Introducción
Los símbolos forman parte de la historia de los pueblos y las organizaciones, ellos expresan acontecimientos significativos y son portadores de identidad. Su estudio no es una simple cuestión de erudición; está vinculado con el conocimiento que tienen los hombres de sí mismos, responde a las siguientes interrogantes: quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos, a fin de garantizar que los valores que representan se perpetúen en el tiempo. Y es que contiene el vasto ámbito de las posibilidades en continua extensión y permite la percepción de las relaciones fundamentales entre formas, contenidos, discursos y modalidades.
En la actualidad las universidades ocupan espacios de reflexión y acción cada vez mejor orientados hacia la identificación, reconocimiento y comunicación de sus símbolos. Se han convertido en reservorios de bienes materiales e inmateriales que dan fe de los continuos procesos históricos, académicos, científicos, extensionistas y culturales que allí acontecen. Inmuebles excepcionales por su arquitectura, bienes muebles de diversa naturaleza: artísticos, científicos, documentales, monumentos, costumbres, ritos y tradiciones, componen, entre otros, la diversidad de símbolos atesorados.
La universidad es tangible y es a un tiempo un estado de espíritu; es real y es imaginada, tiene un derrotero histórico propio, mas también señala los derroteros de su entorno; es símbolo de tradición y renovación a un tiempo; de tradiciones acentuadas y conflictos revolucionarios; de juventud inquisitiva y madurez meditabunda. (Felipe, 2015, p.74)
La construcción simbólica en el contexto de los centros de educación superior tiene mucho que ver en la actualidad con la información, el tipo de discurso, la cultura, la generación del conocimiento y la transferencia de esa información mediante mensajes que propicien una percepción coherente con la realidad.
Lo simbólico se convierte en un factor esencial para la toma de decisiones y la aceptación de los programas de conocimientos que se generan en las instituciones educativas donde cada día se incorporan más los procesos del sistema global en la escala de lo local y pone a muchas comunidades en la disyuntiva entre la resiliencia y la resistencia a esos nuevos esquemas de producción del conocimiento científico. Es todo un proceso social que tiene que ver con conocer y compartir la historia, la visión, la misión, los objetivos, las metas y todo aquello que conforme la identidad.
En mayor o menor medida, hemos reducido a esos símbolos universitarios a piezas de museo, pues no se ha enseñado a los universitarios a darles otro valor y a mirarlos desde otra perspectiva. De ahí que algunos los han confinado al olvido y, aunque con frecuencia los tienen a la vista o los escuchan, no los perciben conscientemente: para nuestra desgracia, algunos los tienen en el sótano del inconsciente. (Álvarez, 2005, p. 75)
La revisión bibliográfica reveló que diversas universidades del mundo a partir de su concepción educativa de calidad, respetuosa de las estructuras jurídicas y regulatorias, buscan establecer las normas oficiales para definir el diseño, características, usos, difusión, aplicación y preservación de los símbolos que la distinguen. Dentro de ellas se encuentran la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) quien desde el 2006 aprobara el Reglamento de los Símbolos Universitarios, donde se expone que desde la perspectiva histórica los símbolos cumplen una dualidad; por una parte, caracterizan el quehacer institucional, y por otra son elementos que nutren y fortalecen la identidad de los miembros de la institución.
De México también, la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) el 7 de julio de 2011 aprobó en Sesión Extraordinaria por el Honorífico Consejo Universitario el Reglamento sobre los símbolos representativos de la UJAT, en el cual resaltan la necesidad de vincular el significado y representación de los símbolos con los momentos históricos por los que ha transitado esta casa de altos estudios.
Y en Europa sobresale la Universidad Española Arturo de Michilena, en uso de las atribuciones que le confiere la Ley de Universidades y el Estatuto Orgánico de la Universidad dictó en la sesión Nº 67 del Consejo Universitario, el día 25 de julio de 2012 el Instructivo sobre el uso, difusión y preservación de la denominación, siglas, símbolos y emblemas, donde queda plasmado que dichos elementos representan la concepción moral, espiritual e intelectual de la institucionalidad universitaria; y por consiguiente forman parte de su patrimonio cultural.
Como refiere Álvarez (2005) son aún muchas las universidades donde la promoción de sus símbolos no acontece con la debida dinámica. En esta dimensión sociocultural es preciso señalar que la comunicación de los símbolos universitarios exige que estos tengan un significado común y estén en coherencia con los objetivos estratégicos de proteger toda la memoria histórica, así como fundamentar la nueva generación de conocimientos científicos sustentada en la experiencia y las vivencias del ayer y el presente con visión de futuro.
