INTRODUCCIÓN
A nivel mundial, y específicamente en Latinoamérica, en las últimas dos décadas se han multiplicado las escuelas de Medicina Humana -India reporta el mayor número a nivel global,1 mientras que, en la región, Brasil tiene más de 150-.2) En el año 2000 en el Perú había 17 escuelas de Medicina Humana,3 en 2010 el censo nacional universitario informó sobre 33 facultades,4 y datos de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU) indicaron la existencia, en 2016, de 48 escuelas,5 que aumentaron a 57 en 2017.6 Lambayeque cuenta con 5 escuelas de Medicina Humana, lo que la convierte en la segunda región con más centros educacionales a nivel nacional.5 Este aumento conlleva a una mayor población estudiantil que utilizará los centros hospitalarios como sus sedes de prácticas.
En el Perú, a pesar de que ha habido un crecimiento en la construcción de nuevos hospitales para la demanda de la población asegurada, esta no ha sido cubierta.7 Ante tal situación se recomienda realizar un análisis crítico de las características del profesional médico formado en las distintas escuelas y saber cuál es su nivel de satisfacción en el proceso de aprendizaje práctico hospitalario.
La satisfacción del estudiante se describe como un elemento clave en la valoración de la calidad de la educación; por ende, uno de los grandes desafíos de la educación superior es, sin duda, el mejoramiento de la calidad de los sistemas educativos. De este modo, hablar de calidad supone un tema prioritario en nuestro medio en la actualidad.8
La carrera Medicina Humana resulta la más larga del pregrado en el Perú, en la cual se imparten cursos teóricos y prácticos: en los últimos años de la carrera, la práctica asume un papel muy importante en el desarrollo profesional. Las asignaturas con campo clínico hospitalario, de acuerdo con las tendencias actuales, se orientan a conformar unidades integradas de conocimiento, que articulen los conocimientos básicos adquiridos en la etapa preclínica, lo que permite al estudiante diagnosticar y manejar las principales patologías. El estudiante debe desarrollar habilidades y destrezas propias de la exploración clínica, así como la toma de decisiones y acciones terapéuticas.9
Cada universidad a nivel nacional tiene su propia malla curricular, pero con el mismo fin de formar profesionales de calidad;10 en el caso de la carrera de Medicina Humana de la Universidad de San Martín de Porres-Filial Norte, las asignaturas de campo clínico hospitalario se desarrollan durante el 4to, el 5to y el 6to años de estudios, cuyas prácticas se llevan a cabo en los diferentes hospitales de la región Lambayeque, que tienen convenio con la universidad, durante las semanas que dure el ciclo académico.
Las prácticas hospitalarias se realizan en consultorios externos, salas de hospitalización y servicios de emergencias. Para este fin se forman grupos que varían de acuerdo con el número de estudiantes y docentes. Al constituir el estudiante un elemento básico dentro del proceso evaluativo, es relevante conocer su opinión acerca de la enseñanza práctica que está recibiendo, lo cual concuerda con las afirmaciones de algunos investigadores del campo educativo, que señalan esta opinión como uno de los indicadores más importantes para medir la efectividad de la enseñanza.11
Por lo anterior, el presente estudio se planteó el objetivo de identificar el grado de satisfacción acerca de las prácticas hospitalarias en los estudiantes de Medicina Humana de la universidad privada del Perú San Martín de Porres, Chiclayo, en 2016.
MÉTODOS
Estudio no experimental, observacional, descriptivo y transversal, realizado a estudiantes de Medicina Humana de Ciencias clínicas en la universidad privada peruana San Martín de Porres, en 2016.
La población objeto de estudio estuvo conformada por todo el marco muestral, correspondiente a estudiantes de 4to, 5to y 6to años de estudio de la Facultad de Medicina Humana.
Se incluyeron aquellos estudiantes matriculados en el semestre académico 2016-II, que hubieran cursado, por lo menos, un ciclo académico de Ciencias clínicas en la Facultad de Medicina Humana-Filial Norte; y se excluyó a aquellos que no se encontraban presentes durante la aplicación del cuestionario. Se obtuvieron 146 estudiantes evaluables para la presente investigación.
