La geografía
La geografía es una ciencia de alta complejidad y contenido variado. Le concierne en primer lugar el espacio, pero en sus distintas dimensiones: la superficie del planeta, su envoltura hasta una buena altura y el subsuelo a gran profundidad.
En la envoltura la geografía encuentra entre otros elementos lo relacionado con tres muy importantes: el oxígeno, el nitrógeno y el agua. De estos nos provee la atmósfera. Del subsuelo: otra vez el agua, los combustibles fósiles y los minerales. De la superficie, la ocupan animales no humanos, las plantas y sobre todo el animal humano.
El animal humano es único por su complejidad: mamífero, de sangre caliente, vertebrado, bípedo, que habla y construye. Y algo muy notable es que escribe. En cuanto a su cuerpo físico posee una gran capacidad de adaptación.
Estas últimas características son las más singulares (aunque los castores construyan diques, las abejas colmenas y otros ejemplos). Ellas modelan la actividad pensante, psíquica, intelectual, que este animal humano niega a todos los restantes de este reino.
El animal humano es inteligente, al menos lo que entiendo por inteligencia. Mis dudas surgen cuando conozco lo que hacen humanos de grupos llamados talibanes, estados islámicos o de otras denominaciones en el cercano Oriente, o una secta similar, la Boco-Aram en África, que practican el terrorismo indiscriminado.
Incluyo las prácticas terroristas de los sionistas contra los palestinos. O las pandillas Mara en México y Centro América.
Otro componente de las prácticas no inteligentes del humano, además de sus guerras, terrorismo, adicciones y otras, es su acción depredadora y contaminante. Esto ha sido objeto de estudio profundo por la geografía, así la geografía ha avanzado a conceptualizar y desarrollar la geografía humana.
Geografía de la salud
Llego en este texto a lo que motivó que lo escribiera, a la geografía de la salud. Insisto en destacar su existencia y vigencia, a pesar del rechazo a que le hacen la medicina y la salud pública biologicista, tecnocrática y su modelo médico hegemónico (MMH).
El pensamiento biologicista se acerca primero a conocer el cuerpo humano, su estructura y funciones. Luego los daños que sufre este cuerpo y los remedios para ello, sigue una búsqueda biomédica, natural, a veces recuerda la psiquis, el contexto, la cultura.
Si se pensara a la vez en las grandes opciones de búsquedas de remedios, tropezaríamos con la geografía.
Geografía es aquí el ambiente, el clima y el tiempo con sus cambios, que hoy son una amenaza que ya llega a golpearnos: sequías, deforestación, desertificación. Cambios en los patrones de fecundidad, migraciones, urbanismo patogénico, barrios insalubres, carencia de agua potable, inseguridad alimentaria, inseguridad vial, en fin, un extenso inventario de riesgos y agresiones a la salud que el biologicista ve convertirse en epidemias de obesidad, estrés, violencia y desigualdades.
En un texto de Tambellini y Arouca, que escribieron comentando la obra de Canguilhem “Lo normal y lo patológico” se lee:
Por tanto, si un género de vida es función de un medio ambiente, se debe recordar que el propio medio ambiente geográfico es producto de la actividad humana y, en este sentido, la geografía mediante las técnicas colectivas, está totalmente impregnada de la historia. Por tanto, en ese análisis, el medio ambiente del ser vivo es también obra de ese ser vivo, que se sustrae o se ofrece a determinadas influencias.1
Es así la geografía, sobre todo la que suele llamarse humana, una ciencia que contribuye a conocer mejor todos estos problemas y que nos acerca a soluciones y previsiones más racionales y sostenibles.
Esto me lleva a pensar que en la preparación del personal de la salud, sobre todo de salubristas, debe incluirse el estudio de estos problemas desde la visión más amplia que proporciona la geografía.
Textos que ilustran la opinión que aquí expreso, los no obsoletos de Pérez de la Riva2-4 y los más actuales de Iñiguez Rojas.5-8)