La Universidad de Oriente atesora un repertorio simbólico cultural y comunicacional de carácter tangible e intangible que le han valido para favorecer su reputación nacional e internacional. Sin embargo aún resulta insuficiente el dominio de sus límites, particularidades y alcance, lo cual impide la visibilización e interpretación de sus significados para la comunidad universitaria; desde el objetivo de la educación permanente de los profesionales y el uso adecuado de los medios de comunicación. De ahí que el estudio que se presenta tiene como objetivo determinar el registro de símbolos de la Universidad de Oriente en la 1ra etapa: 1947-1959.
La gestión del conocimiento de los símbolos, su adecuada interpretación y uso mediático es indispensable para la formación de las actuales generaciones de profesores y estudiantes universitarios. Los símbolos de las universidades encierran contenidos históricos y culturales, pero también nos expresan identidad nacional. Sus significados son expresión de continuidad generacional y de valores de un sistema social que los presenta y es representado.
Desarrollo
Registro de los símbolos de la Universidad de Oriente: 1947-1959
Edificio Central
Desde el mismo surgimiento de la Universidad de Oriente esta se identificó a través de la imagen del Edificio Central (figura 1). Dicha construcción de sencilla influencia ecléctica poseía una planta cuadrada y dos pisos, con estructura de muros de mampuesto y cuje, entrepiso de vigas de madera y la presencia de un entablamento. A partir de 1949, fue sometida a un intenso trabajo de remodelación y construcción, para su adaptación a las nuevas necesidades de una institución educativa. Los trabajos fueron dirigidos por el ingeniero Joaquín Vázquez Alvarado.
En mayo de 1949 se realizaron trabajos de adecuación en locales previstos para aulas adaptadas a la docencia: de dibujo, algunas dedicadas a laboratorios, otras para la enseñanza general, radicando provisionalmente la Biblioteca en la segunda planta. La Cámara de Comercio y el Club Aponte hicieron donativos de dinero a la Universidad y gracias a la ayuda recibida en esos momentos, la misma pudo continuar con las tareas de ampliación y terminación de dicho edificio.
El 31 de marzo de 1950 se trasladan de la Escuela Profesional de Comercio, las oficinas de la Secretaría General, el Departamento de Relaciones Culturales y la Biblioteca, así como todas las escuelas, excepto la de Ciencias Comerciales, lo cual se haría el curso siguiente. En ese mismo año se prevé en dicho edificio la instauración del Museo de Historia Natural, el Museo de Arqueología e Historia, el Gabinete de Geografía y el Museo de Historia del Arte.
Los proyectos para una tercera planta sobre las dos naves laterales y para la reforma de las fachadas de este inmueble, fueron encargados al arquitecto Rodulfo Ibarra Pérez y aprobados por el entonces Rector de la Universidad de Oriente, Felipe Salcines Morlote.
Estas obras fueron ejecutadas por el contratista Serapio Prats Orta e implicaron la consolidación del inmueble existente, el reforzamiento de la cimentación y la inclusión de columnas, losas y vigas de hormigón armado. El lenguaje propuesto fue el Monumental Moderno, respuesta arquitectónica de la época para los temas de carácter social y oficialistas, expresado en el énfasis del acceso a través de la escalinata central y el volumen techado sostenido por columnas circulares de gran esbeltez que jerarquizan la fachada principal del inmueble, la que se remata en su parte superior con el escudo de la institución.
El 30 de abril de 1952 se aprueba el anteproyecto relativo al embellecimiento de las fachadas frontal y lateral y ya para esta fecha también se acuerda la confección de un proyecto de fachada para el edificio. Tras sucesivas reconstrucciones adquiere la fachada actual y le adosan el emblema de la Universidad tallado en dos piezas. Nacía de esta manera, en lo que a materia arquitectónica constructiva se refiere, la Alta Casa de Estudios Santiaguera.
A ambos lados del cuerpo central se desarrollan dos volúmenes carentes de decoración, las ventanas enmarcadas abarcan los tres niveles, en los que resalta su sobrio diseño y que refuerzan la simetría de la fachada principal. Por su parte, en las fachadas laterales, la solución de los elementos de fenestración marca un ritmo regular, aunque se presentan de manera aislada.
