Introducción
El turismo ha sufrido un proceso de adaptación a lo largo de su historia. La práctica de esta actividad se origina desde la época de los griegos, aunque fue a finales del siglo XIX (llamado siglo de la industrialización) y principios del siglo XX, cuando se consideró como actividad económica de gran relevancia, gracias a los avances industriales que facilitaron los traslados de un lugar a otro (Ayala Castro & Hernández Flores, 2021).
En el siglo XX, el turismo se dio a conocer a gran escala, sobre todo las actividades vinculadas con el turismo de sol y playa. Esto causó un deterioro en dichos destinos, pues la actividad turística tenía una visión muy limitada sobre el cuidado del ambiente y de la población local, todo ese liderazgo turístico no se aprovechó y por consecuencia, se perdió (Morillo Moreno, 2011).
Según Cruz y Gutiérrez (2019, p. 2), el turismo "es un fenómeno socioeconómico, espacial e imperante en la actualidad, de obligado estudio y observación por su dinámica, con un enfoque geográfico, económico y social; dichos enfoques deben estar interrelacionados y dimensionados".
Por su parte, Kieffer (2018) enuncia este sector, ha sido un factor importante para el crecimiento de las economías locales y un eje para el desarrollo de los territorios a nivel urbano y rural. Así, a nivel mundial, el desarrollo turístico forma, desde entonces, parte de las políticas, planes y programas de los países de la región y el mundo.
El turismo en áreas naturales ha generado expectativas y ha influido en los cambios sociales, económicos y ambientales de las poblaciones relacionadas a estas áreas. Dentro de este ámbito, existen aquellos que ven al turismo y territorio como una simbiosis, donde se articulan actores, prácticas y espacios; no ven a los territorios como solo proveedores de atractivos o recursos, sino que ven interrelaciones entre la participación local, la distribución de ingreso, características territoriales, equidad, género, entre otros (Chin et al., 2018).
Puede afirmarse entonces que, en la segunda mitad del siglo XX, el turismo comienza a adaptarse a todos los cambios sociales, donde se hace énfasis en la protección del medio ambiente. Surgen varias modalidades o tipos de turismo y actividades vinculadas con esta filosofía y, dentro de estas, la más conocida fue el "turismo rural".
El turismo rural surge como una alternativa turística que esencialmente se caracteriza por desarrollarse en espacios rurales y basarse en principios de tipo ambiental, social, cultural y económico. Por consiguiente, constituye una nueva alternativa de diversificación de ingresos para las comunidades campesinas y un eje estratégico para el desarrollo de los territorios (León Abarca & Reyes Vargas, 2020).
Este tipo de turismo comenzó a aumentar su importancia como actividad estratégica para el desarrollo de algunos territorios. Algunas posibles causas son el aumento de la importancia y el interés por la ecología y los espacios naturales, aspectos muy ligados al concepto de sustentabilidad, nuevas preferencias y tendencias detectadas en la demanda turística, agotamiento de las modalidades turísticas tradicionales, entre otras (Galmarini, 2016).
Lane y Kastenholz (2015) afirman que el turismo rural ha evolucionado a través de tres etapas. La primera de ellas fue su aparición en los mercados turísticos como un producto novedoso y con un enfoque de sostenibilidad, que venía a complementar en países desarrollados las rentas del sector primario o a dar un uso a recursos infrautilizados, ubicados en el medio natural. La segunda etapa se caracterizó por el crecimiento y ampliación de la oferta, normalmente de manera poco planificada. El modelo se extendió por multitud de países y actividades, lo que permitió convertir el concepto turismo rural en una marca paraguas que da cobertura a realidades muy diversas.
Una tercera fase dentro de este desarrollo se produce ya entrado el siglo XXI y no con la misma claridad en todos los destinos. Se caracteriza por una cierta saturación de la oferta y cambios claros en las expectativas en la demanda. Esa combinación supone que, o bien se regenera el producto a través de la innovación, o bien el mercado evolucionará inexorablemente hacia la madurez y el declive del producto.
A pesar de ello, varios actores claves han tomado estrategias de desarrollo sostenible, con el fin de contrarrestar los efectos negativos que pueda ocasionar la práctica irrespetuosa de actividades desarrolladas como parte del turismo rural. Ejemplo de ello lo constituyó el compromiso asumido por 193 estados miembros de la Asamblea General de las Naciones Unidas, quienes, en el 2015, aprobaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que incluye 17 objetivos y 169 metas, presenta una visión ambiciosa de desarrollo sostenible para los próximos 15 años.
Bajo estos criterios, la Organización Mundial de Turismo (OMT) declaró el año 2017 como el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo. A partir de ello, se instó a que los actores vinculados al tema opten mejores prácticas en sus operaciones e implementen prácticas socialmente justas, económicamente rentables y ambientalmente amigables con el entorno.