El instrumento utilizado fue el cuestionario validado: “Escala de satisfacción de prácticas clínicas hospitalarias”, constituido por 19 enunciados. La codificación se realizó mediante una escala de Likert (1 = muy insatisfecho, 2 = insatisfecho, 3 = indiferente, 4 = satisfecho y 5 = muy satisfecho), el cuestionario contó con 3 dimensiones: Planeamiento, compuesta por 4 preguntas; Ejecución, por 8; y Evaluación, por 7. La confiabilidad se calculó a partir del coeficiente alfa de Cronbach, con el que se obtuvo un 0,933.12
Se captó a los estudiantes de cada año de estudios durante las clases teóricas desarrolladas en la ciudad universitaria; se les explicó verbalmente la razón de la investigación; y, en el caso de que estuviesen de acuerdo con participar, se les entregó el consentimiento informado para la posterior firma, junto con el cuestionario. La información obtenida en el cuestionario fue anónima y se mantuvo confidencial bajo un sistema de codificación numérica. Todo previa aprobación y permiso de la Unidad de Tesis de la Facultad de Medicina Humana de la Universidad de San Martín de Porres-Filial Norte. Además se contó con la aprobación del Comité de Ética e Investigación del Hospital Nacional “Almanzor Aguinaga Asenjo”-HNAAA.
La información recolectada mediante el cuestionario se consignó en una base de datos de Microsoft Office Excel 2013 y se procesó en el mismo programa. Las variables estudiadas se analizaron con medidas de tipo descriptivo como frecuencias y porcentajes, para las variables cualitativas, y medidas de tendencia central y de dispersión para las variables cuantitativas (Fig. 1).
RESULTADOS
Se encuestó a un total de 146 estudiantes de Medicina Humana de Ciencias clínicas de la Universidad de San Martín de Porres-Filial Norte.
Con relación a la satisfacción general, el 50 % (73 alumnos) osciló de “satisfechos” a “muy satisfechos” con el planeamiento, la ejecución y la evaluación de las prácticas hospitalarias, mientras que el otro 50 % se ubicó en el grupo de “indiferentes” hasta “insatisfechos” (Fig. 2).
El 70,5 % de los estudiantes fueron de 4to y 5to año. Los de sexo femenino representaron la mayoría. La media del total resultó de 23 ± 2,1 años, con los estudiantes de ≤ 23 años en representación de 2/3 de la población (tabla 1).
El 53, 8 % de los estudiantes de 4to año, el 48,1 % de 5to y 46,6 % de 6to se encontraron desde “satisfechos” hasta “muy satisfechos”. El 53,4 % de los del sexo masculino se mostraron en el rango de “satisfechos” a “muy satisfechos”, en comparación con los del sexo femenino, donde solo el 46, 2 % se hallaban entre “satisfechos” y “muy satisfechos” (tabla 2).
El análisis por dimensiones del grado de satisfacción mostró que en la dimensión planeamiento solo 66 estudiantes (45,2 %) estuvieron de “satisfechos” a “muy satisfechos”; mientras que la dimensión ejecución mostró 89 estudiantes (61,0 %) y en la dimensión evaluación, 99 estudiantes (67,8 %) estuvieron de “satisfechos” a “muy satisfechos” (tabla 3).
DISCUSIÓN
En la presente investigación los estudiantes de Medicina Humana de Ciencias clínicas de la Universidad de San Martín de Porres-Filial Norte se encuentran satisfechos con las prácticas hospitalarias; estos resultados son similares a los encontrados por Martínez,13 en un estudio donde se midió la satisfacción de los alumnos con las prácticas clínicas de Reumatología. Sin embargo, quedó mencionar que se encontró una importante proporción de estudiantes indiferentes, lo que contrastó con el 13,83 % de aquellos, también indiferentes, encontrados en el estudio de Hilasaca y colaboradores;12 esto podría deberse a que en nuestro estudio la satisfacción se midió de forma general, lo que representó un consolidado global de todas las asignaturas que llevaron los alumnos en su ciclo de estudios.
