Introducción
El consumo de drogas es tan antiguo como la historia de la humanidad. Se han utilizado con fines diversos: en ceremonias religiosas y enterramientos, como parte de festejos y en muchas ocasiones para el mitigar estados de tensión, tristezas y ansiedad. (1
Sin embargo, deviene como problema social cuando se comenzaron a utilizar como vía para la obtención de placer. De esta manera algunas de estas sustancias fueron admitidas socialmente e incluso incorporadas al estilo de vida de la sociedad, por ejemplo, el uso de café y tabaco.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como droga a toda sustancia que, introducida en un organismo vivo puede alterar la estructura o modificar una o más de sus funciones. 2
La conducta reiterativa y compulsiva de abuso de una droga que determina una intoxicación periódica o crónica se define en la décima clasificación de las enfermedades con el término de drogadicción. (3
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, en la edición actual resulta más abarcador porque excluye este término y utiliza la denominación de Trastorno por abuso de sustancias para definir los diferentes grados que tal conducta entraña y considera además la ludopatía como una adicción plena lo cual implica la creación de un espacio para la inclusión de otras adicciones comportamentales. (4
Según datos ofrecidos por la OMS, referidos solo al alcohol como problema de salud en el mundo cada año mueren aproximadamente 3,3 millones de personas por consumo abusivo, lo que equivale a 5.9% de las defunciones de forma global. Además, ocasiona pérdidas sociales y económicas significativas, discapacidad y trastornos mentales graves. (5
Las adicciones constituyen a nivel mundial un importante problema de salud con repercusiones negativas en el ámbito personal, familiar, social y económico del consumidor. Los adolescentes son identificados como uno de los grupos más vulnerables en relación al consumo. Entre los factores de riesgo que lo hacen vulnerable se citan las actitudes personales, la sensación de invulnerabilidad, la inmadurez de su personalidad; la necesidad de independencia y autonomía, de reconocimiento social y del grupo de coetáneos. (6,7
En la comunidad El Tejar la población adolescente es considerable. El consumo de alcohol ha sido aceptado e incorporado al estilo de vida de gran número de sus habitantes, lo cual ha determinado la existencia de un número considerable de casos de alcoholismo y en menor medida de tabaquismo, por lo que resulta necesario identificar el nivel de conocimientos de los adolescentes en relación a la conducta adictiva en función de brindarles mayor información que les permita adoptar una actitud consciente ante el consumo de estas sustancias.
Sobre la base de las anteriores consideraciones se propone como objetivo del presente trabajo, determinar el nivel de conocimientos de los adolescentes en relación a las adicciones.
Método
Se realizó un estudio descriptivo con el objetivo de determinar el nivel de conocimientos sobre las adicciones en la población adolescente del Consultorio Médico # 22, El Tejar; perteneciente al Policlínico Jimmy Hirzel, Bayamo, provincia Granma. Para el desarrollo de la investigación se utilizó un sistema de métodos teóricos, empíricos y procedimientos estadísticos.
Los métodos teóricos que se aplicaron fueron:
Análisis y síntesis
En la revisión bibliográfica relacionada con la adolescencia y la conducta adictiva, para determinar el marco teórico, así como definir las conclusiones y recomendaciones.
Inducción-deducción
Permitió el análisis y procesamiento de los resultados obtenidos y la elaboración de conclusiones y recomendaciones.
Histórico lógico
Se empleó para conocer los antecedentes del problema, su comportamiento, así como las diferentes concepciones en la evolución histórica, que permitió conformar el marco teórico-referencial y la solución teórica del problema científico.
Los métodos empíricos empleados fueron:
Encuesta: se aplicó un cuestionario, diseñado por la autora, para determinar el nivel de conocimientos acerca del tema. Estuvo integrada por siete preguntas cerradas.
El universo lo conformaron 217 pacientes adolescentes dispensarizados en el consultorio. La muestra la constituyeron 93 adolescentes según los siguientes criterios:
Criterios de inclusión:
Edad entre 10 años y 18 años 11 meses y 29 días.
