INTRODUCCIÓN
Desde la Segunda Guerra Mundial y la derrota del fascismo, no recordamos un mundo sin crisis económicas recurrentes y sin la disputa imperialista por la apropiación de las riquezas naturales y el excedente generado por el trabajo en los países colonizados, subdesarrollados y dependientes. Actualmente, el planeta se encuentra frente a una crisis de carácter global, caracterizada por problemas en todas las áreas, que abarcan, por ejemplo, desde los aspectos económico-financieros hasta el déficit alimentario, con una creciente preocupación por el deterioro del medioambiente y las dificultades energéticas. Por otra parte, el crecimiento demográfico y el consecuente aumento de las demandas por servicios esenciales han generado cambios muy importantes que afectan la vida cotidiana de todos los individuos
Latinoamérica es un espacio geopolítico, del Río Grande al Polo Sur, diverso y desigual, que constituye simultáneamente la mayor comunidad de raíces, culturas e intereses y se encuentra entre los de mayor brecha entre países pobres y ricos. Al mismo tiempo, tiene en sí misma una enorme variedad de riquezas naturales, cadenas productivas con un alto nivel de especialización, un mercado potencial de 400 millones de seres humanos y capacidad de articular un ámbito integrador sin desmedro de la soberanía particular de las naciones que la integran.
En un mundo globalizado que, a pesar de los avances tecnológicos cada vez más significativos, es socialmente injusto y desigual, es necesario consolidar el papel de la Educación Superior en la región como factor estratégico, tanto para impulsar el desarrollo sostenible y la promoción de la inclusión social y la solidaridad regional, como para garantizar también la igualdad de oportunidades. Frente a los desafíos de la Educación Superior en América Latina y el Caribe es fundamental establecer metas y prioridades a partir de la construcción de una agenda estratégica para la región, considerando las condiciones, necesidades e imperativos del entorno local, nacional, regional y global.
En este escenario, los problemas a superar planteados para las universidades de los países en desarrollo, principalmente, se vinculan al envejecimiento de las estructuras existentes, a la disminución de la calidad de la educación, al subdesarrollo de la investigación, «la fuga de cerebros», los obstáculos culturales y la disminución de la financiación estatal.
Carmen García Guadilla en su libro Conocimiento, Educación Superior y Sociedad, en América Latina (1996) plantea el papel protagónico del conocimiento en todos los aspectos de la vida social, que incide en sus formas de producción, circulación, apropiación y evaluación, principalmente en las universidades, y plantea que la generación de nuevos conocimientos las involucra (hecho que se desprende de su misión) y que deben orientar su investigación hacia una contextualización y aplicabilidad de los saberes producidos. Ya no se atiende al investigador como el único que define qué investigar y cómo hacerlo. Ahora se debe pensar en una organización más horizontal, flexible e interdisciplinaria que defina estos aspectos.
En esta nueva realidad, la universidad pública latinoamericana se plantea alternativas y reclama su propio espacio para continuar desarrollando, de forma autónoma, sus cometidos. Axel Didriksson, en su trabajo «La nueva reforma universitaria en América Latina» (2002), realiza un análisis de la situación de la Educación Superior. Centra su propuesta en los desafíos a los que se enfrenta, y defiende los principios generales que deben enmarcarse en una meta: educación para todos y toda la vida. Para ello es necesario: (a) un aumento del financiamiento de la educación en todos los niveles; (b) formar para la producción y transferencia de conocimientos y tecnologías en áreas estratégicas, y (c) transformar la estructura de administración y gestión de la educación.
En el análisis de este escenario Tunnermann, en su trabajo «Cambio y transformación universitaria» (2003) plantea la preocupación de encontrar en las universidades una organización que articule su estructura actual con una promoción de interdisciplinariedad, ya que ni la organización tradicional a través de facultades o la transformación en departamentos, realizada principalmente en Estados Unidos, favorece una flexibilización para el relacionamiento entre las diferentes disciplinas en un marco de replanteamiento de la enseñanza e investigación en las universidades.
