¿Por qué ALCANCE dedica un número especial al periodismo cubano? ¿Por qué lo nombra Periodismo cubano en nuevos escenarios: incertidumbres y certezas?
Las respuestas están en los ya 60 años de Revolución, en sus complejidades, en las enormes aspiraciones compartidas, los errores, y en la probada voluntad de no dejar de pensar y hacer, aun cuando muchas veces el horizonte parecía inalcanzable.
Hoy el escenario es doblemente complejo, pero con un gran potencial creativo, una voluntad de experimentación y una esperanza de querer terminar finalmente con el inmovilismo que casi nos hizo desconocer -y ¿desconocernos?- por años la Revolución que nació a ritmo de tambor y supo articular el norte con el sur y el este con el oeste, sin dejar de ser ella misma. Como el país, la comunicación y el periodismo entran -parece que definitivamente- en una nueva etapa.
El X Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) fue celebrado en La Habana en julio pasado, cuando se cumplieron los 55 años de la organización. Partió de un amplio movimiento de intercambio gremial en torno al modelo cubano de prensa socialista en el contexto de las transformaciones económicas y sociales del país, que en sus documentos programáticos reconocen la pertinencia de transformar la gestión de la prensa e incentivar a través de la participación democrática, el control popular efectivo.
Por otro lado, asistimos por primera vez en la historia de Cuba a la aprobación de una política de comunicación social que en su aparato regulatorio dará cuerpo a los alcances del ejercicio del periodismo y la comunicación en el país, viejo anhelo periodístico y una urgencia ante el profundo cambio de los ecosistemas mediático y tecnológico, de las demandas socioeconómicas y culturales de la Isla. Sin embargo, no quiere esto decir que ya todo esté resuelto, hace apenas unos meses la prestigiosa periodista cubana y vicepresidenta de la UPEC, Rosa Miriam Elizalde, alertaba al respecto que:
(…) el hecho de que tengamos política de comunicación no significa que todos nuestros problemas en el ámbito de la comunicación y la prensa se van a resolver de la noche a la mañana, otras políticas tampoco lo han hecho; pero el hecho de que ya tengamos ese instrumento legal en las manos es muy importante y un paso que hay que seguir acompañando (Elizalde, 2018).
Lo cierto es que el último encuentro de periodistas puso en agenda algunos temas inéditos y otros veteranos. Y por primera vez, según el consenso colectivo, dejó ver una luz en el horizonte aun cuando se reconoce que el camino está por comenzar.
En la cita se plantearon elementos sobre la gestión de los medios en Cuba (otro de los contenidos medulares a decidir), que abarcan desde posibles nuevas formas de propiedad, modelos de financiamiento e infraestructura tecnológica que pueden significar cambios radicales respecto al actual desempeño; sin que ello signifique la renuncia a su sentido de servicio público y acompañamiento al proyecto socialista de la Revolución Cubana.
El X Congreso de la UPEC dejó proyecciones de trabajo que sintetizó en seis ejes estratégicos: un primer eje, concebido como La UPEC en tiempos de la actualización del modelo socialista cubano, y apoyado en un proyecto de socialización de la informática, los contenidos digitales, la innovación y la colaboración en redes del sistema institucional de la organización periodística. Un segundo, que atiende a la superación y un tercero a la socialización del conocimiento y de las buenas prácticas profesionales a nivel nacional e internacional. Un cuarto eje de carácter estratégico denominado Por una cultura de la comunicación, que concibe el apoyo a la implementación de la política comunicacional. Un quinto que se plantea el cambio en los modelos de gestión económica que configure alternativas para la sostenibilidad y el desarrollo de las organizaciones mediáticas y sus profesionales. Y un sexto eje, también estratégico, dirigido a la ética de la profesión (Cubaperiodistas, 2018).
El presidente cubano Miguel Díaz-Canel concluiría el cónclave dando un espaldarazo a los principales debates realizados, principalmente en torno a la política de comunicación, que calificó como:
(…) documento que define, por fin, como un derecho ciudadano y como bien público, el acceso a la información, la comunicación y el conocimiento; que otorga la mayor autoridad a los directivos de la prensa; que transversaliza a la sociedad y establece obligaciones en ese sentido para instituciones, organismos, autoridades; que defiende los valores y símbolos de la nación y ordena el respeto a la diversidad que somos. Que declara a la comunicación como recurso estratégico de la dirección del Estado y el Gobierno y define el carácter público de los servicios de radiodifusión y comunicación y reconoce solo dos tipos de propiedad para los medios de comunicación masiva: la estatal y la social (Díaz-Canel en Cubaperiodistas, 2018).
