Introducción
En diciembre del año 2019 inició la pandemia COVID-19.1 De acuerdo con datos de la United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization (Unesco), para el día 2 agosto de 2020 un total de 102 países mantenían suspendida la educación presencial, lo que afecta a 1.058.824.335 estudiantes, un 60,5 % de los alumnos matriculados en el mundo.2
Ante esta situación, se priorizó la educación a distancia, pero esta definición no es capaz de reflejar la esencia de la realidad práctica, como intenta hacerlo el nuevo concepto de “Educación Remota de Emergencia” (ERE), descrita como una respuesta de supervivencia educativa ante la actual crisis sanitaria mundial.3
Para cumplimentarla, se aplican las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Su potencial transforma los ambientes de enseñanza y de aprendizaje, lo cual permite crear entornos virtuales de aprendizaje, con enfoques metodológicos no tradicionales, que transitan del aprendizaje individual al colaborativo, y de la transmisión a la construcción del conocimiento.4
Se diseñaron nuevos enfoques pedagógicos dirigidos a la docencia; como la alfabetización digital, uso de dispositivos móviles, internet, bibliotecas virtuales, y las redes sociales como fuente de información y difusión. Todos aportan y enriquecen al docente y al estudiante, durante el proceso educativo. Sin embargo, algunos docentes todavía no se interesan en aprender o aplicar las nuevas formas de enseñanza, sin percatarse lo que se afecta su perfil profesional ante sus alumnos, que suelen ser muy críticos en este sentido.5,6
La función del tutor en la educación médica virtual cambia de ser transmisor de conocimiento a un facilitador del aprendizaje. Logra implementar actividades pedagógicas y orientar al residente durante las diferentes etapas del proceso de planificación y ejecución de su Trabajo de Terminación de Residencia (TTR). Por lo tanto, muy contrario a lo que se pueda creer, la función del docente durante esta modalidad virtual, es activa, y su rol de facilitador del proceso de aprendizaje se mantendrá insustituible.7
La significativa evolución de los dispositivos móviles hoy permite establecer conversaciones de manera asincrónica. La aplicación WhatsApp es el recurso que más se utiliza para este fin, porque facilita la comunicación entre dos o más personas, con intereses específicos.8
Estas facilidades provocaron interés entre los docentes porque pueden promover estrategias didácticas, dada la fluidez comunicativa y comodidad que ofrece esta aplicación de mensajería. Con su empleo se pueden aclarar dudas, compartir información e interactuar de manera más frecuente, y gran rapidez para ofrecer feedback en la comunicación. Esto permite al tutor encontrar soluciones a las dificultades que se presentan durante el proceso de realización de la tesis final.9,10
En Cuba, el proceso docente educativo en las ciencias médicas, a pesar de la COVID-19 no se detuvo, porque es un proceso adaptable y continuo.11 Ya se publicaron algunos resultados favorables por el uso de la herramienta WhatsApp, al favorecer el cumplimiento de la labor del tutor con el estudiante universitario cubano, tal como concluye el artículo del año 2020, de los autores Calzadilla y Ricardo.12
El objetivo de la investigación fue describir los resultados del uso de la aplicación informática WhatsApp como herramienta de interacción educativa en el Servicio de Anestesiología del Hospital Universitario “Manuel Ascunce Domenech”.
Métodos
Se realizó un estudio observacional, descriptivo y transversal para determinar la utilidad de WhatsApp como herramienta de comunicación entre el tutor y un grupo de alumnos de la especialidad de Anestesiología y Reanimación desde junio de 2020 hasta junio de 2021.
La población fue de 40 estudiantes y la muestra de 15, los cuales cumplieron los siguientes criterios de inclusión y exclusión:
Alumnos de la especialidad de Anestesiología y Reanimación, tutorados por alguno de los autores.
Utilizar la aplicación WhatsApp en su smartphone.
Dar consentimiento de participación en el estudio.
Criterios de exclusión:
Alumnos sin dispositivo smartphone.