A todo lo mencionado se debe sumar los fuertes procesos de integración regional que se han dado en Latinoamérica y principalmente la creciente internacionalización de la Educación Superior que se abre paso de forma acelerada en las vidas universitarias. Un aspecto fundamental es como utilizar este escenario para mejorar los propios procesos académicos sin perder calidad (ligada a la pertinencia) y autonomía en las instituciones tradicionales, además de que el crecimiento de los sistemas de Educación Superior de los países no se transforme en una exclusiva respuesta al mercado.
LA INTEGRACIÓN REGIONAL Y LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR
La internacionalización de la Educación Superior es una realidad ante la que las universidades han buscado y continúan buscando diferentes estrategias para afrontar el creciente y cambiante desafío que representa (Zarur, 2008). La Organización Mundial de Comercio incluyó la educación entre los doce servicios negociables, considerándola como bien de mercado, visión que se contrapone a la concepción de la educación como bien público social establecido en la Conferencia Mundial de Educación (UNESCO, 2009). Rafael Guarga (2008) ya alertaba del negocio millonario que representaba la Educación Superior en el marco de creciente necesidad de formación y aumento de cobertura que se brinda a través de la creación de instituciones en todo el mundo, pero principalmente en Latinoamérica, y con énfasis en que esta oferta se establecía particularmente a partir de establecimientos privados.
Según la «Declaración de la Conferencia Regional de la Educación Superior en América Latina y el Caribe» (IESALC-UNESCO, 2008, p. 9), «la historia y los avances construidos desde el ámbito de la cooperación han hecho a nuestras instituciones de Educación Superior actores con vocación de integración regional». Específicamente, la cooperación internacional universitaria es un componente fundamental de la cooperación internacional entre los países, regiones u otras instancias. Es concebida hoy por algunos autores como el componente de las relaciones académicas internacionales, dirigida a promover la presencia e influencia internacional, y se expresa en el establecimiento de relaciones entre dos o más instituciones universitarias, con el objeto también de colaborar en la búsqueda de objetivos mutuamente aceptados. Sebastián (2004, p. 20) la define como:
el conjunto de actividades realizadas entre las universidades, que a través de múltiples actividades, logran una asociación y colaboración en los ámbitos de la política y la gestión institucional, la formación, investigación, extensión, vinculación con los objetivos de fortalecimiento y la proyección institucional para la mejora de la calidad de la docencia, el aumento y la transferencia del conocimiento científico así como la contribución a la cooperación para el desarrollo.
Un aspecto central en este análisis de la internacionalización es la posibilidad de intercambio entre las instituciones de Educación Superior, ya sea de un mismo país, o con universidades extranjeras. De esta forma es posible favorecer el cumplimiento de los objetivos de desarrollo, principalmente facilitando la movilidad de estudiantes y docentes.
Según la «Declaración de la Conferencia Regional de la Educación Superior en América Latina y el Caribe» ((IESALC-UNESCO, 2008), la vocación de la integración y cooperación internacional es parte ya de la identidad de las universidades latinoamericanas. Específicamente, la cooperación internacional universitaria es un componente fundamental de la cooperación internacional entre los países, ya que representan un instrumento de integración muy importante para la región. Hoy, seguramente, para los países del Mercosur el componente más importante de las relaciones académicas internacionales está representado por el intercambio entre las universidades y, entre ellas, principalmente las instituciones públicas son las que promueven con mayor fuerza estas acciones de cooperación. La internacionalización entonces aparece como uno de las prioridades de las universidades de cara a la mejora continua de sus funciones misionales y la retroalimentación permanente que se necesita para estar al día con los desafíos presentes y futuros de la enseñanza y el desarrollo científico pertinente y de avanzada de la región y el mundo.
