Introducción
Diferentes estudios realizados en el último quinquenio en Latinoamérica y el Perú (Magalhães, et al., 2015; Maticorena Quevedo, et al., 2016), revelan que el síndrome de burnout (SB) en los profesionales de la salud, se está incrementando; este grupo ocupacional presenta diferentes niveles y fases del SB, inclusive desde su formación en el pregrado; por lo tanto, el riesgo de contraer SB o que esta se exacerbe, se incrementa durante el ejercicio profesional de este colectivo profesional.
Los profesionales de la salud que laboran en los hospitales de la Región Ancash (Perú), presentan diferentes fases (inicial, intermedio y final) del SB (Yslado, et al., 2011). El SB a largo plazo afecta la salud física, mental y ocupacional de los profesionales de la salud, su bienestar y la calidad de su prestación de servicios asistenciales, compromiso, productividad y otras áreas de la vida laboral. El SB es un problema de salud ocupacional, que emerge como una respuesta al estrés laboral crónico y se caracteriza por el agotamiento o cansancio emocional físico y emocional (CE), despersonalización (D) y la disminución de la capacidad personal de logro o realización personal (RP), que con frecuencia presentan los profesionales sanitarios, quienes realizan su trabajo mediante la interrelación directa con los pacientes y prestan servicio de ayuda social (Maslach & Jackson, 1997); como tal los niveles más altos de SB se presenta en este grupo ocupacional, en comparación al resto de grupos profesionales, que brindan servicios a personas.
El SB puede evolucionar a través de ocho fases, obtenidas de dicotomizar las dimensiones del MBI en puntuaciones bajas y altas. Explican que el proceso del SB se inicia con una primera fase en la que se desarrolla la despersonalización (D); posteriormente el empleado desarrolla una experiencia de baja realización personal (RP) en el trabajo y el último síntoma que se establece es el cansancio emocional (CE) (Golembiewski, Munzenrider & Carter, 1983). Cuando el empleado se encuentra en fases avanzadas del SB, presenta disminución de su satisfacción e implicación en el trabajo y realización laboral, con la consiguiente pérdida de la productividad; y experimenta más tensión psicológica y problemas psicosomáticos, cuya solución no requeriría solo de talleres de manejo de estrés, sino de abordajes terapéuticos y políticas de protección para los empleados.
El Programa de Intervención Breve (PIB), es una aporte sui generis diseñado por los investigadores del presente estudio, que se sustenta en un modelo multimodal, centrado en la persona; se basa en los fundamentos teóricos y técnicas de la psicología positiva y humanista; en los modelos teóricos del proceso y organizacional del SB (Golembiewski, et al., 1983), y en los modelos de intervención en educación y promoción de la salud del bienestar, pragmático e interpersonal (Portillo, Portillo & Rodrigo, 2015).
El PIB se enfoca en la formación de estrategias de afrontamiento del SB, a través de la psicoeducación y psicoterapia orientada a la potenciación de recursos y capacidades personales, mediante métodos y técnicas psicológicas de Programación Neurolingüística (PNL), Gestalt, Mindfulness y Brain Gym, para reducir el estrés laboral; superar bloqueos emocionales; mejorar el comportamiento y la comunicación interpersonal para promover cambios en las conductas, cogniciones y emociones, y así los profesionales de la salud puedan realizar su trabajo con mayor seguridad y estabilidad emocional, aun cuando perciban diferentes estresores intra y extra organizacionales.
El PIB, es de prevención secundaria, porque comprende un conjunto de acciones planificadas, sistemáticas y específicas dirigida a un grupo en riesgo con SB fase intermedia y final, detectado a través de un tamizaje, aplicando el MBI de Maslach; es de intervención breve (comprende cuatro talleres de cinco horas semanales); grupal (impartido a través de técnicas de desarrollo personal, comunicación sensorial experiencial, para el aprendizaje y aplicación de estrategias de afrontamiento del SB); y focalizado, pues su objetivo es reducir los niveles altos del burnout y sus dimensiones, de un grupo vulnerable reducido. Asimismo, es psicoeducativo, porque la intervención comprende un programa de formación (información y educación), mediante un proceso de enseñanza-aprendizaje, con metodologías activas participativas y experienciales, para conocer y aplicar nuevas estrategias de afrontamiento del SB en el centro de trabajo.