Alumnos que no utilicen el WhatsApp con frecuencia mínima semanal.
Durante ese período, se realizó una comunicación semanal o a demanda del alumno, sin horario fijo, a través de la herramienta WhatsApp, de manera individual, mediante mensajes de texto o audio, y se les orientaron tareas, acordes a las etapas correspondientes a la realización de su TTR. No se creó un grupo porque los temas de investigación no coincidían entre ellos y de esa forma individualizamos la atención al residente. Además del uso de la aplicación, el profesor mantuvo las opciones de tutoría presencial.
El tutor compartió artículos y documentos de actualización sobre la temática específica a investigar, Metodología de la Investigación y la actualización de las Normas de Vancouver para la acotación correcta de las referencias bibliográficas. Recibió y revisó los informes, y posteriormente, fueron devueltos a sus autores, con los señalamientos a enmendar.
Recolección de datos
Se utilizó una planilla de recolección de datos creado por los autores que refleja los objetivos propuestos.
Variables:
Cuantitativas: Grupos de edades.
Cualitativas: Sexo, dispositivo de acceso, ventajas, desventajas y satisfacción con el método empleado.
Definición operacional: Nivel de satisfacción.
Procesamiento de la información
La estadística descriptiva permitió recolectar, analizar, interpretar y presentar la información. Se trabajó con variables cuantitativas y cualitativas, y lo resultados se expresaron en frecuencia y porcentajes en tablas simples. Para el procesamiento de los datos se utilizó el programa estadístico SPSS, versión 23.0.
Aspectos éticos
La investigación respetó la propiedad intelectual para lo cual se registraron las referencias bibliográficas. Se solicitó el consentimiento de los estudiantes para realizar el estudio, y la aprobación del comité científico de la institución de salud a la que pertenecen.
Resultados
Al analizar las variables de edad y sexo (Tabla 1), se observó que todos los alumnos tenían menos de 30 años, predominaron las edades comprendidas entre los 23-26 años, con 9 alumnos, lo que correspondió al 60 % de la muestra estudiada. Con relación al sexo, predominaron las mujeres, con 10 estudiantes, que representaron el 66,66 % del total de la muestra.
La tabla 2 muestra un predomino de 11 alumnos que utilizaron el smartphone, lo que representa el 73,33 % del total de la muestra.
En la tabla 3 se presenta que predominaron 14 alumnos (93,33 %), quienes señalaron a la inmediatez como la ventaja principal. También señalaron a otras ventajas, como el vínculo con el profesor y respetar el distanciamiento físico, por la situación epidemiológica de la COVID-19, ambas expresadas por 13 alumnos, para un 86,66 % de la muestra.
Los 15 alumnos (100 % de la muestra) coincidieron que el acceso a internet todavía resulta caro, seguido por 7 alumnos, el 46,66 %, señalaron que la pantalla de su smartphone es pequeña para leer documentos (Tabla 4).
En cuanto al nivel de satisfacción, 13 alumnos refirieron un nivel alto, lo que representa el 86,66 % de los encuestados. Mientras tanto, 2 refirieron un nivel medio, lo que equivale al 13,33 %. No se registraron alumnos con bajo nivel de satisfacción.
Discusión
Cuando en el año 2020 se produjo el brote de enfermos por la afección viral COVID-19, en todo el mundo se decretó una alarma epidemiológica mundial y todos los países comenzaron a aplicar estrategias encaminadas a detener el alto nivel de contagio, y proteger la salud de las personas. Los profesores universitarios no estaban preparados para adaptarse a las novedades pedagógicas, principalmente, la docencia, la cual estaba arraigada a métodos tradicionales de tipo presencial.13
En Cuba también se implementaron una serie de medidas. El aislamiento y distanciamiento físico y social no se hicieron esperar. Una de las medidas para lograr el distanciamiento físico fue la suspensión de la docencia médica convencional y se sugirió adaptar nuevas formas pedagógicas virtuales o a distancia para poder retomarla.14
Actualmente, no puede hablarse de cualquier actividad en el proceso docente educativo sin mencionar la importancia que adquiere la comunicación, porque está en casi todas lo áreas de la vida.15
Los alumnos que hoy forman parte de las universidades, generalmente, comprenden edades entre 23 y 30 años. Según explica Kesharwani,16 se conocen como “nativos digitales” porque proceden de la primera generación que se formó con el “lenguaje digital”, presente en juegos por computadora, el internet, archivos multimedia para escuchar música digital, mensajerías, entre otras. Este aspecto se consideró favorable para aplicar nuestra propuesta de tutoría virtual basada en la herramienta WhatsApp.
