Cada día es más perentoria la investigación científica a favor del perfeccionamiento de la atención a la salud de la mujer en edad reproductiva; varios son los argumentos que sustentan esta afirmación, entre ellos: la elevada morbilidad y mortalidad registrada en este segmento poblacional,1) los impactos de las enfermedades crónicas no transmisibles, tanto para el binomio madre-feto durante el embarazo como en etapas posteriores al parto,2) incluida la perpetuación de enfermedades crónicas no transmisibles en las nuevas generaciones (obesidad, hipertensión arterial, diabetes mellitus, cáncer u otras).3
En la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara, bajo la cobertura de una línea de investigación doctoral titulada: «Alteraciones asociadas a factores cardiometabólicos y estilos de vida inadecuados durante la gestación y en momentos posteriores del ciclo vital», a partir de las experiencias investigativas acumuladas durante varios años por un equipo de profesionales, se ha logrado consenso acerca de la necesidad de trabajar en el plano teórico una definición del término: vulnerabilidad cardiometabólica por adiposidad corporal, el cual es utilizado con frecuencia en los análisis de resultados, en la redacción de informes finales, presentaciones en eventos y publicaciones científicas,4,5,6 y sobre el cual no se ha encontrado en la literatura revisada una propuesta reconocida que sustente las interpretaciones de los investigadores en sus análisis sistemáticos asociados a la salud de la mujer en edad reproductiva.
Después de indagar acerca de la definición del término vulnerabilidad, considerada de manera general como un concepto de notable complejidad, con múltiples significados aplicables a ámbitos muy diversos, siempre asociado a la posibilidad de daño a la persona, la familia, grupos poblacionales o la sociedad en su conjunto, con una utilización creciente en el área de las ciencias médicas, se profundizó en las características de distintos tipos de vulnerabilidad desde lo antropológico, lo físico y lo socio-cultural.7
La información obtenida permitió a estos autores realizar un proceso de análisis, interpretación y aplicación de su significado en los estudios locales sobre: el estado nutricional de las gestantes y la mujer en el postparto a corto plazo, los cambios en indicadores antropométricos, bioquímicos y cardiovasculares en el embarazo y después del parto, las características de las acumulaciones excesivas de tejido adiposo (adiposidad corporal según el Diccionario de la RAE), incluidas las acumulaciones centrales de tejido adiposo por su impacto reconocido en la salud cardiovascular y metabólica de la mujer. Igualmente en estudios de biometría fetal, restricción del crecimiento intrauterino y la condición trófica del recién nacido.8,9)
Como resultado final se reconoció su efectividad como eje de análisis al permitir la estratificación tanto de las gestantes como de las mujeres en el postparto, a partir del cual es posible el análisis de diferentes variables vinculadas no solo a esta línea de investigación, sino que puede generalizarse a otras temáticas afines. Con estos argumentos de partida, es que se decidió proponer a la comunidad científica de las ciencias biomédicas y especialidades médicas afines, la definición del término vulnerabilidad cardiometabólica por adiposidad corporal como: la condición médica de la mujer, extendida desde el momento de la captación del embarazo hasta el postparto a corto, mediano y largo plazo, en la que se reconoce como una amenaza principal para su salud cardiometabólica, las acumulaciones excesivas del tejido adiposo en diferentes localizaciones, condicionadas por los tipos de adiposidad corporal, las ganancias de peso gestacionales y la retención de peso postparto, en la que están implicadas variables: bioquímicas, antropométricas y cardiovasculares, que en conjunto sitúan a la mujer en menor capacidad de superar con éxito posibles alteraciones de su salud.