INTRODUCCIÓN
Las Actividades de la Vida Diaria (AVD) es un término que ha sido propuesto por primera vez en los Estados Unidos hace 73 años debido al envejecimiento de la población americana y su consecuente preocupación por el bienestar de la salud funcional de los adultos mayores.
Actualmente este término se usa para describir colectivamente las habilidades fundamentales necesarias para cuidarse a sí mismo de forma independiente, como comer, bañarse y moverse.1
De hecho, en los últimos años América Latina está experimentando un progresivo envejecimiento de su población y una estabilización de su estructura poblacional como consecuencia de la disminución de las tasas de mortalidad, la reducción de las tasas de fecundidad,2 y el fenómeno de la migración,3 lo que origina un incremento acelerado de la población de adultos mayores en todas las regiones.
Por ejemplo, se estima que para el 2030 habrá más personas en América Latina mayores de 60 años que personas menores de cinco años.4
Esto implica que el patrón y el ritmo del envejecimiento de la población varían sustancialmente en diferentes entornos, cambiando en tamaño y estructura, impulsando importantes cambios sociales, económicos y de salud en general.
Por ello, se presenta una serie de desafíos a nivel mundial, donde las personas mayores tienden a hacer contribuciones económicas inferiores y tienen mayores necesidades que las personas más jóvenes en edad productiva, por lo que es más probable que los adultos mayores presenten con frecuencia limitaciones funcionales en sus AVD.
En general, la incapacidad para realizar las actividades esenciales de la vida diaria puede generar condiciones inseguras y una mala calidad de vida en la población en envejecimiento,1 pues la fragilidad reduce la calidad de vida y deteriora aún más la capacidad funcional, limitando sustancialmente las labores del día a día. Estas limitaciones tienen que ver con la falta de actividad física, deficiencias en el consumo de nutrientes, sarcopenia,5 entre otros factores
En ese contexto, el Perú actualmente enfrenta un proceso de transición demográfica, el cual, constituye un desafío para las instituciones públicas y del estado,6 cuyas proyecciones para el año 2025 sugieren que la población adulta mayor en el Perú representará el 12,4 % de la población total, valores similares a otros países de la región.
Por lo tanto, estudiar las AVD y los indicadores antropométricos en mujeres adultas del Perú es relevante, pues basados en el aumento de la población de adultos mayores, este estudio se propuso como objetivo relacionar las AVD con los indicadores antropométricos en mujeres de 60 a 85 años de un programa de adulto mayor de un municipio de Lima, (Perú).
MÉTODOS
Estudio y muestra
Se efectuó un estudio observacional descriptivo, de corte transversal en mujeres de la tercera edad. El universo estuvo constituido por 73 mujeres inscritas inicialmente en el programa. La muestra está conformada por 34 mujeres con un rango de edad de 60 a 85 años. La selección de las voluntarias fue accidental (no-probabilística).
Todas las mujeres asistían a un programa de Yoga organizado por la Municipalidad del distrito de la Molina (Lima, Perú). Este programa es de dos veces por semana, con una duración de una hora por sesión.
Se incluyeron en el estudio a las que aceptaron participar de forma voluntaria y las que podían leer sin dificultad. Se excluyeron a las mujeres que tenían dificultad para leer por problemas de la vista y a las que habían tenido en los últimos tres meses algún tipo de riesgo de caída. El estudio se llevó a cabo de acuerdo a la declaración de Helsinki para investigación en seres humanos y en conformidad al comité de ética local.
Técnicas y procedimientos
Las evaluaciones antropométricas y la aplicación de la escala de las actividades de la vida diaria (EAVD) se efectuaron en las instalaciones deportivas de la municipalidad. Todo el proceso de evaluación estuvo a cargo de uno de los investigadores con amplia experiencia. Las evaluaciones se realizaron durante el mes de abril del 2023.
