Introducción
“Para garantizar la continuidad de lo alcanzado y continuar desarrollándonos, nuestros objetivos estratégicos están concentrados en formar profesionales integrales, competentes, comprometidos con la Revolución, lograr la preparación y completamiento del claustro y de los cuadros…en correspondencia con el perfeccionamiento de los procesos de la Educación Superior y la informatización de la sociedad cubana.” (Saborido, 2020, p.12).
En respuesta a los desafíos actuales, la acción educativa, requiere de nuevos modelos y recursos pedagógicos que posibiliten, además de las orientaciones y explicaciones de la materia que se enseña, el desarrollo de aprendizajes significativos y pertinentes en los estudiantes, convirtiendo lo que se aprende en acción y experiencias, a través de enfoques innovadores, entre otros, el planteamiento y resolución de problemas para estimular el pensamiento crítico y reflexivo, las habilidades para la búsqueda de información y la investigación, el uso de las Tecnologías de la Información y las comunicaciones y valores como la responsabilidad y la solidaridad.
En el IFAL se desarrolla el curso de superación “Teoría y práctica pedagógicas para el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje (PEA) en el nivel superior para los egresados de las carreras en su periodo de iniciación como profesor” aprobado por el Consejo científico del IFAL/UH en el 2018. Este curso se desarrolla a partir de la perspectiva del empoderamiento. Se entiende por empoderamiento un proceso continuo, intersubjetivo e intencional. Un proceso de conciencia, comprometimiento consigo mismo y los demás, que da cuenta al docente de sus capacidades, competencias y crecimiento personal y su relación con los objetivos a cumplir vinculados a los estudiantes, la institución y el país.
Continuo: obedece a la preparación pedagógica de los profesores en respuesta a los desafíos actuales, que se caracterizan por su dinamismo y desarrollo.
Intersubjetivo: se dirige a la interiorización consciente en los profesores de los aspectos vinculados a su preparación y desarrollo y al de los estudiantes en un marco de colaboración, bienestar y crecimiento personal.
Intencional: da cuenta al docente de sus capacidades, competencias, saberes y crecimiento personal vinculada a sus motivos, intereses y necesidades.
“… la preparación sicopedagógica en el egresado que permanece como docente constituye un eje transversal a su práctica…” (Hernández, 2016, p.36).
Desarrollo
En el curso se tienen en cuenta las vivencias, experiencias y necesidades de los futuros profesores en su rol como protagonistas de su preparación pedagógica y en el mismo se desarrollan las principales categorías pedagógicas y didácticas, haciendo uso del EHC como fundamento sicológico en la dirección del desarrollo de los estudiantes: enseñanza-desarrollo, mediación, zona de desarrollo próximo (ZDP), ley genética del desarrollo, unidad afectivo-cognitiva, entre otros.
Destacamos, la ZDP: “distancia entre el nivel real del desarrollo, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema y el nivel real de desarrollo potencial determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con otro compañero más capaz…” Vigotsky (1987), quien además indicó que “lo que se encuentra en la ZDP en un estadio se hace realidad y pasa al nivel de desarrollo actual en el siguiente estadio; o sea que lo que el niño puede hacer hoy en colaboración, con la ayuda de otra persona, mañana podrá hacerlo de forma autónoma” (citado por Shuare, 1990, p.76). Lo que hace evidente la interrelación enseñanza-desarrollo.
La categoría ZDP, dimensiona las perspectivas del profesor en su intento de lograr el desarrollo del estudiante en el proceso de enseñanza-aprendizaje y lo atrapa en su deseo de proyectar las relaciones de ayuda (estudiantes- profesor y estudiantes entre sí) en el aula y fuera de ella, como vía para alcanzarlo.
La unidad afectivo-cognitiva se visualiza con sus componentes principales en el siguiente diagrama:
Lo que se explicita según Fariñas (2017):
“..La cognición lleva implícito lo afectivo, porque ella es un acto de curiosidad movida por una emoción ..Lo afectivo es la energización de lo cognitivo, su orientación de sentido, tanto como lo cognitivo es la orientación de significado en lo afectivo..”
