INTRODUCCIÓN
El desarrollo sostenible es un concepto básico de esta era. Es tanto una forma de entender el mundo como un método para resolver los problemas globales.
La economía no sólo es notoriamente desigual sino que también supone una amenaza importante para el propio planeta tierra. Como todas las especies vivas, la humanidad depende de la naturaleza para obtener alimentos, agua y otros materiales necesarios para la supervivencia, así como para protegerse de amenazas ambientales como las epidemias y las catástrofes naturales. Pero lo cierto es que para ser una especie que depende de la generosidad de la naturaleza, no se está contribuyendo demasiado a proteger la base física de la propia supervivencia humana. La gigantesca economía mundial está provocando una gigantesca crisis ambiental, capaz de amenazar la vida y el bienestar de miles de millones de personas, así como la supervivencia de millones de otras especies del planeta.1
Un largo proceso de estudios científicos sobre la relación entre el medioambiente y la actividad humana, hunden sus raíces en el siglo XIX, uno de los primeros análisis minuciosos del impacto de las acciones humanas sobre el medio ambiente y un grito de alarma contra la destrucción de la naturaleza.
Es insostenible la acelerada pérdida de biodiversidad, que obliga a dialogar de una sexta gran extinción ya en marcha, que peligra con romper los equilibrios de la biosfera y descalabrar a la propia especie humana, causante de esta extinción. Es insostenible e inaceptable el desequilibrio entre una quinta parte de la humanidad acercada a un consumismo sin control y miles de millones de personas que pasan hambre y condiciones de vida insoportables. Por ello, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992, y conocida como Primera Cumbre de la Tierra, se reclamó una solventada acción de los educadores para que los ciudadanos y ciudadanas adquirieran una correcta percepción de cuál era la realidad y pudieran participar en la toma de decisiones fundamentadas.
Se reconoció así la importancia del desarrollo de la educación ambiental, tanto reglada (enseñanza formal), como no reglada (museos, documentales, creación de organizaciones no gubernamentales). Esta educación ambiental fue evolucionando desde la simple atención a los aspectos físicos y biológicos locales a un enfoque integral de las realidades ambientales, poniendo en evidencia la estrecha vinculación entre desarrollo económico y conservación o degradación del medio, así como la necesidad de una solidaridad mundial.2
Actualmente existe una recurrente preocupación manifiesta en diversas conferencias y organizaciones internacionales, respecto a la importancia de la conservación del medioambiente y la necesidad reinante de garantizar la sostenibilidad ambiental, incluso para la conservación de la especie humana; en tanto se asume al hombre como el primordial recurso natural existente, que en sentir de muchos autores, igualmente corre el riesgo de desaparecer ante la presente crisis ambiental. El hombre gana, por tanto, especial significación por su doble condición de objeto-sujeto, que resulta negativamente, con un evidente impacto social, sobre el medioambiente.
En Cuba, como en el resto del mundo, es evidente el detrimento creciente de los recursos naturales, entre otras causas, por las deficiencias del sistema de gestión ambiental y su falta de correspondencia en cierta medida con la política ambiental cubana. El debilitamiento de la conciencia y cultura ambiental, y la no aplicación consecuente de las diversas normas, regulaciones y/o legislaciones ambientales estipuladas al respecto, para minimizar de alguna forma estos efectos negativos producidos.3
Si se tiene en cuenta que el contexto educativo constituye el escenario donde se conforman diversos modos de observar, interpretar e intervenir en la realidad profesional y su relación con los demás contextos, en los que se incorpora la formación de la cultura ambiental, se podrá considerar la importancia de este enfoque que enfatiza en los aspectos sociales del fenómeno científico-tecnológico.