La integración y cooperación entre las instituciones de Educación Superior forman parte de un proceso de internacionalización que debe plantearse como objetivo prioritario para aquellas instituciones que aspiren a desempeñarse exitosamente en un mercado globalizado. Según Knight (2003), la internacionalización de la Educación Superior es un proceso de creación, desarrollo e implementación de políticas, programas y acciones para integrar las dimensiones internacional, intercultural y global en los propósitos y funciones de la Educación Superior, sumado a la concreción de intereses conjuntos. A través de ella, se tiende a formalizar los beneficios de un ambiente de acción internacional para la comunidad universitaria en general, por lo cual nuestras instituciones deben plantearse en el futuro lograr el desarrollo de políticas tendientes a su mayor internacionalización, previendo como horizonte que estas determinen mejoras, en pos de formar profesionales con aptitudes suficientes y actitudes apropiadas para desempeñarse en un mercado global donde es prioritario aumentar los niveles de calidad en la formación de los graduados, aumentar la productividad científica y promover una mayor competitividad de la región, aspecto ya comprobado en algunas investigaciones que recaban la opinión de estudiantes y graduados que participaron de movilidades (Passarini et al., 2017).
Una herramienta extendida de vinculación entre instituciones de Educación Superior es la creación de redes, de esta forma se establecen vínculos más firmes, recíprocos y con marcos claros de relacionamiento, además de posibilitar el acceso a recursos, a los que es difícil acceder de manera aislada.
En América Latina y el Caribe muchos de los procesos de integración de Instituciones de Educación Superior surgieron por cercanía geográfica, afinidad política, semejanzas étnico-culturales o similitudes en sus declaraciones de principios, fines y objetivos institucionales (Duriez, 2007). Los primeros antecedentes de integración de universidades en la región se pueden encontrar en 1948, cuando las universidades estatales de América Central promovieron la creación de la Confederación Universitaria Centroamericana, y en 1950, cuando surge en Guatemala la iniciativa de la creación de la Unión de Universidades de América Latina (UDUAL), con fines similares a los del organismo centroamericano; aunque estas integraciones no prosperaron demasiado por los problemas políticos que atravesó la región hasta 1985 (Duriez, 2007) y los resultados de estos esfuerzos no adquirieron demasiada importancia frente a conexiones que ya tenían las universidades con otras instituciones de países desarrollados (Landinelli, 2006).
Sin embargo, principalmente a partir de la salida de los gobiernos dictatoriales, en la región comienza una importante creación de redes de instituciones de Educación Superior, incrementando las relaciones entre ellas y asignando importantes recursos para promover los intercambios académicos y científicos. Probablemente en la región del Sur de América la red mayormente consolidada a través de un trabajo académico real y sistemático sea la Asociación de Universidades del Grupo de Montevideo (AUGM).
EL MERCOSUR Y LA ASOCIACIÓN DE UNIVERSIDADES DEL GRUPO DE MONTEVIDEO (AUGM)
El 26 de marzo de 1991 se firma el Tratado del Mercado Común del Sur, ratificado posteriormente por el Protocolo de Ouro Preto de 1994, suscrito por la República Argentina, la República Federativa de Brasil, la República del Paraguay y la República Oriental del Uruguay. Comienza de esta forma un proceso de integración regional que estará sujeto a los vaivenes de la vida política de los países miembros. Los objetivos principales de este tratado son promover el libre intercambio de bienes, personas y capital entre los países miembro y avanzar a una mayor integración política y cultural entre sus integrantes y posteriormente otros países asociados (Campodónico, 2008).
De forma paralela, las universidades del Cono Sur refuerzan la idea central del Mercosur, con el surgimiento de Asociación de Universidades Grupo Montevideo (AUGM) como el primer agrupamiento de universidades públicas en la región. El Grupo Montevideo se creó el 9 de agosto de 1991 por iniciativa del rector Jorge Brovetto de la Universidad de la República de Uruguay, e integra a las siguientes universidades: Nacional de Asunción (Paraguay); Buenos Aires, Nacional de Entre Ríos, Nacional de la Plata, Nacional del Litoral, Nacional de Rosario (Argentina); Federal de Santa María (Brasil) y Universidad de la República (Uruguay). Esta Asociación tiene como antecedente inmediato una propuesta generada por la Universidad de la República (Uruguay) en 1990, que refería a la creación de una asociación de universidades situadas en la Cuenca del Plata, siendo los fundamentos de la propuesta los numerosos esquemas de organización plurilateral y bilateral que se constataban en los convenios que ya vinculaban a las universidades que conformarían el núcleo inicial del Grupo (Campodónico, 2008).
