Introducción
Según plantea Mendoza Bernal, si el teléfono celular se ha convertido en un artefacto omnipresente en la vida cotidiana, que afecta especialmente a los más jóvenes, cabría preguntarse, si como objeto portador de múltiples usos y significaciones puede contribuir a facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje utilizándolo como una herramienta pedagógica.1
Considera que la generación de conocimiento depende de una adecuada gestión de la información, de ahí que sea necesario disponer de medios que permitan una comunicación eficaz, eficiente e inmediata; y uno de los medios que nos permite este tipo de comunicación es el teléfono celular.1
Dillon, ha expresado que “casi no hay aula donde no se filtren los celulares, planteando un serio desafío a los docentes. Para muchos el celular se convirtió en un enemigo, sinónimo de distracción. Algunos pedagogos creen que los celulares, al igual que otras nuevas tecnologías, encierran un potencial educativo que no convendría desaprovechar.2
McMullan, especialista en educación, ha expresado que la educación está cambiando y los docentes deben adecuarse al nuevo sistema, además de aceptarlo. Al respecto opina que es a la tecnología a quien debemos rodear de buen talento educativo. No se trata de poner dispositivos, como pueden ser computadoras, y esperar que sucedan milagros.3
Según dicha especialista, los jóvenes de hoy nacieron rodeados de tecnología y son nativos digitales. Para ellos lo normal es estar en contacto con la tecnología porque así se sienten cómodos. Por eso es tan importante para los estudiantes incorporar la tecnología dentro del salón de clase.3
El reto se logra a partir de una eficiente formación docente sobre el tema y de la creatividad conjunta entre estudiantes y profesores para hacer del celular un aliado en las lecciones. Para ello el docente debe ser un facilitador de la experiencia digital propiciando retos y discusiones, a partir del uso de nuevos dispositivos.4
Convertir al celular en aliado del aprendizaje es permitir que los estudiantes compartan imágenes y videos que respalden sus argumentos sobre un tema de discusión, obtener datos actualizados para enriquecer un debate, localizar un hecho histórico, publicar denuncias y soluciones a problemas comunales y generar consultas básicas en el diccionario para evitar tanto horror de ortografía.4
Una investigación realizada en Ibarra, Ecuador concluye que el uso de los dispositivos móviles potencia la interacción dentro y fuera del aula estimulando la exploración, la comunicación, el pensamiento crítico y reflexivo.5
Sin embargo, no todos los docentes ven en el celular un aliado, muchos lo consideran como un elemento de distracción. A algunos, como Leonardo Haberkorn, periodista y docente de la carrera de Comunicación de la universidad ORT de Montevideo, lo ha hecho abandonar las aulas planteando que le resultaba imposible captar la atención de sus alumnos. Al respecto el profesor expresó en su blog:“Me cansé de pelear contra los celulares, contra WhatsApp y Facebook. Me ganaron. Me rindo, tiro la toalla” escribió en su blog el periodista y docente.6
En las clases de Historia en la enseñanza superior, el celular puede ser de mucha utilidad. La enseñanza de la Historia tiene como finalidad fundamental que los estudiantes adquieran los conocimientos y actitudes necesarios para comprender la realidad del mundo en que viven, las experiencias colectivas pasadas y presentes, así como el espacio en que se desarrolla la vida en sociedad. Más allá de la transmisión de la memoria colectiva y del patrimonio cultural, tiempo, espacio y sociedad deben articularse en las representaciones mentales de los estudiantes para comprender el presente en el que viven, para interpretarlo críticamente. A lo largo de las últimas décadas el papel moralizante y aleccionador en la enseñanza de la Historia ha dejado paso al reconocimiento de su importante función en la formación de ciudadanos críticos y autónomos.7
Carretero y Montanero proponen la explicación del profesor como un recurso didáctico para enseñar a pensar históricamente, pero agregan otro segundo grupo de recursos didácticos que se basa, por el contrario, en información de carácter visual. El lenguaje icónico tiene unas características propias y de particular aplicación a las clases de Historia. Tradicionalmente, el acceso a estos recursos se hacía principalmente a través de visitas a museos o determinados escenarios históricos. En la actualidad, la incorporación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación a las aulas hacen mucho más fácil su aprovechamiento en las actividades cotidianas.7
La Historia de Cuba tiene que adueñarse del corazón de los alumnos si se quiere influir en su formación humana, espiritual, patriótica y revolucionaria.8 Enseñarla en un ambiente propicio y utilizando herramientas que le son afines y de uso muy común en ellos, puede motivarlos.