Consentimiento de padres y/o tutores de los/las adolescentes para su participación en la investigación.
Voluntariedad de los/las adolescentes para formar parte del estudio.
Intelecto normal.
Ausencia de enfermedades psiquiátricas.
Criterios de exclusión:
Adolescente que manifestó su deseo de no participar en la investigación.
Padres y/o tutores que no manifestaron su consentimiento para la participación del adolescente en el estudio.
Diagnóstico de discapacidad intelectual.
Presencia de enfermedades psiquiátricas.
Previa identificación del equipo de trabajo se explicó a padres y adolescentes el objetivo de la investigación y se les solicitó el consentimiento informado.
La recolección y procesamiento de la información se realizó mediante la confección de una base de datos en Excel XP y el procesador de textos Word XP. La información resumida se representó en tablas. Se utilizaron números absolutos y porcientos. La discusión de los resultados obtenidos facilitó obtener conclusiones y recomendaciones en la investigación.
Resultados
La tabla 1 muestra que la mayoría de los adolescentes encuestados se ubicó en el grupo etáreo de 10 a 14 años (64.5%) con predominio del sexo masculino. Los estudiantes representaron 91.5%.
En la tabla 2 se evidencia que 83.9% de los encuestados tenia conocimientos insuficientes sobre el efecto depresor de las mismas, mientras 62.4% y 48.4% no conocía de la acción distorsionante y estimulante de las drogas respectivamente.
Efectos sobre las funciones psíquicas | Conocimiento adecuado | Conocimiento insuficiente | |||
---|---|---|---|---|---|
No | % | No | % | ||
Estimulantes | 48 | 51,6 | 45 | 48,4 | |
Distorsionantes de la realidad | 35 | 37,6 | 58 | 62,4 | |
Depresoras | 15 | 16,1 | 78 | 83,9 |
La tabla 3 revela que 73.2% de los sujetos estudiados desconoce que el uso frecuente de cantidades moderadas de algún tipo de droga es una manifestación de tal conducta. Además, 63.4% omite que la ingestión de alcohol facilita el consumo de otras sustancias. Por otra parte, 62.4% excluye el consumo de café y cigarros como toxicomanías. De igual forma 73.2% no valora el consumo de sustancias como una enfermedad.
Definición de la conducta adictiva | Conocimiento adecuado | Conocimiento insuficiente | |||
---|---|---|---|---|---|
No | % | No | % | ||
Ante diversos y frecuentes estímulos pero sin regularidad en el tiempo | 39 | 42 | 54 | 58 | |
No puede controlar el deseo de consumir algún tipo de droga. | 48 | 51,6 | 45 | 48,4 | |
Uso frecuente de cantidades moderadas y marcada repercusión social | 25 | 26,8 | 68 | 73,2 | |
Generalmente el que consume alcohol, con el tiempo consume otras drogas. | 34 | 36,6 | 59 | 63,4 | |
La dependencia a las drogas es una enfermedad | 25 | 26,8 | 68 | 73,2 | |
El café constituye una adicción | 35 | 37,6 | 58 | 62,4 | |
Por lo general el que consume algún tipo de droga se margina socialmente. | 48 | 51,6 | 45 | 48,4 | |
El que fuma se considera drogodependiente. | 35 | 37,6 | 58 | 62,4 |
La tabla 4 corrobora que 62.4% de los encuestados desconoce que el consumo de drogas puede ocasionar accidentes fatales, el abandono de la familia, los estudios y el trabajo, aumenta el riesgo de embarazos no deseados y de enfermedades de transmisión sexual (63.4%) así como la transgresión de la ley con conductas inadecuadas (63.4%).