A partir de las decisivas jornadas allí vividas y de su significación de cara al futuro del gremio, ALCANCE ha querido dedicar este número especial al periodismo cubano; un número que ha sido pensado desde tres perspectivas temáticas de medular importancia:
El periodista que somos: entre el ser y el deber ser.
Las organizaciones donde trabajan los periodistas.
El ecosistema mediático cubano actual.
Ello hace transitar a nuestro número por varios artículos que abordan la formación de los futuros profesionales desde el análisis a los planes de estudio, en implementación hoy en las carreras de periodismo de toda la Isla; las experimentaciones en los sistemas de aprendizaje y las trayectorias profesionales de los graduados de periodismo en la Universidad de La Habana. Para luego orientar la mirada al ámbito de las organizaciones mediáticas y allí puntualizar elementos distintivos de una cultura profesional y gremial, así como nuevos retos a asumir en el ejercicio del periodismo.
Cabe destacar en ese sentido, la presencia de un artículo que analiza la cultura organizacional del periódico Guerrillero en la provincia más occidental de la Isla, Pinar del Río. Un texto que propone desde el estudio de un caso único, un enfoque sobre la profesión que también puede encontrarse -aunque ahora de carácter sistémico-, en otros de los trabajos incluidos en el número, que alude al habitus periodístico visto desde el funcionamiento de los medios, a partir del diagnóstico de elementos que permiten analizarlo en las prácticas comunicativas institucionales.
Asimismo ALCANCE profundiza en las desarticulaciones con que son usualmente tratados en los medios cubanos los temas de fecundidad, género y comunicación, e incluye otros dos artículos que examinan el impacto de las TICs en la prensa cubana y los retos/transformaciones que ello implica, uno desde la radio y otro desde el periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba.
Se destaca también en el número, la entrevista El periodismo cubano está signado por una concepción deformada de su hacer en la Revolución, realizada al anterior presidente de la UPEC Antonio Moltó, quien falleciera en 2017 siendo un referente de la profesión en la Isla, por su fecundidad de pensamiento y acción. Además de una reseña sobre el libro de Juan Marrero, Dos siglos de Periodismo en Cuba. Momentos, hechos y rostros, recién publicado en el marco del X Congreso de la UPEC; Libro que recopila en una sistematización sin dudas extraordinaria, la historia del ejercicio periodístico en la Isla.
La ubicación de esta reseña dentro del número es tan oportuna, que no solo arroja luces sobre un texto de reciente factura, sino que por otra parte sirve de preámbulo a la sección Panel de discusión, donde colegas de varias generaciones y de todo el país, debaten desde sus concepciones políticas, profesionales y éticas, los retos del periodismo cubano y las probables perspectivas de la política de comunicación recién aprobada, en coherencia con el modelo soñado y la historia de los profesionales de la prensa en seis décadas de Revolución.
Fiel a su tónica inicial de no solo analizar certezas, sino de también posicionar desde múltiples miradas y autores los desafíos relativos al escenario mediático nacional, este número de ALCANCE presenta de modo especial el texto Destello en el agujero negro del marxismo occidental: comentarios breves para pensar el contexto de los medios cubanos. Un artículo del actual Presidente de la UPEC, recién electo en el cónclave de la organización, Ricardo Ronquillo, quien a partir del diálogo con varios referentes bibliográficos de la Economía Política de la Comunicación y del marxismo, sitúa en el horizonte de los debates gremiales la posibilidad de nuevos enfoques en torno a la gestión de los medios y la asunción de prácticas que tributen a una alternativa de producción comunicativa y cultural autóctona, que sin abandonar los principios y esencias socialistas, dialogue en algún punto con los derroteros contemporáneo de las industrias culturales en el mundo.
Así concluye la propuesta de un nuevo número en la revista, pensado desde la multiplicidad de enfoques y de voces, y desde el compromiso para con el periodismo. Un compendio de artículos que basados en el interés común de seguir conociendo los rasgos, virtudes y entresijos asociados al ejercicio de la profesión en Cuba, también apuesta por la transformación oportuna que garantice en los nuevos entornos de la comunicación, la emergencia de prácticas profesionales capaces de generar consensos y de mantenerse en todo momento a la altura de sus ciudadanos, de su tiempo y sobre todo del país que se construye.