INTRODUCCIÓN
Como dijera nuestro Comandante en Jefe en el discurso pronunciado en la clausura del 3er Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), el 8 de marzo de 1980, hace más de 40 años, «la sociedad ganará más en la medida en que sea capaz de desarrollar y aprovechar las cualidades, las capacidades morales, humanas e intelectuales de la mujer» (Torres, Rodríguez y Rodríguez, 2020).
En el escenario actual, donde la lucha contra la pandemia se erige como la batalla esencial a ganar por los profesionales de la salud y por todo un pueblo, se ha demostrado que solo con el esfuerzo mancomunado de toda la sociedad, de la juventud en especial y de la mujer joven en particular, nuestra sociedad saldrá victoriosa (Díaz-Canel y Martínez, 2020).
La mujer cubana siempre ha estado presente en cualquier tarea que reclame de ella su presencia. Nuestras estudiantes universitarias, dignas representantes de su tiempo, conscientes de su misión, no solo como futuras ingenieras sino como miembros de ese entramado social conocido como Universidad - Sociedad, han dado su aporte a la batalla que se libra en nuestro país contra la COVID -19 participando en diferentes tareas de impacto. El objetivo de este estudio es caracterizar la participación de las féminas de la facultad de Ingeniería Química de la Cujae en el enfrentamiento a la pandemia en el periodo enmarcado entre marzo 2020 y abril de 2021.
METODOLOGÍA
El estudio se enmarca en la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Tecnológica de La Habana, Cujae. En el diseño del trabajo se utilizó el registro de participación de estudiantes en las tareas priorizadas por los Consejos de Defensa Provincial de La Habana para combatir la COVID - 19. Este registro fue actualizado mensualmente por la dirección de las organizaciones estudiantiles de la universidad y cuenta con los datos recopilados desde marzo de 2020 hasta inicios de abril de 2021 sobre la participación de las féminas en el apoyo al enfrentamiento de la pandemia.
Además, se utilizó la base de datos de estudiantes del SIGENU (Sistema de Gestión de la Nueva Universidad) para incorporar los análisis que se presentan en el trabajo relacionados con la matrícula y los datos personales de las estudiantes (Ministerio de Educación Superior, 2021). En todo momento se respetó la privacidad de las personas involucradas en este estudio. Fueron entrevistados catorce estudiantes y un profesor los que aportaron sus experiencias personales y criterios relacionados con estas tareas. La selección de los estudiantes para las entrevistas no se realizó de manera aleatoria. Se escogieron estudiantes de diferentes años de la carrera, la mayoría mujeres, lográndose recopilar diversas valoraciones sobre las diferentes esferas.
Los análisis estadísticos necesarios se realizaron uilizando el programa Statgraphics Centurion XV.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La Facultad de Ingeniería Química, tiene un total de 324 estudiantes que residen en La Habana. De ellos, 77 son del sexo masculino y 247 del femenino, lo que representa un 23,8 % y un 76,2 % del total respectivamente. De esos, 91 estudiantes, 28,1 % del total, han participado hasta la fecha en las diferentes actividades. Las labores que protagonizaron las féminas de la facultad en este periodo han sido:
Incorporación a la entrega de alimentos en los S.A.F. (Sistema de Atención a la Familia), para garantizar la alimentación a personas mayores, limitadas física o mentalmente o en general impedidas de salir a la calle para prever contagios de vulnerables.
Entrega de medicamentos a ancianos y desvalidos
Colaboración en primera línea de enfrentamiento a la enfermedad (Zona Roja), en el Hospital Pediátrico de San Miguel del Padrón ¨La Balear¨, en el Hospital Dr. Salvador Allende (La Covadonga) y en centros de aislamiento de la ciudad, desarrollando labores como empleadas, pantristas, asistentes de enfermería, transportistas y otras.
Donaciones de sangre.
Trabajos productivos en los organopónicos, centros agrícolas y centros de la Biotecnología (Centro de Neurociencias de Cuba y Empresa de Sueros y Productos Hemoderivados ¨Adalberto Pesant¨)
En el enfrentamiento a las disímiles ilegalidades que se han acrecentado con la situación económica del país en la etapa pandémica vinculadas a la operación de lucha contra coleros (LCC).