Inicialmente se midió el peso y la estatura de acuerdo a las sugerencias descritas por Ross y Marfell-Jones.7 Para el peso corporal (kg) se utilizó una balanza electrónica (Tanita, Reino Unido) con una escala de 0 a 150 kg y una precisión de 100 g. Para la estatura se utilizó un estadiómetro portátil (marca Seca Gmbh & Co. KG, Hamburgo, Alemania) con una precisión de 1 mm, de acuerdo con el plano de Frankfurt. Se calculó el Índice de masa corporal (IMC) con la fórmula: [IMC = peso (kg) / estatura2 (m)], el Índice ponderal (IP) con la fórmula: [IP = peso (kg) / estatura3 (m)] y el área de superficie corporal (ASC) con la fórmula de Du Bois y Du Bois,8: ASC: = 0.007184*Peso 0,425 * Estataura 0.725.
Para evaluar la AVD se utilizó la técnica de la encuesta. El instrumento utilizado fue la escala propuesta por Cossio-Bolaños y col.9 Esta escala tiene ocho preguntas y dos dimensiones (Cuidados personales y Movilidad en el hogar). Las alternativas presentaban una escala de puntuación tipo Likert de uno a cinco puntos. La escala se categorizó en tres niveles: <10 puntos bajo, de 11 a 21 puntos medio y > 22 puntos alto. La escala original muestra un Alpha Cronbach de r = 0,87. En el estudio actual mostró un Alpha de Cronbach de r= 0,84.
Estadística
Se verificó la normalidad de los datos por medio de la prueba de Shapiro Wilk. Se calculó la estadística descriptiva de promedio, desviación estándar, intervalo de confianza (IC). Las comparaciones entre categorías de las (AVD) (bajo, medio y alto) se efectuó por medio de Anova de una vía y la prueba de especificad de Tukey. Las relaciones entre variables se verificaron por medio de Spearman. El nivel de significancia adoptado fue de 0,05. Los cálculos se efectuaron en planillas de Microsoft Excel y en SPSS 16,0.
RESULTADOS
Las variables antropométricas como peso, estatura, indicadores como el IMC, IP, ASC y las AVD se observan en la tabla 1.
Leyenda: X: promedio, DE: Desviación estándar, IMC: Índice de masa corporal, IP: Índice ponderal, ASC: Área de superficie corporal, AVD: Actividades de la vida diaria, IC: intervalo de confianza.
Las comparaciones de los indicadores antropométricos, como IMC, IP y ASC de acuerdo a las categorías de las AVD (bajo, medio y alto) se observan en la figura 1. Se verificó diferencias en el IMC en las tres categorías (p<0,05), donde las mujeres con AVD media y AVD alta, presentan menor IMC que sus contrapartes clasificadas con AVD baja. En el ASC, se observó diferencias entre las mujeres categorizadas con AVD media vs las que reflejan alto nivel de AVD (p<0,05). En el IP, hubo diferencias entre las mujeres categorizadas con bajo nivel de AVD versus sus similares clasificadas con AVD media y AVD alta (p<0,05).
En cuanto a las relaciones entre los indicadores antropométricos con la escala de las AVD observamos correlaciones negativas (oscilando entre r= -0,16 a -0,34). Las correlaciones significativas se observaron entre AVD con el IMC y el IP (R= -0,34 y -0,35, p<0,05), además, hubo relación significativa con la dimensión cuidado personal (CP), sin embargo, con la dimensión movilidad en el hogar (MH), hubo relación negativa, pero no significativa (p>0,05).
Indicadores | AVD total | CP | MH | |||
---|---|---|---|---|---|---|
r | p | r | p | r | p | |
IMC (kg/m2) | -0,34 | 0,034 | -0,33 | 0,038 | -0,15 | 0,365 |
IP (kg/m3) | -0,35 | 0,028 | -0,39 | 0,014 | -0,05 | 0,74 |
ASC (m2) | -0,16 | 0,338 | -0,07 | 0,65 | -0,23 | 0,152 |
Leyenda: IMC: Índice de masa corporal, IP: Índice ponderal, ASC: Área de superficie corporal, AVD: Actividades de la vida diaria, CP: cuidado personal, y MH: Movilidad en el hogar.