Consecuencias del consumo de drogas | Adecuado | Insuficiente | |||
---|---|---|---|---|---|
No | % | No | % | ||
Pone en riesgo su salud y su integridad física y moral. | 39 | 42 | 54 | 58 | |
Afectan el aprendizaje y rendimiento académico | 48 | 51,6 | 45 | 48,4 | |
Puede ocasionar accidentes fatales. | 35 | 37,6 | 58 | 62,4 | |
Embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual | 34 | 36,6 | 59 | 63,4 | |
Perdida de relaciones de familiares y amigos | 48 | 51,6 | 45 | 48,4 | |
Abandono de la familia, los estudios y el trabajo. | 35 | 37,6 | 58 | 62,4 | |
Transgreden la ley con conductas inapropiadas | 34 | 36,6 | 59 | 63,4 |
Discusión
Los resultados obtenidos plantean la reflexión y evaluación de un problema de salud que a pesar de los esfuerzos por disminuir muestra cada día una tendencia creciente.
Respecto a las variables sexo y edad, estos resultados coinciden con los encontrados por Pons, 8 en los cuales predominó el sexo masculino.
La edad es considerada un factor de riesgo importante en relación a la conducta adictiva. La adolescencia es una etapa de crecimiento no solo físico sino cognitivo, emocional y social en la cual el adolescente debe definir su identidad. Como parte de este proceso, los adolescentes consideran la transgresión como un paso necesario hacia la autonomía que por lo general determina la adopción de conductas de riesgo como son el consumo de alcohol, tabaco u otras drogas.
Algunos autores han precisado que la edad de comienzo en relación al consumo de sustancias toxicas desciende a nivel mundial, por lo que es necesario prevenirlo y controlarlo a tiempo como se hace con las más graves y mortíferas enfermedades. (9
En relación al conocimiento de los adolescentes sobre el concepto de droga definidos desde sus efectos sobre las funciones psíquicas y la clasificación en legales e ilegales, se evidencia que la mayoría de los encuestados tiene conocimientos insuficientes sobre el efecto depresor de las mismas. Los efectos que con mayor frecuencia identificaron estuvieron relacionados al desarrollo del rendimiento sexual y al desempeño en la práctica de deporte al considerar que aumentaba el rendimiento físico.
Casi todos los encuestados identificaron como droga legal al café, sin embargo, no incluyeron al tabaco ni al alcohol como parte de este grupo. La autora considera que en primera instancia este resultado está en correspondencia con el número elevado de casos de alcoholismo y en menor medida de tabaquismo en la comunidad donde se desarrollan los adolescentes. Por otra parte, el consumo de alcohol ha sido culturalmente aceptado e incorporado a la vida de gran número de habitantes del lugar.
En relación a las drogas consideradas ilegales, casi todos mencionaron sustancias adictivas como la cocaína, la morfina, los psicofármacos, el clarín entre otras. No obstante, no identificaron otras sustancias que producen dependencia como los disolventes y pegamentos plásticos.
Licea reporta en su investigación 60 % de los sujetos estudiados ingería alcohol y no aceptaron el carácter depresor de esta sustancia; lo asociaron a un mejor desempeño de su comportamiento sexual. Refiere, además de los varones encuestados ,85% plantea que una condición que no debe faltar en sus actividades sociales es la presencia de bebidas alcohólicas, la cual consideran una vía de aceptación en el grupo, junto con el hábito de fumar. Desconocen que el alcoholismo es una enfermedad. 10
En relación a la definición de dependencia a las drogas los adolescentes objeto de estudio no valoraron que la ingestión frecuente de cantidades moderadas de una sustancia adictiva que determina inadecuado comportamiento social constituye una manifestación de esta conducta. Además, no consideraron este comportamiento como una enfermedad.
El consumo reiterado de alcohol como un factor de riesgo para el desarrollo de otras toxicomanías no resultó valorado por 63.4% de los adolescentes. De la misma forma 62.4 % no consideró el consumo de tabaco como una adicción.
