Introducción
Las fracturas por estrés se producen como consecuencia de una reiteración prolongada y repetitiva de fuerzas o microtraumatismos de bajo impacto. Se presenta en diferentes huesos del organismo y es más frecuente entre los deportistas.1,2,3,4,5
La fractura de húmero por avulsión se produce debido a contractura muscular incoordinada, se afectan con mayor frecuencia los atletas que practican deportes de lanzamiento como béisbol, lanzamiento de jabalina, lanzamiento de disco, lanzamiento del martillo, cricket, etc.6,7,8
Se trata de un tipo de fractura poco frecuente que suele presentarse en atletas amateur de poca experiencia en el deporte que practican. Fundamentalmente aquellos que no tienen un adecuado entrenamiento para enfrentar las exigencias de un evento deportivo que demanda un esfuerzo físico más allá, del que ellos pueden soportar, y que además carecen de una correcta sincronización de movimientos al realizar, el lanzamiento. Se suma, la falta de control de la duración, intensidad y frecuencia de la actividad durante la competición. Se produce espontáneamente como consecuencia de contractura incoordinada de los músculos más potentes que se insertan en el húmero, asociado a fuerza máxima de torsión al realizar el lanzamiento, el atleta se encuentra con un alto grado de fatiga acumulada.
Estudios de biomecánica realizados demuestran que el movimiento ejecutado al lanzar la pelota es uno de los más rápidos que realiza un deportista en cualquier deporte.1,3,6,8
El trazo de fractura suele ser oblicuo o en espiral con fragmento libre en ala de mariposa y asienta a nivel de los tercios medio o proximal, entre los puntos de inserción de los músculos deltoides y pectoral mayor en el húmero. Puede ocurrir también con mayor frecuencia en el tercio distal con igual trazo, donde existe un alto riesgo de lesión del nervio radial, ya sea por distensión del nervio, ruptura, atrapamiento entre los fragmentos óseos, o englobamiento del nervio en el callo óseo durante el proceso de consolidación de la fractura. Esta fractura del tercio distal es conocida como fractura de Holstein-Lewis.9,10,11,12,13
Se plantea que alrededor del 75 % de los casos el paciente refiere haber sentido dolor poco tiempo antes de producirse la fractura.2,4,5
A pesar de lo poco frecuente que resulta este tipo de lesión ósea, no se puede dejar de tenerla en cuenta ante las circunstancias expuestas anteriormente, pues si bien suele presentarse como una fractura completa que imposibilita continuar la práctica deportiva, en ocasiones no sucede así, sino que se presenta como fisuras que se traducen en dolor y ligero edema; por lo que se interpretan como lesiones músculo-tendinosas que no son diagnosticadas y por tanto tratadas incorrectamente.
Presentación del caso
Paciente de 17 años de edad, sexo masculino sin antecedentes patológicos personales ni familiares. Lanzador de béisbol zurdo no perteneciente a escuela deportiva, academia de béisbol u otro tipo de formación deportiva que garantice una adecuada formación y entrenamiento como atleta.
Antecedentes y mecanismo de producción de la fractura
Lanzador de béisbol que tras encontrarse lanzando, después de haber realizado un esfuerzo físico marcado, al alcanzar las postrimerías del partido comienza a presentar molestias en el brazo de lanzar, al realizar un nuevo lanzamiento sintió un dolor súbito que le imposibilitó continuar lanzando.
Examen físico
Marcado aumento de volumen, hematoma y equimosis de todo el brazo. Impotencia funcional. Examen neurovascular intacto. (Fig 1)
Estudio radiológico
Se realizaron vistas radiográficas AP y lateral del húmero izquierdo y se observó:
Fractura diafisaria oblicua del tercio distal con desplazamiento externo. Ausencia de lesión ósea previa que justificara la presencia de fractura patológica por daño y debilitamiento del tejido óseo. (Fig 2).
Tratamiento impuesto
Yeso colgante; inmovilizado inicialmente con férula de yeso por diez días, posteriormente se continuó con yeso circular. Seguimiento clínico-radiológico semanal los primeros 21 días con el fin de detectar a tiempo la presencia de lesión del nervio radial, control de la posición de los fragmentos óseos y otras complicaciones inherentes a este tipo de tratamiento. Tiempo total de inmovilización 72 días.
A la par con el yeso colgante se aplicó magnetoterapia de la forma orientada por el especialista en Fisiatría de su municipio de procedencia. Se mantuvo tratamiento fisioterapéutico rehabilitador una vez retirada la inmovilización.
Resultado final
Fractura consolidada con buena alineación de los fragmentos. Rehabilitación adecuada. Reinicio de las actividades deportivas dos meses después de retirado el yeso. (Fig. 3 y Fig. 4).
Discusión
Se debe tener presente esta posibilidad diagnóstica, pues en ocasiones el cuadro clínico no es evidente e incluso puede no verse radiológicamente si no se hace las vistas adecuadas, al no pensarse en este tipo de lesión.
La fractura que se presentó por su trazo y localización, se corresponde con la descrita por Holstein-Lewis, donde existe un alto riesgo de lesión del nervio radial, por lo que muchos autores teniendo en cuenta esto abogan por tratamiento quirúrgico. Sin embargo se optó por el tratamiento conservador mediante yeso colgante el cual es un método de tratamiento muy bueno, siempre y cuando se cumpla con todos los requisitos exigidos en este tipo de modalidad terapéutica, sobre todo lo concerniente al estricto seguimiento clínico-radiológico.11,12,13
El resultado fue excelente, se logró consolidación de la fractura con buena alineación de los fragmentos, en un periodo de tiempo adecuado y sin presentar complicaciones, con reanudación de las actividades deportivas dos meses después de retirado el yeso.