Introducción
En Cuba la atención priorizada al proceso de evaluar la calidad, constituye un rasgo caracterizador de nuestro proyecto político, la que a pesar de las adversas condiciones económicas actuales, lejos de sufrir deterioro, experimenta un denodado impulso con ambiciosos y esperanzadores planes de desarrollo. Los procesos de autoevaluación, evaluación externa, la acreditación y su certificación se consideran como procesos de indagación y equilibrio rigurosos, sustentados siempre en discusiones abiertas, sosteniendo que no en todas las ocasiones se encuentran respuestas definitivas a las cuestiones o problemas planteados (Addine Fernández & García Batista, 2015). Mucho se ha avanzado en este sentido, pero la realidad existente refleja que hoy resulta insuficiente -aunque imprescindible en un principio- contar sólo con un conocimiento anticipado de qué puede ocurrir, sino que es necesario, además crear las condiciones para poder actuar antes. El conocimiento debe ser especulativo y, por lo tanto, indeterminado en cuanto a los resultados.
Para el presente estudio se analizaron los informes de autoevaluación y evaluación externa de seis Instituciones de Educación Superior (IES), los resultados presentados por los integrantes del Comité Técnico evaluador de las IES, los criterios emitidos por los observadores del proceso de evaluación externa, en este caso cinco expertos, así como el análisis crítico de los evaluadores una vez concluida la evaluación externa como expresión de los registros de aprendizajes realizados, expresión de la investigación participante. Estos estudios incluyeron descripciones, interpretaciones y reacciones personales, desde un análisis cuantitativo y cualitativo. El análisis de los dictámenes finales emitidos por el Pleno de la JAN, así como el resultado registrado por los integrantes del Comité Técnico IES permitieron además evidenciar los principales aprendizajes, los que pueden contribuir a la preparación y mejor desempeño de los participantes en los procesos de evaluación de la mejora de la calidad.
Para que se cumplan los objetivos de la formación - transformación, los participantes requieren, en primer lugar, comprender la realidad en la cual participarán como condición básica para saber qué, cómo, cuándo, dónde y para qué hacer. Sin embargo, esto no se da como un paso previo a la acción, sino como procesos simultáneos a través de los cuales el profesional va conociendo al actuar, y reformulando su acción a partir de esa mejor comprensión. Desde los referentes asumidos, se reconoce que la práctica evaluativa tiene intrínseco el aprendizaje en función de la mejora. .
En consecuencia, el estudio aquí presentado partió de la concepción del Sistema de Evaluación y Acreditación de las Instituciones de Educación Superior (2014), el cual se orienta a:
La comprobación que la gestión continúa hacia la mejora de la calidad en las IES se concibe con enfoque por procesos y de procesos y propicia afianzar una cultura organizacional más transparente y auténtica.
La consideración de la autoevaluación como punto de partida de la cual depende la mejora de los procesos internos.
La valoración del ajuste al plan de desarrollo institucional como expresión única para la proyección estratégica, evaluación y gestión continúa hacia la mejora de la calidad.
La determinación de cómo se articula la planificación estratégica expresada en la gestión continúa hacia la mejora de la calidad.
La valoración en la planeación estratégica de la incorporación de los resultados de la acreditación de los programas mediante el seguimiento a los mismos.