En tareas de apoyo al Sistema Nacional de Salud; dígase: pesquisas activas, monitoreo de casos confirmados, sospechosos y contactos, en las áreas primarias de Salud en los policlínicos, en la gestión hospitalaria, en los puestos de mando municipales y en el Puesto de Mando Provincial de la Dirección Provincial de Salud.
Y como digitadores en el manejo de datos en el Ensayo Clínico Fase III del Candidato Vacunal cubano Soberana-02.
La figura 1 muestra la distribución por sexo de los 91 voluntarios que han participado en las tareas.
Como se aprecia, la composición de las féminas en la incorporación a las diferentes actividades es lógicamente mayoritaria teniendo en cuenta la proporción de las mismas en la facultad. De acuerdo con el potencial de mujeres de la facultad para asumir las tareas no existen diferencias significativas entre los niveles de participación de ambos sexos.
La sensibilidad, el compromiso y el sentido de solidaridad que caracteriza a las mujeres cubanas y en consecuencia a nuestras estudiantes, se ha evidenciado en su alta participación en la solución de las problemáticas de la localidad y la sociedad cubana. Así lo demostró en sus palabras y con su actuación Aimé Gutiérrez Fabré, estudiante de 4to año de la facultad, quien en entrevista realizada señalaba «me sumé a esta tarea porque era una necesidad del país y siempre que sea necesario ahí estaremos los jóvenes. Ayudar a los ancianitos de mi barrio y colaborar en los hospitales ha sido una experiencia maravillosa porque a pesar de poner nuestras vidas en riesgo, es gratificante ver cómo cada granito de arena aporta al personal de salud y a la dirección del país».
Aimé es una de las féminas, que decidió dar su aporte desinteresado en ¨La Covadonga¨ en tres ocasiones, cambiando por tres meses casi consecutivos su rutina diaria, luego de haber revolucionado el trabajo del S.A.F. de su área de residencia llevando su espíritu renovador y justiciero al barrio. En la figura 2., se observa como algunas de las 71 mujeres voluntarias que han participado en las tareas han sido protagonistas de varias actividades.
En los centros de aislamiento y hospitales donde se incorporaron los cujaeños, las 19 químicas voluntarias ocuparon un total de 30 plazas en todas las rotaciones realizadas. Cuatro muchachas participaron en tres rotaciones, mientras que otras tres participaron en dos ocasiones. De esta manera, siete de nuestras voluntarias respondieron en más de una ocasión a la necesidad del país de cubrir plazas como personal asistente a los servicios de salud.
En la Figura 2. se aprecia que las tareas que más muchachas han involucrado son: la entrega de alimentos en los S.A.F. y el apoyo en los centros de aislamiento y hospitales a la par con la participación en trabajos productivos.
Otra de las tareas que más ha sensibilizado a nuestras muchachas en este inicio de año (de enero hasta febrero de 2021) ha sido el apoyo en la gestión hospitalaria en policínicos y direcciones de Salud Pública. Sobre sus experiencias en la Dirección Provincial de Salud en la Sala Situacional de COVID - 19, donde se efectúa la distribución de las capacidades hospitalarias de toda la capital la estudiante de primer año Anabel Achkienasi apuntó: «en esta actividad nos encargamos de asignarles cama a los pacientes confirmados o sospechosos, responsabilidad que nos permite sentirnos útiles en el enfrentamiento a la pandemia y vivir sensaciones inexplicables en las que se funden la alegría y el dolor».
Si se habla de lucha contra la pandemia no puede descartarse la participación de los jóvenes en la producción. La estudiante Ángela Grether Veitía y el estudiante Luis Osvel Milián se incorporaron al Centro de Neurociencias de Cuba para trabajar como obreros contratados por la empresa en la fabricación de hisopos para la realización de las pruebas PCR. Ambos coinciden en que al principio fue muy difícil la tarea, sobre todo adaptarse al ritmo de producción, pero afirman que en solo unas semanas llegaron a producir más de 1500 unidades entre ambos al día. Diariamente al escuchar los partes del Dr. Durán alegan se sintieron partícipes de aproximadamente el 10 % de las pruebas que se realizaban cada día.
