Introducción
Pocos fenómenos a lo largo de la historia han marcado a la sociedad como lo han hecho los brotes de enfermedades infecciosas.1) La pandemia de la COVID-19 ha sido una de esas problemáticas, que continúa siendo noticia día a día y golpea el desarrollo del mundo actual.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta hasta la actualidad 406 millones de casos confirmados, con un saldo aproximado de 5,79 millones de defunciones. Estados Unidos acumula 939 mil 427 fallecidos, de 79 052 681 casos confirmados; mientras la región de Las Américas reporta 141 millones 992 mil 745 casos positivos y 2 559 572 muertes por COVID-19.2) En Cuba, de 1 057 797 pacientes diagnosticados, se acumulan 8 454 fallecidos, con una letalidad del 0,80 % vs. 1,44 % en el mundo y 1,8 % en Las Américas. 3 Las autoridades sanitarias venezolanas reportan 500 545 contagios y 5 511 fallecidos.4
A pesar de las cifras que muestran el efecto devastador de la enfermedad, numerosas naciones han levantado sus restricciones, incluido el uso de las mascarillas. El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que es prematuro declarar la victoria sobre la pandemia cuando la variante ómicron sigue siendo altamente transmisible y mortal.5
Numerosas investigaciones, en el contexto de la actual pandemia, han evaluado el nivel de conocimientos y percepción de riesgo que tienen las personas sobre la infección por COVID-19. La mayoría concluye en la importancia que mantienen las intervenciones educativas para modificar comportamientos y prevenir la enfermedad y pérdida de vidas humanas.
En consonancia con lo anterior, se plantea como problema científico: ¿Cómo contribuir a la prevención de la COVID-19 desde la Atención Primaria de Salud?
A pesar de los avances tecnológicos en la elaboración de vacunas, la variante ómicron experimenta un alza en países de Europa y América Latina, por lo cual se hace necesario continuar el abordaje de esta problemática desde la promoción, lo que constituye una oportunidad para incrementar la capacitación de las personas en materia de salud.
Se persigue, con este estudio, evaluar la eficacia de un programa educativo que incremente el nivel de conocimientos sobre la COVID-19, en pacientes pertenecientes a la Villa Aponwao, del municipio Caroní, Estado Bolívar, Venezuela, durante el período noviembre de 2021 - febrero de 2022.
Método
Se realizó un estudio de intervención, pre-experimental, con diseño de antes y después, en pacientes pertenecientes a Villa Aponwao, municipio Caroní, Estado Bolívar, Venezuela, en el periodo de noviembre de 2021 a febrero de 2022. El universo estuvo representado por los 5 350 pacientes residentes en Villa Aponwao y la muestra por 85 pacientes seleccionados mediante muestreo aleatorio simple.
Criterios de inclusión: pacientes residentes en villa Aponwao que aceptaron participar en el estudio.
Criterios de exclusión: pacientes con discapacidad intelectual o que no aceptaron participar en la investigación (desacuerdo por parte del propio encuestado o por el familiar y/o tutor en caso de los menores de 18 años).
Criterios de salida: pacientes que estuvieron ausentes durante la encuesta.
A las personas seleccionadas se les aplicó una encuesta estructurada (Anexo 1), que se aplicó de forma personal, aprobada por un Comité de Expertos, realizada por tres doctores en Medicina. Aunque la encuesta tenía definiciones y conceptos científicos, se les explicó en cada caso su significado con un lenguaje claro y acorde al nivel escolar de cada encuestado.
Fueron analizadas las variables: sexo; grupos de edades (15-19 años, 20-24 años, 25-44 años, 45-59 años, 60 años y más); factores de riesgo (edad avanzada 60 años y más, presencia de comorbilidades, contacto con pacientes confirmados, personal sanitario, no uso de los medios de protección, no vacunado (a), hacinamiento, bajo nivel escolar); grupo de alto riesgo (edad avanzada 60 años y más, hipertensión arterial, otras enfermedades cardiacas crónicas, asma bronquial, epoc, diabetes mellitus, enfermedad hepática crónica, enfermedad renal crónica, obesidad, cáncer, inmunodepresión); descripción según presencia de condiciones de alto riesgo de presentar complicaciones y nivel de conocimientos (Bien, Regular y Mal).
