INTRODUCCIÓN
Las masas cardíacas suelen constituir un importante reto diagnóstico y terapéutico. En muchos casos, la masa se descubre casualmente y la evaluación subsiguiente confirma finalmente la presencia de un tumor cardíaco (TC), que son neoplasias raramente originadas en cualquiera de las capas del corazón1; otros tipos de masas cardíacas, como los trombos o las vegetaciones son mucho más frecuentes2,3.
Dentro de los antecedentes históricos se cuenta con la emblemática afirmación pronunciada -según Estévez et al.4- por Senac, eminente patólogo, quien supuso que “...el corazón es un órgano demasiado noble para ser atacado por un tumor primario...”. Posterior a esto, una de las referencias más antiguas de un TC que recoge la literatura data de la primera mitad del siglo XVI cuando Boneti informara el hallazgo en estudios cadavéricos de la primera masa tumoral intracardíaca. Lymburner, en 1934, publica la primera serie importante sobre TC, donde recopiló un total de 226 casos relacionados en su totalidad con resultados necrópsicos5.
Los TC se dividen en primarios y secundarios. Los primarios son muy poco frecuentes, con una incidencia en las autopsias comprendida entre el 0,001 y el 0,03%1,4. Entre ellos se encuentran las neoplasias benignas o malignas que pueden desarrollarse a partir de cualquier tejido cardíaco. Los TC secundarios o metastásicos son 20-40 veces más frecuentes que los primarios y su incidencia en las autopsias se sitúa entre 1,7 y 14%2. Siempre que se encuentra o se sospecha de masas intracardíacas se tiende a pensar en tumores primarios del corazón, a pesar de que éstos son mucho menos frecuentes que los tumores metastásicos malignos6.
El término de metástasis cardíacas, define la extensión de un tumor próximo o distante a cualquiera de las estructuras que componen el corazón7. El sitio más común donde se alojan es el pericardio (59% de los casos) mientras que el miocardio y endocardio están involucrados en tan solo un 29% y 12%, respectivamente, y sólo en algunos casos las metástasis infiltran más de un sitio del corazón6.
Se presenta un raro caso de metástasis cardíaca a punto de partida de un cáncer de colon.
CASO CLÍNICO
Hombre de 28 años de edad, con antecedentes de salud hasta aproximadamente 1 año antes del ingreso, cuando le fue diagnosticado un adenocarcinoma de colon transverso infiltrante a serosa, mucoproductor, poco diferenciado por medios histológicos. Posteriormente se constató metástasis a la cadena ganglionar intrabdominal, para lo cual se empleó tratamiento quirúrgico más quimioterapia; y, semanas más tarde, se instauró un cuadro de malestar general, decaimiento, dolor lumbar de intensidad variable y taquicardia, por lo cual acudió a su centro de salud donde se le realizó un ecocardiograma transtorácico y se constató una imagen de aspecto tumoral de 4 × 2 × 5 cm en ventrículo derecho, que ocupaba más del 70% de este, por lo que se decidió remitir a este hospital con el objetivo de valorar la posibilidad de tratamiento quirúrgico.
Al examen físico se constataron piel y mucosas hipocoloreadas, ruidos cardíacos taquicárdicos a 110 latidos por minuto y hepatomegalia que rebasaba 2 cm el reborde costal.
Los resultados de los exámenes complementarios se muestran en la tabla, figura 1 y figura 2.
Diagnóstico y tratamiento
Se concluyó el caso como un adenocarcinoma de colon infiltrante, con metástasis a ganglios regionales y posiblemente a hígado, más la presencia de una masa intracardíaca en ventrículo derecho en relación con posible metástasis.
Debido a la depauperada situación del paciente se decidió aplicar tratamiento paliativo en el hogar. Con la evidencia disponible, y al tener en cuenta la relación riesgo/beneficio, se definió que resultaba imposible llevar a cabo el tratamiento quirúrgico cardiovascular debido al estado avanzado de la enfermedad y al riesgo elevado de fallecimiento en el acto operatorio.
COMENTARIO
El corazón es un sitio inusual de metástasis de cualquier malignidad, aunque las razones de su rareza no han sido bien establecidas, pero aun así representan un único patrón. Al contrario de lo observado en las series más antiguas, la incidencia de metástasis cardíacas en pacientes con cáncer aumentó significativamente a partir de 1970, fundamentalmente debido al perfeccionamiento de las técnicas de diagnóstico por imagen1,2,8. Estas metástasis ocurren por extensión directa o a través de las vías sanguínea o linfática, o por difusión intracavitaria a través de la vena cava inferior. Las más frecuentes son las pericárdicas (69%), seguidas de las epicárdicas (34%), miocárdicas (32%) y endocárdicas (5%)9.
Ekmektzoglou et al.10, sugirieron que en los hombres la causa más común de la aparición de metástasis cardíacas es el cáncer de pulmón, seguido por el de esófago y los linfomas, mientras que en las mujeres el de pulmón es también la causa principal, seguido por los linfomas y el cáncer de mama. En otro estudio, se determinó que el porcentaje de las metástasis cardíacas más comunes fue más elevado cuando el tumor primario era proveniente de la pleura (27,8%), del epitelio pulmonar (21%), carcinoma de células escamosas del pulmón (18,2%) y cáncer de mama (15,5%)8,9. Las incidencias informadas de estas metástasis provenientes de cánceres gastrointestinal son bajas: gástrico (8%), páncreas (6,4%) e hígado y colon (1,2%). Además, son más frecuentes en el lado derecho del corazón, y es el ventrículo el sitio más común, por ser la estructura principal donde termina el drenaje venoso y linfático cardíaco8.
El cáncer de colon constituye la tercera causa más común de cáncer a nivel mundial. Sus metástasis ocurren frecuentemente por vía hematógena y linfática hacia el hígado, pulmones y ganglios linfáticos regionales. Las metástasis cardíacas provenientes de cáncer de colon son usualmente descubiertas durante autopsias, pues el diagnóstico pre mortem es muy raro. En la literatura anglosajona, solo hay 14 casos publicados, 7 de ellos son en ventrículo derecho, 3 provienen específicamente de adenocarcinoma de colon8,11. Recientemente fue descrito en Cuba un caso de un paciente con metástasis cardíaca proveniente de adenocarcinoma de colon12. Usualmente ocurren como parte de metástasis multiorgánicas en el cáncer terminal, aunque puede presentarse en casos muy raros como una sola localización metastásica en el corazón. Por otro lado, las lesiones intracavitarias pueden ser multifocales, aunque han sido descritas masas grandes solitarias13.
La incidencia de las metástasis cardíacas en pacientes con procesos malignos puede ser subestimada porque en la mayoría de los casos son asintomáticas14. Entre los hallazgos clínicos más frecuentes se encuentran: disnea, palpitaciones, síncope, dolor torácico, edema periférico y otras manifestaciones de insuficiencia cardíaca, soplos, arritmias, bloqueos cardíacos, infarto agudo de miocardio, rotura cardíaca, embolias sistémicas y síndrome de la vena cava superior9,13,15.
El tratamiento de los tumores cardíacos metastásicos suele ser de naturaleza paliativa, ya que el pronóstico es malo y el 50% de los pacientes fallece en menos de 1 año15.