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Revista Cubana de Anestesiología y Reanimación
versión On-line ISSN 1726-6718
Rev cuba anestesiol reanim vol.11 no.2 Ciudad de la Habana mayo-ago. 2012
EDITORIAL INVITADO
El acto de anestesiar
The ceremony of to anesthetize
Dra. Mayda Correa Borrell
Especialista de II grado en Anestesiología y Reanimación. Máster en Urgencias Médicas. Profesor Consultante. Hospital Universitario "Manuel Ascunce Doménech". Camagüey.
Anestesiar un paciente, es mucho más que administrar una droga anestésica y observar un monitor. Anestesiar implica, destreza técnica, conocimiento, responsabilidad, seguridad y ética. Fue necesario pasaran muchos años para que la Anestesiología ocupara el lugar que ostenta hoy en el ámbito médico. El anestesiólogo dejó de ser el profesional que practica el hecho de narcotizar (anestesista), para convertirse en anestesiólogo, médico que desarrolla control estricto de las funciones fisiológicas del paciente durante el proceder anestésico-quirúrgico, como verdadero clínico a la cabecera del enfermo en el quirófano.
La monitorización considerada una observación informativa, es igual a vigilancia y supervisión de la evolución de un fenómeno. Representa el proceso mediante el cual el médico reconoce y evalúa los problemas fisiológicos potenciales del paciente, cuyo control se remonta a épocas antiguas de la medicina y para lo que se han creado y establecido estándares de monitorización invasiva y no invasiva. La Anestesiología moderna reclama información fisiológica del paciente de carácter superior, exacta y efectiva, garantías de la seguridad anestésica y adopta cultura de seguridad, en beneficio de los pacientes. No obstante la monitorización a través de funcionamiento tecnológico solo abarca 2/3 de la vigilancia necesaria al paciente, 1/3 de la vigilancia depende del anestesiólogo que debe asumir el control del funcionamiento de los equipos y el control clínico del paciente basado en la semiología suministradora de datos clínicos, fuente importante del método clínico en la práctica medica, no excluido en la práctica anestesiológica.
El anestesiólogo moderno, enfrascado en los avances científicos-tecnológicos de la Medicina, la informática, la investigación y la docencia, no puede apartar su perfil de la realidad humana que lo circunda y a la que debe obligación profesional. La tecnología jamás podrá suplir al hombre, porque él es el que la crea, desarrolla y enriquece, y la información que ofrecen debe ser integrada con aspectos del paciente.
La ética de la especialidad promueve, con independencia de la tecnología que acompaña al paciente, la presencia del anestesiólogo, jamás reemplazada por la monitorización, cara a cara con la clínica, con el ser humano con padecimiento quirúrgico, en contacto directo con él que personaliza el cuidado, con elevado sentido humano, aplica métodos clínicos en la evaluación fisiológica del paciente anestesiado, en una vigilancia clínica más allá de la información suministrada por los equipos y recuerdo que la observación clínica mantiene vigencia como herramienta diagnóstica, de detección precoz de complicaciones y de evaluación terapéutica .
Al decir de muchos, los anestesiólogos estamos embestidos de un carisma especial "el arte de los dioses". Los Dioses del Olimpo están a nuestro lado y no se ven; los anestesiólogos si se ven y tenemos la obligación de estar justo junto al paciente.
Recibido: 26 de mayo de 2011.
Aprobado: 20 de octubre de 2011.