Introducción
Se considera que la mayoría de los niños son excelentes pacientes odontológicos, por su comportamiento muy variable en el consultorio, es casi lógico que se llegue a observar manifestaciones diferentes, tales como: comportamientos agresivos, histéricos e incluso, temerosos y fóbicos. Por esta razón, en la atención del niño no existen dos casos similares, cada paciente constituye una peculiaridad, puesto que sus reacciones tienen que ver con las etapas de crecimiento y desarrollo, las características de la salud del paciente, las condiciones socio culturales de los padres y otros elementos que hacen distintas las respuestas de cada niño en particular.1
La investigación en niños debe lograr el equilibrio adecuado entre la protección de los sujetos de estudio menores de edad y el avance en el campo de la medicina. Los niños que acuden a la clínica odontológico, presentan similares particularidades; es que tienen ciertas limitaciones, por el comportamiento poco cooperativo del niño en la consulta odontológica ocasionado por varios factores como el ambiente odontológico, las actitudes de los padres y el tipo de conducta de cada niño en particular por el problema que padece.2
No obstante, cabe señalar, que no existen fórmulas mágicas, ni recetas prefabricadas en el manejo de la conducta del niño en la relación dual odontólogo-niño. Sin embargo, adaptar al niño a la consulta odontológica significa lograr y mantener su colaboración al tratamiento mediante una labor a través del cual se adquieren valores, actitudes y conocimientos que van a promover en el niño una actitud positiva durante la conducta.3,4
La mayoría de los niños tienen un comportamiento muy variable en el consultorio odontológico, la respuesta al tratamiento dental afecta al comportamiento emocional del niño, que genera comúnmente estrés que proviene del miedo y de la ansiedad que se tiene ante lo desconocido.5 El miedo y la ansiedad son uno de los problemas más frecuentes cuando de acudir al dentista se trata, por lo que el manejo del paciente en clínica debe ser cuidadoso en este sentido; porque el tratamiento dental puede dificultar su ejecución, ya que disminuye su cooperación y provoca la aparición de un comportamiento altamente negativo6,7) y son estos, por su naturaleza pueden deberse a otras causas no inherente al profesional, con frecuencia la principal causa de problemas de manejo del comportamiento, de interrupciones del tratamiento y de subsecuentes derivaciones a especialistas o clínicas especializadas en miedo dental o cuidados especiales.8,9
Dándose a conocer que la cooperación del niño es fundamental para permitir al odontopediatra efectuar el tratamiento, haciendo que éste sea lo menos desgastante para ambos sin embargo, la condición se puede lograr cuando el niño confía en el profesionista, ya que las opiniones de los adultos influyen de un modo importante en la vida de los niños. El éxito perdura en la consulta hecha de manera no farmacológica con el manejo del comportamiento de niños que poseería la satisfacción y sentirse más familiarizado al niño con el equipo.10,11,12
La situación descrita nace como una necesidad de implementar técnicas no farmacológicas para mejorar el manejo del comportamiento del niño, durante la consulta en la clínica odontológica del niño que se propone realizar la investigación.
Métodos
El método de la investigación es experimental porque se sometió a prueba dos grupos, el experimental donde se llegaron a aplicar las técnicas no farmacológicas utilizando la metodología activa y el grupo de control donde no se aplican las técnicas. Además, para el procesamiento de la información fue deductivo, cuantitativo y aplicada.
La población de estudio estuvo constituida por 120 niños en edad escolar que han acudido a la consulta en la clínica odontológica del niño, los que han sido tomados de referencia para el cálculo del tamaño de muestra. Luego la muestra definitiva estuvo conformada por 16 niños en edad escolar de 6-11 años de edad, que es la edad escogida para determinar el grupo problema; obteniéndose finalmente 16 para el grupo control y 16 del grupo experimental; grupo que duró en el periodo de investigación, el estudio para el registro de datos se utilizaron las técnicas de la encuesta; en el estudio permitió recabar la información sobre la ansiedad y miedo dental en los niños de 6-11 años; y toda la observación que en ella se apoya el investigador para obtener el mayor número de datos: Variable Independiente (Técnicas no-farmacológicas: Decir-Mostrar-Hacer, Distracción-Voz-Distracción, Modelado y Refuerzo positivo); variable dependiente (Manejo del Comportamiento: Nivel de ansiedad, Nivel de miedo dental).