De acuerdo a la revisión de la literatura sobre prevención e intervención del SB, se ha encontrado que la mayoría de investigaciones sobre programas terapéuticos (basados en el Mindfulness) y psicoeducativos para reducir el SB en profesionales sanitarios, han demostrado mejorar significativamente el SB y el CE (Aranda, et al., 2017; Marín Tejeda, 2017; Fuertes, et al., 2019; Gracia, et al., 2019); pero otros programas de Mindfulness no lograron disminuir el SB (Suyi, Meredith & Khan, 2017). Asimismo, un programa breve basado en estrategias de relajación, comunicación, habilidades sociales y apoyo social, demostró su efectividad después de un mes; pero los efectos significativos de la intervención no fueron evidentes a largo plazo (6 meses) (Alenezi, McAndrew & Fallon, 2019); sin embargo, no se han realizado estudios sobre PIB basados en psicoterapia y psicoeducación, como el desarrollado en este estudio, cuyos resultados son alentadores para continuar esta línea de investigación.
Los objetivos del estudio fueron: 1) Describir las fases y niveles de las dimensiones del SB de los profesionales de la salud de dos hospitales del Ministerio de salud (MINSA) de Ancash (Perú) y 2) Determinar los efectos de la aplicación del programa de intervención breve, sobre las fases y dimensiones del SB de los profesionales de la salud evaluados.
Materiales y método
Es un estudio de enfoque cuantitativo, de nivel aplicado y diseño pre experimental (Hernández-Sampieri & Mendoza, 2018), su representación es:
Participantes: La población estuvo conformada por 60 participantes (médicos, psicólogos, enfermeras, obstetras, odontólogos, nutricionistas, químicos farmacéuticos, tecnólogos médicos, biólogos, asistentes sociales); 31 pertenecientes al hospital de Casma y 29 al hospital de Huarmey (Ancash). Se considero criterios de inclusión (ambos sexos, de 25 a 60 años, nombrados y contratados, experiencia laboral igual o mayor a un año hasta 30 años) y de exclusión (recibir tratamiento psicológico y/o psiquiátrico, no desear participar en el estudio con consentimiento escrito firmado. El muestreo fue no probabilístico; de 12 profesionales que presentaron SB fase final y uno SB fase intermedia, la muestra de participantes voluntarios se conformó con cinco profesionales (médico, enfermera, obstetra, nutricionista y asistente social, cuatro mujeres, uno varón, cuyas edades oscilaron de 34 a 49 años, cuatro con SB final y uno con SB intermedio).
Instrumentos: Se aplicó una ficha sociodemográfica (sexo, edad, condición laboral, experiencia laboral, número de trabajos, número de guardias al mes, horas de trabajo semanal) y para medir la VD (SB) en la pre y posprueba se utilizó el MBI, Síndrome del “Quemado” por estrés laboral asistencial, adaptación española realizada por Seisdedos (Maslach & Jackson, 1997), que mide tres dimensiones del SB: CE, D y RP; consta de 22 ítems con siete respuestas posibles de acuerdo a la escala tipo Likert: nunca (0), pocas veces (1), una vez al mes o menos (2), pocas veces al mes o menos (3), una vez por semana (4), pocas veces a la semana (5) y todos los días (6).
El índice de validez de contenido (1,00=adecuado) y el nivel de fiabilidad (0,739=bueno), evidencian que las propiedades psicométricas del instrumento fueron adecuadas. La interpretación de los resultados se realizó considerando que el SB es un proceso continuo, que se presenta progresivamente en fases, que oscilan del grado más bajo o leve (fases I, II, III) al más alto que denota enfermedad (fases VI, VII VIII), siendo las fases IV y V a término medio y las entradas principales para el avance del SB. La interpretación de alto y bajo, se llevó a cabo de acuerdo a valores predeterminados para los puntos de corte: CE, 24 o mayor es alto; D, 19 o mayor es alto; RP (inverso), 26 o menor es bajo.