Para determinar el nivel de conocimientos se le otorgó una puntuación a la encuesta aplicada:
Bien: si respondió correctamente de 8-10 preguntas.
Regular: si respondió correctamente de 5-7 preguntas.
Mal: si respondió correctamente de 1 a 4 preguntas.
Se empleó en el nivel teórico el método histórico-lógico en la elaboración del marco teórico de la investigación que delimitaron los antecedentes históricos y facilitaron las reflexiones acerca de los resultados de otras investigaciones que ayudaron a completar las experiencias y enriquecerlas con un pensamiento lógico más profundo. El método inducción-deducción fundamentó las posiciones personales de los autores en cuanto a la manipulación de las variables estudiadas, lo que conllevó a la reflexión, desde el punto de vista científico, de la magnitud del problema abordado. Mientras que el método analítico-sintético permitió el análisis de las diferentes concepciones que abordaron los fundamentos teóricos sobre la prevención de la infección por COVID-19. La observación permitió despertar el interés por la investigación a partir de la observación actual del problema. En el nivel empírico, se utilizó la revisión documental, al aplicar las encuestas de los pacientes con la intención de obtener datos relacionados con la investigación.
Los resultados fueron llevados a base de datos de Microsoft Office Excel, los cuales se procesaron en el paquete estadístico IBM SPSS 18,0 para Windows. Se utilizó estadística descriptiva. Como medida de resumen de la información se utilizaron las frecuencias absolutas y relativas (porcentaje).
DISEÑO METODOLÓGICO DE LA PROPUESTA
Para el estudio se diseñó un sistema de actividades que se caracterizó por ser didáctico e interactivo.
Objetivo general: incrementar los conocimientos sobre COVID-19, en la prevención de la infección en pacientes pertenecientes a Villa Aponwao, municipio Caroní, Estado Bolívar, Venezuela.
Forma organizativa: posibilitó el desarrollo armónico y concreto de las actividades que se propusieron, las cuales se impartieron en forma de talleres, durante cuatro semanas y fueron desarrollados en tres locales diferentes: dos canchas deportivas y un local de reuniones. Se dividió a los participantes en tres grupos, lo que garantizó el aislamiento adecuado entre las personas.
La estrategia se desarrolló en tres etapas: Etapa diagnóstica (antes), Etapa de intervención, Etapa de evaluación (después).
Acciones: se llevaron a cabo un total de 8 actividades.
Etapa diagnóstica
Actividad No.1
Tema: técnica de presentación: expectativas y temores.
Objetivo: explicar las características y propósitos del programa, así como evaluar los conocimientos sobre COVID-19 en los participantes.
Acciones: se explicaron los propósitos y cronograma de actividades del programa. Las expectativas y temores de los participantes fueron recogidos a través de una “lluvia de ideas”. Se aplicó una encuesta estructurada para evaluar los conocimientos sobre COVID-19 en los participantes.
Forma de Organización de la Enseñanza (FOE): taller.
Tiempo: 1 hora.
Medios de enseñanzas: voz del investigador, papel, lápices, pizarra, marcador.
Etapa de intervención
Actividad No. 2
Tema: técnica participativa (charla educativa). Permitió impartir conocimientos e información.
Objetivo: abordar los factores de riesgo de la COVID-19 y explicar las vías para atenuarla o evitarla.
Acciones: se realizó una presentación oral de los principales factores de riesgo de la infección por COVID-19 y las acciones para prevenirla o eliminarla. Estuvo preparada con una guía, se empleó un lenguaje sencillo, se cuidó la comunicación extraverbal y se utilizaron medios de enseñanza.
FOE: taller.
Tiempo: 1 hora.
Medios de enseñanzas: voz del investigador, pizarra, marcador.
Actividad No.3
Tema: técnica participativa (video debate).
Objetivo: profundizar en los conocimientos sobre los riesgos para contraer la infección.