Cuba, como nación, enfrenta esta situación desde posiciones diferentes donde el proceso de transformación de la sociedad, enmarca la superación del subdesarrollo y la dependencia científico- tecnológica. Sin embargo, existen un grupo de cuestionamientos que reflejan preocupación porque la preparación profesional pueda responder a los intereses sociales.4
DESARROLLO
La Universidad Médica como institución constituye un factor integrador importante de la investigación y de los servicios, posee la capacidad de abarcar todos los componentes de la gestión en salud, y está en posición de integrar también los diferentes niveles del sistema de salud. Al tiempo que significa el marco institucional donde se encausan los principales compromisos cognoscitivos, ideológicos y metodológicos de los profesionales de la salud, desde sus primeros pasos en pre-grado y en la formación del Especialista en Medicina General Integral, por lo que resulta importante pensar en el desarrollo de una cultura ambiental en el proceso de formación del profesional, en este ámbito.4
Así mismo, la dimensión social de la educación superior incluye suministrar vías de aprendizaje flexibles bajo la perspectiva de la formación continua y garantizar el retorno, a la sociedad, del conocimiento generado en las universidades. Por tanto, a través de una educación superior de calidad es posible construir la economía del conocimiento y avanzar en la preparación de conciencia ambientalista y el refuerzo de la cohesión social en la lucha por la protección del medio ambiente.5
Poco se ha avanzado en materia de sostenibilidad por lo que se debe hacer hincapié en el concepto del desarrollo sostenible y el deseado para el bienestar humano en el presente y en el futuro. Para concientizar entre los docentes de cambiar su forma de pensar y sentir, para educar en la sostenibilidad, procurando contribuir al debate acerca de las alternativas sociales sobre el futuro de la humanidad. El desarrollo sostenible se apoya en el reconocimiento de la función que cumple el medio ambiente y los recursos naturales para garantizar el progreso económico.
Términos como el cuidado y mantenimiento de los recursos naturales que proporcionan bienestar a la humanidad se extiende al ámbito de las relaciones humanas sin violencia, equitativas y sin pobreza, son términos importante, en los que los docentes deben trabajar con perseverancia, para de esta forma contribuir a una mejor educación ambiental en los futuros profesionales.6
Es en esta época de globalización de la información y del reto económico intercultural, donde la idoneidad impone una durable transformación y fortalecimiento tecnológico, en un mundo en el que la querella de un mercado común, marcado por un inhumano reto económico-social; donde existe un verdadero paradigma competitivo, es necesario la renovación de las tecnologías.
De la misma forma desarrollar un conjunto de competencias que les permitan ser flexibles y capaces de poder interactuar en un mundo situado bajo la influencia del cambio, lo que constituye una oportunidad para introducir lo que la educación para la sostenibilidad (ES) viene reclamando desde hace unas décadas: una educación para una transformación social sostenible.7
La Organización de Naciones Unidas declaró Década de Educación para el Desarrollo Sostenible (2004-2015), en la que se puso en evidencia un consenso a nivel internacional. Se considera que el avance hacia el desarrollo sostenible supone la necesidad de establecer marcos de actuación que faciliten la participación, la concienciación, la educación y la capacitación de la ciudadanía.
El rol de la educación en este proceso es considerado fundamental, ya que en ella reside la base para construir escenarios de futuro más sostenibles y equitativos, por lo que es necesario concebir la educación como un todo. El acto de aprender se remite al concepto de competencia, ya que se trata de adquirir no solamente una calificación profesional, sino una competencia que capacite al individuo para hacer frente a un gran número de situaciones, a trabajar en equipo y a educarse para desempeñarse en el marco de las diferentes experiencias sociales y laborales.7
Es imprescindible lograr la incorporación, cada vez más presencial, del discurso ambiental a la planeación de las políticas de desarrollo y en el sistema educacional, para todos los tipos y niveles de educación.
La comprensión del desarrollo sostenible desde una concepción holística del medio ambiente, resulta la estrategia más adecuada para que el hombre moderno, en aras de elevar la calidad de la vida de la actual generación humana, sin poner en peligro las posibilidades de las futuras generaciones de satisfacer las suyas. Sin dudas, este proceso resulta complejo y la Pedagogía y la Didáctica constituyen la clave para renovar los valores y la percepción frente a estos nuevos retos. Desarrollar una conciencia que posibilite el cambio, durante los procesos de educación y formación que suceden en el ámbito escolarizado y no escolarizado.