Procedimiento: Se realizaron los pasos siguientes: 1) Determinadas las variables de estudio: VI (PIB) y VD (SB fase intermedia y final), se elaboró el PIB. 2) La VD, se midió mediante el instrumento MBI. 3) Se evaluó a 60 profesionales de la salud, para detectar los casos de SB en fase media y final. 4) Se detectaron 12 casos con SB fase final y uno con fase intermedia. 5) A los 13 casos detectados, se les motivó para participar en el PIB explicándoles sobre los objetivos, características y beneficios del PIB; cinco profesionales aceptaron participar voluntariamente, mediante el consentimiento informado escrito y ocho no aceptaron participar.
6) Al grupo de voluntarios, se le motivó asistir a todos los talleres del PIB, mediante las siguientes estrategias: a) se les informó que el PIB se impartiría gratuitamente; b) se ofreció entregar un certificado de asistencia al PIB con el valor curricular de cuatro créditos; c) se les comunicó sobre la autorización oficial para aplicar el PIB; d) se confirmó la entrega de materiales (separatas, CDs), refrigerio y pago de pasajes. 7) El PIB fue coordinado por dos facilitadores: doctores en psicología y psicoterapeutas, y desarrollado a través de cuatro talleres, impartidos semanalmente, con una duración de cinco horas, durante un mes, en el horario de trabajo (viernes de 9.00 am a 2.00 pm) en el auditorio del hospital de Casma, bajo las mismas condiciones (mobiliario y equipos electrónicos). No se realizó grabación, ni filmación alguna por criterios éticos, pues algunos participantes no aceptaron firmar la autorización para realizar los procedimientos señalados. 8) Al inicio del primer taller se aplicó la preprueba y concluida la aplicación del PIB, se aplicó la posprueba a los cinco participantes, que asistieron al 100% a los cuatro talleres. 9) La eficacia, efectividad y eficiencia del PIB, se evaluaron de acuerdo a los parámetros propuestos por Fernández & Gómez (2007). Un resumen del PIB se muestra en el anexo 1.
Análisis de datos: Para el procesamiento de los datos se utilizó el paquete estadístico SPSS v.22. La contrastación de la primera hipótesis de investigación, se realizó por medio de las frecuencias absolutas simples, ya que dichos valores representan el parámetro de la población estudiada. Para la segunda hipótesis, se utilizó la Prueba de Rangos Asignados de Wilcoxon y la Prueba de Signos para muestras pequeñas, al nivel de confianza del 95%.
Criterios éticos: Se solicitó autorización a los Directores de los hospitales investigados; la participación voluntaria e informada (consentimiento escrito) a los participantes en el estudio, y al finalizar la investigación se informó los resultados a los participantes.
Resultados y discusión
En la tabla 1, se observa que siete de cada diez profesionales de la salud (78.3%) del total de evaluados, presentaron la fase inicial (etapas I y III) del SB; el 20.1% evidencio encontrarse en la fase final (etapa VI, VII y VIII) del SB y solo un caso (1.7%) presento la fase intermedia del SB; es decir la mayoría (80.0%) presento la fase inicial e intermedia del SB en los profesionales evaluados, siendo éste valor superior al 20.0%, que presentaron la fase final del SB. Asimismo, más de la mitad (61.7%) de los profesionales evaluados, presentaron un nivel bajo de CE; similarmente el 60.0%, manifestaron nivel bajo en D y la mayoría (73.3%) evidencio baja RP; en menores porcentajes mostraron CE y D a nivel alto (13.3% y 10.0% respectivamente) y el 73.3% presentó baja RP (Tabla 2).
