Introducción
En China, el 31 de diciembre de 2019 había un total de 26 pacientes y una persona fallecida, diagnosticados con neumonía de causa desconocida. Estos casos tuvieron su origen en el mercado mayorista de mariscos Huanan de Wuhan. El 7 de enero de 2020, en el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades (CCDC), se identificó el agente causante de la neumonía desconocida como un coronavirus agudo severo relacionado con el síndrome respiratorio agudo, al que se le denominó SARS-CoV-2, por su similitud con el SARS-CoV descubierto en 2003.1
De hecho, este tipo de virus causa enfermedades en animales y seres humanos, que pueden ser infecciones respiratorias como el resfriado común o más agudas como el coronavirus del síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS)-CoV y el síndrome respiratorio agudo severo (SARS)-CoV.1
Generalmente se puede encontrar en un reservorio animal como el MERS-CoV, que se trasmitió de los camellos a los seres humanos y el SARS-CoV de animales exóticos. Se cree que el reservorio para el SARS-CoV-2 puede ser el murciélago, aunque todavía no está totalmente probado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) nombró a esta enfermedad COVID-19, la cual fue declarada como pandemia el 11 de marzo de 2020.1
La principal vía de transmisión del virus es aérea, a través de pequeñas gotas que se producen cuando una persona infectada exhala, tose o estornuda.2,3 También se transmite al tocarse los ojos, la nariz o la boca, tras entrar en contacto con superficies contaminadas. Las epidemias de enfermedades infecciosas de transmisión respiratoria son muy difíciles de contener -recuérdese epidemia de influenza A (H1N1) de 2009- en un mundo tan interconectado por diferentes vías y con tanto tráfico de viajeros entre países, a pesar de todas las vigilancias posibles, humanas y de las más avanzadas tecnologías, pues muchas personas ya infectadas con el virus pueden evolucionar de manera asintomática u oligosintomática y se escapan a los más rígidos controles, todo lo cual debe tenerse en cuenta.4
Ahora bien, la OMS estima que la tasa de contagio (R0) del virus es de 1,4 a 2,5, aunque otras estimaciones hablan de un rango entre 2 y 3. Esto quiere decir que cada persona infectada puede a su vez contagiar entre 2 y 3 más, aunque se ha visto que puede haber “supercontagiadores” capaces de infectar hasta 16 individuos. Para controlar una epidemia, se necesita disminuir la R0 por debajo de 1.4
En Cuba, el primer caso se diagnosticó el 11 de marzo de 2020. El Ministerio de Salud Pública (MINSAP) informó sobre 3 turistas procedentes de Italia, quienes se encontraban en la ciudad de Trinidad, y después de 3 días de estancia en el país presentaron síntomas respiratorios.5
Según el sitio oficial del MINSAP de Cuba, al cierre del 31 de mayo se encontraban ingresados en hospitales para vigilancia clínica y epidemiológica 429 pacientes. Otras 1 728 personas se vigilaban en sus hogares, desde la Atención Primaria de Salud. El país acumulaba 1071037 muestras realizadas y 2 083 positivas (1,9 %). En la región de las Américas se notificaban 2 millones 846 mil 391 casos confirmados (+ 77 031), 47,22 % del total de casos informados en el mundo, con 161 mil 514 fallecidos (+ 2648) y una letalidad de 5,67 % (-0,07).6
Debido al impacto socioeconómico y para la salud de la COVID-19, así como la poca divulgación de estudios similares a escala local,7 la presente investigación se realizó para caracterizar casos sospechosos y positivos a la COVID-19, los cuales fueron detectados en el municipio de Puerto Padre y remitidos a los centros de salud destinados para su atención.
Métodos
Se efectuó un estudio observacional, descriptivo y transversal de pacientes sospechosos y positivos a la COVID-19, quienes fueron detectados en el municipio de Puerto Padre, provincia de Las Tunas, y remitidos a los centros de salud destinados para su atención, desde febrero hasta mayo del 2020, con vistas a caracterizarles según variables clinicoepidemiológicas seleccionadas.