Un profesional con un pensamiento teórico formado y desarrollado a plenitud puede acceder a la esencia de los fenómenos que le rodean, y establecer las relaciones existentes entre ellos. Todo ello le posibilitará desplegar la independencia cognoscitiva, enriquecer y diversificar los conocimientos y aprovecharlos en situaciones novedosas, con el fin de dar solución a los problemas que afloran en la práctica de su profesión.9
Bolívar Ruano considera que “…el único auténtico aprendizaje es el aprendizaje significativo, el aprendizaje con sentido. Cualquier otro aprendizaje será puramente mecánico, memorístico, coyuntural: aprendizaje para aprobar un examen, para ganar la materia, etc.”10
Por otra parte, el Dr. José Ignacio Reyes González expresa “…La utilización sistemática de métodos productivos, que se alejen de la posición reduccionista de lo reproductivo que durante años ha sentado cátedra en la escuela, son los que propician que los aprendices piensen, reflexionen, contrapongan ideas.”11
El desafío de la universidad cubana radica en motivarlos a apre(he)nder una materia varias veces antes estudiada y muchas, también, rechazada. Para ello es necesario asumir una perspectiva diferente, que conciba el acercamiento al conocimiento histórico alejado de esquemas repetitivos o concepciones maniqueas.12
En este sentido, el uso de celulares ofrece bondades que facilitan el aprendizaje y lo alejan del maniqueísmo.
Sin embargo, existen autores e investigaciones que señalan el uso de las tecnologías como un distractor en las clases.13-15
Por tales razones se realizó esta investigación con el objetivo de describir la experiencia sobre el uso del teléfono móvil como herramienta de enseñanza y aprendizaje, desde la percepción de los estudiantes.
Métodos
Investigación pedagógica realizada en la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos durante el primer semestre del curso 2019-2020.
Fueron incluidos los 106 estudiantes de tres grupos de Medicina segundo año y uno de Estomatología, de primer año. Se trabajó la asignatura Historia de Cuba I
Se diseñó una aplicación para teléfonos celulares, en la cual se incluyeron todos los recursos de la asignatura que los estudiantes necesitan tales como: bibliografía a texto completo, guías de orientación de seminarios y clases prácticas, documentos con impacto en la formación de valores en los estudiantes, imágenes relacionadas con la asignatura y orientaciones sobre su preparación para la evaluación final.
Es necesario plantar que la concepción de las guías de seminarios y las clases prácticas se basó en métodos productivos y que se potencializó la consolidación de la habilidad valorar.
Se presentó la multimedia a los alumnos y se explicó su funcionamiento, solicitando además las opiniones de los estudiantes y sus sugerencias. Se explicaron los objetivos didácticos.
Se realizó una encuesta para conocer las expectativas de los estudiantes ante esta propuesta. Para ello se realizó la siguiente pregunta:
¿Cuál es tu expectativa con respecto a la aplicación y al enfoque que se proyecta para la asignatura desde la Universidad?
Se les explicó que podían expresar tantos criterios como entendieran. Después de procesadas las respuestas, estas fueron agrupadas según coincidieran, de acuerdo a lo expresado por los alumnos.
Se tuvieron en cuenta las sugerencias de los alumnos y se perfeccionó la aplicación.
Al final del semestre se aplicó otra encuesta a los 106 estudiantes, encaminada a recoger sus opiniones acerca de si se cumplieron o no sus expectativas.
De esto resultó que se les preguntó acerca de lo aportado por la aplicación en cuanto a: facilidad para adquirir conocimientos, motivación, importancia de la historia, importancia de la tecnología en función del estudio, método empleado (según la agrupación de las respuestas dadas en la primera encuesta). Para ello se les pidió que evaluaran en bien, regular o mal, el resultado en cada caso.
