La Revista Cubana de Salud Pública con el presente suplemento tiene el objetivo de exponer varios trabajos científicos de autores nacionales que muestran facetas de la experiencia cubana en los primeros meses de lucha contra la COVID-19. Como se conoce, cuando se detectó la presencia del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 comenzó una batalla mundial contra esta desconocida enfermedad, que tuvo su origen en la ciudad de Wuhan, República Popular China, donde se reportó el primer caso el 8 de diciembre del 2019.1,2 La Organización Mundial de la Salud, por la rápida diseminación de esta enfermedad en el mundo, declaró el 30 de enero del 2020 una situación de emergencia de salud internacional, y el 11 de marzo del 2020, cuando la enfermedad ya se había extendido a 114 países, como una pandemia.3,4
Cuando se publique este suplemento, el número de enfermos de COVID-19 en el mundo podría haber rebasado la cifra de 30 millones y el de fallecidos 1 millón.5 Vivimos en tiempos de desafíos globales cuando estamos enfrentando, junto a la pandemia de la COVID-19, el cambio climático, la contaminación del aire, tierra, mares, ríos y la pérdida acelerada de la biodiversidad de miles de especies, animales y vegetales. Nunca como ahora fueron tan proféticas las palabras que pronunció nuestro comandante en jefe Fidel Castro Ruz en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo en junio de1992: “Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre”.6
En Cuba se diagnosticaron los primeros casos de COVID 19 el 11 de marzo de 2020, pero ya desde el 29 de enero, el Consejo de ministros aprobó el Plan para la Prevención y Control del Coronavirus, que se ha ido perfeccionando a medida que se va conociendo mejor la enfermedad y su epidemiología. El Gobierno cubano creó el Grupo Temporal de Trabajo, el cual encabeza el presidente de la República, y lo integran el vicepresidente y el primer ministro, así como viceprimeros ministros y ministros. Los que se reúnen diariamente desde el mes de marzo para analizar la situación epidemiológica del país. En estas reuniones diarias también participan por videoconferencia las autoridades de las 15 provincias cubanas y del municipio especial Isla de la Juventud. Asimismo, se activaron las estructuras del Consejo de Defensa Nacional, Consejos de Defensa provinciales, municipales y las Zonas de Defensa.
El Ministerio de Salud Pública (Minsap) elaboró el Protocolo de actuación nacional para la COVID-19 Versión 1.4.7) y la Resolución ministerial 128/2020 editada en la Gaceta Oficial Extraordinaria Número 25 del martes 12 de mayo de 2020, donde emitió las disposiciones sanitarias específicas complementarias para la etapa de prevención y control de la propagación de la COVID-19 en el territorio nacional.8 En el manejo de esta epidemia se pone de manifiesto la vigencia de los principios9 del Sistema Nacional de Salud que estableció la Revolución cubana y que se han mantenido hasta la actualidad:
Carácter estatal socialista: El estado socialista responde por la salud de la población. La salud es un derecho del pueblo y un deber del Estado y se instrumenta mediante leyes y medidas en todos los sectores de la economía. Este carácter estatal abarca no solo al Sistema Nacional de Salud, también encierra la responsabilidad que tienen todos los sectores de la economía en la salud de la población.
En este principio se incluye también la intersectorialidad que se ha podido constatar durante la pandemia, entre otras actividades, por las reuniones diarias del Grupo Temporal de Trabajo del Gobierno y de las estructuras de los Consejos de Defensa en todos los niveles políticos y administrativos. Las medidas tomadas en el orden interior, las regulaciones laborales de protección a los trabajadores interruptos, el aumento del teletrabajo y a distancia, la utilización del transporte público en función de la pandemia, normativas en los comercios para suministros de alimentos, aseo y productos del agro, suspensión de actividades docentes en primera fase y su reinicio en dependencia de la situación epidemiológica, control del movimiento de personas y vehículos y el resguardo de las fronteras nacionales han sido de gran trascendencia, para junto con la vitalidad del Sistema Nacional de Salud “mantener a raya” la pandemia. Para lo que se sumaron masivamente intelectuales, escritores, artistas, deportistas y profesionales de todas las ramas del saber, que han ofrecido actividades culturales y de entretenimiento en línea, para el enriquecimiento espiritual de los cubanos durante los largos meses de confinamiento.
Orientación profiláctica: el plan de prevención de la pandemia incluye el ingreso inmediato de los enfermos con el nuevo coronavirus en las instalaciones hospitalarias para su tratamiento, según los protocolos establecidos por el Minsap; el aislamiento e ingreso en instituciones estatales de todos los contactos y sospechosos según las encuestas epidemiológicas realizadas; la cuarentena para el control de focos y eventos; la atención especial a los grupos vulnerables como adultos mayores, embarazadas y discapacitados y niños; las acciones de promoción de salud y el uso obligatorio de la mascarilla; el distanciamiento físico y social; el lavado frecuente de las manos; la aplicación de fármacos preventivos para incrementar la inmunidad de toda la población, como el PrevengHo Vir. biofármacos como Nasalferon, Biomodulina-T y Hebertrans se usan para la prevención de la infección por el virus SARS-CoV-2 en grupos de riesgo;10 la inscripción el 13 de agosto de 2020 del candidato vacunal Soberana 01 en el Registro Público Cubano de Ensayos Clínicos,11 cuyos resultados finales estarán a principios del año 2021 y permitirá hacer realidad el sueño de los científicos que la crearon y de nuestro pueblo de que Cuba sea le primer país del mundo que vacune a toda su población.
