INTRODUCCIÓN
La Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve el control del cáncer de mama en el marco de los programas nacionales y lo integra en la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles. Reporta que en el mundo el cáncer de mama ocupa el primer lugar de muerte por neoplasia maligna y que su impacto global se ha incrementado dos veces más en los últimos 30 años.1
Cuba ha desarrollado el Programa Integral para el Control del Cáncer que enfatiza la educación y promoción de acciones de salud para mejorar conocimientos, actitudes y prácticas saludables en la población, así como la detección y prevención de factores de riesgo a nivel poblacional desde la atención primaria;2 al cierre de 2017 se situaba dentro de las diez primeras causas de muerte: las enfermedades del corazón ocupan el primer lugar con una tasa de 217,7 por 100 000 habitantes, seguida por la muerte por tumores malignos, cuya tasa es de 216,3; ambas causas explican el 49,1 % del total de las defunciones en el año.3
La tasa de mortalidad por tipo de cáncer más elevada corresponde a los tumores malignos de tráquea, bronquios y pulmón. Entre las mujeres los más recurrentes son: los de piel, mama, bronquios y pulmón, cuello uterino, colon, ovario y linfomas. En Villa Clara las defunciones por tumor maligno fueron de 1630: 1525 mujeres y 16 hombres. Los tumores malignos también constituyen la principal causa de muerte en el grupo de edad entre 50 a 64 años.3
En el Hospital Oncológico “Dr. Celestino Hernández Robau”, en Santa Clara, Villa Clara, se atiende a mujeres con cáncer de mama de la región central del país por lo que se incluyen las provincias de Cienfuegos y Sancti Spíritus también; ellas son sometidas a diversos tratamientos: cirugía, quimioterapia, radioterapia, hormonoterapia o inmunoterapia.
Una de las técnicas quirúrgicas más empleadas es la mastectomía, combinada o no con otros tratamientos. Una vez realizada, las pacientes requieren la atención individualizada del personal de enfermería quienes les ofrecerán los cuidados necesarios durante su estancia hospitalaria y les orientarán sobre el cuidado que deben seguir en su hogar al egreso. Es por ello que explorar el nivel de conocimientos de los enfermeros sobre los cuidados a pacientes mastectomizadas es imprescindible en este contexto.
El cuidado en su significado de asistir, guardar, conservar, mirar a uno por su salud, preocuparse por alguien o prevenirse contra algo tiene valor moral, y representa el ideal de enfermería por mantener el respeto a la dignidad de la persona solicitante de la asistencia; se debe enfatizar el sentido axiológico en la toma de decisiones éticas para ejecutar acciones cuidadoras que tienen que ver con la interacción significativa entre persona cuidada y persona cuidante, en la que se incorporan los propios saberes, sentimientos, responsabilidades, opiniones, actitudes y acciones. De hecho, se puede cuidar de diversas formas, siguiendo diferentes métodos y modelos; sin embargo, aunque el cuidado sea visto desde diferentes perspectivas por teóricos y filósofos, continúa siendo la esencia de la enfermería. El cuidado es el conductor de las teorías, de la praxis de la enfermería, y la discusión y estudio de sus diversos conceptos son necesarios para el desarrollo de la profesión.4,5
Los autores de esta investigación se propusieron como objetivo: determinar el nivel de conocimientos de los enfermeros sobre el cuidado a las pacientes mastectomizadas en el Hospital Universitario Oncológico “Celestino Hernández Robau”.
MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo en el servicio de cirugía del Hospital Universitario Oncológico “Dr. Celestino Hernández Robau” de Santa Clara, en el periodo septiembre-diciembre de 2018. De un universo de 186 enfermeros, se tomó una muestra de los 30 que laboraban en el servicio de Cirugía Oncológica durante el periodo de recolección de datos. De acuerdo con los principios éticos, la decisión de participar en la investigación fue voluntaria, anónima y con autorización a través de su consentimiento informado.