Provocar aprendizajes significativos y de sentido personal en los estudiantes constituye una necesidad en la enseñanza de manera general para que el aprendizaje se haga motivante, aplicable y duradero. La unidad cognitivo-afectivo le permite al profesor valorar la importancia de implementar con ejemplos reales aspectos de la asignatura, desarrollando la motivación por el estudio de la misma y propiciando vivencias que “constituyen la base creativa de la experiencia cultural en el sujeto”, lo que resulta en su análisis de gran valía para la vida del futuro profesor. (Fariñas, 2017, p.32).
El curso se inicia con el estudio de algunas tendencias pedagógicas contemporáneas: Pedagogía tradicional, Tecnología educativa y el EHC, con la idea de propiciar la valoración de las mismas, en función de las exigencias actuales, considerando las ventajas y desventajas de cada una de ellas con reflexión y criticidad, teniendo en cuenta las experiencias que poseen los egresados al respecto. Un estudio de interés en el curso, es el que se dedica a la personalidad y su desarrollo, a nuestro entender muy importante para los futuros profesores, espacio donde se valora el carácter complejo de la personalidad y su vínculo con los procesos de regulación y autorregulación en los estudiantes. Se destaca su carácter interno, subjetivo, dinámico, cognitivo-afectivo, único e irrepetible, entre otros. Se introduce el desarrollo de la personalidad vinculado al concepto y la relación contenido-función. Se incluyen los indicadores funcionales asociado a los niveles de regulación del desarrollo, cuestión que les permite identificar relaciones: rigidez-flexibilidad, dependencia-independencia, inseguridad-seguridad, entre otros. Se introduce el papel del sujeto en el aprendizaje, aspecto que no tiene puntos de contacto con sus experiencias, pero que les resulta interesante y necesario.
Lo más importante resultó ser el hecho de asociar al desarrollo de la personalidad de los estudiantes, acciones didácticas concretas como vía para contribuir al desplazamiento de los indicadores desde un nivel de regulación a otro superior, entre ellas: tareas con alternativas de solución para el desarrollo de la flexibilidad, tareas para el debate y la exposición, buscando la seguridad y la independencia, entre otros, lográndose un nivel mayor de protagonismo en los estudiantes en su formación.
Se consideran las tareas docentes ¨como una actividad de estudio…¨ (del Valle, 2018, p.9).
En otro tema se estudia la Pedagogía y la Didáctica como ciencias, valorándose su objeto, campo, leyes y principios. Se particulariza el estudio del proceso de enseñanza- aprendizaje y sus componentes, y las características de cada uno de ellos.
Se asume el PEA como un proceso social y multidimensional de apropiación de conocimientos, habilidades, actitudes, modos de actuar y valores que se desarrollan en actividad y comunicación, cuyos componentes principales no personales son: objetivo, contenido, medios, formas de organización y la evaluación y personales: el profesor, los estudiantes y el grupo.
Un análisis para la fundamentación científica del PEA se realiza a partir de las leyes generales de la didáctica planteada por Álvarez de Zayas, 1996: Relación del proceso docente-educativo (PDE) con el contexto social y las relaciones entre los componentes del PDE. y los principios didácticos planteados por Davidov y Slobódchikov, 1995 y Fátima Addine, 2016. (Alvarez de Zayas, C.M., 1996, pp.33-34, Davidov, V. V. y Slobódchikov, V. I., 1995, pp.128-130, Addine, F., 2016, pp.93-95).
Entre ellos:
Carácter educativo de la enseñanza.
Carácter consciente
Carácter científico
La enseñanza que desarrolla
Carácter objetal
Principio de la unidad de lo afectivo y lo cognitivo
Principio de la unidad entre la actividad, la comunicación y la personalidad.
Carácter educativo de la enseñanza.
Plantea una organización en la que sea posible dirigir los ritmos y el contenido de desarrollo de las capacidades de la personalidad. La enseñanza debe arrastrar consigo el desarrollo, debe crear aquellas condiciones y premisas del desarrollo psíquico, lo que incluye las posibilidades de desplazar en el estudiante su ZDP.
Puede ser verdaderamente realizado sólo si los educandos no reciben los conocimientos ya listos y si ellos mismos en cambio, revelan las condiciones de su origen, es posible cuando los sujetos efectúan transformaciones específicas de los objetos, gracias a las cuales en su propia práctica se modelan y recrean las propiedades internas del objeto que se convierten en contenido del concepto y de sus emociones.