Es por ello que en el presente trabajo se analiza la necesidad de la autoevaluación, la evaluación externa y la certificación de las IES a partir de los referentes de calidad asumidos, la concreción del patrón de calidad para las funciones de dirección, la concepción de evaluación institucional como proyecto institucional, así como las experiencias adquiridas. No se aspira a ofrecer conclusiones definitivas, sino más bien expresar lo logrado hasta el momento como una posible vía para enfrentar los nuevos retos y abrir caminos hacia nuevos estudios sentando como referente el apotegma martiano que asevera que: “Los hechos por sí solos nada explican, si la inteligencia no los examina y fecunda” . . (Martí Pérez, 1963, p. 364)
Desarrollo
Hoy en las IES es una necesidad evidenciar su responsabilidad social por medio de instrumentos que validen su quehacer. La sociedad, exige a las IES certificar los niveles de calidad en el desarrollo de sus procesos sustantivos, lo que se materializa en los procesos de evaluación y certificación de la calidad que se llevan a efecto. (Noda Hernández & Surós Reyes, 2016) Cualquier intento de evaluación y acreditación a las IES exige aproximarse a un grupo de principios que, independientemente del calificativo empleado en su presentación, han sido abordados por varias organizaciones y autores entre ellos cabe destacar a: CEAI-UDUAL (2016); Consejo Centroamericano de Acreditación de la Educación Superior (2016); Díaz López, Lajes Choy, García Ruiz, & De Dios Martínez (2016); Noda Hernández & Surós Reyes (2016); y Addine Fernández & García Batista (2016). Estos principios son:
El carácter complejo de todos los procesos universitarios en el que el aprendizaje no puede desligarse del resto de los procesos que tienen lugar en su seno y que están afectados por un conjunto de relaciones mutuas.
La necesidad de actuar sobre todos los factores implicados en los procesos institucionales dado su carácter global para lograr una interacción positiva de todos con la implicación de los participantes.
El carácter científico como garantía de objetividad demanda una excelente formación profesional, científica y pedagógica con carácter multidisciplinar. Se deben emplear con rigor instrumentos empíricos, suficientemente comprobados y contrastados tanto en la esfera de lo cuantitativo como en lo cualitativo.
La participación de todos los implicados en cualquier momento del proceso de evaluación lo cual ayuda a distinguir entre control y evaluación y contribuye a difundir la cultura de la evaluación entre todos los factores.
La necesidad de promover acciones recíprocas en sistema hacia el estado cualitativo deseado, que caracteriza a los programas e instituciones de nivel superior como excelentes.
Exigencia ética de la mejora de la calidad con una actuación ética renovada de la profesión que ha de conducir a las acciones individuales hacia la atención de los mejores resultados posibles.
Un aprendizaje organizacional que requiere de procedimientos ordenados y sistemáticos, así como de mecanismos para la corrección de errores y de la voluntad de aprender, que es equivalente a la voluntad por mejorar.
Experiencias acumuladas que constituyen puntos de partida
Entre las experiencias acumuladas se precisa que para los integrantes del Comité Técnico que dirigen metodológicamente las evaluaciones externas a las IES y participan en el análisis posterior para la certificación de los resultados, existen momentos de relevante importancia entre los que se cuentan: El trabajo del presidente del Comité Técnico, de la comisión evaluadora, el intercambio con los evaluados, el análisis de los aprendizajes y las valoraciones del observador de la JAN.
Para el análisis de la evaluación es importante la presentación del informe de autoevaluación con la calidad requerida. En este punto, resulta significativa la coherencia de este informe con los informes de balance anual de cumplimiento de los objetivos de trabajo, informes de formación del profesional, balances de posgrado y de ciencia, tecnología e innovación, así como los resultados de los procesos de acreditación de carreras y programas. También, se debe tener en cuenta que existe una insuficiente cultura de las evidencias y en muchos casos el proceso de evaluación se reduce a la visión de la inspección como resultado actual y no perspectivo.
De la misma forma, se debe considerar que la autoevaluación anual y la mejora continua del sistema de calidad institucional son elementos esenciales que permiten asegurar la gestión de la calidad de la IES. En este sentido, es importante llamar la atención sobre el hecho cierto de que el contenido de la gestión continúa hacia la mejora de la calidad no ha sido suficientemente investigado en las IES. Investigar este tema en las Instituciones de Educación Superior supone para todos los participantes, una progresiva construcción de un método donde estén presentes las voces de los participantes, las cuestiones y problemas que plantean, los marcos que utilizan para interpretar y elevar la calidad de su actividad profesional, laboral y estudiantil, y los modos de definir y comprender su vida en las IES. La investigación, la crítica de su práctica y la implementación de planes de mejoras, son factores claves para elevar la calidad, así como la ubicación adecuada de la IES en su contexto y entorno (González Cruz, 2014).