Los instrumentos de recolección de datos han incluido la escala de ansiedad de Corah que es una versión adaptada de un cuestionario de evaluación de miedos infantiles en general (FSS-FC) desarrollado por Cuthberg y Melamend,13 que consiste en una escala constituida por 15 ítems relacionados a los diversos aspectos del tratamiento odontológico. La escala de evaluación de miedos dentales en niños que tiene cuatro items, con cinco alternativas para cada una, siendo atribuida los siguientes puntajes: puntuaciones igual a 4 (sin ansiedad), puntuaciones entre 5 y 9 (baja ansiedad), puntuaciones entre 10 y 14 (ansiedad moderada) y puntuaciones entre 15 y 20 (ansiedad alta). La confiabilidad de la escala ha sido evaluada, es calificada como satisfactoria, mientras que la validez se ha determinado como mejorado; y los instrumentos de recolección de datos incluyen los recursos metodológicos que materializan la obtención de las informaciones o aspectos relevantes de la investigación.14
Resultados
Los resultados de la tabla 1 muestran que, el 56,25 % de los niños del grupo experimental que acudieron a la clínica odontológica del niño y del adolescente tenían entre 8-9 años de edad, el 31,25 % se encontraban en el grupo de 6-7 años, y el 12,50 % entre 10-11 años de edad; en el grupo control, el 50 % en edades de 8-9 años, 37,50 % entre 6-7 años y el 12,50 % de 10-11 años de edad (Tabla 1).
Se muestran los resultados en la composición de los grupos experimental y control (Figura 1).
Los resultados de la tabla 2 muestran que el 87,50 % de los niños del grupo experimental antes de recibir atención presentaban nivel de ansiedad alta y el 12,5 % nivel de ansiedad moderada; después de aplicar las técnicas no farmacológicas el 87,50 % de los niños presentaron nivel de ansiedad baja y el 12,5 % sin ansiedad. En el grupo control en la evaluación inicial el 75 % de los niños presentaban alta ansiedad, 18,75 % ansiedad moderada y 6,25 % baja ansiedad; en la evaluación post test, el 68,75 % presentó ansiedad moderada y el 31,25 % baja ansiedad (Tabla 2).
La figura 2, es un cuadro más que aclara el comportamiento de los niños que son atendidos en nuestra clínica (Figura 2).
En esta prueba se obtuvo p=0,001 que es mucho menor a un error de 0,05 y el valor T es igual a -3,937 mayor que el punto crítico de la distribución hallada en las tablas estadísticas que es igual a 2,131; lo que significa que el nivel de ansiedad de los niños del grupo experimental que recibieron las técnicas no-farmacológicas son significativamente diferentes al nivel de ansiedad de los niños del grupo control que no recibe este tratamiento.
Al estudiar el nivel de miedo dental en el comportamiento de los niños de 6 a 11 años de edad que acuden a la consulta odontológica muestran que, el 75 % de los niños antes de recibir atención presentaban un nivel de miedo alto y el 25 % nivel de miedo medio; después del manejo del comportamiento con la aplicación de técnicas no farmacológicas el 100 % presentaron nivel de miedo bajo.
En el grupo control, a la evaluación inicial el 75 % de niños presentaron miedo alto, 18,75 % miedo moderado y 6,25 % bajo miedo, a la evaluación con el post test el 62,5 % presenta miedo moderado y el 37,50 % miedo bajo (Tabla 3).
