INTRODUCCIÓN
El Plan de Estudios E de la carrera de Medicina está diseñado para que prevalezca un aprendizaje desarrollador con una participación amplia y activa de los estudiantes en su formación y elevada carga de educación en el trabajo;1) cuyo principal objetivo es la integración de conocimientos, habilidades, formación ética y el desarrollo de valores que se expresan en los modos de actuación profesional que llegara a mostrar el estudiante; su desarrollo ulterior conformará sus competencias profesionales.2
La asignatura Introducción a la Medicina General Integral se imparte en el primer período del primer año de la carrera de Medicina, pertenece a la disciplina Medicina General Integral; en el programa analítico de la asignatura la educación en el trabajo constituye la forma fundamental del trabajo docente, ocupa 64 horas del fondo de tiempo y 48 horas de guardia médica.3
Salas Perea et al.2 destacan en su libro que esta actividad permite que el profesional se forme en la propia área del ejercicio de la profesión: el servicio de salud, en interacción con el resto de los integrantes del equipo de trabajo, donde su objeto de estudio y sus métodos de aprendizaje son los propios del trabajo profesional.
La educación en el trabajo se desarrolla en un proceso único a través de la aplicación del método científico de trabajo profesional: métodos epidemiológico, clínico, científico y dialéctico materialista. Los métodos de trabajo profesional se emplean como métodos de aprendizaje y son el motor impulsor de las actividades de estudio.
Se concreta en tareas docentes problémicas (basadas en los problemas de salud) que se ejecutan de forma progresiva, con complejidad creciente y la participación activa del educando, quien a través del par dialéctico acierto error, va consolidando sus conocimientos y desarrollando las habilidades; la enseñanza aprendizaje es en condiciones reales y productivas.
En las bases conceptuales del plan de estudios E se encuentra las transformaciones del sistema de evaluación del aprendizaje, propone convertir a la evaluación en uno de los medios de formación integral con participación protagónica y responsable de los estudiantes.1
El programa analítico de la asignatura Introducción a la Medicina General Integral3) incorpora el portafolio para la evaluación de la educación en el trabajo; incluye el registro de la evidencia de las tareas a realizar, con orientaciones claras y precisas en cada actividad, las que tributan a los objetivos de la asignatura e incluye la guía de evaluación de las habilidades a adquirir por el estudiante, unido al cumplimiento de los objetivos educativos para cada actividad de educación el trabajo; de manera integral la calificación se expresa en rúbricas.
El portafolio es una técnica novedosa, muy empleada en la actualidad en el ámbito universitario en otros países;4,5,6,7) informa sobre las competencias que una persona o grupo de personas pueden demostrar, así como la naturaleza y el aprovechamiento del proceso de aprendizaje que han seguido para obtener dichos logros; permite acumular las evidencias necesarias para asegurar que la actuación de un alumno en condiciones similares a la vida real, o en la vida real misma, sea acorde con las competencias que estaban previstas en ese nivel, y permite evaluar la parte más alta de la pirámide de Miller: el demostrar cómo y el hacer.3
Al empleo del portafolio, tanto para el aprendizaje como para la promoción de la asignatura, se le reconocen múltiples ventajas en la formación del estudiante; dentro de ellas, propiciar el desarrollo del aprendizaje autónomo y la evaluación centrada en él,5 concepto que se defiende en las bases conceptuales del Plan de Estudios E de la carrera de Medicina.1
En el portafolio de la asignatura aparece la guía de evaluación para la actividad de educación en el trabajo; está estructurada por rúbricas cualitativas según el sistema de evaluación vigente (5-4-3-2) con los criterios declarados para la calificación; incluye el progreso en seis objetivos educativos y las habilidades previstas a dominar por el estudiante; de manera unida se evalúan en cada actividad la entrega de esa información al estudiante; así puede realizar la autoevaluación y la evaluación entre iguales para conocer el progreso de su aprendizaje.
Su implementación ha representado todo un reto pues ha sido necesario un cambio en las formas de realizar la evaluación para el binomio profesor-alumno, como actividad de seguimiento a la implementación curricular del Plan de Estudios E en la carrera de Medicina, por lo que los autores se propusieron realizar la presente investigación con el objetivo de: valorar el empleo de la guía de evaluación para la actividad de educación en el trabajo del portafolio desde la perspectiva de los estudiantes y de los profesores.
MÉTODOS
Se realizó la investigación educacional con enfoque cualitativo, en la Universidad Ciencias Médicas Villa Clara; del total de la matrícula de estudiantes de primer año se tomó una muestra al azar de 3 por grupo. Como criterio de selección, los tres primeros estudiantes que levantaron su mano al explicar el propósito del estudio; en total 30 y 6 profesores que impartieron la asignatura, uno de cada policlínico, los cuales aceptaron la participación en la investigación respetando los principios éticos.