No se limita a incluir en la selección del contenido de enseñanza los resultados del desarrollo de la ciencia y la tecnología, sino que plantea el reflejo mental de la realidad, como el ascenso de lo abstracto a lo concreto. Este ascenso está enlazado con la formación de las abstracciones y generalizaciones de tipo teórico.
Aquellas acciones específicas que es necesario realizar con los objetos, con otros sujetos y consigo mismo para, por una parte, revelar el contenido del futuro concepto y, por otra, reproducir este contenido primario en forma de modelos semánticos materiales, gráficos, verbales. Este principio fija la posibilidad y la conveniencia de que los educandos descubran el contenido general de cierto concepto como base para la ulterior identificación de sus manifestaciones particulares, reflexionando de manera individual, en grupo, con el profesor, estableciendo una dinámica que lo enriquece: de la reflexión individual a la reflexión grupal y de ahí a la reflexión individual enriquecida. (Davidov, V. V. y Slobódchikov, V. I., 1995, pp.128-130).
En este sentido, es evidente la importancia del curso para los egresados del IFAL que serán profesores, y en el ejercicio práctico del curso entrenan las realidades que encontrarán en el aula, de manera que todos se motiven, sientan bienestar y superación personal, en el espacio de la preparación pedagógica.
La enseñanza debe organizarse de manera que arrastre consigo el desarrollo de la personalidad de los estudiantes. Para ello debe considerar aquellas condiciones y premisas necesarias para que los mismos sean activos, reflexivos y sujetos de su propio desarrollo. (Davidov, V. V. y Slobódchikov, V. I., 1995, pp.128-130)
Una Institución universitaria con este objetivo requiere de profesionales con una elevada autovaloración, intenciones profesionales, concepción del mundo e ideales morales acorde con los intereses del país.
“… nuestras instituciones necesitan desarrollar en los estudiantes tanto sus capacidades como sus sentimientos y convicciones. Que no solo desarrollen su pensamiento, sino también su esfera afectiva, que lo aprendido adquiera un significado y un sentido personal tal que abone el terreno para próximos aprendizajes necesarios para el desenvolvimiento en la profesión y la vida”. (Addine, F., 2016, pp.93-95).
En el IFAL se realizan actividades de los profesores con los estudiantes y otros profesores donde se exponen resultados científicos relevantes que evidencian el desarrollo alcanzado por la Institución y el claustro, como parte de la formación de los estudiantes, lo que constituye desafíos para todos y desarrolla el amor por la profesión, aspecto que se concreta en la superación, entre ellas la científico-técnica y pedagógica.
“…las posibilidades de la actividad y la comunicación son diversas, a través de ellas se transmite la herencia cultural de generaciones anteriores, se produce el vínculo con la vida, con el trabajo, se forma la concepción del mundo, a partir de los juicios, puntos de vista, y convicciones elaboradas por los estudiantes… Se desarrolla la personalidad”.
En el estudio de cada componente del proceso de enseñanza-aprendizaje se destacan las principales características, las que se desarrollan, teniendo en cuenta las vivencias y experiencias de los egresados. Entre ellas:
Objetivo.
Se destaca como categoría rectora del PEA y se asume como meta, fin, y en su elaboración se tiene en cuenta la estructura: habilidad-conocimientos-condiciones, valorándose como importante la necesidad de tener en cuenta las expectativas de los estudiantes. Las condiciones en las que ocurre la apropiación están relacionadas con el nivel de asimilación, los medios a utilizar, entre otros (del Valle, 2018 p24). Si el objetivo es significativo para el estudiante, este se implicará en su logro y será activo, si no lo es, no se implicará y se mantendrá pasivo.
Contenido.
Se asume como el conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes, valores y modo de actuar que es necesario desarrollar en cada actividad con los estudiantes. Entre los aspectos que se analizan, se destaca que el contenido cumple funciones instructivas, educativas y desarrolladoras y que existe una unidad dialéctica entre ellas:
Se valora, además, la relación objetivo-contenido, así como la necesidad de considerar en cada tema y clase: el carácter desarrollador de la personalidad, la necesaria modelación del camino para llegar a la esencia de los fenómenos que se estudian y su posterior generalización y la integración de los fenómenos para dar un sentido de la realidad que se manifiesta como un todo
Método
Se presenta como el componente que se desarrolla en el PEA para alcanzar el objetivo, constituye el camino, la vía que se debe escoger para lograr el objetivo del modo más eficiente. Representa la organización interna del PEA, la organización de los procesos de actividad y comunicación para alcanzar el objetivo.