Fases diagnosticadas | Frecuencia | Porcentaje | Niveles |
---|---|---|---|
I | 3 | 5.0% | Inicial (78.3%) |
II | 0 | 0.0% | |
III | 44 | 73.3% | |
IV | 0 | 0.0% | Intermedio (1.7%) |
V | 1 | 1.7% | |
VI | 1 | 1.7% | Final (20.0%) |
VII | 10 | 16.7% | |
VIII | 1 | 1.7% | |
Total | 60 | 100.0% |
Cansancio emocional | Frecuencia | Porcentaje |
---|---|---|
Bajo | 37 | 61,7% |
Medio | 15 | 25,0% |
Alto | 8 | 13,3% |
Total | 60 | 100,0% |
Despersonalización | Frecuencia | Porcentaje |
Bajo | 36 | 60,0% |
Medio | 18 | 30,0% |
Alto | 6 | 10,0% |
Total | 60 | 100,0% |
Realización personal | Frecuencia | Porcentaje |
Bajo | 44 | 73,3% |
Medio | 11 | 18,3% |
Alto | 5 | 8,3% |
Total | 60 | 100,0% |
Efectos del Programa de Intervención Breve
En relación a los efectos del PIB, para reducir las fases intermedia y final del SB, se encontró que uno de los profesionales que presentó fase intermedia (V) y tres profesionales que evidenciaron la fase final (VII) del SB durante la preprueba o pretest, disminuyeron sus niveles del SB, pues al concluir el PIB, presentaron fase inicial (III) o leve del SB; solamente un profesional mantuvo la misma fase final (VII) antes y después de la aplicación del PIB. Como se observa en la tabla 3, la significación observada de la prueba de Wilcoxon Sig. = 0.125, es mayor a la significación teórica α = 0.05; por consiguiente, no existe cambios significativos en las fases del SB, después de la intervención breve.
Profesional | Fases del SB | Diferencia | Rango | |
---|---|---|---|---|
Pre prueba | Pos prueba | (Pre - Prueba) | ||
PS1 | 7 (VII) | 3 (III) | 4 | 3 |
PS2 | 7 (VII) | 7 (VII) | 0 | - |
PS3 | 5 (V) | 3 (III) | 2 | 1 |
PS4 | 7 (VII) | 3 (III) | 4 | 3 |
PS5 | 7 (VII) | 3 (III) | 4 | 3 |
Suma de rangos de las diferencias positivas (T+) = | 10 | |||
Sig. = P(T+ ≥ 10 Ս T+ ≤ 10) = | 0.125 |
Con respecto a los efectos del PIB, para reducir los niveles altos de las dimensiones del SB, se encontró que cuatro profesionales de la salud, disminuyeron su nivel alto de CE al final de la intervención (posprueba), solo uno mantuvo el nivel alto presentado en la preprueba y ningún profesional mostro cambio en el nivel de D, de acuerdo a los resultados de la posprueba. Un participante, después de la intervención, incremento su nivel de RP, pues cambio de nivel bajo (25) a alto (37), según los resultados de la posprueba o postest; pero los cambios no fueron estadísticamente significativos (tabla 4).