Estas ideas cobran mayor importancia una vez que se conoció la llegada de un nuevo virus a China en diciembre de 2019, que provocó un brote de la enfermedad a nivel internacional. Desde ese momento, el mundo comenzó paulatinamente a entrar en estado de emergencia sanitaria, lo que conllevó lógicamente a la contracción del turismo (Pierre Alvarez & Harris, 2020).
En un nuevo escenario, según Hernández et al. (2020), los visitantes apostarán por un turismo menos masificado y lejos de las ciudades, sobre todo en la búsqueda de mayor seguridad higiénico-sanitaria y comprometidos con la sustentabilidad.
En este sentido, Wagner (2020) enuncia que, producto de esta grave situación, se ha generado una mayor conciencia social la cual estimulará comportamientos ambientales y sociales sustentables, por lo que se debería suponer que el turismo pospandemia se sentirá comprometido y afín con aquellas organizaciones que reflejen estos mismos valores de sustentabilidad y por el desarrollo de actividades vinculadas con el turismo rural. La responsabilidad social será un aspecto aún más valorado, como también los prestadores y destinos que realicen y promuevan el cuidado del medioambiente.
En los últimos años, diferentes actores del sector del turismo en Cuba se han pronunciado a favor del desarrollo de nuevas ideas acordes a las tendencias a nivel internacional y a las exigencias de los visitantes potenciales interesados en desarrollar turismo rural en Cuba.
Si bien en Cuba, las políticas del turismo contribuyen al desarrollo local y el campesinado cubano se favorece de las ventajas que brinda la actividad turística, aún no se visualiza en todos los territorios una estrategia de desarrollo íntegro, sino más bien no ha trascendido del ámbito de algunos espacios específicos.
Las entidades locales no se han vinculado a esta actividad, ya que este producto se comercializa por los circuitos tradicionales del turismo y son las empresas receptivas las encargadas de su desarrollo en lo fundamental, como la agencia de viajes Ecotur.
En Cuba, existen oportunidades para el desarrollo del turismo rural en un escenario POST-COVID-19, pero son escasos los datos disponibles de su comportamiento PRE-COVID-19 (como flujos, principales segmentos de demanda, entre otros) y la información sobre su gestión es limitada, por lo cual los decisores del sector turístico y otros relacionados con la del turismo rural, desde los niveles territoriales nacionales hasta los locales, se ven limitados en la toma de decisiones sobre esta actividad, más aún en este nuevo contexto de la pandemia y su futuro.
Es por ello que se realiza el presente estudio, con el objetivo de valorar el turismo rural y su futuro inmediato en el contexto de la COVID-19 en Cuba.
Materiales y métodos
La investigación se desarrolló en el contexto del confinamiento generado por la pandemia de la COVID-19 y tiene como antecedente fundamental las experiencias prácticas del Grupo de Trabajo Científico Estudiantil "Turismo, Biodiversidad y Territorio" (TURbiot) de la Facultad de Turismo de la Universidad de La Habana, respecto al turismo rural y su desarrollo en La Habana del Este entre 2017 y 2019.
Presenta una postura enmarcada en una metodología mixta, donde contempla elementos cualitativos y cuantitativos. En cuanto a los métodos teóricos que se utilizaron, se encuentran el hipotético-deductivo, el sistémico-estructural y el método histórico. Dentro de los procedimientos utilizados, se pueden mencionar el análisis y síntesis y la inducción-deducción. Todos estos métodos permitieron procesar la información resultante de la consulta bibliográfica, así como sintetizar los resultados.
En cuanto a los métodos empíricos, se realizaron encuestas a los especialistas implicados en el estudio y se utilizó la medición a través del uso de la estadística inferencial para la interpretación de los resultados de las encuestas.
La investigación se estructuró en tres (3) etapas, después de la etapa previa de revisión bibliográfica para la fundamentación teórica sobre el Turismo Rural como actividad socioeconómica, como se muestra a continuación en el siguiente flujograma (Fig. 1).
Para el desarrollo de la primera etapa, a partir de las pautas sobre dirección estratégica desde el enfoque innovador, se realizó un análisis, tanto externo como interno, respecto al turismo rural en Cuba. El análisis externo se basó, en un primer momento, en el estudio de los factores que afectan la actividad del turismo rural del país, en los ámbitos: económicos, tecnológicos, ambientales, sociales, políticos, demográficos y otros generales.
En un segundo momento, se analizó el desempeño de los actores relacionados con la actividad, entre otros, los territorios y productos turísticos rurales reales y potenciales, los proveedores, los clientes, sustitutos, los distribuidores, otras organizaciones del sector y/o el contexto, las estructuras gubernamentales, así como la comunidad.
El análisis incluyó el estudio de las sinergias y antagonismos, las barreras y las rivalidades que se crean en las interacciones a la hora de la actividad en la praxis. En este caso, lo fundamental era arribar a un conjunto de posibles oportunidades y amenazas que se configuran para el turismo rural.
