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Revista Universidad y Sociedad

versión On-line ISSN 2218-3620

Universidad y Sociedad vol.7 no.2 Cienfuegos mayo.-ago. 2015

 

ARTÍCULO ORIGINAL


 

El desarrollo tecnológico, la sostenibilidad, la gestión del conocimiento y el desarrollo social


Technological development, sustainability, knowledge management and social development



Víctor Hugo Briones Kusactay1, MSc. Yusniel Tartabull Contreras2

 

1Universidad de Guayaquil. República del Ecuador.

2Universidad de Cienfuegos. Cuba.





RESUMEN

El trabajo tiene como objetivo propiciar un acercamiento conceptual a la relación que se establece desde el desarrollo social entre las dimensiones: desarrollo tecnológico, sostenibilidad y la gestión del conocimiento, a partir de los diferentes criterios tratados en la bibliografía especializada. En esta investigación se empleó el método de análisis de documentos, permite la valoración del estado del arte en este sentido y desde él, establecer las relaciones formales o informales que se presentan en su vínculo con la gestión del desarrollo. Como resultados fundamentales destaca la identi­ficación de los elementos que distinguen las dimensiones objeto de estudio y la carencia de una visión práctica de modo más general sobre el necesario equilibrio y pertinencia de la concreción interactiva de los mismos, se establece  un análisis de las consideraciones pertinentes para que desde la complementación, permitan la construcción de escenarios de desarrollo social sostenibles en el tiempo.

Palabras clave: Construcción de escenarios, desarrollo social, desarrollo tecnológico, sostenibilidad, gestión del conocimiento, proyección estratégica.

 


ABSTRACT

The work aims to promote a conceptual approach to the relationship established from the social development between dimensions: technological development, sustainability and knowledge management, based on the different criteria discussed in the literature. In this research, document analysis method was used, allowing assessment of the state of art in this sense and from there, establish formal or informal relations that occur in its link with development management. As main results include: the identi-fication of the elements that distinguish the dimensions under study and the lack of a practical view more generally about the necessary balance and relevance of interactive realization thereof, establishing an analysis of the considerations relevant to that from the complementation scenarios allow the construction of sustainable social development in time.

Keywords: stage construction, social development, technological development, sustainability, knowledge management, strategic projection.





INTRODUCCIÓN

El desarrollo social necesita del avance de las tecnologías puestas a su servicio, asunto este complejo y controversial, pues no se trata de una mirada lineal de la ciencia y la tecnología, sino de una visión utilitaria de la misma; en tal dirección muchos pueden ser los ejemplos que permitirían ilustrar la notable diferencia entre lo uno y lo otro, como también muchos pueden ser los autores a quienes recurrir para fundamentar tan aparentemente elemental juicio, pero el análisis a realizar va encaminado, sin abandonar este presupuesto teórico necesario, a establecer las consideraciones sobre la premura de determinar desde el equilibrio pertinente, las condicionantes que satisfagan la relación entre el desarrollo tecnológico, la sostenibilidad y la gestión del conocimiento, como componentes a tomar muy en cuenta para ordenar la gestión del desarrollo.


Un papel esencial en el desarrollo tecnológico les corresponde a las universidades y a los centros tecnológicos. Barge, et. al (2011), refieren que en la mayoría de los países desarrollados los centros tecnológicos se consideran un importante elemento de la infraestructura tecnológica nacional y regional, representan un imprescindible eslabón en la prestación de servicios a las empresas, abarca desde la investigación aplicada y el desarrollo tecnológico hasta otros servicios de apoyo, como por ejemplo la consultoría, el diagnóstico y la asistencia técnica.


Estos autores valoran de heterogénea la participación concreta de estas organizaciones de ciencia en los entornos productivos, a la vez que destacan la diferencia que respecto al tipo de clientes tienen los centros tecnológicos y las universidades, sobre todo en los países desarrollados. Para el caso español por ejemplo, los centros tecnológicos son instituciones sin ánimo de lucro y con un esquema financiero mixto, con un peso creciente de los contratos privados y su relación está más direccionada a empresas pequeñas, a diferencia de las universidades; ambas estructuras se corresponden con lo que de modo más general se conceptualiza como entidades de interfaz.