Los datos fueron procesados en Excel. Los resultados se presentan en tablas, mediante números absolutos y porcentaje.
Resultados
Las mayores expectativas de los estudiantes estuvieron basadas en el método novedoso que resulta la aplicación, pues ofrecieron 78 opiniones al respecto (82,6 %), seguida de la facilidad para adquirir conocimientos, con 71 expresiones favorables (75,26 %). En 63 ocasiones fue reconocida la importancia de la tecnología en función del estudio. (Tabla 1).
Todos los estudiantes consideraron que la aplicación cumplió su función y satisfizo sus expectativas en cuanto a la facilidad para adquirir conocimientos y como un método apropiado. Sin embargo tres estudiantes consideraron como regular su papel o importancia en función del estudio y uno lo evaluó de mal. Cuatro consideraron de manera regular su papel para aumentar la motivación. Siete estudiantes opinaron que no influyó en la percepción sobre la importancia de la Historia. (Tabla 2).
Discusión
García Martínez considera que hace varios años que se está discutiendo si los celulares son compatibles o no en el ámbito educativo. La realidad es que los celulares han llegado para quedarse (incluso están ganando cada vez más funciones, como sucede con los Smartphone o "teléfonos inteligentes"), y que los intentos de prohibición en las aulas suelen fracasar dados los usos y apropiaciones culturales de los jóvenes y porque la propia sociedad de la información, en la que vivimos, los incluye.16
Expresa que los estudiantes de hoy, a través de la universidad representan las primeras generaciones formadas con esta nueva tecnología. Han pasado sus vidas enteras rodeadas por el uso de computadoras, juegos de video, música digital, videos, teléfonos celulares y otros juguetes y herramientas de la edad digital.16
En su investigación García Martínez concluye que se ha producido un desarrollo de nuevos procesos de interacción social entre estudiantes, entre docentes y entre estudiantes y docentes por medio del uso de smartphones.16
La investigación que ahora presentamos, basada en las opiniones de los estudiantes, lo corrobora, pues entre sus expectativas, en un mayor porciento, se encontraba que el uso de la aplicación en el celular es un método novedoso y que aumenta la facilidad para adquirir conocimientos. Al concluir el semestre, la totalidad de los estudiantes planteó como cumplida esta expectativa. Además se pudo observar que en un inicio, solo 66, 78 % consideró la importancia de la tecnología en función del estudio entre sus expectativas, pero al utilizarla en las clases, o sea en la práctica, el porciento que lo valoró como bien ascendió a 96, 2 %.
Lo mismo sucedió con la motivación, planteada como esperada al inicio, pero que ascendió de 45, 58 % a 96, 2 %.
Resulta interesante como solo en el 2, 68 % de las opiniones estuvo presente que la aplicación contribuyera a favorecer en ellos su opinión sobre la importancia de la historia, sin embargo, al terminar el semestre y aplicar la segunda encuesta, el 93, 39 % plantea como bien este aspecto. Este ascenso pudiera estar afianzado en factores subjetivos, pues el ambiente de aprendizaje influye favorablemente en la percepción de los estudiantes.
Si bien es cierto que este estudio se realizó solo en cuatro grupos y que pudiera considerarse un acercamiento al problema, sí podemos decir que muestra la importancia y factibilidad del empleo de los celulares en el aula, como un medio oportuno para el intercambio y el trabajo de los contenidos.
Sin embargo no vemos que, en nuestro medio, esta sea una práctica común. Muchos son los factores que pudieran influir en esto, y que pueden estar presentes en nuestro país y en el mundo en general.