El análisis interno se realizó mediante la identificación de la capacidad estratégica de la actividad turística rural en el sector y su relación con el desarrollo local para actuar con la calidad necesaria y que le permitiera alcanzar el éxito en la satisfacción de los clientes y, por consiguiente, de la sociedad. Fue necesario, además, disponer de información sobre los recursos rurales existentes y las habilidades para realizar las actividades turísticas de esta tipología en el contexto cubano IN y POST-COVID-19. La idea fue encontrar debilidades y fortalezas de la actividad en Cuba.
En la segunda etapa, fue necesario un resumen del contexto cubano y el comportamiento epidemiológico general de la COVID-19 con la consulta a fuentes secundarias de información fidedignas y más actualizadas del país. Seguidamente, para el resumen del análisis de la situación del turismo rural para las condiciones de Cuba, resultó adecuado a través de la matriz de Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades (Dafo).
Teniendo en cuenta las limitaciones y restricciones existentes ocasionadas por la COVID-19, esta herramienta se desarrolló mediante consulta (de forma online), a cinco (5) especialistas vinculados con el turismo rural, las actividades agrícolas y forestales, con conocimientos sobre productos turísticos desarrollados en el medio rural, que fueron contactados y que aceptaron participar mediante la red social WhatsApp.
En la tercera etapa, para realizar el estudio de los futuros posibles, se trabajó con escasa información y sin estudio de campo, por lo que fue conveniente solo llegar a escenarios exploratorios. Para ello, se realizó el análisis de aquellos que describen toda una serie de sucesos conducentes de una manera lógica a un determinado escenario futuro a partir de la situación actual del sistema (en este caso el turismo rural). Dentro de este tipo de escenarios, se diferenciaron los siguientes:
Tendencial: aquel que se apoya en la importancia de los eventos para el sistema
Referencial: aquel con los eventos y su probabilidad, que expresa el sistema en su contexto real
De encuadramiento: aquel que se orientó a delimitar el espacio de los futuros posibles
La elaboración de cada escenario futuro se basó en los resultados de las etapas previas, de análisis situacional (primera etapa) y de resumen de la situación (segunda etapa), para lo cual se realizó un estudio tanto sincrónico (razonamiento por coherencia) como diacrónico (dinámica de las tendencias). El examen sincrónico implicó la comprobación de la coherencia de los diferentes elementos del turismo rural y su contexto y el diacrónico comenzó por el análisis de la evolución temporal y de las tendencias de cada una de las informaciones básicas de las etapas anteriores.
Luego, se comprobó la coherencia de las evoluciones desde una perspectiva nuevamente sincrónica, mediante el enunciado y listado de eventos sobre el turismo rural en el contexto cubano. Al listado inicial, se le aplicó la técnica de Reducción de Listado para esclarecer los eventos; de esta manera, se integraron y complementaron las ideas de la lista y se redujo a una cifra manejable de eventos (no más de 15).
Se aplicaron "filtros" o criterios que debían cumplirse para que un aspecto se mantuviera bajo consideración. Los filtros aplicados fueron: ¿Este aspecto es relevante entre los demás? ¿Es influyente? ¿Vale la pena considerarlo? ¿Hay probabilidades de accionar sobre él? ¿Es factible?
Luego de aplicada esta técnica, se obtuvo un listado definitivo de eventos, con el que se realizó una valoración con criterio de selección cerrado, que permitió en cada tipo de escenario, ubicarlo en solo una de sus categorías, para lo cual se consultaron, de forma online, los mismos cinco especialistas de la etapa anterior.
Resultados y discusión
Etapa 1: Análisis situacional del turismo rural en Cuba
El turismo rural como factor de desarrollo local
La oferta turística cubana se ha caracterizado por un turismo predominante de sol y playa, a partir de las tendencias internacionales que rigen la actividad en las islas del Caribe. A pesar de lo anterior, se observa una tendencia a diversificar este producto turístico nacional hacia otras ofertas que encuentran un espacio propicio en el contexto nacional, como es el caso del turismo de naturaleza, el ecoturismo y el turismo rural (Camargo Toribio & Casas Vilardell, 2007).
Dichas autoras plantean que ello contrasta con las posibilidades significativas que tienen los espacios rurales nacionales, los cuales se caracterizan por un conjunto de atributos que han sido reconocidos a nivel nacional e internacional por distintas instituciones, dentro de ellos se encuentran: reservas de la biosfera, áreas protegidas, así como Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad.
Las variantes de turismo rural que se desarrollan en el medio rural cubano están alejadas del alcance del desarrollo local, así como de las entidades locales, en la mayoría de las zonas del país, aunque en la actualidad se han ido desarrollando estrategias para revertir este contexto. Es en medio de esta situación que el desarrollo local emerge como una de las vías para fortalecer las riquezas que puede tener un determinado territorio.
De este modo, reportan ventajas económicas para su población y otorgan la posibilidad de un desarrollo integral para cada miembro de esta (Iglesias Pérez & Jiménez Guethón, 2017). Por ello, se plantea la importancia de concebir líneas estratégicas de desarrollo local con un marcado enfoque de sostenibilidad que permita un desarrollo armónico de la sociedad humana y la naturaleza.
