Introducción
Dentro de las relaciones profesionales, la que se establece entre el médico y el paciente es una de las más significativas. Asimismo, ocupa un valor primordial en el acto médico. Por ello, debe estar centrada en el marco de la Bioética Médica.
En el documento de la Conferencia de Belmont, de 1978, se enuncian los principios fundamentales que han de guiar las actuaciones éticas:1,2,3,4
Autonomía: confiere al enfermo, entre otros aspectos, el derecho a que se le respete la opinión y decisión sobre el tratamiento al problema que padece. Es la base para el consentimiento informado.
Justicia: hace referencia a la distribución equitativa de los recursos sin discriminación de ningún tipo.
No Maleficencia: obliga a procurar no hacer daño en aquellos casos en los que hacer el bien no es posible. Este principio se introduce en 1979 por Beauchamp y Childress.
Beneficencia: obliga a los profesionales a actuar en beneficio del enfermo. Contribuye a resolver de manera dialógica los problemas y dilemas que enfrentan éstos en el ejercicio de la profesión.
Escobar, et al5 expresan que en la relación médico-paciente no solo se debe demostrar paciencia y cortesía por parte del profesional, sino que se debe transmitir seguridad y confianza, en cuanto a la ayuda médica, psicológica y social solicitada. Para Rocío, et al6) “El valor de los vínculos construidos con los pacientes… sostenidos sobre la base de un desempeño profesional asertivo empático y comunicativo, podría convertirse en un potencial recurso terapéutico.”
Por otro lado, Hincapié Sánchez7 refiere “Desde la ética médica (...) se deben hacer expresivas las manifestaciones de benevolencia en las expresiones de acompañamiento y con el relato al paciente. Asimismo, Guerrero-Vaca8) opina que “una buena relación médico paciente garantiza que las personas tratadas muestren el debido interés referente a sus afecciones. A la vez brindan la importancia y la responsabilidad necesaria para que los procedimientos médicos siguientes no generen dudas y, por lo tanto, se encuentre libres de inseguridades”.
Avilés Valverde 9 sugiere que “Las universidades deben, desde el currículo, incorporar la necesidad de establecer una armonía dialógica entre médicos y pacientes, desde las prácticas tanto en el pre y en el posgrado”.
En este contexto, el logofonoaudiólogo participa en el proceso de diagnóstico, habilitación, rehabilitación, promoción y prevención de las alteraciones en la comunicación oral.10 Sin embargo, en relación de este con el paciente afásico y la familia se observa la existencia de un problema comunicativo. La causa radica, en opinión de los autores, en una insuficiente comunicación sustentada en el principio de beneficencia.
La afasia es una deficiencia adquirida como consecuencia de un daño cerebral.11,12,13 La persona con esta condición se distingue por su incapacidad para el habla. La cual es distorsionada, desordenada, fragmentada o imposible de comprender. En muchos casos, además, el sujeto presenta dificultades para la lectoescritura. Todo ello sin que se le altere la inteligencia.
Estos signos representan para el enfermo, un daño psicológico grande. Al no poder comunicar sus sentimientos y necesidades se ven limitados en el trabajo, las relaciones, la convivencia, el autodesenvolmiento. Por consiguiente, tiene baja autoestima, se deprimen, se niegan a alimentarse o a seguir en terapia.12
Para la familia y el cuidador, adaptarse a este nuevo rol también es difícil. Puede estar presente la aflicción, la cólera, la frustración, cuando el paciente no logra los avances esperados en la rehabilitación. En consecuencia, y por falta de conocimiento, los pacientes pueden ser aislados de la gente y de la vida social; otros son sobreprotegidos. Situación que agrava más la condición psicológica del enfermo y por consiguiente hace más tardía su inserción en la sociedad.
La intervención en la persona afásica por el logofonoaudiólogo, presenta varios desafíos. Uno de ellos es adecuar las estrategias de tratamiento a las características de cada persona. El otro es facilitar los medios al familiar para comprobar que el afásico es un adulto que ha adquirido una discapacidad. Con los cambios y limitaciones lógicas de la situación. Pero sin dejar de ser una persona con derecho a opinar y decidir sobre lo que le concierne.
Por ello, debe poseer habilidades comunicacionales, constructos y valores apegados a los principios bioéticos, en especial el de beneficencia.
Los autores consideran al igual que Santana Borrego14, que constituye un reto para las políticas de la educación superior, articular estrategias de desarrollo nacional que hagan frente a las complejas realidades que vive el mundo contemporáneo.
