INTRODUCCIÓN
Entre el profesor y el estudiante se establece una relación cuyo objetivo es facilitar el aprendizaje. Esa relación es también de ayuda, cooperación, mediación, y constituye un elemento clave para el desarrollo integral de los alumnos y el crecimiento profesional y personal de los profesores. La orientación educativa, integrada a la labor del docente, constituye un tema sobre el cual existe amplia discusión, dada las diferentes concepciones teóricas y manifestaciones que ha tenido en su desarrollo.
El proceso orientador, en el escenario escolar, debe conformar un sistema donde participen los profesores desde su organización del proceso docente-educativo. Debe constituir un proceso institucionalizado, protagonizado por el docente, con un carácter social en la comprensión y el abordaje de los problemas de los estudiantes. El no lograrlo ha sido, justamente, la principal limitación de los enfoques tradicionales.1-5
En Cuba, la tendencia integrativa, como enfoque teórico de la orientación educativa, que se aplica en las instituciones educativas, incluidas las del nivel superior,3) también ha superado las limitaciones de las concepciones tradicionales. De manera general, concibe la orientación, extendida en el proceso de enseñanza-aprendizaje, desde la función orientadora del docente, que complementa su trabajo con la familia, el grupo, el psicólogo y en el caso de las instituciones de ciencias médicas, con las unidades de orientación estudiantil. Es un proceso de ayuda dirigido a todos los estudiantes, con un carácter preventivo y continuo, en las esferas tanto académica, vocacional/profesional como personal.
En octubre de 1996, tuvo lugar en Ginebra, Suiza, el balance de las discusiones de la 45ª sesión de la Conferencia Internacional de Educación. El tema discutido por los ministros y los representantes de organizaciones no gubernamentales e intergubernamentales que participaron de la conferencia, fue el rol de los docentes en un mundo en proceso de cambio. Fue presidida por Jacques Delors, quien propuso los cuatro pilares de la educación del siglo XXI, que fueron expresados por la Unesco: aprender a aprender, aprender a hacer, aprender a ser, y aprender a convivir y colaborar con los demás.6
Así, se hace más relevante la labor del profesor como orientador y se desarrollan con mayor interés estudios que abundan en la profesionalidad del docente. En Cuba, investigaciones1,3) constituyen referentes fundamentales en la construcción teórica de la función orientadora, al abordar el rol profesional del docente.
Los autores de este trabajo comparten la definición propuesta por Miranda-Lena,7 quien concibe la función orientadora del docente como la ayuda a los estudiantes que están en proceso de crecimiento para que aprendan a conocerse a sí mismos y a su medio, para que descubran potencialidades y limitaciones, y trabajar sobre ellas para reforzar unas y resolver las otras, para que puedan elegir, decidir y hacer planes o proyectos de vida responsables, que contribuyan a tener una vida plena y útil, al tiempo que colaboran con los demás.
Es necesario repensar el proceso de orientación en la universidad, la vinculación y comunicación profesor-estudiante, como garantía de la calidad de la formación de los educandos y futuros profesionales. En la trayectoria escolar, la etapa universitaria es un momento significativo para el estudiante, en el que debe tomar decisiones que trascienden su vida. Es un período donde comienza la juventud como etapa del desarrollo psíquico, la cual se caracteriza fundamentalmente por la consolidación de las formaciones psicológicas de su personalidad; sin embargo, se constatan diversos problemas que asedian al estudiante universitario y que demandan orientación.8
Los problemas de los estudiantes universitarios pudieran estar agravados en la actualidad, debido al enfrentamiento a la covid-19, la cual constituye una crisis de salud para el mundo entero. Se ha descrito como una situación epidemiológica sin precedentes, que repercute en todas las dimensiones de la vida del sujeto: personal, social y económica.9 Las vivencias del sujeto se encuentran marcadas por situaciones desbordantes de sus recursos personales, por emociones negativas, frustraciones en sus proyectos de vida, incapacidad de adaptación y respuesta para afrontar las nuevas situaciones que está generando la trasmisión de la covid-19.
