Introducción
Los esfuerzos de las bibliotecas académicas generalmente se dirigen a los estudiantes de primer año de la universidad como una forma de garantizar que los estudiantes aprendan habilidades de investigación fundamentales al comienzo de su experiencia universitaria (Acheampong & Agyemang, 2021). Sin embargo, poco se ha escrito sobre diferentes poblaciones dentro de la categoría de estudiantes quienes pueden llegar a la universidad con una variedad de experiencias, inquietudes y antecedentes diferentes a su nueva forma de estudiar con la ayuda de la biblioteca virtual. El entorno de la educación superior es un contexto operativo clave para las bibliotecas académicas y muchos factores políticos, económicos, sociales y tecnológicos lo configuran.
Entre los antecedentes encontrados, Cox (2021), señala brevemente algunas posibles implicaciones futuras de la crisis mundial del coronavirus y destaca la importancia para las operaciones y la estrategia de la biblioteca de monitorear y comprender los desarrollos en la educación superior. Las bibliotecas académicas han entendido desde hace mucho tiempo la importancia del clima económico como una influencia clave en su estrategia y operaciones. Las realidades económicas son más concretas que los factores políticos. Una de esas realidades de Cox (2021), señala que, las bibliotecas no pueden esperar una infusión de dinero nuevo a largo plazo en un momento en que muchas instituciones han llevado al límite sus medidas de eficiencia.
La relación calidad precio y el control de costes, menciona Cox (2021), son consideraciones clave en relación especialmente con las dos categorías más importantes de gastos de biblioteca, personal y recursos de información. Muchas bibliotecas académicas han experimentado recortes en sus presupuestos de personal, lo que exige eficiencias adicionales, la eliminación gradual de las operaciones o la sustitución de nuevos roles para satisfacer nuevas áreas de enfoque.
Allison, et al. (2019), creen que un cambio perceptible ha sido hacia la comprensión y la adecuación de las prioridades institucionales a través de roles con un enfoque estratégico mejorado y el creciente despliegue de personal en roles de extensión, consideran que se ha escrito mucho sobre la biblioteca como espacio de aprendizaje y sobre las dos consecuencias más populares de este modelo, los bienes comunes de información y los bienes comunes de aprendizaje.
Las universidades han hecho arreglos al interior de sus instalaciones y la contratación de diversas plataformas y repositorios que en teoría, ayuden a que los estudiantes tengan accesos a los libros de consulta, pero los registros presumen, que ni los mismos docentes, se apoyan en tales para dar sus clases, a pesar de que en todas las guías académicas o sílabos, se encuentran los enlaces de los libros que por obligación docentes y estudiantes deben seguir en el desarrollo de las estrategias enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, los estudiantes rara vez usan tales estrategias, porque carecen de conocimiento metacognitivo y creen que se esfuerzan demasiado.
Pinho, et al. (2020), hicieron un estudio que identifica las condiciones de éxito en las bibliotecas electrónicas lo que contribuye significativamente a la teoría y la práctica relacionadas con el tema. Sin embargo, aceptan ellos que un solo estudio de caso, junto con la subjetividad en la interpretación de las respuestas, no permite la generalización de conclusiones. Por tanto, se sugiere que en el futuro se realicen estudios similares, pero que se apliquen en otras regiones geográficas y en diversos contextos, para permitir la realización de estudios comparativos. Recomiendan el desarrollo de instrumentos para medir la contribución y el desarrollo del desempeño laboral de los docentes en el uso de las e-bibliotecas. Esta investigación no tuvo en cuenta a los estudiantes que utilizan las bibliotecas electrónicas de las Instituciones de Educación Superior y sus resultados son la base de la presente investigación.