Predominan en esta edificación los volúmenes puros y aristas vivas, que lo ubican dentro de los cánones de la modernidad santiaguera. Los alrededores del inmueble fueron provistos de aceras anchas, tarea desarrollada por una cuadrilla de obras públicas, la cual fue cedida por el Alcalde Luis Casero Guillén, convirtiéndose así en edificio insignia de la Universidad de Oriente, no solo por haber sido el primero sino porque en él radicaría el corazón del naciente centro de enseñanza superior.
En el año 1952 el edificio contaba: en el primer nivel, con la Dirección de la Escuela de Verano, el Salón de Profesores, la Oficina del Departamento de Psicología, los Laboratorios de Química Orgánica, Inorgánica y Analítica, el Laboratorio de Física, el Laboratorio de Química- Física, aulas de la carrera de Derecho, así como el almacén de los Laboratorios de Química y útiles.
En el segundo nivel, se ubicaron las aulas de la carrera de Derecho, Filosofía y Ciencias Comerciales, el curso preuniversitario de la Escuela de Educación, la oficina de la Secretaria General, el Laboratorio de Investigaciones Químicas José Luis Casaseca y la oficina del Departamento de Actividades Sociales y Publicidad.
En el tercer nivel, fueron ubicadas: la Escuela de Ingeniería, el Instituto de Idiomas, las carreras de Filosofía y Derecho, el Museo de Arqueología e Historia de Cuba, el Museo de Historia Natural y el local de la Federación de Estudiantes Universitarios de Oriente (FEU-O). En la actualidad se ubican en el edificio las Facultades de Derecho, Ciencias Naturales y Exactas, el Museo de Ciencias Naturales, la imprenta y dependencias de Meteorología.
Escudo de la Universidad de Oriente
La Universidad de Oriente desde su fundación, dio los primeros pasos para definir sus emblemas y distintivos. Con el objetivo de lograr el reconocimiento tanto nacional como internacional de esta institución oriental y lograr un mayor sentido de pertenencia del estudiantado con el centro docente Pedro Cañas Abril, Decano de la Facultad de Filosofía y Educación, Francisco Prat Puig, Profesor de Historia del Arte y Max .E Figueroa se ocuparon de diseñar algunos de los elementos que tendrían la misión de representar la nueva universidad cubana.
En él se trató de representar el entorno en el que se encontraba ubicado este centro académico (figura 2). El diseño del emblema fue discutido en grupo y finalmente se le encargó a Francisco Prat Puig que hiciera el dibujo. Este esboza con claridad el objetivo no solo pedagógico, sino general y abarcador de la institución oriental. El lema Ciencia y Conciencia reflejaba la proyección de la Universidad de Oriente.
Ciencia y Conciencia. Ahí está, en síntesis, el alma de nuestra Universidad. Cultivamos el saber, la investigación, la técnica, los valores de la inteligencia; pero cultivamos al mismo tiempo la ética, la estética, la cívica, los valores del corazón sin los cuales el hombre no adquiere calidad humana. ¡Ciencia y Conciencia! Así queremos que sea siempre nuestra Universidad: Ciencia y Conciencia (Cañas, 1953, p.14)
La idea surgió como refiere Cañas (1972) de un libro escrito por un pedagogo argentino; Ciencia y Conciencia de la Educación. “Como había que adoptar un lema para la universidad yo propuse que fuera ese, Ciencia y Conciencia, porque un lema así representaba no solo una frase, sino un programa, una toma de posición, y finalmente se aceptó por unanimidad”. (Cañas, 1972, p.205) Así el escudo vino a constituirse en uno de los principales símbolos, en torno al cual ha girado la vida de la Universidad de Oriente.
Coral Universitaria
Juan Viccini fue quien asumió el reto de conformar en el año 1950 la Coral Universitaria (figura 3). Entre sus alumnos fundadores pueden citarse: Electo Silva Gaínza; Carlos Amat Forés, Juan Escalona Reguera; Alba Griñán Nuñez, Thalía Fung Riverón; Delfina Yero Gil y Vilma Espín Guillois.
La Coral intervenía de manera protagónica en las principales actividades que se realizaban dentro del recinto universitario: graduaciones, fiestas, conmemoraciones, actos de recordación y fechas de carácter patriótico. El 3 de abril del año 1951 recibieron la visita de la Coral Universitaria de Yale, con la cual confraternizaron e intercambiaron números de los repertorios de ambas agrupaciones. “La Coral Universitaria desempeñaría un importante papel para el desarrollo y promoción de dicha música en la ciudad. Agrupaciones como el Coro Madrigalista y el Orfeón Santiago han sido sus herederas más dignas” (Expediente para Declaratoria como Monumento Nacional de la Universidad de Oriente, 2018.p.38)
El 28 de febrero de 1960, en la Catedral de Santiago de Cuba, y con la presencia de destacadas personalidades de la cultura nacional, como es el caso de Alejo Carpentier, se interpreta por primera vez la música de Esteban Salas con la participación de la Coral Universitaria.