Según lo encontrado en los participantes, a nivel general y en la dimensión ejecución, estuvieron satisfechos con las prácticas hospitalarias realizadas dentro de un marco de respeto entre todos los integrantes de la práctica. Esto se relaciona con el código de ética y de ontología del colegio médico del Perú que dicta: “El médico debe respetar y buscar los medios más apropiados para asegurar el respeto de los derechos del paciente”;14 la satisfacción obtenida podría deberse a que en la actualidad la enseñanza en las escuelas de Medicina de cursos como Ética médica, han hecho que los estudiantes tomen en cuenta la parte humana y el respeto hacia los pacientes, como un punto muy importante en su formación profesional.12,13
Por otro lado, la mayor insatisfacción estuvo relacionada con la duración de las prácticas clínicas. Esto concuerda con los resultados descritos por Hilasaca y colaboradores,12 que consideraron que el tiempo de prácticas clínicas fue insuficiente. La insatisfacción podría deberse a que muchas veces el tiempo asignado a cada rotación es muy corto para el aprendizaje de las competencias, y además este se ve afectado por situaciones internas o externas al centro hospitalario, que dificultan una buena práctica.14,15 16,17,18
Según nuestros resultados, la satisfacción de los estudiantes con las prácticas hospitalarias con respecto a las dimensiones planeamiento, evaluación y ejecución, oscila desde “satisfechos” hasta “muy satisfechos”, lo que es similar a lo encontrado por Hilasaca y colaboradores12 en su análisis por dimensiones.
En la dimensión planeamiento los alumnos se encontraron “satisfechos”, sobre todo con las prácticas que proporcionan información científica actualizada y relevante, pero insatisfechos con el número de estudiantes por docente en la práctica; esto se debe a que hay rotaciones hospitalarias donde el mayor número de estudiantes dificulta la realización de una correcta práctica y limita las oportunidades de desarrollar ciertas competencias, lo que podría deberse también al aumento de los estudiantes y de las escuelas de Medicina, que no están creciendo a la par con los centros hospitalarios, las sedes de la prácticas clínicas y el número de docentes capacitados para la enseñanza práctica.7
En la dimensión evaluación los participantes estuvieron “satisfechos” con las prácticas hospitalarias donde se mejora el proceso enseñanza-aprendizaje, y con los docentes que aceptan consultas e inquietudes fuera del horario de prácticas. El caso contrario se halla “poco satisfechos” con las notas de evaluación que les asignaron, las cuales no reflejan su esfuerzo. Esto podría deberse a que durante las prácticas hospitalarias hay docentes que no explican las competencias a evaluar y el estudiante cuando ve su récord de notas piensa no haber recibido la calificación adecuada con respecto a su desenvolvimiento en la práctica.
Hay que resaltar que un estudio de satisfacción sobre las prácticas hospitalarias en una escuela de Medicina nos muestra una visión de cómo se están sintiendo los estudiantes con la enseñanza que les brinda la universidad, ya que un médico debe ser un profesional con habilidades teóricas y, sobre todo, prácticas, como lo dicen Estigarribia y colaboradores,19 los cuales mencionan que el tipo de práctica considerada con mayor valor para su formación como médicos generales, resultó la práctica con pacientes.
En este estudio se identificó el grado de satisfacción de forma general, por lo que podría haber asignaturas donde este sería mayor o menor al encontrado.
Los estudiantes de Medicina Humana de Ciencias clínicas de la universidad privada del Perú (2016), se encontraron en mayor porcentaje satisfechos con las prácticas hospitalarias. Aquellos pertenecientes al sexo masculino, los menores e igual a 23 años y los de 4to año de estudios, fueron los más satisfechos con las prácticas hospitalarias.
El grado de satisfacción de los estudiantes de Medicina Humana con las prácticas hospitalarias en las dimensiones planeamiento, ejecución y evaluación resultó de desde “satisfecho” hasta “muy satisfecho”. Finalmente, se encontró un importante porcentaje en estudiantes indiferentes a las prácticas hospitalarias.
Recomendaciones
Resulta interesante investigar sobre la satisfacción del estudiante, pero según cada asignatura, ya que esto daría una visión más exacta de dónde se está fallando en el desarrollo de las prácticas hospitalarias.
El monitoreo de las prácticas hospitalarias en los centros donde la universidad tiene convenio podría ayudar a lograr su correcto desarrollo, al disminuir el alto porcentaje de estudiantes indiferentes.
La admisión de un número menor de estudiantes en las escuelas de Medicina debería ser un tema a considerar si no hay la suficiente oferta de sedes hospitalarias que respalden un adecuado desarrollo de las prácticas.