Por otro lado, en una propia opinión, aplicar el uso del libro como estrategia de aprendizaje efectiva durante el autoestudio, influenciado por la pandemia, es importante para desarrollar conocimientos a largo plazo. Aun no se sabe cuándo terminará esta nueva realidad de cuarentenas y limitaciones de movilidad, por las nuevas mutaciones del virus y por la necesidad de vacunarse, que en países como el Ecuador, va a pasos lentos. No hay un indicador claro de que las bibliotecas universitarias ecuatorianas tengan alguna estrategia para adquirir roles que apoyen el aprendizaje de los estudiantes con resultados prácticos, a través de un trabajo de investigación confiable. Las universidades han aplicado el uso de las bibliotecas físicas y digitales para que el estudiante consiga sus objetivos académicos, pero se cuestiona duramente, el uso de las mismas, en muchos casos por que la búsqueda en metabuscadores es más fácil y menos onerosas, que estar ingresando a las bibliotecas, ingresar claves, registros y demás operaciones que lo único que hacen es limitar la intención del estudiantado. La pregunta de investigación fue si ¿Los estudiantes y el profesorado aprovechan (o no) las experiencias laborales de los estudiantes como un medio para mejorar el aprendizaje?
Esta investigación tuvo como objetivo el descubrir si la biblioteca universitaria está funcionando con su modelo de gestión que apoye y ayude al aprendizaje de los estudiantes. La investigación se desarrolló en tres fases: 1) una investigación sobre la actualidad de las bibliotecas en su uso; 2) las actitudes de los docentes de universidades hacia los roles de la biblioteca y los conceptos de políticas relacionados con la gestión de bibliotecas universitarias que promueven el aprendizaje de los estudiantes; y 3) el reconocer el apoyo al aprendizaje de los estudiantes.
Berg (2020), sugiere que hay muchas formas, bien documentadas en la literatura, en las que las bibliotecas académicas contribuyen a la competitividad institucional. Estos incluyen una exposición más amplia de los resultados de la investigación a través de la publicación de acceso abierto, la experiencia de la biblioteca en el análisis bibliométrico del impacto de la publicación, el acceso a archivos únicos y colecciones especiales, y edificios de bibliotecas adaptados o creados como entornos de investigación y aprendizaje versátiles y de alta tecnología. Dichos edificios ofrecen oportunidades para desarrollar espacios en los que los estudiantes pueden desarrollar una variedad de competencias en fluidez digital para mejorar sus perspectivas de empleabilidad. Las bibliotecas de brindan buenos ejemplos de espacios, programas y asociaciones efectivos con este enfoque, pero no están siendo utilizados, como lo demuestran los indicadores de visitas físicas y virtuales a las instalaciones bibliotecarias.
Pinho, et al. (2020), hicieron un estudio que identifica las condiciones de éxito en las bibliotecas electrónicas y, por lo tanto, contribuye significativamente a la teoría y la práctica relacionadas con el tema, no está exento de limitaciones. Sin embargo, aceptan ellos que un solo estudio de caso, junto con la subjetividad en la interpretación de las respuestas, no permite la generalización de conclusiones. Por tanto, se sugiere que en el futuro se realicen estudios similares, pero que se apliquen en otras regiones geográficas y en diversos contextos, para permitir la realización de estudios comparativos.
Las bibliotecas han adoptado espacios de creación para promover una mentalidad de habilidades en el uso de la tecnología. De acuerdo con Allison, et al. (2019), hace poco más de una década, Scott Bennett, bibliotecario emérito de la Universidad de Yale y asesor principal del Council of Independent Colleges, abrió un editorial de 2008 en The Journal of Academic Librarianship con una pregunta interesante para la época que hoy es una realidad: ¿Quién construiría o renovaría hoy una biblioteca académica sin tener claro el futuro de las mismas?, Bennett reflexionó que se habían vuelto espacios tan ubicuos como para haber suplantado al catálogo de tarjetas como el medio principal para definir el espacio de la biblioteca. Biwer, et al. (2020), consideran que las bibliotecas académicas o de investigación parecen haber estado en una encrucijada desde hace un tiempo en lo que respecta a la utilización y la reutilización de los espacios de la biblioteca, convertidos en sitios de conexión a internet, que pueden ser reemplazados por plazas abiertas. Los orientadores a los espacios de aprendizaje ven el momento presente como una oportunidad para expresar y actuar sobre sus valores, para volver a visualizar y rehacer la biblioteca académica de manera que impulse el aprendizaje y el rendimiento de los estudiantes.