Una de las regularidades encontradas en el estudio de las seis instituciones objeto de análisis y que constituye una experiencia a tener en cuenta, es la existencia de marcadas diferencias entre la redacción y cantidad de fortalezas y debilidades en los informes de autoevaluación y de evaluación externa. Este aspecto requiere detenerse en el análisis teniendo en cuenta los criterios emitidos por Telot González, Addine Fernández & Reyna Hernández (2017), y su enriquecimiento como resultado de este trabajo pues existen un grupo de elementos que no pueden ser olvidados por los evaluadores y mucho menos por los evaluados. Por tanto, sobre las fortalezas y las debilidades se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
Velar porque no se manifiesten contradicciones entre fortalezas y debilidades.
La redacción de las fortalezas y debilidades debe ser concreta e indicar el alcance de las mismas y deben ir acompañadas de elementos que las argumenten en el dictamen.
Las fortalezas no deben confundirse con las funciones a cumplir, no deben ser redactadas de forma descriptiva, ni muy general. Se ha encontrado en el proceso de análisis realizado fortalezas redactadas de forma muy absoluta, no centradas en el impacto y redactadas mecánicamente.
Con respecto a las debilidades debe tenerse en cuenta que son aspectos que limitan o reducen la capacidad de desarrollo efectivo de la estrategia de la organización, por tanto se debe ser muy cuidadoso en la detección de las mismas y proyectar con claridad las acciones dirigidas a minimizarlas en el plan de mejora. No es inteligente no declararlas en el informe de autoevaluación que es el punto de partida para la evaluación externa.
Si el informe de autoevaluación refleja con objetividad la gestión de calidad de la IES no deben existir contradicciones entre el número de fortalezas y debilidades entre informe de autoevaluación e informe de evaluación.
El plan de mejora debe reflejar cómo erradicar la debilidad así como la sostenibilidad de la fortaleza y lograr la interacción necesaria con los procesos de innovación y cambio lo que contribuye al desarrollo institucional.
Lecciones aprendidas y buenas prácticas
Registrar el aprendizaje como parte de la subjetividad es considerarlo en un marco interactivo. Ello significa reconocer el carácter necesario de la comunicación en el proceso de construcción del conocimiento, reconocer el carácter de una atmósfera institucional sana en el desarrollo de las potencialidades de los participantes para el aprendizaje, así como reconocerlo como proceso de cooperación e interacción.
Es importante precisar que el aprendizaje en términos del conocimiento sobre la realidad y como parte de la subjetividad individual y colectiva se genera de forma diferente, traduciéndose en productos distintos. Por ello, se deben valorar los aprendizajes durante todo el proceso de autoevaluación y evaluación externa no solo en aquella que recibe la IES sino también en las que participan sus evaluadores acreditados en carreras, programas de posgrado e instituciones, compartir estas experiencias y aprendizajes permitirá determinar qué acciones podrían modificarse en la IES como parte del proceso de mejora continua.
Otro aspecto que no debe ser olvidado por los principales cuadros de la IES de manera conjunta con la estructura que atiende la calidad, es la identificación de los métodos más adecuados que permitan la participación real de todos los involucrados en el proceso, es decir, que se implique a todos (profesores, estudiantes, trabajadores, egresados, empleadores) en el proceso de autoevaluación continua, lo que redundará en el logro de una cultura de calidad. Por último en los procesos de acreditación en las IES se deben integrar a especialistas que tengan conocimientos, vivencias, habilidades de comunicación, motivación, compromiso y experiencias. En cada IES hay profesores certificados por la JAN como evaluadores ya que se amplió la bolsa de expertos y se realizaron los talleres de capacitación en todas las provincias y centros. La pluralidad en la composición de los expertos ha posibilitado un mayor intercambio con otras instituciones de la Educación Superior.