Biblioteca Central Francisco Martínez Anaya
La Biblioteca Central de la Universidad de Oriente (figura 4) fue proyectada por el Arquitecto Rodulfo Ibarra Pérez, e inaugurada en el año 1951. Inicialmente era de una sola planta y en pleno proceso de construcción el mismo arquitecto realiza el proyecto para un segundo nivel. Posee estructura de esqueleto de hormigón armado y responde al estilo Protorracionalista.
En su devenir histórico puede mencionarse que en los salones de la Biblioteca Central, el día 17 de septiembre de 1951, se inaugura el curso académico 1951-1952; en diciembre de 1952 se acuerda designarla como Francisco Martínez Anaya, develándose una tarja con dicho nombre el día 25 de enero de 1953, para honrar la memoria del que se desempeñara como primer Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Comerciales, cuyos funerales se realizaron en este inmueble. La Biblioteca ha tenido diversas funciones: como Sala de lectura, Aula Magna, Salón de Conferencias; Encuentros de Amistad entre varios países e inauguración de Exposiciones. Hoy es centro de varios cursos, actos académicos, científicos e investigativos.
Entre los acontecimientos históricos más importante que se han desarrollado en el salón principal se encuentran: la constitución y funcionamiento del Primer Gobierno Revolucionario Cubano; el funeral de los restos del mártir universitario Eduardo Mesa Llul, lo que simbolizó el homenaje de esta casa de estudios a sus mártires y, más recientemente el 4 de octubre de 2017, la fundación de la Cátedra Honorífica para el Estudio del pensamiento y la obra de Fidel Castro Ruz.
Cancha y Fogata Mambisa
Desde la fundación de este centro de educación superior en la zona oriental del país, quedó la importancia y responsabilidad de la Educación Física para formar individuos aptos y capaces en el desarrollo de hábitos y destrezas en relación con su salud física y mental. Así lo refleja el artículo 8 de sus estatutos: “La Universidad de Oriente velará con todo celo por la Educación Moral y Cívica de sus alumnos, también proporcionará a estos, la Educación Física necesaria para la salud individual” (Estatutos de la Universidad de Oriente, 1947, p.37)
El 22 de octubre de 1952 fue inaugurada la Cancha Mambisa (figura 5).A lo largo de todo este período la Cancha ha sido escenario de las principales actividades universitarias, en ella se han efectuado graduaciones, actos solemnes en recordación a fechas históricas, festivales culturales y deportivos, así como diversas actividades de carácter recreativo. Fue centro de la preparación militar de las Milicias Mambisas Universitarias y uno de los sitios fundamentales para que Fidel Castro Ruz y Ernesto Che Guevara sostuvieran encuentros con los vecinos de la zona y la comunidad universitaria. Se convirtió en escenario además de una de las tradiciones universitarias, que se erigiera como símbolo en ese período, la Fogata Mambisa (figura 6), que se efectuaba al finalizar cada una de las actividades que en ella tenían lugar.
Emblema de los Juegos Deportivos Mambises
A principios de los años cincuenta comenzaron a surgir los primeros equipos deportivos universitarios, los estudiantes se interesaron por adquirir un nombre que los identificara a los efectos de las competencias deportivas. Fueron valorados algunos, entre los que se encontraba el de Siboneyes, pero muchos no estuvieron de acuerdo con este calificativo. Gil de las Casas uno de los estudiantes de la carrera de Química Industrial propuso Mambises, por ser el nombre del Ejército Libertador en la lucha anticolonialista por la independencia de Cuba.