Ejemplo de las zonas que han ido articulando estrategias en pos del desarrollo del turismo rural como modalidad es Viñales, donde, según Cardoso et al. (2019), los productos asociados son ofertados por arrendadores privados. De igual manera, Darias et al. (2017) insisten en que otro producto rural de notable importancia en la provincia es la Ruta del Tabaco, producto turístico que exalta la cultura del tabaco y todos los valores culturales asociados a ella. El mismo consta de varios núcleos turísticos, que no son más que vegas tabacaleras donde se desarrolla el turismo rural como una actividad complementaria a la agrícola.
Al centro del país, se encuentra, además, el conservado Valle de los Ingenios, centro de localización donde se desarrolló la industria azucarera que, conjuntamente con la urbe de Trinidad, fue inscrito por la Unesco en la Lista de Patrimonio de la Humanidad. En este sentido, está consolidado como un centro de interpretación sobre la producción azucarera y los patrones de vida ejercidos en el medio rural, donde se realizan actividades gastronómicas (se les muestra a los visitantes el proceso de obtención y degustación del guarapo, bebida derivada de la caña de azúcar), se exponen a los turistas tradiciones de medicina natural, heredadas por generaciones antiguas de esclavos, así como también se les muestra diversas técnicas de artesanía.
Además de estos destinos consolidados para la práctica del turismo rural en Cuba, otros autores como Echarri y Bulnes (2015) plantean que existen otros territorios con recursos naturales, rurales, deportivos, científicos e histórico-culturales que hacen posible la implementación de actividades relacionadas a las modalidades de turismo de naturaleza, rural y científico, así como al turismo religioso, el cultural y el deportivo, entre ellos diferentes municipios de la provincia Mayabeque.
En la actualidad, parte de estas iniciativas provienen de zonas urbanas, potenciadas por universidades, agencias de viajes u otros centros, aunque de igual manera nacen otros proyectos desde la espontaneidad de los habitantes.
Las iniciativas exógenas propician que la población se favorezca muchas veces con los resultados, pero se convierten en simples beneficiarios sin implicación directa en el proceso, el cual se contempla en muchas ocasiones como una cuestión estatal y no local (Darias Fuertes et al., 2017).
Perfil de la demanda de turismo rural PRE-COVID-19
Datos del año 2019, ofrecidos por el portal digital de turismo rural Clubrural, muestran un perfil de cómo es el turista que elige las casas rurales y las actividades del turismo rural para sus días de descanso. Entre las características más sobresalientes cabe destacar:
Edad: La edad más frecuente entre el público rural está en más de 41 años, con el 61,93 % de las personas que han viajado. Quienes menos practican este tipo de turismo son las personas comprendidas entre los 18 y 30 años (9,95 %)
Sexo: En este sentido, son las mujeres las que se encargan de preparar este tipo de desplazamiento y así lo confirma la encuesta: un 75,3 % frente al 24,7 % de hombres
Compañía: En este aspecto, hay una clara elección, los viajeros prefieren viajar en pareja (48,6 %), aunque no quedan muy lejos los que eligen a la familia (35,7 %) para estas experiencias rurales
Motivaciones: Las razones por las que eligen el turismo rural para sus vacaciones están más que claras: desconectar y relajarse, de hecho, el 57,3 % de las respuestas así lo han indicado. Sin embargo, el disfrute e interacción con la naturaleza, inclúyase flora y fauna, también tiene su protagonismo (39,6 %)
Tiempo de inversión en el viaje: 3 de cada 10 viajeros prefieren elegir destinos que se encuentren entre 2 y 3 horas de su lugar de partida. Sin olvidar que 2 de cada 10 se desencantan por aquellos que están a más de 3 horas
Cantidad de viajes: Respecto a las veces que eligen el turismo rural para viajar a lo largo del año, destacar que un 23,9 % hace tres viajes y un 27,6 % prefiere escaparse dos veces al año
Fechas del viaje: La mayoría de los viajeros eligen los fines de semana para hacer este tipo de viaje. Casi la mitad (49,2 %) así lo hizo en el transcurso de 2017. Pero también es de destacar que se aprovechan los puentes (18,9 %) para ampliar los días de descanso en las casas rurales
Tipo de alquiler: Al tratarse de escapadas de descanso, la mayoría prefiere estar en casas rurales de alquiler íntegro, que garantice más tranquilidad (47,7 %), mientras que un 32,4 % se decanta por hoteles rurales
Gastos: La inversión media que hacen estos turistas es entre 26 y 30 euros (35 %), seguido de los que gastan más de 30 euros (31,9 %)
¿Qué buscan?: En lo primero que se fijan los clientes rurales cuando van a reservar es en los servicios que ofrece el alojamiento (31,7 %), seguido de las opiniones y la calificación del sitio en internet (26,8 %)
¿Dónde buscan?: Google es la principal fuente de búsqueda para encontrar alojamiento, representando un 35,2 % del total. El resto de fuentes se reparten entre los portales profesionales de alojamiento rural, tal es el caso de Clubrural
Según Dueñas et al. (2018), desde el punto de vista teórico, los gestores del turismo en Cuba han tomado la denominación genérica de Turismo de Naturaleza para todos los productos, destinos y desarrollos que tuvieran a la naturaleza como motivación principal y que hicieran un uso responsable de la misma.