Acciones: se proyectó un video relacionado con los principales factores de riesgo sobre la infección por COVID-19 y luego se realizó un debate.
FOE: taller.
Tiempo: 1 hora y 50 minutos.
Medios de enseñanzas: voz del investigador, computadora.
Actividad No. 4
Tema: técnica participativa (lectura comentada).
Objetivo: proporcionar información actualizada sobre coronavirus y sus variantes delta y ómicron.
Acciones: se entregó un folleto con información actualizada sobre coronavirus y sus nuevas variantes delta y ómicron. Los participantes efectuaron una lectura individual y luego una discusión en grupo para presentar a la plenaria, tanto el contenido como el resultado de la discusión del grupo.
FOE: taller.
Tiempo: 1 hora.
Medios de enseñanzas: voz del investigador, papel, lápices, folleto, pizarra, marcador.
Actividad No. 5
Tema: técnica participativa (optimista-pesimista).
Objetivo: demostrar la importancia de la vacunación para prevenir la infección.
Acciones: se seleccionaron dos personas voluntarias (una fue pesimista, la otra optimista). Se planteó el tema y cada cual defendió su posición con argumentos (positivos o negativos). En este caso cada uno de los dos voluntarios emitió, desde su punto de vista, las ventajas o desventajas de la vacunación contra la COVID-19. Al iniciar la discusión cada cual trató de ganar adeptos a su posición, hicieron preguntas y se involucraron en la plenaria, en la que se formaron dos frentes antagónicos. Se dio una charla sobre las vacunas disponibles contra la COVID-19 y se explicaron sus ventajas para prevenir la infección.
FOE: taller.
Tiempo: 1 hora.
Medios de enseñanzas: voz del investigador, papel, lápices, pizarra, marcador.
Actividad No.6
Tema: técnica participativa (estudio de casos).
Objetivo: analizar la situación actual de la COVID-19 en la comunidad.
Acciones: se realizó una descripción de la incidencia de la infección por COVID-19 en la comunidad y se presentaron cifras y detalles reales, lo que logró una visión exacta y objetiva de la situación.
FOE: taller.
Tiempo: 1 hora.
Medios de enseñanzas: voz del investigador, pizarra, marcador.
Actividad No. 7
Tema: técnica participativa (Phillips 6-6).
Objetivo: establecer un orden de prioridades en los asuntos tratados.
Acciones: una vez analizado el tema mediante el trabajo de grupo, se solicitó a los participantes que organizaran sus ideas otorgando mayor o menor importancia a los asuntos tratados, en un ejercicio de priorización.
FOE: taller.
Tiempo: 30 min.
Medios de enseñanzas: pizarra, marcador, papel, lápices, plumones, pegamento.
Etapa de evaluación
Actividad No. 8
Tema: técnica participativa (la encuesta).
Objetivo: evaluar los conocimientos sobre COVID-19 en los participantes después de la intervención educativa.
Acciones: una semana después de la etapa de intervención, se utilizó la misma encuesta que se aplicó al comienzo para evaluar el nivel de conocimientos alcanzado.
FOE: taller.
Tiempo: 1 hora.
Medios de enseñanzas: papel, lápices.
Durante el desarrollo de la investigación, aprobada por el Consejo Científico y de Ética del Centro de Diagnóstico Integral, se tuvo en cuenta la Declaración de Helsinki (el bienestar de los individuos debe prevalecer sobre los intereses de la ciencia y de la sociedad). Por tanto, no se reveló ningún dato que permitiera reconocer a ningún participante, se cumplió con los requisitos éticos y bioéticos de resguardo de la información personal y se les pidió el consentimiento informado a los participantes. Se tomaron igualmente todas las medidas de protección y distanciamiento.
Resultados
El 54,1 % de los casos representó al sexo femenino y el 41,2 % al grupo de edades de 25-44 años de edad (Tabla 1).
El factor de riesgo de mayor incidencia fue el no uso de los medios de protección, presente en el 28,6 %. (Tabla 2).
El 17,6 % de los encuestados padecía hipertensión arterial. (Tabla 3).