La población de estudio estuvo constituida por 7 casos confirmados y 558 sospechosos, para un total de 565 personas. A los casos sospechosos se le realizó el RT-PCR (reacción en cadena de polimerasa de transcriptasa reversa en tiempo real), lo que permitió la confirmación diagnóstica de la COVID-19.
Se definieron los casos de la manera que sigue:
- Caso sospechoso a la COVID-19: persona de cualquier edad que presentara fiebre, enfermedad respiratoria aguda y que contara con antecedentes de viaje o estancia en países con transmisión local de la enfermedad, así como hubiera estado en contacto con un caso confirmado o que se encontrara en proceso de investigación, hasta 14 días antes del inicio de los síntomas.
- Contacto de paciente con la COVID-19: persona involucrada en cualquiera de las siguientes condiciones: cuidados directos a pacientes con la COVID-19; trabajar con personal de la salud infectado con el nuevo coronavirus; visitas a pacientes o estadía en el mismo ambiente cercano de un afectado con la enfermedad; compartir estrechamente el ambiente de trabajo o el aula escolar con un individuo que presentara dicha afección; viajar junto a un paciente con COVID-19 en cualquier tipo de transporte.
- Viajero: individuo procedente de una región dentro del país o el extranjero donde estuviera demostrada la transmisión de la enfermedad, durante un periodo de 14 días antes del ingreso.
- Caso confirmado: paciente que resultara positivo al estudio virológico para la COVID 19, con sintomatología o sin ella.
Para los casos confirmados:
- Caso importado: aquel que arribó al país con la enfermedad o en periodo de incubación de esta (con fuente de infección en el extranjero).
- Caso introducido: paciente cuya fuente de infección es un caso importado.
- Caso autóctono: cuya fuente de infección es un caso introducido u otro autóctono.
Se describieron las siguientes variables: incidencia, edad, sexo, área de salud, definición de caso, fuente de infección, formas clínicas (iceberg epidemiológico), resultado del RT-PCR, síntomas y signos, comorbilidades, y diagnóstico al egreso.
Para realizar el estudio se utilizaron los datos de las encuestas epidemiológicas de los casos detectados durante la vigilancia epidemiológica y las historias clínicas de los pacientes. Los datos se procesaron mediante la estadística descriptiva: cálculo de porcentajes y tasa.
Resultados
En la figura se aprecia que el mayor número de pacientes sospechosos se detectó entre el 25 de marzo y el 29 de abril, con un pico máximo el 18 de abril (35 casos). El diagnóstico de casos confirmados se correspondió con esta alza epidémica. El primer paciente confirmado se diagnosticó el 31 de marzo y el 20 de abril se diagnosticaron 2, lo cual estuvo en correspondencia con el pico máximo del informe de casos sospechosos; el último paciente se confirmó el 29 de abril de 2020.
La tabla 1 muestra que en los casos confirmados hubo un predominio del sexo femenino con 4 pacientes (57,1 %) y del masculino en los sospechosos con 298 (52,7 %). En cuanto a los grupos de edades en estos últimos el más frecuente fue el de 30 a 44 con 77 casos (25,8 %), seguido de los pacientes de 45 a 59 con 73 (24,5 %) en el sexo masculino, con una media de edad de 36 años (IC:35-37). En el sexo femenino, el de 45 a 59 con 68 (22,8 %) y una media de edad de 37 años (IC:36-38). Para el total de los casos sospechosos los grupos de edades de mayor frecuencia fueron los de 30 a 44 con 143 casos (25,3 %), seguido del de 45 a 59 con 141 (25,0 %), con una media de edad de 37 años (IC: 36-37). En los confirmados del sexo masculino, en los grupos de edades de 0 a 14, 30 a 34 y 60 a 74 años, se informó un caso en cada uno (33,3 %), con una media de 37 años (IC:28-46). En las féminas el grupo de mayor frecuencia fue el de 15 a 29 años con 3 casos (75,0 %) y una media de 26 años (IC:20-31). Para el total de los casos confirmados el grupo de edad de mayor frecuencia fue el de 15 a 29 con 3 casos (42,9 %), seguido del de 30 a 44 con 2 (28,6 %), con una media de 31 años (IC: 27-34).