Dentro de ese contexto, el turismo rural tiene sus propios horizontes, no obstante, al analizar las estadísticas de los arribos al país, según motivo de viaje, se detectó que no existe segmentación o diferenciación por tipologías dentro de la Modalidad de Turismo de Naturaleza, acto que dificultó el análisis en este aspecto.
El perfil del turista rural que visita el destino Cuba coincide con los perfiles descritos en estudios internacionales. Los turistas que deciden realizar turismo rural tienen en mente romper con la formalidad de su comportamiento en la ciudad. Buscan el campo y una oportunidad para restituir sus energías y el equilibrio. Un turista que valora su calidad de vida busca un pueblo pequeño, tranquilo, con naturaleza viva y cultura local atrayente.
Etapa 2: Resumen del análisis situacional
Comportamiento general de la pandemia
Cuba comenzó su proceso de enfrentamiento a la COVID-19. Desde el mes de enero de 2020, cuando se daban los primeros reportes del nuevo coronavirus COVID-19, el gobierno de Cuba concibió una estrategia de trabajo intersectorial, conducida por el Ministerio de Salud Pública de Cuba (Minsap) y el Sistema de la Defensa Civil, con el objetivo de contener en lo posible el riesgo de introducción y diseminación, así como minimizar los efectos negativos de una epidemia en la salud de la población cubana. Esta estrategia se reflejó en un Plan para la Prevención y Control con diferentes objetivos específicos, los cuales están encaminados en la protección de la salud del pueblo cubano.
El plan definió tres etapas para el enfrentamiento a la pandemia y acciones específicas para cada una de ellas: Etapa preepidémica (Fase I), Etapa de transmisión autóctona limitada (Fase II) y Etapa epidémica (Fase III). Cuba transitó hasta la etapa de transmisión autóctona limitada aunque, posteriormente, se estableció de acuerdo con nuevos indicadores, en el mes de octubre 2020, la etapa de "nueva normalidad".
En el ámbito económico y social, al igual que en otros países, las principales medidas estuvieron asociadas a: cierre de fronteras, interrupción de actividades productivas y de servicios no imprescindibles, restricción de actividades de comercio, reorientación de recursos disponibles para fortalecer el sistema de salud, interrupción de actividades docentes presenciales en todos los niveles, fomento del teletrabajo y el trabajo a distancia, garantías laborales a trabajadores interruptos, garantías sociales a personas con mayores necesidades y en riesgo de vulnerabilidad, beneficios fiscales al sector no estatal, entre otras; todo ello con el propósito fundamental de garantizar el aislamiento físico y frenar la propagación del virus.
Cada una de estas medidas se ha flexibilizado o por el contrario aumentado en dependencia de los indicadores sanitarios que posea el país.
Situación IN y POST-COVID-19 de los principales territorios y productos turísticos rurales
Actualmente, el país está inmerso en una difícil etapa de rebrote del virus después de alcanzar cifras alentadoras. En un primer momento de enfrentamiento a la COVID-19, los destinos de Viñales, Vueltabajo y Trinidad vieron paralizada toda actividad turística, tanto rural como de otras modalidades, desde que se prohibió la entrada de visitantes extranjeros al país. Los productos turísticos que se comercializan en dichos territorios están paralizados como es de esperar, no obstante, esto no significa que se haya dejado de trabajar, se han realizado diferentes tareas de mantenimiento, donde la infraestructura ha sido rehabilitada y se han beneficiado con trabajos de mantenimiento.
Asimismo, los pobladores locales han tratado de embellecer con esfuerzo propio estas pequeñas ciudades, aun cuando la situación económica del país atraviesa una difícil crisis provocada por la carencia de productos de primera necesidad y otros factores externos, tales como todas las restricciones impuestas por Estados Unidos (EE.UU.) que mantiene un férreo y cruel bloqueo económico-financiero hacia la isla de Cuba desde casi 60 años.
A pesar de esta paralización turística internacional, existen esperanzas de que el regreso a la normalidad esté por llegar paulatinamente. Cuba acumula una vasta experiencia en el enfrentamiento a la hostilidad de EE. UU. y a numerosos eventos climatológicos que le han permitido recomponer en breve tiempo sus capacidades y poner en óptimas condiciones su infraestructura hotelera y extrahotelera, o sea, este no es el primer revés al que se enfrenta la isla.
Cierre del análisis situacional
El turismo en Cuba está llamado a iniciar el camino de la recuperación económica luego de la imponente crisis sanitaria actual de COVID-19, al constituir un sector clave que pueda impactar en el desarrollo del país. En este sentido, juega un papel determinante el turismo rural. Hoy en día, elementos como la incertidumbre e inseguridad priman entre toda la población mundial, es por ello que la creatividad en las propuestas debe ser un incentivo a la activación de los viajes.