La estudiante de 4to año, Leonor Pedroso se vinculó junto a otras 11 jóvenes como parte de un llamado realizado por BioCubaFarma y la Universidad para colaborar en el rescate productivo de la Empresa de Sueros y Productos Hemoderivados Adalberto Pesant, donde más de 40 cujaeños de diferentes carreras trabajaron desde octubre de 2020 hasta enero de 2021. Desde el Laboratorio de Control de Procesos se insertó en la producción como supervisora y afirma haber tenido la oportunidad de interactuar directamente con el proceso productivo, de aprender a solucionar problemas cotidianos en el manejo del equipamiento y de haber tenido la oportunidad de convivir con trabajadores con compartamientos diferentes.
Una de las convocatorias más complejas en este periodo pandémico respondió a la necesidad del país de garantizar un reparto equitativo de los recursos, principalmente de los alimentos. Sobre su incorporación al grupo LCC de su municipio la estudiante Laura Rodríguez apuntó: «la tarea tiene rasgos que la hacen más trabajosa y uno de los mayores retos de la misma es tratar con el pueblo, que lógicamente no acepta de buena gana ser rechazado por ya haber comprado los productos anteriormente».
No caben dudas de que las situaciones que se generan en este marco le permiten a la juventud desarrollar habilidades para desenvolverse ante circunstancias complejas.
En las donaciones de sangre, la facultad no contó con muchas voluntarias en este periodo, pero estas sirvieron para estrenar a muchas donantes que lograron vencer sus temores y vieron la oportunidad de servir a su país con su sangre. Alianna Martínez Fernández y Mariam Yilian Cárdenas, ambas estudiantes de segundo año, extendieron su brazo por primera vez.
Las labores en las que han participado nuestras estudiantes han puesto a prueba la formación profundamente humanista y altruista de estas jóvenes que, en medio del peligro inminente de contagio ante la pandemia, decidieron alistarse al lado del deber, superando incluso temores y dificultades personales.
Tal fue el caso de otra de nuestras estudiantes que recién culminó sus estudios y ya se incorporó a sus nuevas funciones como ingeniera: Arlette Núñez Albelo, quien expresara: «todos me decían que era una locura, que con mis alergias no debía ir a un hospital donde iba a pasar trabajo y simplemente no pensé en eso, en mi mente solo estaba la idea de que era necesario mi ayuda ahí».
La representación de las participantes en 12 de los 15 municipios habaneros se relaciona a continuación en la Figura 3.
En la Figura 3 se aprecia que la mayor cantidad de colaboradoras reside en el Cerro (14) y en La Lisa (14), seguido por los municipios de San Miguel del Padrón y Boyeros. No ha habido participación de las estudiantes residentes en los municipios: Cotorro, Centro Habana y Habana Vieja en las tareas. Este hecho puede estar relacionado con la poca representatividad de las damas en estos municipios (8, 5 y 2 estudiantes respectivamente). En la Tabla.1 se demuestra el impacto de la participación de las féminas en los municipios donde se incorporaron, relacionándose la cantidad de voluntarias con el potencial de cada municipio.
Municipio | Potencial de estudiantes | Cantidad de voluntarias | Porcentaje de participación |
10 de Octubre | 22 | 4 | 18,2 |
Arroyo Naranjo | 17 | 1 | 5,8 |
Boyeros | 28 | 6 | 21,4 |
Cerro | 23 | 14 | 60,8 |
Guanabacoa | 18 | 4 | 22,2 |
Habana del Este | 14 | 3 | 21.4 |
La Lisa | 34 | 14 | 41,2 |
Marianao | 12 | 6 | 50,0 |
Playa | 25 | 6 | 24,0 |
Plaza de la Revolución | 18 | 5 | 27,8 |
Regla | 6 | 2 | 33,3 |
San Miguel del Padrón | 15 | 6 | 40,0 |
Fuente: Elaboración propia
Como puede apreciarse en la Tabla 1 nuestras estudiantes han impactado con su apoyo más significativamente en los municipios: San Miguel del Padrón, Cerro y Marianao. No es casual que en el municipio de Marianao la participación haya sido notablemente superior al promedio global, si se tiene en cuenta que es este el municipio donde se encuentra ubicada la Universidad. La política de la universidad de garantizar ante todo el desarrollo local está siendo efectiva (García et al: 2020). Los niveles de convocatoria alcanzados en el Cerro y en San Miguel del Padrón están relacionados con la capacidad de liderazgo de los dirigentes institucionales en estos municipios.