La AUGM pretende superar la imposibilidad de abarcar todo el espectro de posibles actividades universitarias por una sola institución, la necesidad de mejorar todo lo posible el nivel de toda actividad universitaria que se realice y la necesidad de que, además de calidad, la actividad universitaria tenga pertinencia.
El Grupo Montevideo se consolidó en el devenir de los años compartiendo, de manera solidaria, personal académico de máxima calificación, recursos materiales, instalaciones, equipamientos, laboratorios, bibliotecas, construyendo un espacio común ampliado, donde las barreras son vencidas y se multiplican las posibilidades de acción. Ha demostrado en los hechos que las condiciones para la integración estaban maduras, siendo un proceso de integración en sí mismo, con independencia incluso de los resultados que pudieran alcanzar otros esfuerzos simultáneos construidos con el mismo fin. La Asociación de Universidades Grupo Montevideo es financiada en sus actividades organizacionales por los aportes económicos de las universidades miembros.
La AUGM se conforma como una organización civil no gubernamental, sin fines de lucro, que tiene por finalidad principal impulsar el proceso de integración a través de la creación de un espacio académico común ampliado, con base en la cooperación científica, tecnológica, educativa y cultural entre todos sus miembros. Sus objetivos son contribuir al desarrollo, fortalecimiento y consolidación de la educación pública; colaborar en la conformación de una masa crítica de recursos humanos de alto nivel, aprovechando las ventajas comparativas que ofrecen las capacidades instaladas en la región; desarrollar la investigación científica y tecnológica, incluidos los procesos de innovación, adaptación y transferencia tecnológica en áreas estratégicas; impulsar la educación continua en favor del desarrollo integral de las poblaciones de la subregión; fortalecer las estructuras de gestión de las universidades que la integran; impulsar la interacción de sus miembros con la sociedad en su conjunto y difundir los avances del conocimiento que propendan a su modernización (AUGM, 1991).
Los objetivos de la AUGM son contribuir al fortalecimiento y consolidación de una masa crítica de recursos humanos de alto nivel y aprovechar las ventajas comparativas que ofrecen las capacidades instaladas en la región, las que podrían sintetizarse en:
La investigación científica y tecnológica, incluidos los procesos de innovación, adaptación y transferencia tecnológica, en áreas estratégicas.
La formación continua, inscripta en el desarrollo integral de las poblaciones de la subregión.
La estructura y funcionamiento de gestión de las universidades que integran la Asociación.
La interacción de sus miembros con la sociedad en su conjunto, difundiendo los avances del conocimiento que propendan a su modernización (AUGM, 1991).
Para ser miembro de la AUGM es indispensable tener la condición de ser universidad pública, autónoma y autogobernada, y mantener con relación a los miembros fundadores niveles semejantes en lo que atañe a estructuras académicas, formación docente, trayectoria de investigación y vocación de servicio a la sociedad.
En el año 2017, la AUGM ya contaba con 34 universidades de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, las mismas tienen «en razón de la semejanza de sus vocaciones, su carácter público, su proximidad geográfica, sus similitudes, estructuras académicas y la equivalencia de los niveles de sus servicios, características que las sitúan en condiciones de encarar actividades continuas de cooperación con perspectivas ciertas de viabilidad» (AUGM, 1991).
Las estructuras sobre las cuales se apoya el funcionamiento de la AUGM pueden ser divididas en dos grandes áreas:
Organizacionales: que caracterizan el funcionamiento de AUGM y sus relaciones institucionales con las universidades-miembro.
Académicas: se apoyan directamente en la integración del trabajo realizado por las universidades miembros, de forma compartida, a partir de vínculos institucionales establecidos vía AUGM. Las estructuras académicas, establecidas a partir de los vínculos institucionales, pueden ser subdivididas en dos grandes áreas de actuación: de carácter interno y de carácter externo a las universidades del Grupo.
Dentro de las de carácter interno se encuentran los siguientes programas: Núcleos Disciplinarios, y Comités Académicos (cooperación científica), los programas ESCALA de movilidad, (estudiantes de grado, estudiantes de posgrado, docente e investigadores, administradores y gestores), las Jornadas de Jóvenes Investigadores (iniciación científica) y programas que lo vinculan con el entorno local en la región de asiento de sus universidades, Red de Ciudades y Universidades y Seminario Internacional Universidad-Sociedad-Estado.