Bouhnik y Deshen17 señalaron que el uso del WhatsApp como medio de comunicación entre profesores y estudiantes no está suficientemente investigado. Sin embargo, destacaron que esta aplicación es una extraordinaria herramienta con potencial educativo y académico.
Vidal y Gavilondon18 coinciden con nuestros resultados sobre uso de smartphones en el ámbito universitario. Por lo que se considera el dispositivo que se utiliza con mayor frecuencia para acceder al WhatsApp.19
Pérez Cruz y otros20 en un estudio donde encuestaron a 100 universitarios, determinaron que el 96 % contaba con un teléfono inteligente para su uso cotidiano. Toda la comunidad encuestada de nivel superior tenía un teléfono inteligente.
Las ventajas señaladas por los estudiantes participantes coinciden con las mencionadas por Coleman y O’Connor21 en una revisión sistemática de 23 artículos que se publicaron entre 2009 y 2019, sobre la utilización del WhatsApp en la docencia médica.
Calzadilla y Ricardo12 ratificaron la importancia que tiene el vínculo entre el tutor y sus estudiantes, donde el tutor cumple la función de guía del aprendizaje.
Hay que señalar que se fortalecieron los lazos interpersonales porque se intercambió sobre temas académicos y en algunas ocasiones sobre situaciones personales.
El tutor logró una mayor responsabilidad por parte del estudiante con su investigación. Los residentes hicieron mayor número de consultas sobre la metodología de la investigación y elaboración del proyecto investigativo, que cuando se realiza de forma convencional o presencial. Esto se reflejará en una mejor calidad en la confección de los informes de investigación.
También refirió que siempre hubo un clima positivo y cálido en la comunicación. La clásica relación donde el profesor controla y ejecuta va desvaneciéndose, porque los residentes tuvieron libertad para compartir varios materiales o publicaciones y lograr una comunicación bidireccional.
La principal desventaja referida por los estudiantes fue el alto costo del acceso a Internet. Coincidieron con lo que reportaron Calzadilla y Ricardo,12 quienes explicaron que el alto costo y la calidad de la señal crean desventajas en Cuba para la utilización de la herramienta o cualquier otra aplicación que funcione por internet.
Las otras desventajas referidas en esta investigación también son descritas en varios artículos académicos y a su vez se señalan otras como: dificultad de algunos estudiantes para escribir rápido con el teclado del teléfono, ausencia de símbolos matemáticos e incluyen la cierta reticencia de algunos tutores a utilizar su teléfono móvil privado para cuestiones académicas.8,22,23
El alto índice de satisfacción que se obtuvo al aplicar esta modalidad tutorial virtual sustenta la importancia y necesidad de cambios en el proceso de enseñanza-aprendizaje, acorde con los propósitos que se trate entre el docente y los alumnos. Sin dudas, se consideró que la tutoría por WhatsApp permitió utilizar un método de comunicación directa e individual con cada uno de los estudiantes para motivar su aprendizaje. Este formato permitió escuchar no solo las necesidades académicas de los estudiantes sino también algunas necesidades personales.
El aprendizaje mediante WhatsApp ofrece múltiples ventajas para la relación entre el tutor y sus alumnos en cuanto a inmediatez, la flexibilidad de horarios, diversidad de recursos, la posibilidad de colaborar e intercambiar experiencias, académicas y personales. Estas relaciones de cooperación propiciaron el éxito durante el proceso de aprendizaje.