Mambises fue el calificativo que se escogió para representar las características de la fuerza universitaria, era símbolo del estudiantado oriental desde la propia fundación del Centro y evidenciaba el carácter indómito de los jóvenes de esta parte del país. La representación gráfica del nombre asumido es el Mambí sobre el Caballo con el Machete y es un elemento que se convirtió en símbolo identitario de la institución, como imagen representativa de los juegos deportivos universitarios, razón por la que dentro y fuera del centro las facultades asumieran este atributo para identificarse en las competencias (figura 7)
A los juegos se llevaban banderines con el símbolo del Mambí en la parte superior sobre un fondo que tenía el mismo color de la facultad en competencia. Estas alegorías presidían los encuentros amistosos entre los deportistas universitarios. Con la creación de nuevas facultades se designó un color representativo para cada una de ellas, buscando siempre, una relación entre lo cromático y los distintos saberes que integra cada especialidad, para de esta manera lograr una mejor identificación en los juegos universitarios, así como en otras actividades de carácter docente y extracurricular.
Revista Mambí
A finales de 1952 e inicio de 1953, el enfrentamiento de los estudiantes universitarios con el gobierno represivo de Fulgencio Batista se agudiza. En respuesta a ello, en enero de 1953 y a fin de garantizar una mejor comunicación con el estudiantado y el público en sentido general, se edita el primer número de la Revista Mambí, órgano de divulgación de la FEU-O (figura 8)
El mismo recogía el sentir del estudiantado oriental y estuvo dedicado a José Martí en el año de su centenario. En él se reflejaban la problemáticas existentes en Cuba y la necesidad de librarse de la tiranía batistiana, además de difundir las ideas martianas. Sirvió para transmitir las nuevas ideas que animaban a los universitarios orientales, su consigna era: Con Cuba y para Cuba sin dictaduras.
Se convirtió en el fiel exponente de los sentimientos estudiantiles universitarios, quienes, evidentemente, estaban inmersos en la lucha contra la dictadura y la inestabilidad política y social del país que se reflejaba en las reiteradas suspensiones de las actividades docentes. “Inicia con esta revista una nueva trinchera revolucionaria, se abre un nuevo frente de combate contra la reacción, se le ofrece un nuevo vehículo de expresión al sentimiento cubano, al sentimiento de la revolución nacional y humanista” (Cañas, 1972, p.205)
A principios de 1957 la Universidad cierra sus puertas como consecuencia de la presión de la tiranía ante la crítica situación política, dejando de editarse la revista. Con el triunfo revolucionario de 1959 saldría una nueva edición que publica el quehacer de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) dentro de la Revolución Cubana.
La Revista Mambí fue la publicación continuadora del folletín inicial que había sido editado durante el período republicano. Por la función que desarrolló en el período histórico en el cual salió a la palestra pública y dentro del cual subsistió, jugó un papel fundamental en la defensa de los intereses estudiantiles formando valores patrióticos y de sentido del deber con el futuro de la nación.
Edificio del Rectorado
La Universidad de Oriente a finales de la década del cincuenta aún no contaba con todos los locales para la ubicación de sus actividades docentes y de servicio, muchas de las cuales se desarrollaban distribuidas entre las pocas áreas que existían, sin las condiciones adecuadas, otras eran ubicadas en áreas lejanas a la Universidad. Con el objetivo de dar solución a estas necesidades se plantea la construcción del inmueble que se identifica como Rectorado (figura 9).
El proyecto fue realizado en 1956, por el estudio de los arquitectos Eduardo Cañas Abril y Nujím Nepomechie, los cuales concibieron también el plan general: zonas de aparcamiento y jardines. Convocada a subasta pública la construcción de la obra se le concede a la firma constructora Serapio Prats e hijos, estimándose el tiempo para su ejecución en 18 meses. Ese mismo año comenzó la construcción de sus cimientos. En 1959 todavía el edificio estaba en construcción, pero se fue utilizando para los propósitos principales del centro de altos estudios en la medida en que se iban terminando parcialmente sus instalaciones, hasta que se concluyó en 1960.
Conclusiones
Las instituciones de educación superior, especialmente las más longevas poseen una riqueza simbólica extraordinaria, cuya aprehensión es indispensable para todo universitario. El conocimiento, información y dominio del significado de los símbolos universitarios reviste de una gran significación para la continuidad generacional y la aplicación de programas y estrategias formativas de los profesionales y para el uso de los públicos universitarios en distintos contextos históricos- sociales.
El registro de los símbolos de la Universidad de Oriente que se aporta constituye un procesamiento informativo de actualización que sirve para identificarla y representarla en los diferentes espacios nacionales e internacionales en los que se desempeña, asimismo es expresión comunicativa del lenguaje cultural de la institución. En ellos se refleja la historia, las tradiciones y valores del centro; es decir, sintetizan su identidad acorde a la filosofía de mantener un sentido de pertenencia que se proyecte en sus estrategias educomunicativas y de internacionalización.