Se emplearon métodos teóricos: análisis y síntesis e hipotético deductivo: para la fundamentación del trabajo investigativo; y empíricos: la revisión documental de los documentos oficiales relacionados con la asignatura e informes de los controles a las actividades docentes: Para recoger la información de los estudiantes se organizaron en dos grupos focales de 15 y los profesores en otro grupo focal. Se empleó la técnica de lluvia de ideas, y se exploró su opinión a partir de una guía de temas:
Consideraciones sobre la experiencia, utilidad del portafolio y de la guía de evaluación de la actividad de educación en el trabajo
Criterios sobre las rúbricas empleadas para la calificación de cada actividad: lo instructivo y lo educativo
¿Cómo se implementa la enseñanza de las estrategias curriculares declaradas en el programa de la asignatura desde las tareas docentes?
Práctica de la evaluación entre iguales y de la autoevaluación del aprendizaje
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Criterios de los estudiantes:
El empleo del portafolio es una experiencia nueva, no comprenden bien su propósito como forma de evaluación, parece simple pero no lo es.
La guía de evaluación es rigurosa, en cada actividad evalúa los objetivos educativos: asistencia, puntualidad, porte y aspecto personal, ética médica y cooperación.
El registro de las evidencias en el portafolio es muy laborioso, requiere tiempo, tiene tendencia a la copia y pega entre los estudiantes en las primeras semanas.
En las tareas realizadas no reconocen su tributo a la enseñanza de las estrategias curriculares declaradas en el programa de la asignatura.
No se sienten cómodos evaluándose entre los compañeros y no se identifican con la utilidad de la autoevaluación.
Criterios de los profesores:
El empleo del portafolio es un cambio de la evaluación, la guía de evaluación está bien concebida responde a los objetivos, es integral y rigurosa.
Se requiere mayor preparación pedagógica para realizar la evaluación orientada al aprendizaje centrada en el alumno.
El trabajo de revisión de las evidencias en el portafolio es laborioso, conspira el número elevado de estudiantes en el grupo.
Es buena la oportunidad de los estudiantes para la repetición de las habilidades, pero agotador para los profesores.
Se desaprovechan las oportunidades y no se hace explícita en la orientación de la tarea la implementación de las estrategias curriculares declaradas en el programa analítico de la asignatura.
No se estimula lo necesario a los estudiantes para la autoevaluación y evaluación entre iguales
El empleo del portafolio y la guía de evaluación están bien fundamentados y benefician al estudiante en su formación.
Requiere más tiempo de aplicación para identificar las vulnerabilidades del empleo de la guía evaluativa en pos de su perfeccionamiento.
A criterio de estos autores la guía de evaluación para la educación en el trabajo responde al encargo del plan de estudios, incluye el desarrollo y evaluación del componente educativo, la formación humanista, el desarrollo de los valores profesionales en vínculo indisoluble a la instrucción a la vinculación de los conocimientos y habilidades profesionales, tributa a la formación de los modos de actuación profesional, y a los objetivos del Plan de Estudios E de la carrera de Medicina.
Perspectiva de los estudiantes
Los estudiantes refieren que es un cambio significativo del sistema de evaluación al que están acostumbrados desde las enseñanzas precedentes que emplean las formas tradicionales de evaluación, donde el estudiante es una figura pasiva que recibe la calificación otorgada de forma hegemónica por el profesor.
El empleo del portafolio para el registro de las evidencias es referido por los estudiantes como una tarea laboriosa; reconocieron que en los primeros días algunos, por la premura realizaron “copia y pega” de las tareas, lo que fue identificado por los profesores. Se les volvió a explicar las características de la evaluación y el rol que les corresponde en ella.
El portafolio de evaluación se emplea en un gran número de universidades con resultados favorables.4,5,6,7) El estudio evidencia que hay estudiantes que no han comprendido bien los cambios del sistema de evaluación, el empleo del portafolio, de la guía de evaluación y su protagonismo en ese proceso.
El cambio del sistema de evaluación hace necesario una labor de explicación y demostración más detallada a los estudiantes del nuevo rol a asumir, esa reflexión no se da de forma espontánea: tiene que aprenderse como una condición necesaria a la que se debe aspirar. Con el desarrollo de un portafolio el cambio en el estudiante es significativo: debe aprender su papel protagónico como sujeto activo y aprendiz experto para autogestionar el propio proceso de aprendizaje, aprende evalúa a su vez, discrimina, valora, critica, opina, razona y fundamenta; lo que convierte la evaluación en una oportunidad de aprendizaje para el sujeto que aprende y para el que enseña; de modo que tomar conciencia, conocerse a sí mismo, y saber cómo aprende deben ser aspiraciones a alcanzar de inmediato.6,7
La práctica del portafolio implica la comunicación fluida, relevante y veraz entre docente y educando, de manera que la evaluación se convierte en fuente de aprendizaje; el cambio está en preocuparse por los errores del alumnado, no en el sentido de penalizarlos, sino de comprenderlos y transformarlos de conjunto a partir del binomio profesor -estudiante.