Según la distribución de los pacientes en cuanto al nivel de conocimientos (Tabla 4) se observó que, antes de la intervención, 41 pacientes tenían un nivel de conocimientos regular para un 48,2 %. Luego de aplicado el programa educativo se logró elevar el nivel de conocimientos, de ahí, que el 52,9 % de los encuestados se encontraban en la categoría de Bien (Tabla 4).
Discusión
La prevalencia de COVID-19 por sexo difiere entre países. Un estudio realizado por la Universidad de Alicante concluye que en España muestra un patrón desigual: inicialmente más frecuente en los hombres, las mujeres los superaron a partir del 31 de marzo del pasado año, con contagios más frecuentes en las mujeres.6 En esta investigación predominó el sexo femenino, lo que pudiera suponer un aumento del riesgo de contagio en la muestra estudiada.
Las personas de cualquier edad pueden contagiarse de COVID-19, pero lo más común es que afecte a los adultos de edad mediana y mayores. Los autores de la presente investigación creen que esto se deba a que los individuos en edad laboral permanecen más tiempo fuera de sus casas y, por ello, están más expuestos. No obstante, el riesgo de presentar síntomas de gravedad aumenta con la edad. En los Estados Unidos, aproximadamente un 81 % de las muertes por esta enfermedad ha sido entre los mayores de 65 años. Los riesgos son aún más altos para las personas mayores cuando tienen otras afecciones médicas.7
Dentro de los factores que hacen que las personas no cumplan con las medidas de protección están: la baja percepción de riesgo, el comportamiento del entorno social inmediato y la mentalidad conspirativa. Sobre todo los jóvenes perciben que están expuestos a un menor riesgo que sus mayores. Por otro lado, el inicio de la vacunación ha supuesto una disminución de la percepción de riesgo en general.8
Al mismo tiempo, aumentan los entornos sociales en los que las normas se relajan y los comportamientos de la comunidad influyen en el comportamiento individual. Al igual que ocurre con las teorías de la conspiración (por ejemplo, que las mascarillas son perjudiciales para la salud), las cuales tienen un papel relevante en el incumplimiento de las medidas sanitarias.8) En el presente estudio también se evidenció la tendencia al no cumplimiento de las medidas de protección, relacionado esto con los factores antes mencionados. Los autores creemos indispensable la identificación de estas amenazas por parte del médico de Atención Primaria para poder modificar conductas y comportamientos en torno al problema.
El riesgo de contraer la infección aumenta en las personas que tienen comorbilidades, como afecciones cardíaca, pulmonar, hepática o renal, sistema inmunitario debilitado, obesidad o diabetes.7) Si bien cada uno de esos factores puede aumentar el riesgo de tener síntomas de COVID-19, las personas que tienen varios de estos problemas de salud tienen incluso mayor riesgo.7) En las personas que formaron parte del estudio fue frecuente la presencia de comorbilidades, por lo que el riesgo de complicaciones y muertes es mayor. En consonancia con esto, es importante tener identificados a estos pacientes de alto riesgo para reforzar en ellos las medidas de vigilancia y control.
Cientos de miles de personas se han vacunado contra el coronavirus, pero todavía una parte significativa de la población no lo ha hecho. Informaciones falsas que se diseminan por internet y en persona han convencido a muchos de no vacunarse. De hecho, un informe de 2021 halló que alrededor del 80 % de los adultos que dicen que “definitivamente no” se vacunarán, creen al menos un mito prevaleciente sobre las vacunas contra la COVID-19. La mayoría de los adultos (54 %) cree al menos una parte de la desinformación desenfrenada que se propaga sobre las vacunas o no pueden desacreditarla.9
Esta situación es alarmante a medida que los nuevos casos de COVID-19, las hospitalizaciones y las muertes aumentan, impulsados en gran medida por las variantes altamente contagiosas delta y ómicron. Entre los mitos comunes sobre las vacunas contra el coronavirus están: se desarrollaron demasiado rápido para ser confiables, alterarán el ADN, si se padeció la infección no se necesita, no es necesario la mascarilla después de vacunarse, contienen una versión viva del coronavirus, no se necesitan ambas dosis de las vacunas de dos dosis, pueden causar problemas de fertilidad, contienen microchips o pueden magnetizar tu organismo, entre otros.9) Estos resultados se corresponden con los de este estudio. Se cree que está esto relacionado con el bajo nivel de escolaridad en la muestra estudiada, asociado a la influencia del entorno social en la toma de decisiones por los individuos.