Krier (2021), menciona que, el papel de los bibliotecarios académicos ha cambiado en los últimos cincuenta años, reflejando cambios en la educación superior y la tecnología de la información. Un mayor énfasis en el aprendizaje y la evaluación en los colegios y universidades, junto con presupuestos reducidos y llamados más fuertes a la responsabilidad, han requerido que las bibliotecas demuestren un impacto directo en el aprendizaje de los estudiantes. Y en mayor medida, el nacimiento de Internet, el cambio a gran escala a los recursos electrónicos y la facilidad de acceso a todo tipo de información han llevado a los bibliotecarios a reinventar casi por completo nuestro trabajo, la organización de nuestras bibliotecas, nuestros presupuestos, y la base misma del conocimiento en la que se asienta nuestra profesión.
Mathews, et al. (2018), consideran que estos cambios han alejado a la biblioteconomía académica de un paradigma centrado en el acceso y los servicios a uno centrado en la educación y el aprendizaje. Este enfoque en el aprendizaje de los estudiantes ha solidificado los argumentos a favor del estatus de facultad para los bibliotecarios, pero también ha introducido fisuras e incertidumbres sobre el papel de los bibliotecarios y de las bibliotecas. Ver el trabajo de los bibliotecarios a través de la lente del plan de estudios ofrece una manera de aclarar el papel de los bibliotecarios, de integrar los aspectos tradicionales de la biblioteconomía orientados al acceso en una biblioteconomía orientada al aprendizaje y de evaluar de manera más integral nuestro impacto en el aprendizaje de los estudiantes.
Nalani & Carr (2013), creen que, a medida que los bibliotecarios adoptan un papel educativo más activo en la educación superior, la percepción de los bibliotecarios como proveedores de servicios puede afectar negativamente la capacidad para enseñar a los estudiantes de manera efectiva. Nalani & Carr (2013), discuten esto en su artículo del 2013 cuando describen solicitudes frecuentes de profesores de instrucción, familiares para todos los bibliotecarios de instrucción, para dar a los estudiantes recorridos por la biblioteca, mostrarles a los estudiantes las maravillas de la biblioteca o mostrarles cómo hacer una investigación. Argumentan que aceptar estas solicitudes contradice mucho más los valores profesionales que guían al bibliotecario y que puede obstaculizar la colaboración eficaz y, por extensión, el aprendizaje significativo de los estudiantes. Señalan que, si los bibliotecarios de instrucción continúan tratando lo que hacemos como un servicio, seguiremos siendo tratados como un proveedor de servicios.
Rutledge & LeMire (2017), refieren que replantear el papel en las bibliotecas académicas en torno al aprendizaje de los estudiantes, profundizar la experiencia sobre la creación de información y conocimiento y afirmar el estado como profesores en la educación superior son fundamentales para la importancia continua de los bibliotecarios de las IES. Una forma de lograr estos objetivos es pensar de manera más amplia sobre lo que se va a decir cuando se habla sobre el plan de estudios basado en material de la biblioteca y sobre cómo enseñar la alfabetización en información.
Se ha observado que algunas instituciones tenían la infraestructura para cambiar a aulas digitales, sin embargo, otras no podían administrar y declararon vacaciones de verano. La pandemia ha traído un cambio repentino en la entrega de educación en todo el país, ya que muchas universidades siguieron las pautas de los organismos de control para realizar y monitorear las clases en línea. Esta pandemia no solo está trayendo cambios en la provisión de educación, sino también en intervenciones y enmiendas de políticas rápidas (Rafiq, et al., 2021).
Uno de los mayores desafíos que enfrentan los estudiantes al ingresar a la educación superior es autorregular su aprendizaje. A diferencia de la escuela secundaria, los profesores universitarios ofrecen una guía limitada sobre cómo, cuándo y qué aprender. Los estudiantes a menudo carecen de conocimientos sobre la ciencia del aprendizaje y confían en las intuiciones y rutinas desarrolladas en la escuela secundaria. Sin embargo, estas intuiciones sobre qué estrategias de aprendizaje son efectivas a menudo son engañosas. Por ejemplo, los estudiantes confunden los sentimientos de fluidez con un aprendizaje efectivo al estudiar y, por lo tanto, prefieren estrategias que se sienten fáciles, en comparación con aquellas que requieren más esfuerzo.