Un asunto que no está explicitado en la relación antes planteada, es el papel que desde la perspectiva social juegan estas instituciones en los referidos países y hasta qué punto el accionar de ambas está orientado hacia una sostenibilidad real y concreta, pues la finalidad económica es el principal derrotero que se le asigna a la innovación tecnológica en estos tipos de economía, donde la competencia obliga a los enfoques de mercado, al consumismo y a negar los caminos hacia la sostenibilidad y además, de la racionalidad como sustento de la equidad social; de nuevo recurrir a una mirada no lineal de la ciencia resulta elemental.


Otra realidad que aflora es la relacionada con lo que se suele llamar tercera misión de las universidades, cuyo objetivo formal según Molas & Castro (2006), está expresado de manera muy amplia y ambigua, por lo que puede ser interpretado de diferentes maneras y que se ve matizada por políticas varias, centrándola en procesos tales como la transferencia de tecnologías, también denominada por estos autores como reembarque de conocimiento. La forma en que las políticas son implementadas a consideración de Molas, et al. (2002), se diferenciará de una localidad a otra, por lo que también cambiará la visión y la proyección concreta de la universidad en su tercera misión. Esta ambigüedad a su vez generará el propio equívoco en el papel que jueguen estos importantes elementos del desarrollo tecnológico dentro del desarrollo social y de hecho, de la sostenibilidad de los procesos en que participan e implican.


Otra dificultada latente es el cómo medir el desempeño de estos centros de ciencia, Andrew (2011), refiere que la mayoría de los indicadores empleados en estos análisis no reflejan la dimensión que implica la proyección social de dicho desempeño, se usan de modo más general indicadores como: número de publicaciones, número de patentes, entre otros, que van más a la cienciometría que a la evaluación de lo que significó para el desarrollo social como tal, la implementación de la ciencia y la tecnología.


DESARROLLO

Un elemento base para lograr el desarrollo está centrado en el empleo de la ciencia y la tecnología, materializado mediante los procesos de innovación que a diferentes niveles se ejecuten, son para ello, también fundamental, el establecimiento que se genere de alianzas estratégicas, sobre todo entre las universidades y el sector empresarial, Othman (2011), lo cataloga como una cooperación que da beneficio para ambas partes, principalmente, si se analiza que una aporta soluciones y la otra escenarios para la formación de capacidades que no se pueden lograr desde el desempeño de la universidad intramuros, proceso que redunda nuevamente en un beneficio para la industria, como insumidora que es en sí de la mayor parte de los graduados de las diferentes disciplinas, de aquí la necesidad de programas formativos que tomen en cuenta las demandas de las industrias, esto genera capacidades que apuntan la sostenibilidad del desarrollo desde múltiples aristas y cualquiera de ellas muy interesante en su análisis particular.


Un ejemplo a citar puede ser, cuánto le aporta una visón empresarial del egresado universitario a su inserción en la actividad productiva una vez concluido sus estudios, asunto que acorta el tiempo de asimilación por parte del recién graduado, de los nuevos elementos que caracterizan a la industria y en consecuencia recibir un menor rechazo de este sector a la entrada de nuevos componentes a los equipos de trabajo. Esto que se puede entender como mejor aprovechamiento del tiempo, también va a repercutir en la imagen social de la universidad y en el revertimiento de los resultados científicos hacia la sociedad.


Aronowitz (2000); y Bok (2003), consideran que la forma en que las políticas son implementadas se diferenciará de una localidad a otra, por lo que también cambiará la visión y la proyección concreta de la universidad en su tercera misión. Molas, et al. (2002), valoran que un inadecuado proceder desde esta tercera misión pude acentuar el aislamiento entre las universidades y el sector empresarial.


Para Siti Hamisah Tapsir, et al. (2008), las razones más concretas del referido aislamiento entre las universidades y las empresas son la falta de fondos, la falta de experiencia en la industria, y la falta de conciencia entre los académicos, pero una mirada más profunda del asunto lo apunta a un fenómeno tautológico en sí mismo, pues no habrá fondos si no hay productividad y esta depende de los resultados de la ciencia entre otros factores, y lo mismo sucede con la falta de experiencia en el sector industrial, si no hay acercamiento no habrá experiencia sobre ello, sin dudas el asunto más complejo a resolver está en la faltad de conciencia entre los académicos, pues la creación científica necesita del razonamiento consciente y estimulado. Estos factores atentan contra la sostenibilidad en el desarrollo.