A continuación se mencionan las principales características de estos programas (AUGM, 2016):
Núcleos Disciplinarios (ND): son agrupamientos académico-técnicos correspondiente a una disciplina de interés común, donde cada universidad miembro aporta sus disponibilidades tanto en personal de alta calificación, como en recursos materiales, para actividades científicas, técnicas, docentes, de desarrollo, de extensión, etc. Los ND conformados fueron: educación para la integración; enseñanza de español y portugués como segundas lenguas y lenguas extrajeras; evaluación institucional, planeamiento estratégico y gestión universitaria; ingeniería mecánica y de la producción; matemática aplicada; ciencia e ingeniería de materiales; sensoramiento remoto y meteorología aplicada; productos naturales bioactivos y sus aplicaciones; química; biofísica; donación y transplante; virología molecular.
Comités Académicos (CA): son agrupamientos académico-técnicos concebidos para abordar, con enfoque multi e interdisciplinario, grandes configuraciones temáticas calificadas como estratégicas, por ser transversales y de carácter regional más que nacional, y que se componen mediante la oferta académica científico técnica integradas de las Universidades del Grupo. Los CA conformados fueron: Energía; Agroalimentario; Salud Animal; Aguas; Nanociencia y Nanotecnología; Atención Primaria de la Salud; Desarrollo Regional; Procesos Cooperativos y Asociativos; Tecnologías de la Información y de la Comunicación en Educación Superior; Historia, Regiones y Fronteras; Producción Artística y Cultural; Medios de Comunicación Universitaria; Género; Medioambiente; Extensión Universitaria.
Programa Escala Docente (ED): Consiste en el intercambio de docentes e investigadores entre las universidades del Grupo, y persigue el fin de convertirse en un instrumento de valor prioritario para garantizar la efectiva construcción del «espacio académico común ampliado» regional proclamado por Asociación en su Acta de Intención Fundacional. Se aspira a que el Programa tenga un carácter innovador, multiplicador, integracionista y de perfeccionamiento académico.
Programa Escala Estudiantil (EE): promueve la cooperación y la integración de las universidades que la conforman, así como la internacionalización de la Educación Superior de la región, a través de la promoción de la movilidad de los estudiantes regulares de graduación para cursar un periodo académico en otra universidad de la Asociación con pleno reconocimiento de la actividad académica realizada. El Programa permite que los estudiantes regularmente matriculados en carreras y licenciaturas en una universidad del Grupo cursen parte de sus estudios, durante un semestre lectivo, en otra de un país diferente al de su residencia, previa garantía, emanada de la universidad de origen, de que se le otorgará el pleno reconocimiento académico de los estudios cursados en la universidad de destino, como avance concreto y equivalente en el plan de estudios de su propia carrera.
Programa Escala de Estudiantes de Posgrado: la movilidad de estudiantes de posgrado está orientada a estudiantes regulares de maestrías y doctorados, para cursar un período académico en otra universidad miembro de la Asociación de un país distinto al suyo, con pleno reconocimiento de la actividad académica realizada. Los estudiantes participantes pueden realizar actividades enmarcadas en su programa de estudios o de investigación y deben provenir de programas de maestría o doctorado, siempre que hayan sido propuestos por sus universidades de origen, el programa estipula que la extensión de la movilidad será de un mínimo de quince días y un máximo de un semestre académico. Al igual que en todos los programas de movilidad promovida en la AUGM, la universidad de origen del estudiante será responsable del financiamiento de los gastos de traslado y la universidad de destino del estudiante será la responsable de los gastos de alojamiento y manutención.