Fakoya & Fakoya (2020), indican que algunas de las estrategias de aprendizaje con mayor esfuerzo crean las llamadas dificultades deseables. Es decir, inicialmente complican el aprendizaje, pero mejoran la retención y la comprensión a largo plazo. Ejemplos de estrategias de aprendizaje que pueden crear dificultades tan deseables son la práctica de recuperación, la práctica distribuida y la práctica intercalada. La primera, la práctica de recuperación, se refiere al acto de recuperar activamente información de la memoria respondiendo preguntas de práctica o recordando. En segundo lugar, la práctica distribuida denota el espaciamiento de las sesiones de estudio a lo largo del tiempo, lo que lleva al estudio repetido de los mismos materiales de aprendizaje. Debido a los retrasos más prolongados entre las sesiones de estudio en comparación con la práctica masiva, aumenta la dificultad de recuperación y mejora la retención a largo plazo. Finalmente, la práctica intercalada se refiere a la mezcla de diferentes temas durante una sesión de estudio. Esto contrasta con la práctica bloqueada, en la que los estudiantes estudian un tema hasta que lo terminan antes de pasar al siguiente, en los tres casos, el soporte literario es esencial para la correcta manifestación y puesta en marcha de la estrategia educativa.
Hickling & Hepple (2020), consideran que los planes de estudio en línea (forzados o propios) aumentan las conductas de aprendizaje autorreguladoras entre los estudiantes y facilitan la transferencia de conocimientos esenciales para que tenga lugar el aprendizaje profundo. Además, los conceptos de umbral se enseñan mejor utilizando un formato diseñado para que los estudiantes accedan repetidamente al punto de necesidad. Emparejar la pedagogía del aula invertida, en la que los estudiantes se involucran con el contenido de forma independiente antes de una clase sincrónica, con objetos de aprendizaje en línea diseñados intencionalmente para promover conductas de aprendizaje autorreguladoras, ayuda a construir una base sólida de información.
A nivel mundial, la pandemia de COVID-19 afectó negativamente a todos los sectores, incluido el sistema educativo, lo que obligó a todas las instituciones académicas y bibliotecas a cerrar por seguridad. Las comunidades académicas expresaron que las secuelas de esta situación pandémica son mucho más amplias que antes (Rafiq, et al., 2021).
Aunque la evidencia de la investigación sobre estrategias de aprendizaje efectivas y basadas en la evidencia es clara y conocida por los psicólogos cognitivos, apenas ha llegado a los centros de apoyo académico y, no menos importante, a los estudiantes de educación superior que todavía apenas reciben instrucción sobre cómo estudiar de manera efectiva, porque las intervenciones específicas que se centran en la importancia de crear dificultades deseables durante el aprendizaje son escasas.
El aprendizaje es un proceso derivado de la búsqueda y adquisición de nuevos conocimientos, del desarrollo de conocimientos previos que se traducirán en cambios de comportamiento humano, prácticas que se basan en conocimientos y habilidades, y la expresión de actitudes y valores. El aprendizaje se puede desarrollar mediante la educación, el aprendizaje y el refuerzo, y es un proceso que dura toda la vida de la humanidad (LeMire, et al., 2021).
La instrucción universitaria actual enfatiza el autoaprendizaje y la investigación, con la expectativa de que los alumnos puedan adquirir conocimientos por sí mismos para satisfacer las necesidades, intereses y aptitudes individuales (Munyoro, et al., 2021). El deber de los docentes es promover la libertad de los alumnos en la toma de decisiones y aplicar su intelecto al máximo de su capacidad, y brindar oportunidades para que los alumnos seleccionen sus propias actividades de aprendizaje. Los instructores deben capacitar a los estudiantes para que sepan cómo aprender de forma independiente desde el comienzo de la universidad (Ocran et al., 2020). Es deber del profesor introducir enfoques de aprendizaje, métodos para buscar fuentes de aprendizaje y cómo hacer frente al trabajo de informes, de modo que los alumnos puedan planificar adecuadamente su aprendizaje.