A consideración de Molas, et al. (2002), la falta de acercamiento también comprende la escasa presencia del sector empresarial en el análisis de la política científico-tecnológica de las universidades de su contexto, lo que hace al modelo que asuma la universidad para su relación universidad-empresa, más ofertista y más lineal en la innovación que se genere, lo que se replica hasta la oferta de los posgrados que se imparten, concebidos más como algo que se sabe hacer, y no como lo que se necesita hacer.


Para la sostenibilidad en el desarrollo, en los momentos actuales, donde las tecnologías de la información y las comunicaciones imprimen un sello particular, la dimensión tiempo adquiere una más relativa significación, pues el cambio tecnológico y la producción del conocimiento van a un ritmo que no permite la espera y este ritmo es inalcanzable para los países en vías de desarrollo si no se emprenden acciones diferentes, donde las universidades y los centros tecnológicos jueguen un mayor papel.


Las relaciones universidad-industria surgieron como un campo de estudio separado hace tres décadas, como parte de un mayor énfasis en la política de comercialización de la investigación y la creación de vínculos más estrechos entre la investigación básica y las necesidades sociales. Desde finales de la década de 1970 muchos países modificaron su legislación y crearon mecanismos de apoyo para fomentar una mayor interacción entre las universidades y las firmas, en parte, en la creencia de que la innovación industrial había llegado a depender en mayor medida de la investigación académica. El interés en las relaciones entre la universidad y la industria también fue impulsado por el rápido crecimiento de la investigación.


Según Hidalgo & León (2006), el cambio de paradigma hacia una universidad más implicada con la sociedad, en general, y con la empresa, en particular, no generará los beneficios pretendidos si esta no modifica las perspectivas de su papel social y adapta sus procedimientos de toma de decisiones a un escenario más real y complejo y agregan que una universidad moderna debe combinar cuatro misiones básicas, integradas en una visión estratégica a largo plazo:


• Cualificar alumnos en temas asociados a conocimiento ya consolidado.

• Generar nuevo conocimiento científico-tecnológico como un producto esencial de su actividad investigadora.

• Transferir y compartir conocimiento científico-tecnológico con las empresas.

• Diseminar el conocimiento científico-tecnológico a la sociedad.

Desde luego, partiendo de todo ello, es necesario tomar en cuenta que tanto la gestión de la ciencia y la tecnología, como la propia gestión del conocimiento, como procesos sociales en sí, deben acercarse a la búsqueda de las respuestas que demanda el propio desarrollo social. Según Abello (2007), la gestión del conocimiento está directamente relacionada con la intención de ser útil a alguien, ya sea la industria, el gobierno o la sociedad y al mismo tiempo, apunta que la producción de conocimiento tiene que ver con el contexto de su aplicación, todo lo cual debe llamar la atención, desde el momento de la conformación de las estrategias asumidas para generarlo y para desde él, condicionar los restantes procesos de transformación social, creándose las capacidades esenciales para que cumpla con su verdadero papel de cambio y genere la condición de sostenibilidad que reclaman los restantes procesos implicados en el propio desarrollo, uno de ellos, es la introducción de resultados a partir de los proceso de innovación, pero desde una visión integradora y sustentada por procesos participativos además de la I+D como una fuente importante de provisión.


Ahora bien, entendiendo a la sostenibilidad como sinónimo de estabilidad, equilibrio, perdurabilidad en el tiempo y sobre todo, asociándola desde el ámbito del desarrollo, como la condición asignada a los procesos de lograr su desempeño sin comprometer el futuro, se hace evidente la necesidad de contraponer varios elementos que desde la modernidad paradójicamente empujan a la no sostenibilidad, como son: el consumismo, la inequidad, la falta de recursos ante problemas globales que generan comportamientos de supervivencia incompatibles con la sostenibilidad, el ansia de poder y su concentración entre pocos, la dinámica del mercado y la propia dinámica del cambio, la adopción de patrones anquilosados ortodoxamente, sin que respondan a las reales necesidades de la sostenibilidad y por encima de todos, la falta de voluntad política para revertir los escenarios, las actitudes y aptitudes hacia modelos de desarrollo más coherentes con la realidad, pero además, la presencia no escasa de detractores que ponen en tela de juicio la posibilidad de lograr en el desarrollo social, dicha equidad, el equilibrio y la justicia social, como una necesidad para perpetuar la especie humana y su hábitat.