Se estudia su clasificación y las experiencias al respecto. Se destacan los grupales y sus técnicas más empleadas y se valora el método problémico, “el aprendizaje basado en problema como un sistema didáctico que invita a que los estudiantes se involucren de forma activa en su propio aprendizaje, el problema es foco para la organización y estímulo del aprendizaje, y vehículo para el desarrollo de habilidades.” Citado por Gómez, (2014), p.156.
Medios
Se presentan los medios como los objetos reales, (naturales o confeccionados por el hombre), las representaciones de los objetos o de sus partes, los instrumentos o equipos con que se ejecutan las acciones en el proceso de aprendizaje y los objetos virtuales, modelos digitalizados, entre otros.
Se destacan entre sus funciones principales:
Función didáctica: posibilita la integración de los componentes del PEA
Función gnoseológica: posibilita la orientación y apropiación del contenido por los estudiantes
Función psicológica: constituye un factor emocional, grato, duradero, de satisfacción por aprender, descubrir y solucionar tareas
Función de dirección: promueve el autoconocimiento, la autorregulación y la realización personal de los estudiantes
Evaluación
La evaluación se presenta como proceso revelador de la unidad de lo cognitivo -afectivo en el proceso de aprendizaje, capaz de discernir el progreso en el desarrollo de la personalidad del estudiante y de orientar, tanto al profesor como al propio estudiante, hacia dónde hacer los mayores esfuerzos. Se educa al estudiante para autoevaluarse y se propicia la coevaluación y la evaluación grupal con un fin esencialmente formativo.
Este curso fue desarrollado en dos ediciones, 2018 y 2019 y se evaluó a través de un cuestionario y entrevistas grupales. Entre las principales ideas reflejadas están:
Después del curso soy una mejor persona.
He comprendido la importancia de conocer los fundamentos teóricos que posibilitan organizar de manera coherente las actividades con los estudiantes para influir en su formación integral.
Me siento más comprometida y motivada con la tarea de ser docente
Me gustaría más tiempo para el debate.
Los asuntos que se tratan nos interesan a todos los docentes.
Estoy segura que desarrollé una mejor preparación profesional y personal. El curso fue coherente y me satisfizo.
Los temas discutidos resultaron ser los de mayor interés para nosotros
Llamó la atención que la participación fue siempre espontánea.
Resultó de interés el tema de la personalidad y su desarrollo, permitiendo vincular lo que hago con lo que puedo hacer.
Pude vincular muy bien el EHC como fundamento sicológico con el desarrollo del PEA, entre otros.
La preparación pedagógica es necesaria y nos da posibilidades de mejorar la calidad del PEA.
Al culminar el curso cada participante presentó una actividad docente relacionada con la asignatura que desarrolla en la institución. En la misma se valoraron los aspectos teóricos y prácticos discutidos durante el curso, lo que constituyó un precedente del proceso de categorización docente programado en correspondencia con la superación individual. El resultado fue satisfactorio en el 100% de los cursantes. Los participantes han interactuado con los profesores del curso y entre ellos en consulta permanente motivados y comprometidos en la incorporación de los fundamentos discutidos.
Este curso para la preparación pedagógica de los futuros profesores, los hace sentir más seguros en la tarea a realizar y al cumplirla podrán dar cuenta de sus capacidades, saberes, habilidades y relacionarlas con la formación de los estudiantes universitarios, de manera que los comprometa con el estudio de sus asignaturas y el cumplimiento de sus tareas, esto es empoderarse.
Conclusiones
El curso de pedagogía para egresados del IFAL como futuros profesores, resultó una experiencia innovadora, que posibilitó el desarrollo de reflexiones y debates entre todos los participantes en la dirección de elevar la calidad del PEA.
El estudio del EHC evidenció la importancia de su empleo como fundamento sicológico en el desarrollo del PEA.
El empoderamiento como proceso continuo, intencional e intersubjetivo posibilita que el que aprende de cuenta del desarrollo alcanzado con comprometimiento hacia sí mismo y los demás.