En España, en las Islas Canarias, un estudio hecho en enseñanza secundaria mostró un gran desconocimiento de los docentes en cuanto a los usos educativos del teléfono móvil como herramienta de enseñanza y aprendizaje (93,3%). No obstante, un 56,5% manifestó interés en conocer cómo llevar a cabo su integración educativa en el aula, con mayor incidencia entre los docentes de menor edad (36-50 años), más flexibles y receptivos.17
Los autores de este trabajo consideran que el desconocimiento no esté en la base del poco uso que hacen del celular en sus clases los docentes cubanos. Existen otras razones, entre las que pudiera encontrarse la opinión general de que los celulares entorpecen el proceso, como se plantea por Greidy Mejía Cárdenas en el periódico Escambray, de Santi Spíritus, después de visitar varios centros educacionales de ese territorio, quien expresa que “Si bien es cierto que dispositivos móviles como celulares, tabletas, o laptops, contribuyen al desarrollo profesional de las personas, por otra parte afectan el proceso docente educativo”. Plantea Mejías que los profesores manifiestan que, aun cuando muchas veces estos medios los utilizan en función de las asignaturas, y recurren a aplicaciones como EcuRed o Wikipedia en busca de información, algunos los usan de forma inadecuada.13
La conclusión del artículo resulta aún más alarmante, pues plantea la autora que “Sin duda, el uso de los celulares en las escuelas, más allá de consolidar la enseñanza en los diferentes niveles educativos, atenta contra la calidad de la misma. Basta preguntarse entonces si es necesario arriesgar todo lo conquistado hasta ahora por el simple hecho de darle riendas sueltas a la tecnología”.13
El anterior artículo fue publicado en fecha tan cercana como mayo de 2019, lo que indica que no hace mucho tiempo. Vale decir que las opiniones que recoge la periodista de docentes de ese territorio (de enseñanza secundaria y preuniversitaria) resultan totalmente desfavorable para el uso de celulares en el aula, por la utilización inadecuada que de ellos hacen los alumnos. Cabría preguntarse ¿por qué no revertir esa situación, utilizándolos como medio de enseñanza?
Pero eso le toca a los profesores, que son en definitiva, los guías, los rectores del proceso. Esta investigación que ahora se presenta, aun cuando es en alumnos universitarios, a diferencia de lo ilustrado en el mencionado periódico, demuestra que es posible y beneficioso.
Al analizar los resultados de otros trabajos en Latinoamérica y el mundo se encontró que una investigación llevada a cabo en Guayaquil concluyó que el proceso de enseñanza aprendizaje en enfermería de la Universidad de Guayaquil sí está siendo afectado por el uso compulsivo del teléfono celular, ya que en los resultados se evidenció que existe una relación significativa, que refleja que a mayor porcentaje del uso del celular en el aula, menor es el porcentaje del rendimiento académico en dichos estudiantes; lo que se convirtió en un distractor del proceso generando distanciamiento del logro de los objetivos de las asignaturas.14
Sin embargo, Aguirre Téllez encontró una relación estadísticamente significativa entre el impacto del uso del teléfono inteligente en clase y la memoria. Mientras que respecto a la atención encontró una relación directa leve, aunque estadísticamente no significativa. Por último, este autor planteó un programa de intervención para estimular la atención y la memoria en los estudiantes, incluyendo algunas actividades que involucran el uso del teléfono inteligente en el aula, promoviendo el uso responsable del mismo como herramienta pedagógica.18
Un estudio de caso llevado a cabo en la Universidad de Chihuahua, con un grupo de estudiantes del Programa Educativo de la Licenciatura en Tecnologías de la Información, de la Facultad de Contaduría y Administración, concluyó que los estudiantes muestran una marcada dependencia de estas herramientas tecnológicas cuando hacen un uso indiscriminado y NO responsable de ellas durante sus horas académicas, que incluso llega a modificar su actitud hacia el aprendizaje. Expresan los autores que observaron que el uso del dispositivo móvil o el acceso a Internet en el aula cuando no se establece un límite para ello se convierte en un distractor para el estudiante en el cumplimiento de las actividades de aprendizaje que el docente pone en el aula, lo que redunda además de manera negativa en el desempeño académico del estudiante.15
Obsérvese que se plantean problemas cuando se hace un uso indiscriminado y además los autores plantean que en ese contexto, si bien se aprecia el aspecto negativo del uso inmoderado de los dispositivos móviles y el Internet, si se advierte un área de oportunidad para promover una cultura de planeación académica en el uso de herramientas tecnológicas en los espacios académicos y establecer también lineamientos institucionales para ello.