Resulta contradictorio entender que si el desarrollo social está cada vez más en dependencia del uso de la ciencia y la tecnología, pero de un modo racional y equilibrado, la formación de los profesionales de las distintas carreras o especialidades, no disponga de una amplia formación en temas como innovación tecnológica, sostenibilidad tecnológica, dominio tecnológico, por citar algunos de los conocimientos necesarios en la articulación de la ciencia con los procesos productivos o de servicios y mucho menos, sobre los sistemas de innovación, ya sean nacionales, regionales o locales, son estas figuras estimuladoras del emprendedurismo y articuladoras de las relaciones academia-empresa, escenario que permite la interconexión de saberes y de oportunidades, además de la puntualización de las demandas formativas y de introducción de resultados.


Desde décadas pasadas Nelson (1993), advierte que un sistema de innovación aporta diversos condicionantes que deben ser tenidos en cuenta:

·       Una explotación del territorio activa e innovadora.

·       Comportamientos cooperativos, ya sean formales o informales, entre los diversos actores o agentes del sistema.

·       Una óptica o visión a más largo plazo.

·       Estrategias coordinativas entre actores, evitando comportamientos oportunistas.

·       Estrategias de integración o de valorización, ya sean desde una óptica vertical (cooperación intersectorial) u horizontal (cooperación interempresarial).

·       Repartimiento de los efectos positivos (rentas, bienestar, entre otros) entre los actores.

A su vez, respecto al citado emprendedurismo y el desarrollo local Cassiolato & Lastre (2008), apuntan sobre la necesidad de verlos como un único proceso, muy dependientes de aspectos políticos, económicos, históricos y de especificidades culturales locales, orientadas a la innovación a largo plazo. Estos pensamientos inducen a analizar, que esa cultura local está permeada de los procesos que en tal dirección se van gestando y la formación de profesionales es uno de ellos, pues se desempeñen en una u otra esfera del conocimiento, formarán parte de la comunidad que los absorbe socialmente, de aquí, uno de los elemento que acentúan la importancia de incluir intencionalmente estos elementos en la gestión del conocimiento que se conciba, tanto para la formación del pregrado, como la de posgrado, lo que también redundará en un proceder acorde con los propósitos de la referidos sistemas de innovación, entendiendo además como un elemento adicional, que las propias universidades y el tejido empresarial forman parte de dichos sistemas.

El desempeño de los sectores productivos y/o servicios genera la articulación sistemática de relaciones intersectoriales en una cadena productiva (Mamberti e Braga, 2004) y según Sampaio et al. (2004), también generan capacidades de integración territorial y un esfuerzo dinámico y armónico entre cooperación y competencia, lo que sin dudas es una oportunidad para identificar desde esta integración las aristas necesarias para ordenar la gestión del conocimiento, la gestión de la innovación y los propios sistemas de innovación a los diferentes niveles, de forma tal, que estos últimos sirvan de mecanismo articulador sistemático, respetando desde la óptica del desarrollo, los requerimientos de la sostenibilidad y promoviendo el emprendedurismo local, y la integración de actores como reflejo de la gobernabilidad y la sostenibilidad.



CONCLUSIONES

Un importante elemento de la infraestructura tecnológica nacional y regional para la mayoría de los países desarrollados lo constituyen los centros tecnológicos, representan un imprescindible eslabón en la prestación de servicios a las empresas, que abarca desde la investigación aplicada y el desarrollo tecnológico hasta otros servicios de apoyo, sin embargo, manifiestan una heterogénea participación concreta en los entornos productivos.


La forma en que las políticas públicas son implementadas se diferenciará de una localidad a otra, por lo que también cambiará la visión y la proyección concreta de la universidad en lo que se llama, su tercera misión.