En un estudio realizado en un grupo de adolescentes en riesgo de adicciones, Muro encontró que existía 81,8% de conocimientos inadecuados sobre el concepto de alcohólico. Además, sobre el concepto de adicto al tabaco se comprobó al aplicar la encuesta que solo 27.7 % conocía sobre esta conceptualización. (11
A pesar de la amplia labor educativa de los medios de difusión masiva aún persisten conceptos erróneos. Por ejemplo, en relación al alcoholismo, muchos de los adolescentes no la consideran como una enfermedad crónica y no tienen nociones de las condiciones que propiciaron su desarrollo.
En ocasiones estos conceptos se forman en el propio proceso de formación de niños y adolescentes tanto en el hogar como en la comunidad. Esta realidad favorece que jóvenes y adolescentes inicien el consumo de sustancias; por lo general alcohol, sin tener en cuenta que el consumo progresivo los lleva a la tolerancia y dependencia hasta que resulta imposible vivir sin el tóxico. 12
El conocimiento sobre las consecuencias de las adicciones resultó inadecuado en más de la mitad de los adolescentes que no consideraron la concepción de embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual como resultados que tal conducta entraña. Similar número no conocían que podía ocasionar accidentes fatales, dificultades en al aprendizaje, el abandono de la familia, los estudios y el trabajo, así como la transgresión de la ley con conductas inadecuadas que afectan a otros.
La autora considera que los resultados obtenidos en el presente estudio coinciden con los reportados por Muro, en un estudio sobre el uso de las drogas legales en los adolescentes, según el cual 73,25 % conocía los daños que puede ocasionar al organismo el uso de estas sustancias, así como también lo conocían 100 % de los que no consumen. (11
Otro estudio realizado en Bogotá, Colombia, encontró que los adolescentes poseen poca información sobre el riesgo que implica el hábito de fumar para el cáncer de pulmón. En esta investigación el bajo nivel de conocimiento se asoció al consumo regular de tabaco. (13
Respecto a las consecuencias familiares y sociales que ocasionan las adicciones la mayoría de los adolescentes encuestados no consideró las transgresiones a la ley que ocasionan las personas adictas a alguna sustancia y que conlleva la afectación a otros
En el estudio de intervención realizado por Muro, observó que existía solo 24.6% de conocimientos adecuados sobre el daño que provoca el alcohol mientras que 84.5% tenía conocimientos inadecuados sobre los perjuicios que induce el tabaco. (11
Pons destaco que el nivel de conocimiento de los adolescentes en su estudio era bajo fundamentalmente en temas como conceptos, factores de riesgo para el consumo de alcohol, cómo identificar a una persona alcohólica y qué hacer para abandonar el consumo de alcohol. (8
El desconocimiento sitúa al individuo en desventaja para saber protegerse limitando las posibilidades de la actividad humana, y puede exponerlo a múltiples riesgos y enfermedades. Salcedo Morales encontró una fuerte relación entre el nivel de conocimientos y estilos de vida favorables. (14
En la actualidad la preocupación por disminuir el consumo de sustancias legales e ilegales se ha convertido en un problema social y un tema de salud pública. Las estrategias de prevención buscan generar factores protectores que disminuyan la vulnerabilidad al consumo de alcohol y sustancias psicoactivas, las conductas de riesgo asociadas a estos, mediante el desarrollo de habilidades y capacidades para la toma de decisiones, la promoción de hábitos y estilos de vida saludables, así como el fortalecimiento de las redes familiares y comunitarias, la integración social. (12,15
Varios son los factores que justifican la importancia de estudiar la adolescencia como etapa del ciclo vital. Los cambios que surgen a nivel biopsicosocial y los desafíos en política educativa siguen aclamando la atención de este grupo etario. En términos de responsabilidad social, se hace fundamental abordar y profundizar en esta temática, con el fin de propiciar reflexión académica frente a los abordajes tradicionales que se han tenido acerca del fenómeno. (12,15
Conclusiones
Predominó el grupo de estudiantes, las edades comprendidas entre 10 y 14 años y el sexo masculino. El nivel de conocimiento resultó insuficiente en los adolescentes, relacionado con el concepto de drogas y de dependencia a estas sustancias, así como las consecuencias familiares, personales y sociales de la conducta adictiva.