Es importante resaltar el papel y reto de los estudiantes en las instituciones docentes universitarias de ciencias médicas ante las medidas adoptadas por el Ministerio de Salud Pública. De ahí la importancia de la orientación, como proceso de ayuda, cooperación, comprensión y guía ante las situaciones, conflictos y problemas que se presentan en estos. Constituye un elemento esencial que determina el éxito académico y el desarrollo integral del estudiante. En concordancia con lo expuesto, el objetivo de la investigación es identificar, en los estudiantes, la percepción de la función orientadora del docente de ciencias médicas ante la covid-19.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo, transversal, con diseño mixto, en el período de tiempo comprendido entre abril y octubre de 2020. El universo de trabajo estuvo representado por 18 estudiantes de primer año de la carrera de Medicina, de la Facultad de Ciencias Médicas de Mayabeque, que realizan la pesquisa en una comunidad perteneciente al Policlínico Docente Luis Li Trigent.
Cada estudiante debió firmar un consentimiento informado y recibir la información pertinente sobre las características de la investigación. Para la recogida de la información se realizó un cuestionario y la técnica de grupo focal.
Las variables desarrolladas fueron:
Existencia del profesor como orientador ante la covid-19.
Áreas de la orientación educativa en que se expresa la función orientadora del profesor.
Problemas de los estudiantes que demandan la orientación del profesor ante la covid-19.
Valoración de la comunicación empática profesor-estudiante.
Para el procesamiento de la información se utilizó el análisis de contenido y el método de la triangulación, a fin de lograr la validez de la información entre los sujetos estudiados y entre las técnicas aplicadas. Los resultados se muestran en tablas para su análisis e interpretación. Las técnicas estadísticas que se utilizan son solo la obtención de las frecuencias relativas en porcentajes. Todos los datos son reales, respetando y teniendo en cuenta los principios éticos que debe cumplir una investigación.
RESULTADOS
En la tabla 1 se observa un predominio de estudiantes que reconocen la existencia del profesor como orientador en el período de enfrentamiento a la covid-19, para un 55,5%.
En la tabla 2 predominó el área académica (88,8 %), reconocida por los estudiantes como atendida por los profesores, seguida del área personal (55,5 %) y de la vocacional/profesional (27,7 %).
Áreas de la orientación educativa | Cantidad de estudiantes | % |
---|---|---|
Académica | 16 | 88,8 |
Personal | 10 | 55,5 |
Vocacional/profesional | 5 | 27,7 |
En la tabla 3 se aprecia el predominio de problemas de los estudiantes en el área académica, en relación con la educación a distancia, el alcance de los medios digitales y conectividad, y la limitación de tiempo dedicado al estudio, en el 100 % del grupo estudiado. También problemas en el área personal, relacionados con la presencia de estados emocionales negativos, miedo al contagio, disfuncionalidad familiar, aunque en menor cuantía (66,6 %). Y hay un menor predominio de problemas en relación con lo vocacional/profesional, en particular la desmotivación por la carrera (38,8 %).
Problemáticas de los estudiantes | Cantidad de estudiantes | % |
---|---|---|
Área académica (educación a distancia, alcance de los medios digitales y conectividad, limitación de tiempo dedicado al estudio) | 18 | 100 |
Área personal (estados emocionales negativos, miedo al contagio, disfuncionalidad familiar) | 12 | 66,6 |
Área vocacional/profesional (desmotivación por la carrera) | 7 | 38,8 |
Predominaron los estudiantes que valoran de positivo la comunicación empática profesor-estudiante, para un 61,1 %. (Tabla 4)
DISCUSIÓN
En el enfrentamiento a la covid-19, el desarrollo de la orientación educativa en la universidad, como parte del rol profesional del docente, adquiere mayor relevancia. El estudiante universitario se encuentra ante nuevos desafíos académicos, personales, profesionales y demanda del docente su presencia como figura de apoyo, de guía para la resolución de sus problemas. Así lo ratifican investigaciones recientes en este campo.10-14
Uno de los temas que más se discute acerca de la implementación de medidas para la educación, como consecuencia de la trasmisión masiva de la covid-19, es el relacionado con la educación a distancia.