Luego de analizar esta situación, ha sido posible identificar los puntos fuertes y débiles del turismo rural cubano y las oportunidades y amenazas que se perciben en el entorno, reflejados en la tabla 1.
FORTALEZAS | DEBILIDADES |
---|---|
Existencia de atractivos configurados a partir de recursos naturales bajo propiedad estatal y regímenes de manejo con enfoques de sostenibilidad. Puesta en práctica de planes de desarrollo territoriales, con estrategias que incluyen el diseño y progreso de productos de ecoturismo, aventuras y/o turismo rural. Articulación de actores clave que garantizan la existencia y mejora continua de los productos de la modalidad, con énfasis en los grupos empresariales del Ministerio de la Agricultura, los gobiernos locales y algunas organizaciones no gubernamentales. Capital humano preparado en actividades específicas del manejo y conservación de los recursos rurales, capaces de satisfacer demandas especializadas del turismo rural. Interés y preocupación de los pobladores de localidades rurales de aprovechar el turismo rural como incentivo de desarrollo local como actividad complementaria de la producción agrícola y pecuaria. Planificación y gestión de la modalidad de turismo de naturaleza y sus diferentes tipologías (incluido el Turismo Rural) mediante un Programa Nacional de Turismo de Naturaleza, que favorece el monitoreo del ciclo de vida de los destinos. |
Bajo nivel de aprovechamiento de destinos o zonas turísticas rurales con grandes potencialidades. Deficiente e insuficiente desarrollo de los eco-alojamientos, eco-hoteles y eco-resorts y spas en el país. Baja incorporación de fincas y otras formas de organización de la producción agropecuaria y forestal, de gran potencialidad para el agroturismo, a la cartera de productos del turismo rural. Insuficiente cultura turística de la población en las zonas donde existen potencialidades para el desarrollo del turismo rural. Bajo nivel integral de la mayoría de los destinos de turismo rural para un servicio personalizado y con sello de calidad, así como para un mejor manejo de desechos. Bajo interés por el turismo rural de la demanda nacional. |
OPORTUNIDADES | AMENAZAS |
Recuperación de la crisis de la COVID-19 de los principales países emisores a Cuba. Posicionamiento de Cuba como un destino seguro, por la eficiencia en la lucha contra la COVID-19, así como por el prestigio logrado mediante la ayuda solidaria a otras naciones. Recuperación económica creciente y sostenida de los países emisores a Cuba y la estabilización de los empleos y fondos vacacionales o de ocio de clientes de alto poder adquisitivo, característicos de los segmentos de demanda de naturaleza en el mundo. Incremento de la conciencia ambiental y el respeto a la naturaleza en la población mundial. Disminución en el interés internacional por el turismo de masas y búsqueda de actividades menos masificadas. Disminución en el prestigio, confiabilidad y seguridad de destinos de América, fuertes competidores del turismo de naturaleza y rural, a causa del inadecuado manejo de la pandemia de la COVID-19 y su recuperación, tales como EE.UU., Canadá, Brasil y Ecuador. |
Recrudecimiento sostenido del bloqueo económico, financiero y comercial de EE.UU. contra Cuba. Efectos de la crisis económica mundial POST-COVID-19. Incertidumbre prologada de los viajeros internacionales en salir de sus países luego de la primera crisis sanitaria de la COVID-19. Contracción de las operaciones aéreas y marítimas que soportan los flujos de viajeros internacionales. Prevalencia mundial del turismo interno y de la inclinación por los viajes de corta duración. Efectos del cambio climático o condiciones climáticas desfavorables para las áreas rurales y sus recursos. |
Fuente: Elaboración propia
De acuerdo con el nivel de importancia de los puntos anteriores, se obtuvo mediante la Matriz de Impactos Cruzados, como resultado sobresaliente, que el Turismo Rural en Cuba se encuentra posicionado en la etapa de crecimiento del Ciclo de Vida del Producto, en el Cuadrante I, como se muestra en la figura 2.
Este análisis, teniendo en cuenta las fortalezas y oportunidades determinadas, es traducido a que el producto Turismo Rural en el país posee una imagen destacable, una demanda significativa y buena perspectiva en el mercado.
Etapa 3: Definición de las perspectivas
Principales señales de los mercados emisores fundamentales a Cuba
Evidentemente, la actual crisis sanitaria provocada por la pandemia del virus SARS-CoV-2 ha dado un giro a las estimaciones y estadísticas planificadas para el presente año. Si se toman como punto de partida crisis anteriores, los viajes de ocio, especialmente para visitar a amigos y familiares, podrían recuperarse más de prisa que los viajes de negocios. Es en esta línea que la mayor objetividad apunta a que la demanda del turismo sería nacional, es decir, en el mismo país. La demanda interna podría mostrar una más rápida recuperación (Hernández Flores et al., 2020).