Programa Escala de Gestores y Administradores: Promueve la cooperación y la integración de las universidades que conforman la Asociación en el espacio regional, mediante la movilidad e intercambio de directivos, gestores y administrativos entre las universidades miembro del Grupo, con el propósito de realizar una estancia de formación en el quehacer específico de su competencia en cualquier otra universidad de AUGM con sede en un país distinto al de la universidad de origen del beneficiario. Está orientado al personal de gestión y de administración de las universidades miembro que cumplan tareas de dirección, planeamiento, coordinación, organización o asesoramiento y administración, destinadas a contribuir en la formulación de políticas y planes de conducción y en la preparación y control de programas y proyectos destinados a concretar políticas; o que desarrollen funciones de colaboración o apoyo con las funciones sustantivas de las universidades, o de ejecución, evaluación y supervisión. Las movilidades no deben ser inferiores a una semana, ni superiores a 15 días.
Jornadas de Jóvenes Investigadores (JJI): están orientadas a promover el relacionamiento temprano entre científicos de los seis países e impulsar su trabajo en conjunto. Son realizadas anualmente desde 1993, con sede rotativa entre las universidades del Grupo, donde participan además investigadores senior de las universidades miembro y del exterior, como coordinadores y conferencistas invitados.
Red de Ciudades y Universidades: creada en 2011, busca continuar fortaleciendo y profundizando el vínculo de las universidades miembro con el territorio en donde se encuentran asentadas. El resultado mayormente visible de esta alianza estratégica es el Observatorio de Cooperación Ciudad-Universidad cuyo objetivo es recuperar y difundir buenas prácticas de vinculación promovidas con fines sociales, que sean resultado de procesos de cooperación entre el sistema universitario y gobiernos locales. Es una iniciativa mancomunada de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo (AUGM) y mercociudades, en pos de fortalecer los mecanismos de cooperación, interacción y/o vinculación tecnológica entre las universidades y ciudades de la región Mercosur. Dicho observatorio cuenta con un banco de buenas prácticas (BBP) con el objetivo de difundir innovaciones y experiencias exitosas en gestión de gobiernos locales, así como facilitar la comunicación directa entre potenciales usuarios y equipos de investigación, profesionales y técnicos, responsables de estas experiencias.
Seminario Internacional Sociedad-Universidad-Estado: se instituye con carácter permanente un Seminario Anual de la AUGM, en el que se trate un tema considerado de interés estratégico para las sociedades de los seis países que conforman la región y que forme parte del campo de estudios de los Comités académicos y/o Núcleos disciplinarios. Dicho programa tuvo su primera edición en el mes de septiembre de 2010 en la Universidad de Buenos Aires, con la temática: Integración Energética.
El crecimiento y consolidación de la AUGM es evidente, transcurrido ya más de 25 años de su creación. Se ha transformado en un referente político y académico para la región y a nivel global. Al finalizar 2017 estaba integrada por treinta y cinco universidades de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay; son estas las más importantes de estos países por su trayectoria y magnitud. Actualmente la asociación se encuentra en proceso de aumento de su membrecía buscando llegar a un máximo de cuarenta universidades en 2020. Dicho proceso contemplará el aumento de presencia de instituciones en la asociación de países que actualmente cuentan con universidades en la red.
Se entiende que las Instituciones de Educación Superior tienen en la cooperación internacional una oportunidad de desarrollo muy importante, sin embargo, no todas las redes han prosperado y se han consolidado de igual manera, a lo que se suma además que en el caso del Grupo Montevideo se ha hecho con casi exclusivamente recursos propios de las universidades miembro.
Almuiñas y Galarza (2012) consideran que para lograr buenos resultados en la gestión de la cooperación interinstitucional en una red, las universidades miembros requieren, entre otros: ser más proactivas; romper barreras internas y externas que con tanta frecuencia separan personas, dependencias, instituciones y sistemas universitarios de países; emplear todas sus capacidades, todo el tiempo; aprender constantemente y desarrollar más la innovación en materia de cooperación; incrementar su velocidad de acción ante las oportunidades del entorno; fortalecer la capacidad de liderazgo; elevar continuamente la preparación del personal; desarrollar la cultura de integración y diseñar una estrategia que oriente su desarrollo a mediano y largo plazo, apoyada en sistemas de seguimiento y evaluación de los objetivos planificados. Es muy probable que la AUGM haya superado ya la mayoría de obstáculos establecidos por estos autores.