Como se observa en la tabla 2, el área de salud de Puerto Padre fue la de mayor número de sospechosos con 356 y una tasa de 829,89 por cada 100 000 habitantes, seguida de la de Delicias con 144 y una tasa de 667,56 por cada 100 000 habitantes; ambas fueron las de mayor riesgo de sospecha de la enfermedad. En cuanto a los casos positivos, el área de salud de mayor riesgo de incidencia fue la de Delicias con una tasa de 13,91 por cada 100 000 habitantes (3 casos), seguida de la de Puerto Padre con una tasa de 9,32 por cada 100 000 habitantes (4 casos).
En cuanto a los casos importados e introducidos se halló 1 para cada uno (14,3 %) y autóctonos fueron 5 (71,4 %), los cuales estuvieron relacionados con un evento de trasmisión local. Respecto a las formas clínicas, según el iceberg epidemiológico predominó la asintomática con 5 pacientes para 71,4 %; las formas subclínica y completa se manifestaron con un caso cada una para 14,3 % (tabla 3).
En la tabla 4 se muestran los pacientes con RT-PCR negativo y con RT-PCR positivo según variables clínicas. Los signos y síntomas más frecuentes en los primeros fueron: malestar general (5,2 %), fiebre (3,8 %), congestión nasal (3,4 %) y tos (3,0 %); en los segundos: fiebre (28,6 %), congestión nasal, tos y rinorrea (14,3 % cada uno). Las comorbilidades más frecuentes para ambos grupos fueron: hipertensión arterial, tabaquismo y asma bronquial con 26,3 %, 20,4 %, y 10,4 %, respectivamente para los sospechosos y para los confirmados 28,6 % y 14,3 %, respectivamente. El diagnóstico al egreso para los casos con RT-PCR positivo fue de 5 asintomáticos (71,4 %) y 2 sintomáticos (28,6 %) en su forma de broconeumonía sin signos de gravedad; para los sospechosos, catarro común (9,5 %), seguido de rinitis alérgica (5,6 %) y bronconeumonía (2,3 %).
Discusión
La COVID-19 es una enfermedad emergente (nueva), que afecta a todas las regiones del mundo y se ha manifestado poblacionalmente como una pandemia. Esta entidad clínica muestra alta transmisibilidad y elevada letalidad en pacientes con enfermedades crónicas asociadas y en mayores de 60 años de edad. Los resultados de este estudio difieren en parte de investigaciones internacionales,8,9 pues excepto 1 caso, el resto de los confirmados en el territorio fueron menores de 45 años; concuerdan en cuanto al sexo con una razón de 1/1, y 60 %de los pacientes fueron asintomáticos.
Un estudio realizado en México hasta el 30 de abril de 2020 mostró que la COVID-19 se ha extendido en dicho territorio. Se llevaron a cabo 87 372 pruebas diagnósticas en todo el país, de estas 19 224 resultaron positivas. En el periodo de estudio hubo 1 859 defunciones; 746 pacientes (3,88 %) fueron casos importados, 135 (0,70 %) contactos de casos importados y 18 343 (95,42 %) no tenían historial de contactos con personas que hubieran viajado al extranjero; por tanto, se podrían definir como contagios comunitarios o locales. Resultaron confirmados 11 186 (58,18 %) casos en hombres y 8 038 (41,82 %) en mujeres. La media de edad de los pacientes fue de 46 años. En los menores de 14 años se presentaron 250 casos (1,3 %); entre 15 y 29 años 2 360 (12,27 %). El mayor número de infecciones se presentó entre 30 y 59 años de edad con 12 656 casos (65,85 %), lo cual disminuyó en el rango de 60 y 104 años de edad, con 3 958 pacientes (20,58 %). Los afectados que fallecieron tenían una o múltiples comorbilidades: 43,53 % HTA; 39,39 % diabetes mellitus; 30,4 % obesidad; 9,56 % tabaquismo; 7,27 % EPOC; 6,82 % insuficiencia renal crónica y enfermedad cardiovascular; 4,59 % inmunosupresión; 3,06 % asma y 0,64 % VIH o sida. Algunos pacientes mostraban varias comorbilidades a la vez, por lo que estaban más propensos a sufrir afectaciones graves por la COVID-19.1
Riverón et al ,10 en su estudio sobre pacientes sospechosos de COVID-19, obtuvieron los siguientes resultados: el grupo de edades entre 19 y 30 años (n=29; 25,43 %) y los masculinos (n=59; 51,75 %) fueron discretamente los más frecuentes; solo 10,53 % (12 pacientes) eran menores de 19 años. Los antecedentes epidemiológicos y procedencia más frecuentes fueron ser contacto de un caso sospechoso a la COVID-19 (n=30; 26,31 %), seguido de ser viajero nacional (n=26; 22,8 %). El municipio de Las Tunas resultó ser el de mayor procedencia de los casos (n=69; 60,52 %); el antecedente de salud (n=47; 44,2 %) el más frecuente, seguido de la hipertensión arterial (n=26; 24 %). Los síntomas y signos de los pacientes sospechosos fueron: tos (n=66; 57,89 %), temperatura menor de 37 ˚C (n=58; 50,87 %) y estertores secos (n=19; 16,66 %). El catarro común fue el diagnóstico al egreso de mayor frecuencia (n=53; 46,49 %).