Con los valores obtenidos en la prueba t de Student se ha obtenido p=0,000 que es mucho menor a un error de 0,05 y el valor T es igual a -7,881 mayor que el punto crítico de la distribución hallada en las tablas estadísticas que es igual a 2,131; por tanto, el nivel de miedo dental de los niños del grupo experimental que recibieron las técnicas no-farmacológicas son significativamente diferentes al nivel de miedo dental de los niños del grupo control que no recibe este tratamiento.
Discusión
Los resultados demuestran que el mayor porcentaje de niños que acudieron a la consulta odontológica tanto en el grupo experimental y control fueron en edades de 8-9 años y menor porcentaje niños de 10-11 años, lo que difiere con los señalado por la Organización Panamericana de la Salud, donde se señala que los problemas dentales aumentan en relación con la edad del niño.15) Sin embargo, pudo observar en los resultados que los problemas dentales vienen apareciendo a muy temprana edad entre los 6-7 años, a pesar que aumenta a los 8-9 años, disminuye el porcentaje de niños que consultan entre los 10-11 años, lo cual revela el incremento de afecciones dentarias en el medio donde se desarrolló el estudio en edades entre los 8-9 años.
Los resultados evidencian que los niños de ambos grupos de estudio antes de la aplicación de las técnicas no farmacológicas presentaron un comportamiento ansioso. Al respecto, se pudo señalar que el comportamiento descrito es compatible con los hallazgos, porque se ha señalado que todo niño en edad escolar antes y durante la consulta odontológica, son concomitantes con su desarrollo físico, mental y emocional, muchas veces está relacionado por temores adquiridos desde la niñez o en forma reciente, por ello durante el comportamiento desfavorable aparece la ansiedad, como se muestra en los resultados la mayoría presenta ansiedad alta.
La ansiedad dental ante el tratamiento odontológico,16 es un complejo patrón de conducta asociado a una activación fisiológica, que ocurre en respuesta a estímulos internos (cognitivos y somáticos) y externos (ambientales), que pueden aparecer antes y durante el proceder odontológico en los pacientes sin que se identifique, de ahí la importancia de manejar este comportamiento para lograr la debida adaptación.17) Adaptar al niño a la consulta odontológica significa lograr y mantener su colaboración al tratamiento mediante un proceso de enseñanza-aprendizaje a través del cual se promueve en el niño una actitud positiva a la Odontología.
Los logros obtenidos en niños del grupo experimental después de la aplicación de las técnicas no farmacológicas como Decir-Mostrar-Hacer, ya que los niños gracias a este aprendizaje mostraron un comportamiento cooperativo, porque el nivel de ansiedad alta disminuye de manera drástica a un nivel bajo, donde juega un rol importante la capacidad de las técnicas no farmacológicas, porque están encaminadas a controlar diversas emociones, mediante la aplicación de diversas técnicas de manera aislada o simultánea, de acuerdo con cada situación, considerando que cada niño posee reacción diferente a situaciones estresantes.18
Presenta semejanza con otro estudio realizado por Marcano et al.,19 en Colombia, donde se demostró que el 80,8 % los niños escolares presentaban ansiedad. Se encontró que el mayor porcentaje de niños presentaron ansiedad alta y que ésta disminuye a medida que aumenta la edad.20
Los autores consideran que en niños del grupo control que no recibieron orientación con técnicas no farmacológicos, el nivel de ansiedad desciende a niveles moderados y baja ansiedad, esto implica que las acciones de solo una explicación breve al niño sobre los procedimientos que se realizaran durante la consulta odontológica y sin ayuda metodológica, no controla emociones en el niño. Se puedo observar en los resultados que los problemas dentales vienen apareciendo a los 6-7 años, lo cual revela el incremento de afecciones dentarias en el medio donde se realizó el estudio entre los 8-9 años de edad. Indudablemente, con el cambio producido; el niño continuará con ansiedad y esta se constituirá en una experiencia negativa.