Vidal Ledo y colaboradores consideran que los dispositivos móviles (teléfonos celulares, tabletas informáticas, etc.) pueden llegar a ocupar un lugar destacado en los procesos de enseñanza-aprendizaje, ellos promueven el aprendizaje colaborativo e individual, dado que se centra en los alumnos y en su interacción con la tecnología y extiende el proceso de enseñanza más allá de la clase presencia, especialmente si tenemos en cuenta la gran cantidad de herramientas que brindan la posibilidad de intercambiar información, ideas y aportes personales para la elaboración de documentos y formularios en grupo. Se refieren a la llamada enseñanza móvil y analizan su importancia.19
Gómez Hernández y Monge López se refieren también a la enseñanza móvil y expresan que la educación ha prestado poco interés a la utilización del teléfono móvil como recurso psicopedagógico hasta el momento. La principal manifestación que se deja ver como fruto de la combinación del teléfono móvil y los procesos educativos es la metodología desarrollada y conocida como m-learning. Estos autores defienden y apuestan por la utilización del teléfono móvil dentro del ámbito educativo, ya que responde a la demanda tanto de los alumnos como de la sociedad en general.20
En San José, Tatiana Solana, pudo comprobar los beneficios del uso del celular para la enseñanza de la lecto-escritura, en personas jóvenes y adultas con déficit cognitivo. No obstante observó que los profesionales aún presentan miedo por enfrentarse a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, y llevarlas a las aulas como herramienta de apoyo en los procesos de enseñanza y aprendizaje.21
Académicos de la Facultad de Diseño y Comunicación de Argentina, publican que en trabajo de campo realizado durante el 2013, varios profesores de Informática e Historia de las escuelas de capital y provincia resaltaron la importancia de incorporar la tecnología móvil a la dinámica del aula, siempre y cuando se establezcan normas para su implementación, ya que de hecho ellos los utilizan para la búsqueda de información y almacenamiento de archivos. Explican que el uso del teléfono móvil con fines didácticos está inmerso en lo que conocemos como aprendizaje situado o aprendizaje anclado. Un aprendizaje de conocimientos y habilidades en el contexto del estudiante que se aplica a situaciones cotidianas reales. Aquí, la adquisición de competencias no se da como resultado del aprendizaje de un mayor o menor saber y capacidad, sino de la posibilidad de una participación activa en tareas colectivas.22
Al respecto Díaz Quiñones expresa, después de abordar las transformaciones mentales que producen las tics en la generación de nativos digitales, que “nos encontramos frente a una real y verdadera brecha entre la concepción y la oferta educativa brindada por una generación mayoritariamente inmigrante digital y aquella que sería el deber ser y que espera la generación que formamos caracterizados por ser nativos digitales. En consecuencia el discurso educativo y sus prácticas deben y tiene que atemperarse con lo emergente, no desde una simple y reduccionista visión de tantas computadoras por aula, por centro educativo, o tantas conexiones en los centros.23
Para este Dr. en Ciencias, de lo que se trata, “si se interpreta el mensaje desde la fundamentación requerida y con la urgencia que reclama, es lograr una adecuación completa de las prácticas educativas, de su diseño, donde se fusionen de manera lógica el tratamiento de los contenidos a aprender y las formas de acceder a ese aprendizaje con las esencialidades tipificadoras de la actual generación expresadas en el resumen de características de las transformaciones mentales productos de la mediación instrumental y simbólica debido a las TICs”.23
Como se ha podido observar aún no existe consenso sobe los beneficios del uso de las tics en el aula, durante el proceso de enseñanza aprendizaje, pero no cabe dudas de que bajo estas discrepancias existen muchos factores que lo condicionan. No obstante, los resultados de este trabajo y la experiencia de los autores se inclinan a afirmar que un buen uso de las tecnologías en función del aprendizaje no es solo beneficioso, sino imperioso en las actuales condiciones y dadas las características de nuestros estudiantes.
Esta investigación que ahora se presenta aboga por el uso racional, planificado y correcto del celular en el proceso docente educativo y lo hace desde la defensa de utilizar métodos productivos y potenciar el desarrollo de la habilidad valorar en las clases de Historia.