los principios de gestión de la calidad y la implantación de los requisitos de la norma internacional NC-ISO 9001:2015 provee a las organizaciones de una valiosa herramienta para gestionar sus procesos, mejorar su desempeño, lograr la satisfacción de todas las partes interesadas y el cumplimiento de la legislación aplicable.4 Su relación con el proceso de certificación de las organizaciones se fundamenta en el reconocimiento público del nivel alcanzado en su desarrollo integral, mediante la categoría superior de acreditación otorgada a las carreras universitarias, al posgrado académico y a las Instituciones de Educación Superior (IES).5
La acreditación constituye una forma de reconocimiento y prestigio que garantiza la calidad y credibilidad del proceso educativo y sus resultados, ligado a la mejora continua. Es el resultado que muestra una entidad gubernamental, paraestatal o privada (Agencia de acreditación) al evaluar la calidad de una institución de educación superior, con el objetivo de reconocer formalmente que cumple con determinados criterios o estándares predeterminados y concederle un sello de calidad.6
Los sistemas de gestión de calidad en el proceso de acreditación de las instituciones de educación superior posibilitan mejorar la calidad de sus servicios y procedimientos, así como adaptarse a los nuevos cambios que les permitan hacer frente a entornos en constantes trasformaciones.
Se necesita que las instituciones emprendan acciones con un nuevo enfoque de control, lo que implica un cambio estructural y la obligatoriedad de contar con modernas técnicas de evaluación, control y auditoría; pero, a la vez, es menester crear una nueva cultura organizacional y potenciar el recurso humano, mediante la capacitación continua y la búsqueda permanente de la excelencia profesional.7
La auditoría constituye una herramienta valiosa para identificar los riesgos o problemas presentados en una entidad, y dar una pronta solución a dichos hallazgos.8) Su concepción moderna nació en Inglaterra −aquí se encuentra el primer antecedente−. La fecha exacta se desconoce, pero se han hallado datos y documentos que permiten asegurar que a fines del siglo xiii y principios del siglo xiv ya se auditaban las operaciones de algunas actividades privadas y las gestiones de algunos funcionarios públicos que tenían a su cargo los fondos del Estado.9
El primer proceso de auditoría académica surgió en 1980 en el Reino Unido, como consecuencia de las insistentes demandas del Gobierno Thatcher acerca de la calidad de la enseñanza en el sector universitario, de rápida expansión entonces. Como resultado se estableció un Comité de Estándares Académicos, que ya en 1986 recomendaba códigos de prácticas para procesos académicos críticos.10
En estos momentos, la implantación de los procesos de evaluación institucional en las instituciones de educación superior cubanas transita por significativas transformaciones sociales, lo que implica también la modernización continua de los propios procesos evaluativos, de manera tal que contengan las nuevas exigencias y los requisitos para consolidar, paulatinamente, los procesos sustantivos y el impacto social de la universidad, y puedan sistematizarse los movimientos hacia los cambios organizacionales y el desarrollo general de la educación superior en condiciones de mejora continua.11
Los sistemas de gestión de calidad en estas organizaciones traen consigo una mejor gestión de sus procesos sustantivos de docencia, investigación y extensión; un control y una medición más eficientes de estos, así como un mayor interés y compromiso de los trabajadores, lo que supone que aumentan la motivación y la productividad.12
La implementación de un sistema de gestión de la calidad en las instituciones educativas permite llevar a cabo una mejor planificación, una ejecución y un control de todos los procesos. La adecuación de las auditorías de calidad a los procesos académicos y sus resultados suscitan análisis que contribuyen a la mejora continua de estos.
Métodos
Se utilizó el análisis documental de los resultados de las investigaciones de diferentes autores acerca de auditoría académica y calidad en los procesos de formación y acreditación institucional. Se combinaron la sistematización y la triangulación de fuentes para definir operacionalmente la auditoría académica en la gestión de la calidad en los procesos de acreditación institucional.