De este modo se propone como objetivo del trabajo evaluar una propuesta de estrategia para el fomento del principio de beneficencia en la comunicación entre el logofonoaudiólogo, el paciente afásico y su familia. A implementarse en el Policlínico Universitario Dr. René Vallejo Ortiz de la ciudad de Manzanillo, provincia Granma, Cuba.
Método
Se realizó un estudio transversal, cuanticualitativo, descriptivo del proceso de evaluación de una propuesta de estrategia para el fomento del principio de beneficencia en la comunicación entre logofonoaudiólogo, el paciente afásico y su familia; desde el 1 de enero del 2019 hasta el 30 de noviembre del 2021, en el Policlínico Universitario Dr. René Vallejo Ortiz.
La población estuvo constituida por 15 logofonoaudiólogos pertenecientes a la provincia de Granma. De ellos se seleccionaron a 10 de manera intencional. En la selección se tuvo en cuenta ser licenciado en Logofonoaudiología, laborar dentro de la provincia, tener experiencia en la asistencia a pacientes afásicos y poseer categoría docente.
Los profesionales seleccionados manifestaron la conformidad para la participación en el estudio. De igual manera los autores se comprometieron en la protección de la información. Se les dio a conocer mediante el consentimiento informado y el propio cuestionario.
De manera general, la propuesta de estrategia consta de cuatro etapas: diagnóstico, planificación de las acciones, ejecución de las acciones y evaluación. La misma se caracteriza por:
Propiciar el diálogo constante sobre los principios bioéticos que deben guiar las actuaciones profesionales. Con ese objetivo, se concibe desarrollar talleres que sensibilicen a los logofonoaudiólogos sobre la necesidad de adquirir habilidades comunicativas que mejoren la relación con el paciente afásico y la familia. El resultado del diagnóstico constituye el punto de partida.
Proporcionar el desarrollo de hábitos, habilidades y valores para una adecuada actuación profesional del logofonoaudiólogo: en este caso, con la implementación de un curso de superación para desarrollar habilidades comunicativas sobre el principio de beneficencia en la comunicación en la relación con el paciente afásico y la familia. Tales como:
Utilizar y dar pautas al familiar para hablar e informar con un tono de voz, un volumen y una velocidad adecuada a las exigencias del paciente y al nivel de comprensión del mismo.
Utilizar y dar pautas al familiar para hablar de manera natural y de forma apropiada con el afásico (sin dejar de tratarlo como un adulto): usar apoyos gestuales, pictogramas, mímicas, entre otros, en dependencia de la demanda de éste.
Utilizar y ofrecer pautas al familiar para realizar preguntas abiertas, que obliguen al paciente a comunicarse de manera oral.
Utilizar la escucha activa y dar pautas para que el familiar aprenda a identificar inquietudes, insatisfacciones o estados de ánimo del paciente, para su rápido tratamiento y solución.
Repetir la información fundamental, adaptadas al nivel de comprensión del paciente y dar por escrito las medidas recomendadas
Planificar las acciones en correspondencia con las necesidades comunicativas de los logofonoaudiólogo:
Elaborar y distribuir un folleto sobre el principio bioético de beneficencia, en el proceso de comunicación con el paciente afásico y la familia. Este puede constituir una guía para promover una comunicación beneficente y una adecuada relación médico-paciente.
Elaborar e implementar un modelo diagnóstico para comprobar con sistematicidad el comportamiento de la relación logofonoaudiólogo - paciente afásico- familia.
La etapa de evaluación de la estrategia es importante para conocer el impacto de la misma y realizar reajustes que contribuyan a su perfeccionamiento.
Se utilizó el criterio de usuario o técnica de Iadov para evaluar la propuesta. Este permite determinar el Índice de Satisfacción Grupal (ISG)) con una propuesta dada.12,13,14,15
En la actualidad, diferentes autores demuestran el valor del mismo para validar las estrategias. Ellos aseguran que los resultados garantizan la argumentación teórica para la implementación de la propuesta que se realiza. La principal ventaja estriba en la utilidad, cuando los evaluadores son usuarios de lo que se propone, aunque no cumplan los requisitos para ser considerados expertos.12-15)
A partir de este método se diseñó un cuestionario. Los usuarios dieron su criterio sobre: la estructura metodológica, la funcionalidad y las implicaciones prácticas de la propuesta de estrategia. Los datos obtenidos fueron ubicados en una tabla que permitió obtener la valoración de individual y grupal, con un rango de confiabilidad de 0,5 % a 1 % a ésta última. Las fórmulas utilizadas fueron:
Vp= Pte
ISG = A (+ 1) + B (+ 0,5) + C (0) + D (- 0,5) + E (- 1)
N
Por otro lado, los usuarios expresaron libremente su opinión acerca de la importancia de la estrategia y los aspectos que pudieran favorecerla o dificultarla. Permitió valorar mejor el criterio individual para modificar cualquier punto, en caso de que fuera necesario.