Un informe publicado por la Unesco asegura que casi el 80 % de los estudiantes a escala global no asiste a la escuela como consecuencia de la covid-19. La educación a distancia, utilizando las tecnologías de la información y de la comunicación, se ha convertido en la regla del trabajo docente.9
En Cuba, el control de la trasmisión ha tenido resultados satisfactorios; uno de los factores que lo determinan es la estructura y funcionamiento de un Sistema Nacional de Salud basado en la atención primaria. Una de las tareas que fue diseñada a este nivel, en coordinación con las instituciones universitarias de ciencias médicas, es la pesquisa. Esta fue declarada como Trabajo Comunitario Integrado con fines académicos, lo cual resulta de obligatorio cumplimiento. Es importante recalcar la suspensión del proceso docente-educativo convencional durante este período, con la modalidad a distancia.15
Este trabajo evidencia que los principales problemas identificados por los estudiantes y que recibieron mayor atención del profesor estuvieron relacionados con el área académica, específicamente con la educación a distancia. Es importante tener en cuenta que se habla mucho de educación mediada por la tecnología, pero es el docente el que la resignifica, humaniza, le da sentido y valor.13
Otra de las dificultades que han emergido en cuanto al aprendizaje de los alumnos es el insuficiente acceso a internet, en un número variable de casos según la realidad socioeconómica de cada centro educativo y familia. Declaran varios autores que la crisis de la covid-19 pone de manifiesto el drama de la desigualdad tecnológica: la llamada brecha digital.13
Los autores opinan que se están generando nuevos vínculos profesor-estudiante, y la invitación debe ser a no descuidar el vínculo con el alumno, sino a darle nuevos sentidos a la relación y al proceso de enseñanza-aprendizaje.
Otras de las situaciones que son atendidas y demandadas por los estudiantes estuvieron en el área personal. Las investigaciones describen la covid-19 como una situación tan imprevista, grave y compleja a todos los niveles, que pone al individuo a enfrentar sus valores y prioridades, a medir sus competencias sociales y cívicas, emocionales y la capacidad para gestionar la incertidumbre.9
Es precisamente la sensación de vulnerabilidad una de sus consecuencias, que puede ir acompañada de miedo, angustia, de torrentes de emociones que se expresan de mil maneras diferentes.12 Estos estados emocionales fueron descritos por los estudiantes del estudio.
Todo lo antes expuesto pone de relieve el significado del rol del docente como orientador ante las consecuencias de la situación de salud del país. En el mundo se confirma que los roles del docente ante la pandemia son la orientación empática y la trasmisión de la calma,10 lo cual también coincide con los resultados del presente estudio.
El éxito del vínculo profesor-estudiante depende en gran medida de que el clima en que se desarrolle posea cualidades de aceptación, respeto y confianza. Para generar empatía, el profesor tiene que poseer la capacidad de participar de los sentimientos del estudiante, y colocarse a sí mismo en el rol de este, como vía para comprender los procesos afectivos que se producen en él.
El rol del docente cambió a lo largo de la historia, se ha ido perfilando como mediador del hecho educativo con un carácter humanista y bajo los principios de paz, equidad y justicia social.
Si el sentido último de la orientación es acompañar a las personas en su proceso de empoderamiento como ciudadanos y ciudadanas con autonomía para vivir en sociedad, quizás hoy más que nunca cobre relevancia; también la labor del profesor, más allá de trasmisor de conocimientos. Es esencial su capacidad de diseñar y crear oportunidades únicas de ofrecer su ayuda y cooperación para el desarrollo de la personalidad del estudiante, para avanzar en la tarea de enfrentar estas circunstancias de incertidumbre, de rupturas de equilibrio, de resistencia al cambio, tal como se atraviesa.
La relación profesor-alumno se hace más relevante ante la covid-19. El estudiante de la carrera de Medicina enfrenta nuevas condiciones en el proceso docente-educativo, donde reconoce y demanda la orientación del docente. La mayoría de los estudiantes percibe la presencia del profesor como orientador, e identifica el área académica como la más atendida. Sus principales problemas están en relación con el proceso de enseñanza-aprendizaje y valoran como positivo la comunicación empática profesor-alumno. Las transformaciones en el rol del docente tradicional han llevado a cabo mejores condiciones para el desarrollo integral del estudiante, particularmente en situaciones de crisis de salud, como la que se vive actualmente.