Entre los principales factores identificados que atentan contra la incorporación masiva de las estudiantes en las tareas están: la alta ocupación de las mujeres en las actividades del hogar, los problemas de comunicación y convocatoria temprana y oportuna por parte de las organizaciones estudiantiles y de masas y la disconformidad e incomprensión de los familiares del potencial femenino. Sobre las vías de comunicación y las formas de convocatoria hacia el universo estudiantil la estudiante Daniela Marsal Alemany de 2do año expresó acertadamente: «cuando convocamos debemos hacerle ver a los demás que no bastan los cientos de miles de personas recuperadas, debemos tocar los corazones y hacer que nuestros muchachos se pregunten si acaso la vida de esos que murieron no era tan importante como para resignarse al hecho y dejar que otros hagan lo que nosotros podemos hacer». Queda claro que, independientemente del grado de madurez estudiantil de nuestras jóvenes o su integración política, ambos aspectos mostrados en las Figuras 4 y5; estas se han concientizado al apreciar el impacto que ha generado la pandemia en la población más vulnerable y en la salud de todo un pueblo.
En la Figura 5. se observa que la mayoría de las estudiantes que han respondido positivamente a las diferentes convocatorias son de 1er y 3er años.
Según la figura 6, la participación de las estudiantes militantes ha sido potencialmente superior a la participación de las estudiantes no militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), si tenemos en cuenta que aún representando solamente el 21 % de la cantidad de estudiantes, representan el 49% de la cantidad de voluntarias. Este comportamiento, que es similar al que se observa en la Universidad, tiene que ver con la madurez política y la sensibilidad ante el momento histórico demostrada por estas jóvenes.
La recién graduada Laura Agramonte Armona, una de las 71 guerreras, reeditó tres veces la aventura de colaborar en el cuidado de los pacientes infectados con el nuevo coronavirus.
Al indagar sobre las razones que la motivaron a brindar su aporte en ¨La Covadonga¨ apuntó: «la COVID fue el Moncada que nos tocó asaltar, La Covadonga fue la Sierra Maestra donde nos tocó pelear».
La juventud cubana y muy especialmente la mujer, ha sido evaluadora constante de los procesos que han acompañado a la pandemia habiendo identificado múltiples retos para los sistemas de gestión hospitalaria y de la seguridad social. En los S.A.F., combatieron las ilegalidades protagonizadas por elementos inescrupulosos de la sociedad que desvían los recursos destinados a los vulnerables y que ofrecen un servicio alejado de la calidad y la protección al consumidor.
Nuestras jóvenes revolucionaron con espíritu de justicieras las salas hospitalarias y centros de aislamiento del país, llevando amor y dejando a un lado el cansancio. Han planteado en múltiples ocasiones lo imprescindible de la informatización de los procesos y se han dispuesto a diseñar sistemas de trabajo que garanticen el bienestar popular. Como dijera el Presidente de la Federación Estudiantil Universitaria de la Universidad, el estudiante Andrés Carvajal Elena: «la estudiante universitaria cujaeña no ha sido solo pieza clave en la acción directa como voluntariado, sino también en las coordinaciones territoriales, siendo responsables, muchas de ellas, del vínculo universidad - entorno que se ha empoderado en los últimos meses». Cabe señalar que las mujeres de nuestra facultad dirigieron la coordinación y el monitoreo de la participación de estudiantes y profesores en 12 municipios de la capital, lo que demuestra la proactividad y el compromiso de las féminas de nuestra Universidad. Para muchas de ellas las tareas no solo le han permitido crecerse ante la sociedad al haber asumido su deber ciudadano con responsabilidad. Sheila Pérez Cedeño, estudiante de primer año, ha tenido una destacada participación en las diferentes tareas. En varias ocasiones ha participado de los trabajos voluntarios en los organopónicos de su municipio y en áreas productivas de la capital. Convencida de la importancia de estas actividades para dar cumplimiento al programa alimentario de la ciudad, afirmó: «tener la posibilidad de participar en trabajos productivos fomenta mi formación como profesional integral comprometida con el desarrollo de la sociedad. La experiencia de trabajar en estas áreas deja una sensación gratificante y nos permite valorar trabajos en ocasiones subestimados». Entre tantas desgracias la pandemia ha servido para situar a la juventud en un lugar clave en el desarrollo de los sectores estratégicos de la nación (Díaz-Canel: 2020 y Saborido: 2019).