Se aplicaron métodos teóricos:
Análisis-síntesis e inducción-deducción: se emplearon para la obtención, procesamiento y análisis de la información en los aspectos indagados, la interpretación de los resultados obtenidos, redacción del informe y conclusiones del estudio; en todos los casos transitando de lo abstracto a lo concreto.
Histórico-lógico: fue utilizado para conocer los antecedentes bibliográficos, su comparación en los artículos revisados y en la redacción de los fundamentos lógicos del marco teórico.
Métodos empíricos:
Entrevista semiestructurada aplicada a los enfermeros mediante la guía de cuidados diseñada, tomando como referencia lo encontrado en la revisión de varias,6,7 de las que se tomaron los siguientes aspectos por su pertinencia con el objetivo de la investigación:
Atención y cuidados a la paciente mastectomizada durante el período de hospitalización.
Tratamiento que le ofrece el enfermero y orientaciones sobre los cuidados con el brazo afectado.
Orientaciones sobre la vestimenta y alimentación más adecuada para la paciente mastectomizada.
Cómo condicionar actitudes favorables para anular las afectaciones psicológicas que se derivan de su situación actual, incluyendo sentir satisfacción con su imagen corporal interna y externa.
Conducta que debe mantener la paciente mastectomizada durante el egreso en su hogar. Apoyo familiar.
Incorporación de la paciente mastectomizada a la vida laboral.
Necesidad de incorporarse a actividades deportivas y de recreación durante su período de rehabilitación.
Conducta a seguir frente a un posible embarazo.
Orientar sobre la reconstrucción o prótesis de mama.
Orientar sobre cómo enfrentar posibles complicaciones futuras y cuáles tratamientos que pudiera necesitar.
Demostrar cómo realizar el autoexamen de mama e identificar signos de alarma.
Esta guía fue validada previamente por el comité de expertos del equipo multidisciplinario del mencionado hospital mediante la metodología de Barraza Macías,8 de estrategia de recolección de evidencias de validez basada en su contenido.
Entrevista a informantes clave: consideradas como tales 10 pacientes mastectomizadas, con el objetivo de conocer sus opiniones sobre los cuidados recibidos y si consideraron que ha faltado algún aspecto para adicionarlo a los ya previstos en la guía, sobre la base de lo que plantea el Modelo de transferencia de saberes de Straus et al.9 para llevar el conocimiento científico a conocimiento popular para un mejor entendimiento por las pacientes.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
A través de la aplicación de la entrevista semiestructurada se conoció que hay predominio del sexo femenino (90 %), y las edades oscilan entre 32 a 59 años, con una media de 37 ± 9.02; el 73 % son licenciados en enfermería y con respecto a la antigüedad laboral, el 53 % tiene entre 8 y 15 años y el 23, 3 % más de 35 años de experiencia, lo que permite aseverar que ha habido una continuidad en el desarrollo de la profesión en la mayoría de ellos. El 20 % refirió tener algún curso de capacitación sobre el cuidado a las pacientes mastectomizadas.
Los resultados que se observan en la Figura 1 muestran la valoración del conocimiento sobre los cuidados a las pacientes mastectomizadas: excelente (24 %), bien (40,5 %) y regular (20 %) y mal el 15,5 %.
Las mayores dificultades estuvieron dadas por el conocimiento sobre la movilización de drenajes (4 %), cómo cubrir brazo al usar calor (2 %), aspectos a tener en cuanta al reincorporarse al trabajo después de 6 o 12 meses (2 %), orientar la realización moderada de deportes (2 %) y guiar ejercicios de rehabilitación (5,5 %), las que constituyen necesidades de aprendizaje en esta muestra de enfermeros, como muestra la Figura 2.
Esta investigación refiere similares resultados a los de Carrillo-Salvador et al.,4 sobre los cuidados a la mujer mastectomizada, donde se evidencia que el personal seleccionado osciló en un rango de 20 a 61 años y una media de 37 ± 9.02 años de edad, así como predominio del sexo femenino con un menor porciento que el de esta investigación que se presenta. En ellos fue del 75, 5 %. En relación con la formación difiere también pues más de la mitad de su muestra tiene formación técnica (65, 5 %) y solo un tercio son licenciados (30, 5 %).