Sheedy, et al. (2021), consideran que los alumnos pueden aprender mejor cuando quieren aprender, es decir, ellos conseguirán los medios para lograrlo. La capacidad intelectual de cada individuo puede no ser la misma; sin embargo, cada persona puede aprender si se le da tiempo. En la instrucción centrada en el alumno, en la que los alumnos adquieren comportamientos de aprendizaje por sí mismos, los docentes deben cambiar su comportamiento de enseñanza, pasando de proporcionar conocimientos exclusivamente a la participación activa del alumno.
Stevenson & Hannaford (2019), consideraban que esto se puede lograr planteando preguntas que susciten el pensamiento, motivando así a los estudiantes a responder y aprender, pero siempre se encuentra una pregunta ¡los estudiantes deben responder por sí solos, o deben haber leído, visto o escuchado versiones literarias del tema?, otra pregunta es ¿Es suficiente con que respondan al pensamiento crítico, con su sola percepción del mundo? El cuestionamiento es un medio importante de instrucción que lleva a los alumnos a pensar. Además de utilizar las preguntas como un enfoque de instrucción, la introducción de fuentes de información y la explicación de su uso también es esencial.
Su (2021), menciona que, la biblioteca es donde existen importantes recursos de autoaprendizaje; por tanto, una biblioteca debe gestionarse de acuerdo con conceptos como administración, servicios, gestión de recursos y medios de aprendizaje, la disposición del ambiente y las instalaciones que mejoran el aprendizaje y, no menos importante, la cooperación en la enseñanza y el aprendizaje del instructor. Una biblioteca perfecta y una comprensión adecuada de su papel en la mejora del aprendizaje y la enseñanza contribuirán al éxito del desarrollo institucional de los estudiantes.
Materiales y métodos
El método utilizado es deductivo a partir de lo explicado por Andrade, et al. (2018), que indican que a partir de conceptos particulares se puede llegar a conclusiones generales. Se diseñó un estudio descriptivo y correlacional de enfoque cuantitativo a través de encuestas a 333 estudiantes de primer semestre de la carrera de arquitectura de la Universidad de Guayaquil. En esta fase se aplicó una encuesta, el instrumento constaba de 10 preguntas (anexo 2), 2 de ellas para identificar sexo y género y las otro 8 divididas en 2 grupos, las 4 primeras se las agrupó como “instrucción: del docente al uso de libros” por ser variable independiente y las 4 últimas como “aplicación: del estudiante a usar la biblioteca” como variable dependiente. Para agrupar las preguntas en una sola variable se utilizó la opción “Calcular Variable” del SPSS:
Luego de ingresados los resultados se hizo un estudio de fiabilidad y el Alfa de Cronbach dio como resultado 0,962 lo que indica que no hay dispersión en los datos obtenidos y que la confiabilidad es aceptable. Luego se procedió a hacer la Prueba de Kolmogorov-Smirnov para una muestra, tomando los resultados de las dos variables (Tabla 1):
N | Variable dependiente (aplicación) | Variable independiente (instrucción) | |
---|---|---|---|
333 | 333 | ||
Parámetros normales a,b | Media | 16,17 | 13,50 |
Desviación estándar | 5,845 | 4,809 | |
Máximas diferencias extremas | Absoluta | ,202 | ,271 |
Positivo | ,109 | ,113 | |
Negativo | -,202 | -,271 | |
Estadístico de prueba | ,202 | ,271 | |
Sig. asintótica (bilateral) | ,000c | ,000c | |
a. La distribución de prueba es normal. | |||
b. Se calcula a partir de datos. | |||
c. Corrección de significación de Lilliefors. |
En ambos casos, la significancia asintótica (bilateral) resultó ser 0,000, lo que indica que las variables son no paramétricas, al haberse obtenido un resultado menor al alfa que es de 0,05 (5% margen de error), ya con este resultado se procedió a hacer las correlaciones correspondientes entre ambas y variables usando el Rho de Spearman y su resultado se detalla en la tabla 2:
Variable dependiente (aplicación) | Variable independiente (instrucción) | |||
---|---|---|---|---|
Rho de Spearman | Variable dependiente (aplicación) | Coeficiente de correlación | 1,000 | 0,772** |
Sig. (bilateral) | . | ,000 | ||
N | 333 | 333 | ||
Variable independiente (instrucción) | Coeficiente de correlación | 0,772** | 1,000 | |
Sig. (bilateral) | ,000 | . | ||
N | 333 | 333 | ||
**. La correlación es significativa en el nivel 0,01 (2 colas). |
Como se observa, el peso de la variable independiente sobre la dependiente es de 0,772 es decir, que la instrucción tiene un efecto en el 77,2% de los estudiantes, que se interpretaría como que el 22,8% de los estudiantes no recibieron instrucciones del uso de libros por parte de su tutor.
