Sr. Director
Hemos leído con sumo interés el trabajo recientemente publicado por Cordero Escobar I y otros, La actividad investigativa en los residentes de Anestesiología y Reanimación.1 La investigación en los últimos años ha tomado importancia científica como uno de los pilares de la formación integral de los profesionales que cursan la residencia médica, por lo que es función primordial de las universidades, incentivarla y promoverla en sus docentes y estudiantes.2 Consideramos que este tipo de comunicaciones es importante y felicitamos a los autores por evidenciar cuánto queda por hacer en temas de redacción y publicación científicas.
Al hacer el análisis y discusión de los resultados, Cordero Escobar y otros1) aseveran que en el plan de formación de la especialidad estaban incluidas actividades de investigación. Concordamos con los autores, porque en Cuba el residente en formación tiene una función sustantiva intrínseca en la docencia médica. Esta consiste en investigar y, entre otras tareas, organizar las actividades de investigación necesarias para profundizar en el conocimiento, difusión y actualización de la especialidad y ser capaz de emitir juicios objetivos y críticos acerca de los estudios científicos que revise.
En su artículo no se menciona si el 87,9 % de residentes que tuvieron alguna participación en actividades o proyectos de investigación, publicaron al menos un artículo como fase final de la investigación, por lo cual tampoco se menciona si los encuestados finalizaron el ciclo de la investigación y la posterior divulgación de sus resultados.
Los argumentos que se esgrimen para que los residentes no publiquen resultan ser los mismos que se usan para justificar que los profesionales de la salud publican poco en Cuba. La falta de tiempo no puede ser un elemento para ser esgrimido porque existen muchos profesionales igualmente ocupados que sí publican y reflejan los resultados de la investigación que realizan. Tal vez lo que pueda existir es falta de cultura de publicación y pocos incentivos que premien a los autores.3
Si desde la etapa estudiantil se crean las bases para que estos comiencen a publicar bajo las orientaciones de un profesor, el tiempo de madurez del investigador para lograr buenos resultados y por consiguiente, buenas publicaciones, se acorta considerablemente. En general, en nuestras universidades no se enseña al estudiante a publicar dentro de la malla curricular, pero deben ser los profesores, desde las aulas de pregrado, los que impulsen esa tarea.
La investigación es el inicio de un proceso que termina con la publicación. “Publicar o perecer” (Publish or perish) es una frase común muy empleada para describir la necesidad que sienten los investigadores en publicar los resultados de sus investigaciones. Para los médicos residentes la actividad investigativa es bien valorada; sin embargo, esto no se refleja en publicaciones según los resultados de este artículo, a pesar de que provienen de algunos hospitales con tradición investigadora sólida y todos tienen tutores para su formación.
Es esencial que el campo de la anestesiología como en otros tantos, se continúe evolucionando hacia las investigaciones basadas en la evidencia.
El desarrollo de una investigación durante la residencia ayuda en el pensamiento crítico de los residentes y puede fomentar su curiosidad para explorar preguntas sin respuesta en el campo de su especialidad.
En la actualidad el papel del profesor universitario en la formación y motivación de los residentes en las instituciones de educación superior resulta un componente primordial a la hora de impulsar el desarrollo académico. Estos tienen el deber de orientar y establecer los vínculos necesarios para que el residente asuma el compromiso social y moral que los capacite para trabajar en proyectos de investigación.4
La investigación marca la diferencia en la formación del residente. En el estudio de Macknin JB5 se señala que los residentes que publicaron durante la residencia tenían más probabilidades de volver a publicar después de graduarse. En este artículo se menciona que 75 % de todos los residentes que publicaron durante la residencia publicaron al menos un manuscrito más durante su carrera.
La literatura científica confirma el relevante papel del contexto universitario en el desarrollo de las potencialidades en los estudiantes, como futuros científicos y el espacio en el que deben promoverse a toda la comunidad estudiantil, la motivación y el amor a la ciencia.6
Las universidades e instituciones públicas, tienen el desafío de abordar una preparación integral del profesional de la salud desde etapas tempranas de su formación, con el objetivo de fomentar el espíritu científico como método de formación de futuros profesionales de la salud con alto grado de curiosidad y espíritu crítico; con ciertas peculiaridades clave que resaltan, tales como; la “ecuanimidad y entereza” expresada como la respuesta de reacción ante las vicisitudes o adversidades, la “tenacidad y disciplina” referida a la fuerza y empeño de continuar y lograr los objetivos, la “curiosidad y voluntad” manifiesta como la búsqueda de algo e intención del deseo de hacer algo.
Artículos como el de Cordero Escobar y otros1 ponen en evidencia la necesidad de fomentar la formación de futuros investigadores desde etapas tempranas de su formación y por tanto, es imprescindible establecer estrategias para que todos los residentes puedan desarrollar competencias y habilidades necesarias para hacer investigación y publicar artículos científicos.