Un ejemplo claro de la vocación altruista de nuestras jóvenes ha sido la respuesta que veinticuatro estudiantes de la facultad dieron ante la convocatoria para participar en el ensayo clínico de la vacuna Soberana 02 en su fase III. Todas sintieron un enorme regocijo con el hecho de saberse parte de una investigación diseñada para salvar la vida de millones de cubanos y personas del mundo. Se han enfrentado a una tarea de significación nacional, al estrés inesperado de trabajar en plataformas informáticas que exigen de ellas paciencia y dedicación, se enfrentan a la tarea titánica de digitalizar toda la información de los sujetos clínicos del ensayo en diferentes municipios de la capital. Una de las estudiantes que desde el municipio La Lisa se incorporó al ensayo en el Policlínico Antonio Pulido Humarán, Lianet Barroso, alegaba: «en este mes no sólo nos hemos sentido acogidos por todo el personal de salud con el que hemos trabajado mano a mano, hemos podido ver la confianza que deposita el pueblo cubano en los héroes anónimos de bata blanca y en los científicos nuestros».
De este policlínico también, Diana Emil Mora refirió: «el duro trabajo de los sábados de acostumbrado descanso, las estancias hasta tarde en el sitio, los problemas con la conexión de los primeros días resultaron pequeñeces comparados con el cariño y el agradecimiento que nos han mostrado en este noble proyecto».
Sin dudas, nuestras muchachas, como nuestras enfermeras, doctoras, en fin; nuestras mujeres cubanas, han estado a la altura del momento histórico. Y es que como expresara el ingeniero Danhiz Díaz Pereira, Secretario de la UJC en la Universidad en entrevista realizada: «aunque sea ya natural en el Proceso Revolucionario Cubano la presencia de la mujer, en este caso el reconocimiento tiene que ser especial, porque las mujeres aún siendo la columna vertebral de las relaciones interfamiliares y de las labores del hogar le han dado la cara a la enfermedad dejando toques de sensibilidad, buen gusto, cultura del detalle y visión maternal de mujer por donde pasan».
Nuestras féminas han visto la oportunidad de resolver los problemas de la nación y han sido parte de la solución de estos; han pensado y actuado ¨como país¨, luego de ser convocadas a esto por nuestro presidente Miguel Díaz Canel Bermúdez.
CONCLUSIONES
A través de la investigación realizada se corrobora que en nuestras universidades no solo se forman profesionales con un alto valor técnico o académico en su esfera del conocimiento, sino que su formación socio-humanista le permite demostrar una alta sensibilidad ante los problemas de la sociedad, pensando como país, lo que constituye una concreción de los fundamentos éticos y políticos conquistados por nuestra enseñanza.
La mujer cubana constituye un referente mundial en cuanto a compromiso social se refiere. Las jóvenes universitarias de la facultad de Ingeniería Química, como las de la Cujae y el país, se han crecido en el enfrentamiento a una pandemia que ha puesto en un lugar cimero el papel de las féminas.
Constituye un reto para las tareas que se avecinan perfeccionar los niveles de convocatoria en la Facultad y la Universidad en aras de lograr una incorporación más masiva de estudiantes, demostrada la capacidad de sus féminas para asumir las más difíciles tareas.