En el estudio de Cobas et al,11 sobre pacientes sospechosos a la COVID-19 se halló un predominio de aquellos con más de 40 años de edad (86,76 %) y mayor incidencia del grupo de 41 - 60 años (36 pacientes para 52,94 %) y de estos, 9 positivos (25,0 %); mayor incidencia de pacientes con hipertensión arterial (25 para 36,76 %) de los cuales 7 resultaron positivos al SARS-CoV-2, seguidos de aquellos con diabetes mellitus (14 para 20,58 %) y uno positivo. En los casos con RT-PCR positivo fue más frecuente el malestar general como síntoma fundamental (9 para 13,23 %), seguido de fiebre (8 para 11,76 %), tos seca y disnea (7 para 10,29 % en ambos casos). Entre los pacientes negativos predominó la fiebre (34 para 50,0 %), seguido de la disnea (28 para 41,17 %) y la tos seca (23 para 33,82 %). En el diagnóstico al egreso, primó el catarro común con 31,37 %, seguido de la bronquitis aguda en 21,56 % de los casos.
Según el iceberg epidemiológico de la COVID-19 en el municipio de Puerto Padre, ningún caso manifestó la forma hiperaguda o fulminante (estado grave o crítico)
y la sintomatología presentada en los pacientes se corresponde con la bibliografía consultada.9,10,11
Estos resultados se asemejan a otros estudios realizados dentro10,11,12 y fuera del país 13,14,15,16, donde el mayor número de casos confirmados mostraron las formas clínicas asintomáticas de la enfermedad. También se indica que todavía se desconoce el alcance poblacional de esta pandemia, dado por la falta de accesibilidad a los medios diagnósticos, atribuible a los costos y la ausencia de cobertura sanitaria, sobre todo en los países del tercer mundo. Estos autores14,15,16,17 también plantean que existe un subregistro de casos, en su mayoría asintomáticos, a los cuales no se le realizó el RT-PCR.
Espinosa18) refiere que la pandemia del nuevo coronavirus SARS-CoV2 está considerada como el mayor desafío sanitario ocurrido en el mundo, desde la conocida gripe española en 1918, que mató entre 20 y 40 millones -tal vez más- de personas a escala mundial. Otros,16,17 por las consecuencias que ocasiona y ocasionará, la han igualado con una “tercera guerra mundial”. Llega con una historia corta que impresiona por la facilidad y la rapidísima velocidad de propagación, debido a la alta tasa de contagio del virus, que se eleva incluso a partir de personas asintomáticas. Ante estas condiciones todos los seres humanos son potencialmente susceptibles, lo cual provoca una proporción significativa de casos graves y muertes, especialmente en determinados grupos de riesgo identificados de manera muy precoz en la mayoría de los países.
Se pudo concluir que en Puerto Padre esta enfermedad afectó a personas jóvenes con una media de edad de 30 años, sin diferencias entre ambos sexos, con predominio de casos autóctonos (en un evento de trasmisión local) y la forma clínica asintomática.