Profesional | Cansancio emocional | Dirección en la diferencia | Rango | |
---|---|---|---|---|
Preprueba | Posprueba | (Pre - Pos) | ||
PS1 | Alto | Bajo | Pre > Pos | - |
PS2 | Alto | Alto | Pre = Pos | 0 |
PS3 | Alto | Bajo | Pre > Pos | - |
PS4 | Alto | Bajo | Pre > Pos | - |
PS5 | Alto | Bajo | Pre > Pos | - |
Número de signos negativos ( - ) = 4 Sig. = 0.124 | ||||
Profesional | Despersonalización | Dirección en la diferencia | Rango | |
Preprueba | Posprueba | (Pre - Pos) | ||
PS1 | Bajo | Bajo | Pre = Pos | 0 |
PS2 | Bajo | Bajo | Pre = Pos | 0 |
PS3 | Bajo | Bajo | Pre = Pos | 0 |
PS4 | Bajo | Bajo | Pre = Pos | 0 |
PS5 | Bajo | Bajo | Pre = Pos | 0 |
Número de signos negativos ( - ) = 0 Sig. = 1,0 | ||||
Profesional | Realización personal | Dirección en la diferencia | Rango | |
Preprueba | Posprueba | (Pre - Pos) | ||
PS1 | Alto | Alto | Pre = Pos | 0 |
PS2 | Alto | Alto | Pre = Pos | 0 |
PS3 | Bajo | Alto | Pre < Pos | - |
PS4 | Alto | Alto | Pre = Pos | 0 |
PS5 | Alto | Alto | Pre = Pos | 0 |
Número de signos negativos ( - ) = 1 Sig. = 0,50 |
En relación al primer objetivo, los resultados encontrados sobre las fases del SB del colectivo profesional evaluado, presentan con mayor frecuencia (80.0%) SB fase leve y medio; este grupo seria menos vulnerable a los estresores del contexto laboral, por contar con recursos y capacidades para manejar el SB, pues en condiciones laborales similares del resto de los evaluados, afrontan exitosamente la adversidad; solamente el 20.0% evidencia SB elevado (fase final); entonces se infiere que para este grupo ejercer la profesión sanitaria puede resultar desgastante, que asociado a factores estresores permanentes del entorno laboral (características del trabajo clínico, condiciones de trabajo en los hospitales del MINSA) y diversos factores de riesgo (personal, familiar, económico y social), incrementan el nivel de SB, que afecta la salud ocupacional-mental, el rendimiento laboral y la calidad de vida familiar, laboral y social de los profesionales de la salud.
Los resultados descritos, de una parte, son similares con lo reportado en estudios previos, así el 19.6% de los profesionales de la salud que laboran en cinco hospitales de Ancash presentan fase final del SB (Yslado, et al., 2011); y de otra con lo hallado en otro estudio llevado a cabo en profesionales de la salud de hospitales del Perú (23.3%) (Maticorena Quevedo, et al., 2016). Además, este resultado concuerda con la prevalencia de burnout de 20.1% y 20.3%, hallada para los enfermeros (as) que laboran en hospitales de Colombia (Grisales, et al., 2016); cabe indicar que la muestra del presente estudio en mayor porcentaje (36.7%) está conformada por enfermeras (os). De otra parte, en estudios precedentes realizados en profesionales sanitarios de Latinoamérica, se ha encontrado porcentajes diferentes de SB, que al encontrado en este estudio (Castillo, Orozco & Alvis, 2015; Solís, et al., 2016).
Los resultados sobre los niveles de las dimensiones del SB, evidencian que en menor porcentaje los profesionales de la salud evaluados, presentan niveles altos de CE, D y Baja RP (13.3%, 10.0% y 8.3% respectivamente). Porcentajes similares de CE y D, se encontraron en los profesionales de la salud que laboran en los hospitales de Ancash (Yslado, et al., 2011); pero difiere con respecto a la baja RP, cuyo porcentaje fue mayor. Asimismo, estos resultados son semejantes a lo reportado en otros estudios realizados en profesionales de la salud, que laboran en hospitales de México y Perú (Joffre, 2009; Vásquez Manrique, Maruy Saito & Verne Martin, 2014). De otra parte, en otros estudios previos realizados en muestras de profesionales de la salud, que laboran en hospitales de Latinoamérica se encontraron porcentajes diferentes a lo registrado en este estudio (Magalhães, et al., 2015; Grisales, et al., 2016). Cabe señalar que las diferencias porcentuales encontradas para cada dimensión del burnout, según lo reportado en estudios precedentes, en parte se explicaría por los modos de interpretación de los puntos de corte y valores predeterminados utilizados (Maticorena Quevedo, et al., 2016), que varían de acuerdo a las normas interpretativas de cada versión del MBI de Maslach; también a diferentes factores asociados al SB y características peculiares de cada muestra, al contexto sociolaboral de los hospitales, que difieren dentro del Perú y entre otros países.