Accesibilidad y gratuidad: desde el punto de vista geográfico se asegura el acceso a los servicios de salud, ya que en Cuba su cobertura es universal y se extiende a todo el país. Todos los servicios de salud están en función de la epidemia. No ha colapsado el sistema de salud lo que demuestra su fortaleza. Estos servicios son gratuitos y se garantiza su acceso a toda la población independiente de sus concepciones políticas, religiosas, raza, estado jurídico y sexo. Los ingresados en hospitales, en las salas de terapias intensivas y en los centros de aislamientos “no pagan un centavo”. Los biofármacos que se utilizan para la prevención del nuevo coronavirus son gratuitos, al igual que las pruebas de PCR en tiempo real y las serológicas.
Integridad y desarrollo planificado: el Sistema Nacional de Salud es único e integrado y su base es la atención primaria de salud, con el modelo del médico y enfermera de la familia. Su dirección radica en el Minsap. Su principal fortaleza es la calidad humana y profesional de su personal. Lo integran 479 623 trabajadores, en los que se destacan sus 97 202 médicos, de ellos 26 173 médicos de familia, 19 825 estomatólogos y 84 220 personal de enfermería. Sus instituciones, entre otras, están constituidas por 150 hospitales,110 salas de terapia intensiva, 449 policlínicos, 11 297 consultorios del médico de la familia, 11 centros de investigación, 132 hogares maternos, 155 hogares de ancianos y 30 centros sicopedagógicos.12
Desde su carácter inclusivo y universal, el sistema de salud cubano en los inicios de la pandemia ha estado en función de luchar contra ella, de esa manera, ha podido alcanzar la integración y participación de todas las instituciones en su enfrentamiento. Las acciones de promoción de salud, de prevención de la enfermedad, de curación y rehabilitación y seguimiento en la comunidad se realizan de forma acuciosa. Los trabajadores de la salud merecen el aplauso diario que nuestro pueblo le dedica. Nunca nuestro sistema de salud revolucionario tuvo una prueba tan intensa y prolongada. Cuánta razón tuvo Fidel en el acto de constitución del Destacamento de Ciencias Médicas Carlos J Finlay, en marzo de 1982 cuando expresó: “para ser médico se requiere una sensibilidad exquisita, una gran calidad humana, gran capacidad intelectual y una moral a toda prueba. En eso no se puede hacer concesiones de ninguna índole”.13
Unidad de la ciencia, la docencia y la práctica médica: este principio se destaca en el plan de enfrentamiento a la pandemia. Los centros de investigación, junto con las universidades, no solo las de ciencias médicas y las instituciones de salud, han logrado actuar de manera coordinada. La transdisciplinariedad permite enfrentar científicamente esta pandemia. Los estudiantes de ciencias médicas realizan junto a sus profesores las pesquisas activas en la comunidad; los profesores y alumnos de otros centros universitarios aportan en investigaciones y trabajan en centros de aislamiento, en hospitales y en las zonas de aislamiento a nivel comunitario por eventos de transmisión local en apoyo a los suministros de alimentos, medicamentos y otros productos de necesidad.
“El Heberon y HeberFERON® son administrados como tratamientos antivirales, mientras que Jusvinza e Itolizumab se usan para detener la reacción hiperiinflamatoria en los pacientes. Estos productos de la biotecnología cubana contribuyen a la disminución de pacientes graves y críticos”.10
El presidente de la República convoca a reuniones periódicas con científicos, profesores, expertos en distintas ciencias para lograr el abordaje transdiciplinario, se han realizado hasta la fecha 24. Los temas tratados en estas reuniones han sido sobre vacunas, medicamentos, protocolos de intervención, estudios epidemiológicos comparados, demografía, modelos matemáticos aplicados. El diálogo ciencia-gobierno alcanzado durante este periodo de enfrentamiento a la COVID-19 promueve la innovación para la solución de problemas complejos de gran relevancia social.
Participación activa de la población: es uno de los principios que ha descollado en el enfrentamiento a la COVID-19. Todas las organizaciones de masas, sociales y profesionales se han puesto en función de la lucha contra la epidemia. Se han emitido documentos, planes y aportes sustanciales. No hay tarea de salud en un policlínico, hospital o centro de aislamiento, distribución de alimentos y medicinas, donde no se destaque el pueblo organizado, el que, en su mayoría, cumple las medidas restrictivas dictadas para controlar la epidemia.
Internacionalismo: la colaboración médica internacional en el campo de la salud pública cubana está cerca de cumplir 60 años. En estos momentos existen más de 28 000 colaboradores en 61 países a los que se les han unido en 39 países, hasta septiembre 18 de 2020, un total de 52 brigadas del Contingente Internacionalista de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias “Henry Reeve” para el combate a la pandemia.14,15 Miles de organizaciones y personalidades en el mundo han propuesto este contingente para el Premio Nobel de la Paz 2021. Nada más justo. Es posible que no haya institución en el mundo, ni país, que pueda hacer lo que realiza con tanto amor este contingente, al riesgo de sus propias vidas. Es así que Cuba promueve la colaboración internacional como única forma de vencer esta pandemia.
El país está viviendo en estos momentos un rebrote de la terrible enfermedad, a la cual nuestro Partido, Gobierno y pueblo le prestan la máxima atención. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió el 16 de septiembre que la “pandemia de la COVID-19 sigue fuera de control, es la principal amenaza a la seguridad global, que representa una crisis como ninguna otra en nuestras vidas16
Estoy convencido de que Cuba tiene las condiciones objetivas y subjetivas para conquistar la prevención y el control definitivo de esta pandemia. Nuestro pueblo revolucionario lo logrará.