La educación en el trabajo es una actividad por excelencia para la implementación de las estrategias curriculares declaradas en el programa analítico de la asignatura; en la guía de evaluación están implícitas acciones para evaluar la realización de tareas docentes que tributan a las estrategias curriculares declaradas, asunto con deficiencias por los profesores. Estos resultados coinciden con la investigación realizada por Milian Valdés et al.8) quienes observaron insuficiencias en el dominio en estudiantes y profesores de las estrategias curriculares, las que tienen importancia en la formación académica; en ellas se ha proyectado el desarrollo de modos de actuación profesional para la totalidad de las funciones del médico general.
Los estudiantes disponen de la orientación de las actividades de educación en el trabajo y de la guía de evaluación, la que presenta las rúbricas y sus criterios; permite al estudiante realizar la evaluación entre iguales y la autoevaluación; el estudiante realiza una reflexión personal de sus progresos, de lo aprendido y de lo no aprendido, proceso que no requiere la presencia intimidante del profesor.9,10,11)
La autoevaluación y evaluación entre iguales son alternativas evaluativas no bien aprovechadas en el contexto; pueden ser opciones provechosas en grupos numerosos de estudiantes, lo cual es facilitado al disponer de la guía de evaluación y los criterios y rubricas que emplea el profesor; la investigación demostró que no es bien aprovechado por los estudiantes, le corresponde al profesor estimular su empleo, que los estudiantes se apoderen del papel protagónico, responsable, como sujetos activos que al hacer aprende y se evalúa.
Perspectiva de los profesores
Para la mayoría de los profesores, el empleo del portafolio y el protagonismo de los estudiantes resulta novedoso, acostumbrados a las formas tradicionales de evaluación basada en un acto de evaluación y su calificación; en la actualidad importa más que el estudiante aprenda que la calificación, en este sistema el estudiante puede repetir la habilidad varias veces hasta lograr su aprendizaje.3
En Cuba Salas Perea et al.2 defienden la introducción de la llamada evaluación para el aprendizaje en la carrera de Medicina, en otros contextos universitarios la tendencia va al empleo de estas formas renovadoras de evaluación denominadas evaluación para el aprendizaje con resultados positivos.
Los autores coinciden con Gutiérrez Ruffin et al.12 en la utilidad del portafolio como opción para la evaluación del aprendizaje y adquisición de las habilidades prácticas, no requiere la presencia permanente del tutor para realizar las actividades previstas de educación en el trabajo, lo que es una oportunidad ante el número elevado de estudiantes; además estimula el empleo de las alternativas de evaluación como la autoevaluación y la evaluación entre iguales.
La evaluación del componente educativo en cada actividad tributa a una de las idea rectoras del plan de estudios. En la guía de evaluación de la educación en el trabajo del portafolio de la asignatura Introducción a la Medicina General Integral se evalúan para cada actividad, seis rubros de corte educativo; la guía defiende la premisa de articular de forma armónica y coherente el saber, el saber hacer y el saber ser; tributa a la unidad indisoluble entre los aspectos educativos e instructivos en el proceso de formación declarado en las bases conceptuales del plan de estudios de la carrera.
Los estudiantes opinaron que es muy rigurosa la calificación de estos aspectos. Los autores opinan que es necesaria una comunicación más explicativa del plan de estudios para ganar su comprensión y compromiso acerca de cuáles son los objetivos de la formación y desarrollo del profesional médico en Cuba, que va más allá de la alta calificación en su desempeño; debe acompañarse de la vocación humanista y de valores de responsabilidad social; se trata de instruir su pensamiento y educar sus sentimientos de forma sistemática.
Los estudiantes deben conocer por qué se orientan y evalúan todos estos aspectos, el papel de la integración de la formación científica, tecnológica y humanista, la unidad de la teoría con la práctica y de la educación a través de la instrucción, que son principios esenciales del plan de estudio.
Los resultados expuestos evidenciaron la necesidad de capacitación de profesores y estudiantes sobre las características del plan de estudio y programa de la asignatura, en especial sobre las transformaciones del sistema de evaluación: la evaluación del aprendizaje como evaluación para el aprendizaje, de manera que la evaluación sirva como fuente de aprendizaje.
La guía que emplea la asignatura favorece el aprendizaje cualitativo e integrador, basado en el desempeño del estudiante, el que aprende haciendo y al aprender se evalúa y al evaluarse aprende; está concebida con esa intención por lo que es considerada beneficiosa para los estudiantes; la experiencia de su aplicación es de poco tiempo. Se hizo evidente la necesidad de acciones capacitadoras para el binomio estudiante-profesores en lo que se coincide con Ibarra Saíz et al.13) Ellos insisten en la necesidad de lo que llama la alfabetización y formación específica en evaluación, tanto para profesores como para los estudiantes, al emplear estos enfoques novedosos en la evaluación
CONCLUSIONES
Se expusieron las opiniones de profesores y estudiantes acerca del empleo de la guía de evaluación para la actividad de educación en el trabajo aplicando el portafolio. Los autores reconocen su validez y calidad para una evaluación más personalizada y justa del desempeño del estudiante, aunque requiere capacitación dirigida al binomio profesor-alumno para su empleo más eficaz.