El turismo internacional en Cuba, al cierre de enero de 2020, ya había registrado un decrecimiento del 19,6 % en comparación a igual período del año anterior, en el que se redujo un 9,3 % y los ingresos fueron de 2 185 millones de dólares, cifra similar al 2018 (ONEI, 2020).
La recuperación del sector turístico en el país no desconoce la existencia real del bloqueo de los EE. UU., que impide en primer lugar que sus ciudadanos puedan viajar a la Mayor de las Antillas y que sus líneas aéreas y de cruceros realicen operaciones comerciales. Negada esta posibilidad, las autoridades del turismo cubano han diseñado, desde antes de aparecer la pandemia, una estrategia hacia mercados emisores que potencialmente pudieran viajar al país. Hoy muchos de esos destinos de larga distancia como China y Rusia están impactados por el azote del virus.
No obstante, en la medida que estos propios mercados comiencen gradualmente a abrir sus fronteras y se inicien las operaciones aéreas, los operadores de turismo comenzarán, con la seguridad sanitaria requerida, a ofrecer paquetes atractivos para los viajes de ocio.
Tal y como ha sido concebido por el Gobierno Cubano, una apertura gradual al turismo, tras el inicio de la recuperación del país, tendría como principal objetivo incentivar el turismo nacional, pero ese nuevo escenario tendrá que considerar aún ciertas medidas restrictivas, derivadas de las experiencias obtenidas, luego de haber enfrentado la pandemia.
Desde el 18 de junio, el turismo nacional en Cuba comenzó a realizar reservaciones sobre todo en las bases de Campismo Popular, ubicadas en los interiores del país, con exclusión de La Habana que debido a su situación epidemiológica no pasó a la Fase I, a la par del resto de las provincias.
Por otra parte, el 1ro de julio del 2020, el país reabrió las puertas al turismo internacional con la aplicación de todos los protocolos de protección que responden a las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud, la OMT y el Minsap. Dichos protocolos incluían la pesquisa de los turistas extranjeros mediante la prueba de PCR en tiempo real para identificar posibles contagios de la COVID-19, además de que se exige desde el 20 de enero del 2021, para la entrada al país, una prueba PCR negativa con 72 horas de antelación.
Sin dudas, se ha producido un cambio en los paradigmas de viajes, en que el mayor enemigo es la incertidumbre y para ello la trasmisión de un clima de confianza, seguridad y la promoción creativa que legitime la utilidad social de los viajes serán las mejores herramientas para motivar a los mercados emisores.
En este nuevo escenario en el que el mundo en general y el turismo en particular no han estado libres del impacto emocional, ocasionado por la pandemia de coronavirus, los indicadores señalan que, tras esta situación, el turismo rural pudiera ser uno de los sectores con capacidad de revertir su situación y utilizar la coyuntura COVID-19 como un elemento para crecer entre las preferencias de los turistas.
En un contexto donde se evitan las aglomeraciones e impera el distanciamiento físico, el turismo rural se posiciona como una opción adecuada para la relajación, a la vez que los espacios rurales son considerados como entornos para descongestionar o absorber el mercado turístico masificado y homogeneizado de las ciudades.
Fernández et al. (2019) plantean que "la demanda turística, después del tiempo de confinamiento, tiene muchas ganas de estar en espacios naturales, espacios abiertos, con sensación de libertad y sin encontrarse con nadie, eso hace que se priorice este tipo de turismo".
Descripción de los escenarios futuros
Godet, citado en Perilla y González (2017, p. 5), plantea que un escenario es "un conjunto formado por la descripción de una acción futura y un camino de acontecimientos que permiten pasar de una situación original a otra futura".
En el presente epígrafe, se muestran los resultados obtenidos en la investigación, por lo que se puntualizan en los hechos científicos resultantes del análisis situacional sobre el Turismo Rural, se resumen con el instrumento DAFO que se expuso anteriormente, lo cual permitió listar una serie de eventos esenciales derivados de dicho análisis. Luego, se procedió a trabajar con los tres escenarios descriptivos que determinaron la ubicación de los eventos (Tabla 2).
Los valores concedidos reflejan una visión positiva y optimista frente a la posible ocurrencia de los eventos previamente listados, no obstante, no constituyen elementos suficientes como para que este análisis permita observar la interrelación entre los mismos. Es muy probable que el Turismo Rural en el país se convierta en una alternativa de desarrollo turístico y socioeconómico para los territorios rurales cubanos, siempre y cuando ocurran los eventos de carácter político-legal. El Mintur debe mantener una actitud abierta a estudiar y aprobar actividades que contribuyan a la diferenciación y diversificación de la oferta turística cubana, siempre que cumpla con los requisitos legales establecidos, sea respetuoso con el medio natural y cumplan los estándares de calidad determinados.
La exploración de las incertidumbres fundamentales, por un lado, y de las tendencias seguras por otro, son clave en el proceso, donde resulta importante identificar los factores que promueven o inhiben el cambio. Con esto se trata de que los que toman decisiones consideren una gama amplia de estrategias para afrontar numerosas circunstancias futuras posibles.