En este sentido el Sistema Nacional de Educación de Cuba, ha consolidado paulatinamente la internalización de la Educación Ambiental (EA) en las tareas curriculares y extracurriculares que se realizan, todas con un fuerte componente comunitario, a partir del desarrollo del principio de centralización y descentralización de la política educacional cubana, para todos los tipos y niveles de educación.8
La carrera de Medicina ha transformado los planes de estudio de pregrado teniendo en cuenta el siguiente pensamiento: "…la medicina por su esencia y contenido interno es social, el objeto de esta ciencia es el hombre, ente en devenir, de cuya pluralidad se constituye la sociedad, no importa que esta ciencia repose en lo biológico”. Aunque las bases de la Medicina sean las ciencias naturales, su quehacer práctico se desenvuelve en el ámbito de lo sociocultural. Tiene un enfoque social. Se debe desarrollar un nivel de competencia profesional que avale un desempeño triunfante en el proceso de atención a la salud. Incrementar el poder resolutivo, la pertinencia y la calidad de las asistencias sanitarias, de manera tal que satisfaga eficientemente las necesidades de salud que orientaron su formación. Contribuir al aumento permanente de la credibilidad social de este modelo de atención donde el concepto de medio ambiente recomienza a formar parte de las prioridades estratégicas del sistema, en materia de desarrollo sostenible.9
La misión es que todos los graduados de la carrera de Medicina posean conocimientos y competencias para contribuir al desarrollo sostenible. Para lograrlo, es necesaria la cooperación con las instituciones educativas, las organizaciones estudiantiles, los gobiernos, las empresas y la sociedad civil; es decir que cada estudiante tiene que abandonar la educación superior con cualidades de liderazgo para el desarrollo sostenible.10
Para el logro de estos objetivos el Especialista en Medicina General Integral debe apoyar desde la comunidad la aproximación cuidadosa a los desafíos ambientales, emprender iniciativas que promuevan una mayor responsabilidad ambiental y estimular la difusión de cuanto puede el hombre hacer en pro de su salud, de su bienestar, del cuidado de la salud y bienestar de las futuras generaciones.11
El proceso salud-enfermedad expresa la unidad de lo natural y lo social en el hombre, la contaminación, el miedo, etc. Factores de la vida que influyen en la biología humana se reflejan en ese proceso. El cuadro de las principales causas de muerte sufre variaciones por la influencia del medio, hoy es mayor la necesidad de enfocar ambos aspectos (influencia del hombre y la sociedad en el medio natural y a la inversa). La Cumbre de la Tierra, adentrándose en la trama de lo ambiental y lo social, definió que la pobreza, la miseria y las inequidades de los grupos poblacionales son problemas ambientales, tan ambientales como la erosión, la desertificación y la contaminación.12
Para Cuba, es vital luchar por preservar los logros y conquistas sociales alcanzadas. Dirigir esfuerzos hacia la concepción de un trabajo ambiental más dinámico que responda a las situaciones que enfrenta nuestro país. Por la labor que realiza el liderazgo para el desarrollo sostenible vinculado a las familias está en condiciones de contribuir a la educación ambiental, logrando un trabajo con la comunidad y en interacción permanente con las diferentes instituciones, que en algunas medidas influyen en sus determinaciones. Un profesional médico que conozca y aplique las vías más idóneas para superar los errores e insuficiencias, identificar los principales problemas ambientales y encaminar su labor hacia un desarrollo económico y social sostenible, que más que un "especialista", con conocimientos y habilidades propias de su especialidad en un sentido limitado, sea capaz de extrapolar esos conocimientos y convertirlos en actuaciones en pro del mejoramiento humano. Este especialista debe poseer habilidades comunicativas, que sepa relacionarse con los demás y que se gane el cariño y la confianza de sus pacientes, que sea lo suficientemente respetado para que constituya un paradigma y pueda ejercer realmente una influencia en la comunidad.13
Los autores consideran que los Especialistas en Medicina General Integral tienen todas las herramientas y posibilidades para contribuir a la educación ambiental en las poblaciones donde desarrollan su labor porque como dijera Fidel: “Estos médicos de familia tienen un código especial, un código ético especial y riguroso ¿por qué? Por el acceso que tienen a la familia, por la confianza que la familia les brinda, al extremo que, incluso, van a necesitar conocimientos de Psicología y Psiquiatría también. En cierta forma muchas familias les piden consejos sobre problemas y se convierten realmente en un profesional de una gran influencia, de un gran prestigio, y de un gran aporte al bienestar y a la salud del pueblo. Creo que eso va a contribuir al que el promedio de vida de nuestra población se prolongue y que podamos estar entre los primeros del mundo en este campo. En esa tarea los médicos de familia van a jugar un papel fundamental".14
La práctica médica está vinculada con el pensamiento médico sobre la causalidad de los problemas de salud. Sus acciones deben responder a las exigencias de la moral socialista y al código de ética médica.
CONCLUSIONES
Se establece un consenso a nivel internacional y se supone que el avance hacia el desarrollo sostenible presume la necesidad de establecer marcos de actuación que faciliten la participación, la concienciación, la educación y la capacitación de la ciudadanía.
La educación considerada como un todo juega un rol importante en este proceso, en ella reside la base para construir escenarios de futuro más sostenibles y equitativos .
Cuba tiene la posibilidad a través del Especialista en Medicina General Integral, profesional de la salud, que de forma solícita educa, asume y realiza diversas tareas aglutinadas todas para aportar a la sostenibilidad.