Los aspectos identificados que manifiestan un menor nivel de consecución en los procesos analizados son:
La concepción del proceso de reacreditación pues debe quedar explícito el avance en la calidad de su gestión aun cuando la IES mantenga la misma categoría de acreditación.
La comunicación entre los pares entre sí y de estos con los evaluados.
La organización de la información por los modelos anexos del SEA-IES ya que en muchos casos se manifiesta falta de correspondencia con el informe de autoevaluación evidenciado también en los instrumentos aplicados.
Una comunicación más asertiva para lograr que los evaluados reconozcan las esencias de las fortalezas y las debilidades.
Todo lo referido en párrafos precedentes indica que los principales retos a los que nos enfrentamos en este ámbito de autoevaluación, evaluación externa y acreditación en las IES son:
Lograr que el patrón de calidad con el cual se evalúa a las instituciones cubanas se corresponda con los estándares internacionales combinando el nivel alcanzado por la IES con los avances relativos a ella misma.
Lograr conectar los criterios internacionales que posicionan los rankings de las universidades con la misión de las Universidades cubanas y su impacto en el desarrollo económico y social del país
Precisar indicadores invalidantes o topes por categorías de acreditación en las IES en la evaluación institucional
El perfeccionamiento del SEA-IES debe acercarse al enfoque de gestión por procesos que hoy caracteriza a las universidades cubanas.
Conclusiones
La cultura de evaluación debe visualizarse como un proceso sostenible a largo plazo. Por lo tanto, el objetivo final no es la evaluación externa ni la certificación de la calidad, sino la gestión continúa hacia la mejora de la calidad. (Addine Fernández & García Batista, 2016). La autoevaluación, la evaluación externa de las instituciones de educación superior y su correspondiente acreditación contribuyen de forma decisiva al fomento y al aseguramiento de la calidad de estas, así como a su rendición de cuentas ante la sociedad. Los aprendizajes revelan un modelo proactivo para las transformaciones así como el enfoque hacia la mejora para facilitar la reacción a los cambios en sus condiciones internas y externas y poder crear nuevas oportunidades.
También, la incorporación simultánea de los procesos de autodirección y autodesarrollo acercándose cada vez más a la visión que tienen los participantes en el corto, mediano y largo plazo, son indispensables para identificar donde están y a dónde quiere llegar la IES, y por tanto, toma sentido el desarrollo de la misma. Las acciones a instrumentar en el corto, mediano y largo plazo deberán estar encaminadas a propiciar la eliminación o mitigación de los riesgos y amenazas que inciden y así poder alcanzar el objetivo de incrementar la certificación de la calidad en las IES, por lo que se considera que todas las políticas deben ser aplicadas, aunque el nivel de prioridad estará determinado por cada IES en particular.
La influencia de la acción educativa es igualmente beneficiosa para todos los participantes y es consecuencia de un esfuerzo colectivo, de realizar ejercicios de planeación estratégica y documentación cada vez más apegados a la reglamentación. Sin embargo, se debe alcanzar una cultura académica nueva, donde los valores de la planeación, la evaluación y la gestión deben ser asumidos conscientemente.
Las experiencias obtenidas en la evaluación externa y certificación de las IES plantean la necesidad de continuar perfeccionando los instrumentos a aplicar y la necesidad de incorporar los planes de mejora en las estrategias de desarrollo institucional y plantearse la siguiente interrogante: ¿cómo hacer corresponder la dirección con los procesos de evaluación y acreditación? El conocimiento producido en y para la práctica y, por lo tanto, la manera en que se produce, son distintos a los de otro tipo de conocimientos, por tanto se reconoce que la práctica evaluativa tiene intrínseco el aprendizaje en función de la mejora.