Desarrollo
Los esquemas sectoriales de evaluación y acreditación que se implementan a nivel mundial en los sectores de la educación y la salud, también utilizan modelos genéricos de gestión de la calidad, basados en la norma ISO 9001 y los premios a la excelencia, como el Modelo de la Fundación Europea para la Gestión de la Calidad (EFQM), de reconocida efectividad en todos los ámbitos de la producción y los servicios.6
Las normas ISO surgen, en su primera versión, en 1987 como estándares que definen un sistema de gestión de la calidad. Desde entonces, estas normas se han revisado y han pasado por versiones en 1994, 2000, 2008 y, recientemente, en 2015. Son las instituciones educativas europeas en la década de los años 90, seguidas por las de Estados Unidos y Asia, las que inician su implementación en el contexto de la educación.
Bach10 define como “aseguramiento de la calidad” el “conjunto de acciones planificadas y sistemáticas implantadas dentro del sistema de la calidad, y demostrables si es necesario, para proporcionar la confianza adecuada de que una entidad cumplirá requisitos para la calidad”.
Aguilar y otros13) conceptualizan como “calidad académica” los efectos positivamente valorados por la sociedad con respecto al proceso de formación que llevan a cabo las personas en su cultura. Se consideran, generalmente, cinco dimensiones de la calidad: filosofía (relevancia), sociedad (equidad), pedagogía (eficacia), economía (eficiencia) y cultura (pertinencia).
Constituyen principios de la calidad académica: la estructura del sistema educativo; la configuración y adaptación del currículo a las diversas aptitudes, intereses y expectativas de los alumnos; la función docente, al garantizar las condiciones que permitan a los profesores el desarrollo de su labor, su formación inicial y permanente, y su reconocimiento profesional; la evaluación del sistema educativo y del rendimiento de los alumnos, de acuerdo con los estándares establecidos; el fortalecimiento institucional; la profesionalización de la dirección; y un sistema de verificación de los procesos y los resultados.13
Por su parte, la acreditación es el resultado de la aplicación de un sistema de autoevaluación y evaluación externa, dirigido a reconocer públicamente que una institución y un programa reúnen determinados requisitos de calidad, definidos previamente por órganos colegiados de reconocido prestigio académico. En Cuba, este órgano es la Junta de Acreditación Nacional.14,15,16,17
Los cambios propiciados en el Sistema de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (SEAES) responden a los resultados alcanzados en la gestión de la calidad universitaria, como parte del proceso de mejora continua y en correspondencia con las prácticas internacionales. En el anexo 1 “Patrón de Calidad de las Instituciones de Educación Superior (SEA-IES)” de la Resolución No. 8/19, se destaca en la variable 1 “Contexto Institucional y Pertinencia Integral” cómo la institución debe definir la misión, la visión, la planeación estratégica, el mapa de procesos, entre otros elementos.18
Por tanto, resulta congruente el planteamiento de Méndez y Oliveros,8 de que constituye una necesidad social establecer procedimientos de auditoría como actividad con basamento científico, para medir el cumplimiento de la misión, la consecución de los objetivos institucionales y la utilización de los fondos públicos recibidos con eficiencia, transparencia, oportunidad y según el marco legal establecido.
De acuerdo con la Sociedad Americana para el Control de la Calidad, la auditoría de calidad constituye “un examen sistemático de las actuaciones y decisiones de las personas con respecto a la calidad, con objeto de verificar o evaluar de manera independiente los requisitos operativos del programa de calidad o la especificación o los requisitos del contrato del producto o servicio.10
Según Bach,10) “la auditoría académica consiste en evaluar las actividades docentes, de investigación, de extensión y de administración de la dependencia a auditar; así como los requerimientos de recursos humanos necesarios para el cumplimiento de los objetivos de la Unidad Académica correspondiente, tanto en pregrado como en posgrado”.
Por otro lado, Aguilar y otros13, y Medina y otros19 refieren que se asocia a una serie de procesos y técnicas, que valoran, de forma independiente y profesional, las actividades establecidas dentro de una institución. Es, a su vez, el control ejercido por medio del examen objetivo, sistemático y selectivo de evidencias de las operaciones del régimen académico, sustentado en la integración de sus componentes: la formación profesional, la investigación, la extensión y la proyección social, con el fin de evaluar el grado de cumplimiento de los planes, los objetivos y las metas.
Autores como Rojas y otros20 la describen como la capacidad institucional para la autorregulación, entendida como el conjunto de políticas, mecanismos, procedimientos y acciones, destinado a determinar si la institución está efectivamente avanzando hacia el logro de sus propósitos y objetivos, y salvaguardando la diversidad institucional, la riqueza de nuestra educación superior y el proyecto propio.