En variados estudios la comorbilidad más frecuente ha sido la hipertensión arterial (HTA), lo que se corresponde con los resultados del presente estudio. Estos pacientes tienen mayor riesgo de presentar síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA), requerimiento de ventilación mecánica y mayor mortalidad. Una investigación realizada en Wuhan, observó una mortalidad de 6 % en pacientes hipertensos.10
La obesidad da como resultado que la grasa en el abdomen empuje hacia arriba el diafragma. Esto puede causar un flujo de aire restringido a los pulmones que luego resulta en falta de aire o dificultad para respirar. Contraer COVID-19 podría dificultar aún más la respiración. La sangre de las personas con obesidad también tiende a coagularse más, concretamente en los pulmones. En general, el sistema inmunológico de las personas con obesidad no es tan fuerte. De modo que, a medida que aumenta el índice de masa corporal (IMC), también aumenta el riesgo de enfermedad grave o muerte por COVID-19.11) Esta patología también predominó en nuestra investigación.
La promoción de salud constituye un proceso encaminado a modificar condiciones sociales y ambientales, con el fin de mitigar su impacto en la salud pública e individual. La principal función de la Atención Primaria de Salud es realizar acciones de educación para la salud, con la identificación de los factores de riesgo antes que produzcan daño. A esta conclusión llega el estudio de Naithe12, al obtener iguales resultados a los de la presente investigación, a punto de partida de una estrategia educativa en estudiantes de enfermería.
El médico de la familia es la piedra angular en el desarrollo de las acciones de enfrentamiento a la pandemia, sin perder de vista el enfoque preventivo como herramienta eficaz para alcanzar resultados loables. En correspondencia con lo antes planteado y con los resultados de esta investigación, el estudio de Rodríguez (13,en una población de Manzanillo, demuestra que la intervención educativa puede lograr modificaciones importantes en el comportamiento. Otros estudios, uno realizado en Cumanayagua14 y otro en Pinar del Río15, han demostrado la efectividad de la intervención educativa para elevar los conocimientos sobre COVID-19, con resultados similares a los de nuestra investigación.
Las implicaciones de este trabajo pueden agruparse en: implicaciones académicas, para el personal sanitario y estudiantes de ciencias de la salud, e implicaciones prácticas para los médicos de comunidad, encargados de desarrollar acciones de educación para la salud.
Desde un punto de vista académico nuestro estudio ha permitido brindar información actualizada sobre la infección por COVID-19 y contribuir a la compresión de los factores de riesgo que requieren ser modificados o controlados para evitar la enfermedad y sus complicaciones. Desde un punto de vista práctico, el diseño de nuestra investigación ofrece herramientas metodológicas y un marco de referencia que permite que estas acciones de promoción de salud puedan generalizarse al resto del universo y otras áreas de salud.
El estudio tuvo como limitante el pequeño tamaño de la muestra, que pudiera ser no representativa o inadecuada, y aumentar el margen de error al interpretar los cambios en la variable “nivel de conocimientos”. Para los investigadores resultó difícil desarrollar ocho actividades educativas en una muestra de estudio más grande, al no disponer de mayor número de locales y recursos humanos, para desarrollar las mismas y mantener el distanciamiento social entre las personas. No obstante, se propone un programa de educación para la salud que puede extenderse al resto del universo y a otras áreas de salud integrales comunitarias.
Conclusiones
Al inicio de la intervención el nivel de conocimientos era predominantemente Regular, después de implementado el programa educativo se logró incrementar considerablemente el nivel de conocimientos sobre la COVID-19; de manera que el mismo es eficaz para prevenir esta infección desde la Atención Primaria de Salud.