Algunos de los aspectos más relevantes que permitieron a la AUGM transformarse en un referente regional son:
El compromiso asumido por sus universidades miembro, representado en un alto grado de participación en la vida institucional y académica de la red.
La confianza basada en el conocimiento entre las instituciones que la conforman a partir de la generación de los lazos fraternos que promueven la identidad regional y la consolidan como red.
El consecuente y sistemático trabajo hacia los objetivos del desarrollo propuestos en los diferentes programas y acciones.
La apuesta efectiva a la movilidad como factor estratégico para alcanzar la internacionalización de las universidades miembros.
El fomento de la cooperación interinstitucional como instrumento solidario de desarrollo de las potencialidades de las instituciones que la conforman.
La implementación de estrategias de acción conjunta para la transformación de la Educación Superior como medio para contribuir con el desarrollo sustentable de nuestras sociedades.
Por otra parte, la diversidad de programas y su constante evolución representan una muestra del crecimiento de AUGM, por ejemplo:
La producción científico académica de sus Núcleos Disciplinarios y Comités Académicos.
El incremento de las movilidades en materia de estudiantes de grado, posgrado, docentes e investigadores y la apuesta a la inclusión de actores no docentes en la movilidad, los cuales realizan una importante labor institucional en las universidades y desempeñan un especial rol cuando de dar soporte administrativo a los estudiantes de intercambio se trata.
La creciente participación en las Jornadas de jóvenes investigadores sobrepasando los 10 mil jóvenes investigadores a lo largo de sus 25 ediciones.
El creciente vínculo con las sociedades, territorios y gobiernos, donde se asientan las universidades miembros a través de la Red de Ciudades y Universidades.
La realización de Escuelas de Verano/Invierno mayormente organizadas conjuntamente con universidades europeas.
Vale la pena destacar que el trabajo de integración y relacionamiento de las instituciones que componen AUGM superan ampliamente lo hecho a través de sus programas, y son la plataforma sobre la que se sustentan otros acuerdos y proyectos que profundizan la cooperación, la construcción del Espacio Latinoamericano y Caribeño de la Educación Superior (ENLACES) es muestra ello.
En el marco de los lineamientos que refieren a la integración regional e internacionalización explicitados en la declaración final de la CRES (IESALC-UNESCO, 2008) se dice que «es fundamental la construcción de un Espacio de encuentro latinoamericano y caribeño de Educación Superior (ENLACES), el cual debe formar parte de la agenda de los gobiernos y los organismos multilaterales de carácter regional». La AUGM ha hecho de la construcción de ENLACES una de sus principales apuestas estratégicas en la actualidad.
Según se indica en la CRES, la construcción del Espacio:
es básico para alcanzar niveles superiores que apunten a aspectos fundamentales de la integración regional: la profundización de su dimensión cultural; el desarrollo de fortalezas académicas que consoliden las perspectivas regionales ante los más acuciantes problemas mundiales; el aprovechamiento de los recursos humanos para crear sinergias en escala regional; la superación de brechas en la disponibilidad de conocimientos y capacidades profesionales y técnicas; la consideración del saber desde el prisma del bienestar colectivo; y la creación de competencias para la conexión orgánica entre el conocimiento académico, el mundo de la producción, el trabajo y la vida social, con actitud humanista y responsabilidad intelectual (IESALC-UNESCO, 2008, p. 22).
Y busca, entre otros, «la renovación de los sistemas educativos de la región, con el objeto de lograr una mejor y mayor compatibilidad entre programas, instituciones, modalidades y sistemas, integrando y articulando la diversidad cultural e institucional» (IESALC-UNESCO, 2008, p. 23).
Dicho proceso de gestación y su posterior desarrollo está jalonado por un número significativo de instancias deliberativas y de toma de decisiones con el objetivo de explicitar los principios y lineamientos generales que sostienen la iniciativa e indican las acciones a realizar, todas ellas explicitadas en la propuesta de Estatutos de ENLACES1 el cual será puesto a consideración en su primera Asamblea general ordinaria a celebrase en el marco de la CRES 2018.