Con relación al segundo objetivo, se observó que después de la intervención breve, tres participantes con fase final y uno con fase media del SB, presentaron fase inicial o SB leve; solo un participante no presento cambios en la posprueba, y su perfil tiene algunas características sociodemográficas predictores de SB alto y resistente, como ser enfermera, tener 34 años de edad, ser casada y ejercer doble rol, contratada, 6 años de experiencia laboral, trabajar permanentemente en un área crítica como el servicio de emergencia (Roomaney, Steenkamp & Kagee, 2017), que son factores que pueden haber influido en el proceso de no asimilación de las estrategias de afrontamiento del SB, o para estos casos no basta un PIB temporal, sino se requiere de psicoterapia a largo plazo y de la implementación de otras estrategias organizacionales.
Asimismo, el PIB disminuyó el nivel de CE (bioemocional) en cuatro participantes, lo cual se debería en parte a los efectos de una de las técnicas utilizadas en el PIB, como el Mindfulness, pues la mayoría de estudios previos sobre programas de Mindfulness demostraron que reduce significativamente el CE (Aranda, et al., 2017; Marín Tejeda, 2017; Fuertes, et al., 2019; Gracia, et al., 2019). El nivel bajo de D (social-actitudinal-emocional), de los participantes, se mantuvo constante en la pre y posprueba, no se observaron cambios en esta dimensión, probablemente porque el PIB, estuvo orientado a manejar el estrés biopsicosocial mediante técnicas psicológicas (PNL, Gestalt, Brain Gym y Mindfulness, y mediante la Psicoeducación se incidió en la enseñanza-aprendizaje de estrategias psicológicas de afrontamiento del SB en el centro de trabajo, para la mejora de los procesos emotivos, cognitivos y conductuales; no se utilizaron técnicas específicas para modificar la dimensión social (relacional-afectiva), fortalecer las actitudes positivas hacia los pacientes y compañeros de trabajo, empatía y vínculos afectivos establecidos en el ejercicio laboral.
Además, el distanciamiento relacional para no asumir responsabilidad en la relación con los receptores del servicio, sería un mecanismo de defensa o estrategia para reducir las consecuencias negativas (estrés, ansiedad, frustración, culpa, compasión) de los estresores laborales y continuar las funciones del trabajo, manteniendo el equilibrio psicológico y adaptación a una realidad percibida desagradable. La RP (cognitivo-emocional) se incrementó en un participante, lo que indicaría que esta dimensión puede ser modificada mediante estrategias de afrontamiento del SB; es decir darse cuenta de lo importante que es la oportunidad de realización profesional e ingresos económicos que brinda el trabajo, puede atenuar el estrés que este genera.
De acuerdo a los parámetros de evaluación previamente establecidos antes de la intervención breve; el PIB no fue eficaz porque no logro disminuir significativamente la fase final (VIII), de un solo caso que no mostro cambios en la posprueba. Sin embargo, el PIB fue efectivo, pues independientemente de los objetivos e hipótesis propuestos, sin modificar las características propias del lugar de trabajo y de la profesión sanitaria, logro revertir las fases patológicas (V, VII y VIII) hasta la fase leve, que incluso para algunos investigadores la fase inicial es considerado no burnout; además redujo los niveles altos de las dimensiones CE y baja RP. Del mismo modo es eficiente, porque los resultados logrados, justifican los esfuerzos e inversión (bajo costo en dinero y tiempo) realizados en la intervención breve; su beneficio se evidencia en la reducción del costo económico, y en el uso de técnicas psicológicas que requieren poco tiempo y dinero para su aplicación y asimilación, en comparación a los tratamientos alternativos e intervenciones organizacionales caras y de mayor duración.
El PIB es una aproximación efectiva para el manejo y prevención del SB, puesto que la incorporación de estrategias de afrontamiento del SB, repercuten de forma importante en el mantenimiento de buena salud física, mental y ocupacional, y en el logro de la calidad de vida familiar, social, laboral y bienestar del grupo intervenido; como en la mejora de la calidad de los servicios prestados a los pacientes y sociedad.