Al respecto, Fernández y otros21 abordan diferentes conceptos en las tres universidades siguientes:
Universidad de los Andes, Venezuela: “La auditoría académica consiste en evaluar las actividades docentes, de investigación, de extensión y de administración de la Dependencia a auditar; así como los requerimientos de recursos humanos necesarios para el cumplimiento de los objetivos de la Unidad Académica correspondiente, tanto en pregrado como en posgrado”.
Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos: “Supone una responsabilidad institucional colegiada para estándares académicos y aseguramiento de la calidad. Utiliza mecanismos de evaluación orientados a los procesos, no a los resultados. Se centra en el aprendizaje de los estudiantes. Está orientado hacia la mejora y el crecimiento de la capacidad institucional”.
Universidad de Missouri-Columbia, Estados Unidos: “Una auditoría académica revisa los procesos o procedimientos que los docentes usan para brindar educación de calidad en sus departamentos. A diferencia de otros procesos, no está basado en la evaluación de decisiones anticipadas o predictivas hechas por los docentes, ni tratan de administrar la forma en que enseñan”.
En este proceso de actualización es importante señalar el papel de la norma NC-ISO 19011:2018 “Directrices para la auditoría de los sistemas de gestión”. Este documento proporciona orientación sobre la gestión de un programa de auditoría con un enfoque más integrador. Se reconoce a la auditoría como una necesidad en el propio proceso de perfeccionamiento de la calidad y la mejora continuas.22,23 Sus resultados pueden ser utilizados como fuentes de información en el proceso de autoevaluación y evaluación externa, sustentado en la Resolución No. 150/18, artículo 121, inciso d, que establece la revisión de los documentos que respaldan la gestión de los procesos universitarios.24
De esta manera, al decir de Fontalvo y De La Hoz,12) la norma ISO 9001:2015 satisface de manera equilibrada los requerimientos de calidad en las tres dimensiones de la educación superior: docencia, investigación y extensión, al favorecer un enfoque estratégico y fortalecer el pensamiento basado en riesgos para planificar y ejecutar acciones dentro de un sistema de gestión de la calidad.
Los autores concuerdan con las conceptualizaciones antes referidas acerca del término, y con que la auditoría académica es una herramienta de gestión de la calidad que contribuye al proceso de acreditación institucional.
Dentro de los objetivos de la auditoría académica se refieren los siguientes:8
Asegurar el cumplimiento de los objetivos y metas académicas.
Proteger apropiadamente los recursos humanos, materiales y financieros utilizados en la prestación de servicios académicos.
Cumplir con leyes y reglamentos aplicables de carácter general y específico.
Preparar, conservar y revelar información académica confiable para la planeación, toma de decisiones y control de las instituciones académicas.
Los autores coinciden con los objetivos planteados con anterioridad; no obstante, consideran que para fortalecer la gestión de la calidad en los procesos de acreditación institucional se deben adicionar otros que mejoren el propósito de la auditoría académica. Estos son:
Evaluar el nivel de preparación del personal docente que participa en el proceso enseñanza aprendizaje, la cantidad de Doctores en Ciencias y la proyección estratégica trazada por la institución para su desarrollo y crecimiento; así como los planes de estudios.
Valorar la producción científica y su correspondencia con las líneas de investigación, la incorporación de profesores y estudiantes a proyectos de investigación, y la participación en eventos nacionales e internacionales.
Controlar la gestión de los recursos humanos en cuanto a la selección, la superación y la evaluación.
Verificar la calidad de la infraestructura y el desempeño de los centros de información, las bibliotecas y el uso de las Tecnología de la Información y las Comunicaciones (TIC).
Consideraciones finales
La auditoría académica se centra en el examen sistemático de requisitos normativos de docencia, investigación y extensión. Ello la orienta hacia la evaluación de la calidad de los procesos sustantivos de la universidad.
La acreditación institucional es un proceso que se inicia a partir del desarrollo de la autoevaluación y la evaluación externa, las cuales examinan el cumplimiento de los requisitos. Por lo tanto, la auditoría académica puede contribuir a la evaluación de estos desde una perspectiva sistémica.