Este resultado de la correlación, indica también que el resultado es significativo para ambas colas, ya que la significancia bilateral daba como resultado 0,000 dentro de las 333 encuestas y a la vez ya se observa que la hipótesis debería ser aprobada y rechazada la hipótesis nula. H1: La instrucción del docente contempla el uso de libros de la biblioteca. Esto también se demuestra en la figura 1.
Al observar la figura, se aprecia la tendencia de la dispersión que está a la derecha; por lo tanto, se comprueba que el impacto de la variable independiente sobre la dependientes es positiva, así mismo se observa la uniformidad de los resultados y que un grupo pequeño aparece en el vórtice inferior izquierdo, que correspondería al 22,8% de los estudiantes que no reciben instrucciones de utilizar la biblioteca.
En cuanto a los resultados descriptivos, los mismos reflejan que los docentes instruyen el uso de la biblioteca en la mayoría de las veces, pero que no se cumple en su totalidad como se debería de hacer, es decir que las correcciones a esto deben hacerse inmediatamente (Tabla 3).
Conclusiones
En la determinación situacional de la actualidad de las bibliotecas en su uso se encontró que, el cambio para la educación superior y las bibliotecas se ha caracterizado en los últimos años por su ritmo y carácter continuo. Las oportunidades para hacer una pausa han sido raras y parece que esto continuará a raíz de la pandemia mundial de coronavirus de 2020, que ha tenido un impacto humano, social y económico devastador a nivel internacional. Sus consecuencias a largo plazo para la educación superior surgirán plenamente con el tiempo pero siempre con el compromiso de la institución y la pieza clave que es el docente quien cree una estrategia acorde a que el estudiante descubra el conocimiento heredado en los libros.
Al definir las actitudes de los docentes de universidades hacia los roles de la biblioteca y los conceptos de políticas relacionados con la gestión de bibliotecas universitarias que promueven el aprendizaje de los estudiantes se encontró que el 77% de los estudiantes creen recibir instrucciones del uso de la librería. El docente es que debe crear una relación en la que todos los alumnos se sientan incluidos en una comunidad, respaldada por una red de apoyo que aborde sus necesidades únicas. De esta manera, a medida que los estudiantes progresan en su viaje académico, la relación crece desde las bibliotecas que brindan servicios transaccionales a los estudiantes, hasta asociarse con ellos y transformar no solo lo que pueden hacer, sino también lo que hacemos como profesores y personal de la biblioteca.
Al reconocer el apoyo al aprendizaje de los estudiantes, se concluye que para facilitarles el uso de estas llamadas dificultades deseables durante el autoestudio, debe desarrollarse una intervención orientada a crear conciencia, reflexión y práctica con estrategias de aprendizaje efectivas basadas en el uso de la biblioteca, pues si estas dejan de adquirir libros, habrá menos interés de los autores por escribirlos y con el tiempo, podría desaparecer física y virtualmente. Entonces, ¿Qué relación se desea para que los alumnos tengan con su biblioteca? Pues uno que se base en asociaciones dinámicas e interdependientes. Uno que impulsa las ideas hacia adelante y plantea la biblioteca no solo como un lugar donde ocurre el aprendizaje, sino como una institución que trasciende sus muros.