El aislamiento entre las universidades y las empresas se sustenta en la falta de fondos, la falta de experiencia en la industria, y la falta de conciencia entre los académicos, asunto que apunta a un fenómeno tautológico en sí mismo, pues no habrá fondos si no hay productividad, ni productividad sin resultados de la ciencia, ni experiencia en el sector industrial s no hay el acercamiento necesario.


La falta de acercamiento entre las universidades y las empresas comprende la escasa presencia del sector empresarial en el análisis de la política científico-tecnológica de las universidades de su contexto, lo que hace al modelo asumido por las universidades, más ofertista y más lineal en la innovación que se genere, lo que se replica hasta la oferta de los posgrados que se imparten, concebidos más como algo que se sabe, que como lo que se necesita hacer.


La sostenibilidad como sinónimo de estabilidad, equilibrio, perdurabilidad en el tiempo y sobre todo, asociándola desde el ámbito del desarrollo, como la condición asignada a los procesos de lograr su desempeño sin comprometer el futuro, necesita de contraponer varios elementos que desde la modernidad empujan paradójicamente a la no sostenibilidad.


La adopción de patrones anquilosados ortodoxamente, sin que respondan a las reales necesidades de la sostenibilidad y por encima de todos, la falta de voluntad política para revertir los escenarios, las actitudes y aptitudes hacia modelos más coherentes con la realidad que se presenta, atenta contra la sostenibilidad del desarrollo.


El cambio de paradigma hacia una universidad más implicada con la sociedad en general, y con la empresa en particular, no generará los beneficios pretendidos si esta no modifica las perspectivas de su papel social y adapta sus procedimientos de toma de decisiones a un escenario más real y complejo, combinando sus cuatro misiones básicas.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Abello, R. (2007). Factores claves en la alianza universidad-industria como soporte en la industria local: hacia un modelo de desarrollo económico y social sostenible. Revista Investigación y desarrollo 15 (1) Universidad del Norte, Barranquilla Colombia. pp 208- 225

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Barge, A., Santamaría, L., & Modrego, A. (2011). Complementarities Between Universities and Technology. New Empirical Lessons. European Planning Studies. 19 (2). p 195-215.

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Cassiolato, J. E., & Lastres, H. M. M. (2008). Discussing innovation and development: converging points between the Latin American school and the innovation systems perspective? Globelics Working Paper 8(2). p 23- 31.

Hidalgo, A. y León, G. (2006). La importancia del conocimiento científico en el proceso innovador". Revista Sistema Madrid. Monografía 17. Diciembre.

Mamberti, Marina M. S., & Braga, R. (2004). Arranjos Produtivos Turísticos e Desenvolvimento Local. In: Seminário Internacional: O Desenvolvimento Local Na Integração: Estratégias, Instituições Políticas, 1, Rio Claro: Unesp.

Molas, J., & Castro, E. (2006). Ambiguity and conflict in the development of "Third Mission" indicators. Paper presented to the 9th Science and Technology Indicators Conference Louvain, 7-9 September 2006.

Molas, J., Ammon, S., Pari, P., Alister, S., & Xavier, D. (2002). Measuring third stream activities. Brighton: SPRU.

Nelson, R. R. (1993). National innovation systems; Oxford university press; Oxford.

Othman, N. (2011). An Assessment of a University-Industry Partnership in a Malaysian University. Revista International Journal of Business and Social Science 2 (8). Pp. 94-103.

Sampaio, C., Mantovaneli, A. C., & Pellin, V. (2004). Arranjo produtivo local como estratégia que promove o ecodesenvolvimento: análises das experiências de Bonito (MS), Lagoa de Ibiraquera (Garopaba e Imbituba) (SC), e Santa Rosa de Lima (SC). In: II Seminário Internacional sobre Desenvolvimento Regional, Anais, Santa Cruz do Sul.

Siti Hamisah Tapsir, et al. (2008). The University-Industry Partnerships: Fostering Strategic Linkages at Institutes of Higher Learning in Malaysia in Enhancing the Quality of Higher Education through Research: Shaping Future Policy". Putrajaya: MoHE.




Recibido: Abril de 2015.

Aprobado: Junio de 2015.




Víctor Hugo Briones Kusactay

E-mail: victorhugobrioneskusactay@gmail.com

MSc. Yusniel Tartabull Contreras

E-mail: ytartabull@ucf.edu.cu

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