DISCUSIÓN
El estudio tuvo como objetivo determinar la relación entre las AVD con los indicadores antropométricos en mujeres de 60 a 85 años de un programa de adulto mayor de un municipio de Lima, (Perú).
Los resultados indican que hubo relación negativa entre el IMC e IP con las AVD en mujeres adultas. Esto implica que a medida que presentan mayores valores de índices antropométricos, los valores de las AVD descienden.
Algunos estudios han verificado similares resultados con el presente estudio, aunque con variables que tienen que ver con el riesgo de independencia funcional en adultos mayores de ambos sexos que viven en comunidad.10
Otros estudios han verificado que el bajo peso y/o desnutrición están asociados también con bajos niveles de aptitud funcional y consecuentemente con bajos niveles en la AVD en hogares de ancianos.11,12
De hecho, tanto, el exceso de peso y bajo peso tienen que ver con la aptitud funcional y los niveles en las AVD en adultos mayores mujeres, a pesar de que en este estudio verificamos que el exceso de peso por IMC e IP reflejan bajos niveles de las AVD.
En general, los adultos mayores, independientemente del sexo, son menos activos físicamente, y son más sedentarios que sus similares jóvenes. Pues a medida que envejecen disminuye su condición física saludable, por lo general las tareas simples de la vida diaria pueden disminuir drásticamente.13
Por ello, es necesario comprender las AVD en adultos mayores, ya que el estado del peso (normo peso) por IMC puede jugar un papel relevante en las mujeres mayores. Pues, por un lado, el exceso de peso tiene efecto sobre el inicio del deterioro de la fuerza, la movilidad de la parte inferior del cuerpo y las AVD,14 y el bajo peso esta relacionado directamente con la sarcopenia y la reducción de la fuerza muscular afectando el desempeño de las AVD en mujeres de edad avanzada,15 e incluso puede afectar el estado nutricional por deficiente alimentación producto de la dificultad en cocinar y aprovisionarse de dietas esenciales,16 y una ingesta insuficiente de nutrientes.
En ese contexto, es importante resaltar el entorno de la vida diaria de los adultos mayores a través de la promoción de programas de intervención para mejorar la independencia de las AVD.17 Estas actividades tienen que ver con cuidado personal, y la movilidad en el hogar.
En general, la Organización Mundial de la Salud,18 destaca que la capacidad de movilidad de las personas mayores es fundamental para la participación social y cívica dentro de la sociedad, mientras tanto el cuidado personal, contribuye a mejorar la independencia, la higiene, la salud, calidad de vida, entre otros factores.19
En consecuencia, preservar un estado de peso adecuado y presentar moderados a elevados niveles de desempeño en las AVD pueden contribuir a preservar la independencia de los adultos mayores en general. Para ello, Vásquez y col.,20 sugiere que la práctica de la actividad física pue0de ayudar a prevenir dichas deficiencias, con lo cual es posible lograr avances importantes en los esfuerzos de salud pública para promover un envejecimiento saludable.
Esta investigación presenta algunas debilidades. Por ejemplo, el tipo y tamaño de muestra utilizado, no permite generalizar los resultados a otros contextos, además, no fue posible controlar los hábitos de alimentación. Por el contrario, también presenta algunas fortalezas, pues es un estudio piloto que servirá de línea de base para comparar el mismo grupo en los próximos años y verificar los cambios en las AVD, también, es relevante porque entrega información pertinente para estudiar las AVD y el estado de peso en otros grupos de mujeres adultas.
CONCLUSIONES
Verificamos relación negativa entre las AVD con los indicadores antropométricos, especialmente con el IMC y el IP en mujeres adultas mayores. Además, destacamos que las mujeres con elevados valores de IMC e IP, reflejaron valores inferiores en las AVD. Estos resultados sugieren que es necesario promover programas de actividad física para mejorar la aptitud funcional y consecuentemente, las AVD.