Podemos afirmar que el proceso fundacional de ENLACES se ha caracterizado por la adhesión a los principios y orientaciones de la Conferencia mundial de Educación Superior del año 1998, la Conferencia regional de Educación Superior de América latina y el Caribe (CRES) del año 2008, la reivindicación de un concepto de educación como bien público social y una idea de universidad comprometida con la búsqueda de soluciones a los emergentes problemas de la sociedad. Asimismo, el proceso fundacional da cuenta de un trayecto plural y de amplia participación donde las Redes Académicas y Consejos de rectores, desempeñan un papel relevante, pues dinamizan, proponen y buscan alternativas de solución a los obstáculos, con espíritu cooperativo, solidario y proactivo.
Como resultado de este constante trabajo el Grupo Montevideo ha logrado el reconocimiento por un lado de los estados y por otro de las demás redes (nacionales y regionales) vinculadas a la Educación Superior.
CONSIDERACIONES FINALES
En la actualidad aún existen en el Cono Sur países que realizan el esfuerzo por un desarrollo sostenible, que tenga como definición estratégica lograr que el crecimiento de la economía venga acompañado del combate a la indigencia y la pobreza extrema, la búsqueda de la equidad social, el acceso universal a la salud, la educación y la vivienda, así como el cuidado por el medioambiente.
El contexto político regional y mundial exige que las universidades asuman un importante protagonismo en el desarrollo del conocimiento, que tienda a legitimar las aspiraciones de las sociedades y apunte al mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes, tarea más que necesaria si se atiende a la creciente asimetría en la distribución de la riqueza. Al respecto debe señalarse que a inicios de los 90, se pusieron en curso acciones concretas para mejorar la actividad de cooperación internacional. La creación, en 1991, de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo (AUGM) es evidencia de ello.
Vale decir que no hubo nada de azaroso en la circunstancia temporal en que nace y crece inicialmente la AUGM; hubo, por el contrario, un conjunto de universidades y universitarios, geográficamente ubicados, que comprendieron la circunstancia universitaria que se vivía en el mundo. Sobre esta base, la AUGM se planteó fortalecer la cooperación científica interinstitucional, entendida como una oportunidad de desarrollo importante, que se materializa a través de varias acciones vinculadas a los programas movilidad académica y cooperación científica entre otros. La AUGM se consolidó en el devenir de los años y comparte, de manera solidaria, personal académico de máxima calificación, recursos materiales, instalaciones, equipamientos, laboratorios y bibliotecas, lo cual construye un espacio académico común ampliado.
Sin embargo, como plantea Jorge Brovetto (2016), es preciso admitir que todo genuino proceso de integración pasa necesariamente por instancias arduas y alternativas normalmente no lineales y supone renunciamientos, generosidad y espíritu solidario, pero que, como contrapartida, asegura al conjunto y a sus miembros una mayor fuerza de negociación y principalmente posibilita a los actores involucrados el logro de una mayor pertinencia y una mayor eficiencia social, factores determinantes de un desarrollo no solo sustentable sino además socialmente equitativo.
Si bien el proceso de crecimiento y consolidación regional de la AUGM es muy evidente, se presentan algunas áreas donde aún existen necesidades de ajustes de diferentes tipos e intensidad, capacidades aún no explotadas, que deben ser objeto de profundización para formular nuevas estrategias que contribuyan a elevar la calidad de sus resultados e impactos en la satisfacción de las demandas. La preocupación por mantener el nivel de participación y compromiso de sus universidades miembro en los diferentes programas debe ser una constante. A consecuencia de ello se desarrollan procesos de evaluación de los programas, en algunos casos de forma anual (movilidad académica) o periódicamente (cada dos años) cooperación científico-académica. De esta forma se establecen estrategias para la mejora continua de los programas y se toman definiciones para su desarrollo y proyección futura.
Los autores de este trabajo entienden que es en este sentido que la gestión de la cooperación internacional debe visualizarse, como un eje estratégico para responder a las exigencias actuales y futuras y debe apuntar a la articulación, de manera significativa, de la construcción a partir de las fortalezas de cada institución, colaborando activamente en la superación de las fuertes asimetrías que prevalecen en la región.