En consecuencia el nivel de ansiedad está presente antes de la consulta odontológica y requiere de un manejo adecuado con técnicas no farmacológicas para establecer comunicación con el niño, esto permitirá no solo a que el odontólogo conozca mejor a su paciente sino, mayor aceptación del niño hacia el tratamiento odontológico y también podrá lograrse a que el niño se relaje y coopere con los procedimientos a aplicarse durante el tratamiento.21,22
Con estos resultados se demuestra que el miedo dental que experimentan los niños del grupo experimental y control cuando visitan al Odontólogo, les impide aceptar el tratamiento que requieren. Al respecto Carrillo et al.,22 manifiestan que este sufrimiento se ve traducido en la boca, donde están expresadas las emociones más primitivas del placer, dolor, agresión y pérdida. La situación resulta de por sí angustiante si se tiene en cuenta, la posición que adopta el niño en el sillón que lo deja en un estado indefenso, sumado a que en muchos casos llega a la consulta con dolor.
De ahí la importancia de actuar acorde a lo que aqueja al paciente, brindándole un ambiente de confianza; como se logró con la aplicación de las técnicas no farmacológicas, que gracias a sus propiedades, no solo facilitan al odontólogo el tratamiento clínico del paciente infantil, sino que permiten proporcionarle un ambiente acogedor y una relación afectiva y cariñosa, sobre la base de un abordaje psicológico realizado con conciencia, honestidad y criterio objetivo, además de tratar de lograr una adecuada comunicación entre el niño y el odontólogo.23,24
La disminución de miedo obtenido en los niños del grupo control no son del todo alentadores, porque la mayoría de los niños aún son tratados con un nivel de miedo moderado, que va ocasionar definitivamente experiencia negativa sobre la consulta odontológica, lo que no favorece para la continuidad del tratamiento o la visita odontológica en tiempos posteriores.25
Al comparar los resultados obtenidos antes de la intervención con las técnicas no farmacológicas, porque se demostró que el miedo al dentista en niños de 9 a 14 años de edad; está relacionado a la ansiedad, diferentes tipos de temperamento y emociones y que los niveles de miedo en el niño, por una parte, se vinculan con el estilo que el dentista desarrolla durante su actuación, lo que repercute de gran manera en su comportamiento aumentando el nivel de miedo dental, así como se encontró en los niños del estudio.26,27Asimismo, los resultados son compatibles con el estudio de Marcano et al.,19 en Colombia, al aplicar la Escala de evaluación de miedos dentales el 70,9 % presentó niveles altos de miedo en edad escolar.
Consolidando este análisis, se puede inferir que los niños antes de la consulta odontológica presentan altos niveles de miedo y esto puede ser revertida si en la primera visita odontológica se maneja el comportamiento del niño, para crear una experiencia satisfactoria y estimulante, a fin de que esta no se convierta más tarde en miedo, que pueda dar origen a fobias y verdaderos traumas a futuro. A pesar que la mayoría de los niños son excelentes pacientes odontológicos, su comportamiento es muy variable en el consultorio, al mostrar manifestaciones diferentes, tales como: comportamientos agresivos, histéricos e incluso, temerosos y aprensivos.28
Por esta razón en la atención del niño no existen dos casos similares, cada paciente constituye una peculiaridad, puesto que sus reacciones tienen que ver con las etapas de crecimiento y desarrollo, las características de la salud del niño, las condiciones socio culturales de los padres y otros elementos que hacen distintas las respuestas de cada niño en particular, de ahí que la aplicación de una sola técnica es suficiente para disminuir el miedo dental o tener que utilizar otras técnicas más para lograr el objetivo propuesto.28,29
Conclusiones
Las técnicas no-farmacológicas en el manejo del comportamiento en niños que acuden a la Clínica del niño, fueron efectivas, porque logró disminuir los niveles altos de ansiedad y miedo a niveles bajos en niños del grupo experimental, porque el manejo del comportamiento con técnicas no-farmacológicas, se fundamentan en el conductismo que plantea que el comportamiento de las personas es modificable a diferencia en los niños del grupo control que no reciben este tratamiento se disminuye solo a niveles moderados.