Con respecto a la antigüedad laboral, son diferentes los resultados obtenidos en la investigación realizada por Carrillo-Salvador et al.:4 más de la tercera parte tiene una experiencia entre 1-5 años (35,5 %), con la misma proporción está el personal ≥ 20 años (28,5 %) y entre 6-19 años (28,5 %), mientras que el personal con ≤ 1 año ocupa el 7,5 %. En cuanto a la capacitación es inferior en este estudio pues solo el 7,5 % de su muestra había recibido algún curso. Sus resultados muestran que el nivel de conocimientos sobre los cuidados a la paciente posoperada de mastectomía fue excelente en un 34 % y bueno en un 50 %; los rubros más afectados fueron: sobre aspectos relacionados con la alimentación (47 %), la vestimenta adecuada (37,5 %) y autoexploración de mama (56 %), los que no se consideraron satisfactorios por su grupo de investigación.
En la entrevista a informantes clave, las pacientes opinaron favorablemente acerca del cuidado ofrecido por los enfermeros; según su visión, ellos deben estar al lado de las pacientes, aclarar sus dudas, ser cariñosos y entender el momento que viven; colocan en primer lugar la competencia técnica que deben poseer para brindarles los cuidados básicos. Agradecen que les vayan orientando sobre la manera de autocuidarse. Conocen que hay otras acciones ejercidas también por asistentes y técnicos en enfermería: medición de la presión, toma de temperatura, administración de medicamentos, etc. en coincidencia con otro estudio.10 No consideraron adicionar otros aspectos a la guía prevista.
Pereira Méndez et al.,10 refieren que el personal de enfermería debe actuar para ayudar a preservar la autonomía y la dignidad de las mujeres mastectomizadas, proteger su integridad física y psíquica; de igual manera recomiendan no restringir las orientaciones sobre el autocuidado solo por los enfermeros, desde su punto de vista el cáncer de mama debe ser abordado por un equipo multidisciplinar y atender al tratamiento integral de la mujer. Varios autores11 afirman que la importancia del cuidado de enfermería es evidente a través del trato humanizado, digno y paliativo que requiere este tipo de paciente. La literatura sigue mostrando la necesidad de que los cuidados de enfermería sean integrales y se fortalezcan a la luz de la interdisciplinariedad.
Una investigación semejante realizaron Santibáñez Ramírez et al.12 en el año 2019, donde evaluaron el conocimiento acerca del cáncer de mama en estudiantes de Enfermería de universidades de la ciudad de Chillán. La mayoría refirió distinguir signos y síntomas, tratamientos y diagnósticos sobre el cáncer de mama de forma general; pero tuvieron dificultades para identificar factores de riesgo, protectores e información específica sobre esta enfermedad.
Se ha demostrado que el cuidado que brindan los enfermeros a las mujeres mastectomizadas fortalece su estado emocional y favorece la adaptación y afrontamiento positivo al contexto familiar y laboral; de esta forma disminuyen los costos personales, familiares e institucionales de hospitalización por complicaciones.13) La información proporcionada por ellos respecto a los autocuidados para la vida diaria debe ser pensada con una perspectiva holística y con un enfoque de riesgo para la prevención de complicaciones y la promoción de la pronta rehabilitación.14
A juicio de los investigadores este estudio permitió evidenciar que los profesionales de enfermería constituyen un eslabón fundamental para la atención a las pacientes mastectomizadas, no solo en la realización de técnicas y procedimientos, sino en la promoción de salud a través de charlas educativas encaminadas a su capacitación sobre el autocuidado.
CONCLUSIONES
Se identificaron algunas carencias de conocimientos en los enfermeros encuestados, aunque la percepción general de las pacientes respecto a su accionar es positivo; a partir de estos resultados se considera la necesidad de una capacitación con contenidos actualizados en aspectos específicos del autocuidado, porque además de ser conocedores de su profesión, también deben capacitarse como promotores de salud.