Toda la información fue almacenada en una base de datos confeccionada en Microsoft Excel 2003. Para la presentación del informe final se utilizó el editor de texto Microsoft Word, asimismo, se emplearon tablas y gráficos. La escala valorativa Likert facilitó la interpretación cualitativa.
Resultados
La tabla 1 refleja que el 100 % de los usuarios seleccionados cumplieron los requisitos para evaluar la propuesta de estrategia.
La Tabla 2 y el gráfico 1 que la acompaña muestran que en el primer momento la valoración individual el (60 %) de los usuarios considera la propuesta bastante adecuada; la valoración más baja fue de adecuada por el 20 % de ellos.
En la Tabla 3, según el cálculo de la valoración grupal, el índice obtenido (0,5 %) le confiere confiabilidad a la propuesta para ser implementada. Resultado que se observa en el gráfico 2.
Discusión
El proceso de selección de los usuarios permitió garantizar la fiabilidad en la evaluación con técnica de Iadov. Al respecto, Roque Kala, et al. (16 aseveran que si bien, los usuarios no cumplen con el requisito que le otorga una especialidad, una maestría o un doctorado para ser considerados expertos. Conocer lo que ellos, consumidores del producto, perciben permitirá tomar las decisiones en vista a satisfacer las necesidades y exigencias que ellos demandan.
Los criterios más bajos según la valoración individual permitieron tener en cuenta cambios para alcanzar los objetivos. Entre ellos, la necesidad de incluir en la planificación fechas topes para evaluar y cumplimentar acciones correctivas y de mejoras, en caso de necesitarlas.
Al respecto, Torres Zambrano, et al17 plantea que “Las estrategias.... no son estáticas, son susceptibles al cambio, la modificación y la adecuación de sus alcances por la naturaleza pedagógica de los problemas a resolver”.
Si se compara el índice de satisfacción grupal de este estudio, representado numéricamente con 0,5 % y el índice obtenido por Boizán-Cobas, et al (1 %)18, aunque es más bajo, el resultado se enmarca dentro del rango de confiabilidad para implementar la propuesta realizada.
Por otra parte, los criterios ofrecidos por los usuarios en las preguntas abiertas permitieron conocer la importancia que le atribuyen a la propuesta y otros elementos que pudieran incidir en ella:
Es bastante importante para mejorar la forma de desempeñarse en la vida laboral, y no solo con los pacientes afásicos, sino con todos los pacientes y en otros contextos.
Es importante porque favorece la formación postgraduada, del logofonoaudiólogo, en otros temas relacionados con la especialidad: la bioética médica y la comunicación desde la relación médico paciente.
La favorecen, el impacto y el resultado previo, durante y posterior a la aplicación.
Las técnicas y métodos seleccionados para la implementación del programa de capacitación.
La no responsabilización, por parte de los administrativos, en crear las condiciones para que los logofonoaudiólogos participen en las actividades planificadas.
No utilizar de forma adecuada, los métodos y técnicas necesarios para enseñar las habilidades comunicativas beneficentes.
La negativa al cambio por parte de los profesionales que no concienticen la necesidad de alcanzar modos de actuación acorde a los principios y valores profesionales.
Otros autores proponen estrategias para iniciar el conocimiento de la Bioética Médica como base para la relación médico-paciente. Cabrera Nuñez, et al.19, por ejemplo, la enfoca a los docentes de Medicina. Vega-Hurtado20, de igual forma, propone una serie de acciones para el médico. Sin embargo, la propuesta que realizan los presentes autores va dirigida directamente a los profesionales de Logofonoaudiología.
Algunas limitaciones en el estudio pueden estar dadas por el contexto temporal en que se realizó el mismo (pandemia por la COVID-19) que pudo haber influido la selección de los usuarios. Asimismo, la validez y la confiabilidad de la propuesta podrían ser mayores si se hubiera utilizado, también, el criterio de expertos para comparar los resultados.
Conclusiones
La propuesta de estrategia constituye una herramienta útil para fomentar el principio de beneficencia en la comunicación del logofonoaudiólogo con el paciente afásico y su familia. Se debe establecer el monitoreo de los aspectos que pueden impedir su ejecución en un periodo de tiempo establecido: el uso correcto de los métodos y técnicas educativas y la negativa al cambio por aquellos logofonoaudiólogos que no concienticen la necesidad de alcanzar modos de actuación acorde a los principios y valores profesionales. La técnica de criterio de usuarios resultó una alternativa viable para la evaluación de la estrategia.