No. | Eventos | Escenarios | ||
---|---|---|---|---|
Tendencial | Referencial | Encuadramiento | ||
1 | Integración y cooperación mutua de todos los actores claves que participan en el desarrollo de la actividad turística rural del país. | Es Importante | Bastante Probable | De 2 A 3 Años |
2 | Proposición del esquema legal que ampara y suscita el desarrollo de actividades en el medio rural. | Es Muy Importante | Bastante Probable | Dentro De 1 Año |
3 | Ascenso en las preferencias y motivaciones turísticas que aporten sensaciones de aislamiento y seguridad, asociadas a las actividades del medio natural y rural por descenso en el turismo de masas. | Es Muy Importante | Bastante Probable | Está Ocurriendo |
4 | Implementación de políticas que incentiven al desarrollo del turismo rural como elemento diversificador de la oferta turística del país. | Es Muy Importante | Bastante Probable | De 1 A 2 Años |
5 | Determinación del producto turístico integral rural como propuesta de oferta turística con los servicios y recursos/atractivos que la integran. | Es Muy Importante | Seguro Que Ocurrirá | Dentro De 1 Año |
6 | Prevalencia mundial del turismo interno y de la inclinación por los viajes de corta duración, elementos característicos del turismo rural. | Es Importante | Puede Ocurrir | De 2 A 3años |
7 | Definición de los estándares de calidad de la oferta turística rural en el territorio como actividad que garantiza un servicio personalizado. | Es Importante | Bastante Probable | De 2 A 3 Años |
8 | Aparición de productos sustitutos del Turismo Rural que pudieran generar mayor interés en los viajeros internacionales POST-COVID-19. | Indiferente | Poco Probable | Dentro De 3 Años O Más |
9 | Contracción de los arribos y del flujo turístico internacional en general como consecuencia de la crisis sanitaria actual provocada por la pandemia de la COVID-19. | Es Muy Importante | Seguro Que Ocurrirá | Está Ocurriendo |
10 | Aprobación y puesta en práctica de las leyes y normativas que rigen el desarrollo de la actividad turística rural en Cuba. | Es Muy Importante | Bastante Probable | De 2 A 3 Años |
11 | Reconocimiento internacional de Cuba como un destino seguro, por la eficiencia de su sistema de salud en la lucha contra la COVID-19, poseedora de un candidato vacunal autóctono (Soberana-01). | Es Importante | Bastante Probable | Dentro De 1 Año |
12 | Surgimiento de eventos y sucesos negativos en el patrimonio rural y natural en general, como consecuencia de la actividad devastadora del hombre y el cambio climático. | Es Importante | Bastante Probable | Está Ocurriendo |
13 | Aumento del interés de los pobladores de localidades rurales en aprovechar el turismo rural como incentivo de desarrollo local y como actividad complementaria de la producción agrícola y pecuaria. | Es Importante | Bastante Probable | Está Ocurriendo |
14 | Incremento del turismo interno por los segmentos de demanda de tipologías turísticas asociadas a la naturaleza y el medio rural. | Es Importante | Puede Ocurrir | De 2 a 3 Años |
Fuente: Elaboración propia
Según la elección del horizonte temporal y espacial, se trató de elegir el período considerado como presente o futuro, según el dinamismo del sector turístico, por lo que se estimó como corto plazo 1 año, medio al espacio comprendido entre 2 y 3 años y el largo plazo dentro de tres años o más.
A partir de los escenarios analizados, se puede concluir que, en el Turismo Rural confluyen una serie de circunstancias que pueden facilitar que los efectos de esta crisis sean minimizados con respecto a otros sectores y que la vuelta a la nueva normalidad sea más acelerada. Ante esta situación, es destacable su carácter de producto para minorías, con su imagen de espacios abiertos y la poca aglomeración que aporta el mismo, su situación de alternativa de proximidad y su vinculación a valores de respeto y conservación de la naturaleza.
Es el contexto actual y el inmediato POST-COVID-19 un buen momento para replantear el diálogo rural-urbano, que es tan necesario, no solo ya desde el punto de vista del turismo, sino para el futuro del conjunto de los territorios rurales que, hasta el momento, no visualizaban fórmulas desde el enfoque endógeno del desarrollo que les generara acciones, estrategias y proyectos, verdaderos impulsores del desarrollo local.
Esta situación le puede conferir no solo una ventaja a la hora de superar, con una mayor celeridad la salida de la crisis, sino también, una oportunidad de reposicionamiento en el mercado. De igual manera, es oportuno propiciar la integración entre las comunidades y las instituciones públicas y privadas vinculadas al turismo, con el fin de facilitar procesos de comprensión y generar alianzas estratégicas que permitan mejorar los servicios ofrecidos a los turistas.
Por su parte, el estado juega un papel fundamental en el desarrollo local, por lo que resulta conveniente obtener mayor atención por parte de las autoridades para que apoyen y motiven la creación de nuevos proyectos a pequeña escala que propicien el desarrollo turístico en las comunidades rurales.