Es importante indicar que las técnicas psicológicas utilizadas, mencionadas en la tabla 5 de este estudio, están basadas en los fundamentos teóricos de la psicología positiva y humanista, tienen principios básicos similares, como tal se han complementado para motivar la participación activa, el autoconocimiento, autocontrol emocional y autocuidado de los participantes; optimizar la comunicación interpersonal, mejorar los procesos bioemocional y cognitivo; y han demostrado ser útiles en programas formativos en el centro trabajo, en el cual los profesionales de la salud tienen poco control sobre las fuentes de estrés laboral. Asimismo, las técnicas psicológicas aplicadas, si bien no habrían generado cambios significativos en la reversión de fases elevadas del SB en todos los casos intervenidos, pero contribuyeron a reducir su gravedad en cuatro de los cinco casos y habrían mejorado el estado de salud mental-ocupacional y el bienestar psicológico de los beneficiarios del PIB.
Los programas de intervención breve centrados en la persona, como el PIB no resuelven en toda su magnitud el SB, son necesarias las intervenciones mixtas (ocupacional y organizacional), que implican mayor costo y largo plazo. Además, algunos estudios empíricos revelan que las estrategias activas y técnicas como el Mindfulness utilizadas por el personal sanitario para afrontar el SB, no serían eficaces, pues no generan cambios significativos, ni relaciones funcionales entre el uso de tales estrategias y el SB (Suyi, et al., 2017), o si generan reducción de los niveles del SB, los efectos son temporales, si estas no se practican de forma regular y constante (Alenezi, et al., 2019).
De otra parte, si bien los resultados encontrados no han sido estadísticamente significativos; pero el estudio tiene fortalezas, de una parte es su relevancia clínica, pues en la mayoría de los casos ha mejorado el SB y el CE, que incide en la mejora de la calidad de vida laboral de los profesionales de la salud investigados y la calidad del servicio asistencial; y de otra es su aporte teórico, que contribuye al desarrollo del conocimiento disciplinar acerca de la intervención breve para reducir el SB, basada en la psicología positiva y humanista (uso de técnicas psicoterapéuticas y psicoeducación), para reducir el SB fase final e intermedia en el colectivo profesional sanitario, y constituye un sustento científico para el diseño de políticas públicas de protección e implementación de programas de prevención e intervención continuos para los profesionales de la salud.
Las limitaciones del estudio son: 1) Escasos recursos financieros, que no ha permitido realizar la etapa de seguimiento del PIB. 2) La muestra de participantes voluntarios es pequeña, limitada por aspectos éticos (solo participaron los que firmaron el consentimiento informado). 3) Los resultados del estudio son válidos solamente para la muestra estudiada. 4) La aplicación del diseño pre experimental, que es más susceptible a sesgos que los diseños experimentales; pero es una alternativa que brinda información importante para el caso de las intervenciones sanitarias, pues el uso de grupos de control y selección aleatoria, contravienen el aspecto ético de brindar un beneficio a cierto grupo y no a otro que desee voluntariamente recibir el tratamiento experimental.
Se sugiere realizar nuevos estudios con muestras más amplias, mayor número de sesiones, y diseñar el PIB de acuerdo al patrón de SB encontrado que es CE alto y baja RP, para validar los hallazgos del presente estudio.
Conclusiones
Se concluye que el 80.0% de los profesionales evaluados presentaron la fase inicial e intermedia del SB y solo el 20.0% evidenció la fase final del SB, resultado concordante con las tendencias a nivel nacional e internacional, reportado en estudios precedentes.
El PIB, genera cambios en las fases final e intermedia del SB, que revierten inclusive hasta la fase inicial; también reduce los niveles altos de las dimensiones de CE y baja RP, y mantiene el nivel bajo de D; pero los cambios no son estadísticamente significativos; es decir son temporales a corto plazo, como lo encontrado en algunos estudios precedentes; por lo tanto, de acuerdo a los parámetros prestablecidos para evaluar los efectos del PIB, este no es eficaz; pero es un programa económico, efectivo y eficiente.