Introducción
El estudiar representa una necesidad indispensable para cualquier profesional. Sea cual sea el grado académico que se ostenta, los hábitos de estudio, se transforman en actividades necesaria para la adquisición, uso y control de los conocimientos. De su calidad y eficiencia obedecen, en gran medida, los resultados en el recorrido académico, así como la cimentación gradual de las bases para la competencia profesional y el mejoramiento de la persona.
Los hábitos de estudio corresponden a comportamientos instauradas y asociadas a la forma con las que el alumno alcanza o no sus objetivos académicos. Hoy en día se encuentran hábitos de estudio productivos como terminar a tiempo las tareas, conservar el orden en el material, estudiar con una estrategia y en un ámbito apropiado, subrayar, efectuar esquemas, etc., e improductivos como postergar las actividades académicas, estudiar en un ámbito inapropiado y sin una estrategia ordenada, estudiar cansado, copiar resúmenes de los otros compañeros, etc. con implicancias negativas a nivel.
Se considera entonces que el hábito de estudio corresponde a una acción que se ejecuta todos los días en promedio a la misma hora; la frecuencia de esta conducta en el tiempo va creando un mecanismo inconsciente que la hace más fácil y efectiva. El alumno organiza su tiempo y espacio, emplea técnicas y métodos concretos que hace uso para estudiar; acude a estos elementos en pos de lograr hábitos. Por consiguiente, el éxito en el estudio no sólo está en función de la inteligencia y del esfuerzo; sino además de la eficiencia de los hábitos de estudio.
Los hábitos de estudio son factores importantes en la vida de los estudiantes. Debido a que se asocia a pautas consistentes, a menudo inconscientes, de forma constante y cotidiana que manifiestan el carácter y forman nuestra efectividad o inefectividad. El hábito necesita de tres elementos para ponerlo en práctica: el conocimiento, las capacidades y el deseo. Estudiosos como Bajwa, et al. (2011), comunican que un alumno no puede emplear habilidades de estudio eficaces, hasta que no está aplicando buenos hábitos y argumentan que una persona aprende con mayor rapidez y profundidad que otros individuos en función a sus atinados hábitos de estudio. También, informan que el estudiar de manera eficaz y eficiente constituye más que en la memorización de hechos, en saber dónde y cómo conseguir la información importante y la destreza de hacer uso inteligente de la misma. Al igual que en muchas actividades la habilidad y la dedicación corresponden a los puntos claves para el aprendizaje.
El hábito de estudio corresponde a métodos y estrategias que acostumbra a emplear el alumno para incorporar unidades de aprendizaje, su aptitud para impedir distracciones, su atención al material específico y los esfuerzos que efectúa a lo largo de todo el proceso. Un hábito es un patrón comportamental aprendido que se muestra mecánicamente ante condiciones específicas generalmente de clase rutinarias, donde la persona ya no tiene que pensar ni decidir sobre la manera de actuar. Los hábitos de estudio corresponden a un grupo de hábitos de trabajo intelectual que capacitan a la persona para una más fácil y profunda asimilación, transformación y creación de valores culturales.
Los estudios de investigación sobre el tema de hábitos de estudio se han llevado a cabo con frecuencia en jóvenes que cursan la educación superior, y se orientan en los grados de conocimientos que puede poseer un alumno para enfrentarse a una asignatura y las actitudes propias del estudio (Vidal, Gálvez & Reyes, 2009).
Algunos investigadores han explicado los hábitos de estudio como el mejor predictor del éxito académico, más que el nivel de inteligencia (Bajwa, et al., 2011). No obstante, la evidencia empírica no es concluyente sobre la incidencia de los hábitos de estudio en el alto rendimiento académico, y supervivencia de los alumnos en el trayecto universitario; de allí que el entender si realmente todos los hábitos de estudio considerados como deseables funcionarán de la misma manera en todos los estudiantes a pesar de que estos cambian en relación a sus estilos de aprendizaje, estrategias cognoscitivas e inteligencias múltiples corresponde a un asunto de interés.
Cortes (2017), indica que los apropiados hábitos de estudio tienen influencia en el éxito académico, considerándose incluso más importantes que el nivel de inteligencia o de memoria, pues tienen implicancias en un buen desempeño académico.
Lammers, Onwuegbuzie & Slate (2001), informan que los hábitos de estudio influyen en sus rendimientos académicos. El memorismo es el principal método de los estudiantes que ingresan a la universidad no teniendo en cuenta los adecuados hábitos de estudio según estudios de Mena, Golbach & Veliz (2009). Se ha reconocido que los hábitos de estudio tienen implicancia en el rendimiento académico y puede ser un indicador para conocer una situación de éxito o fracaso académico.
En el mismo sentido, la experiencia reconoce que un número significativo de alumnos logra resultados deficientes frente a los desafíos que la vida académica plantea, y específicamente en el nivel universitario. Esto depende al incremento de la exigencia académica, la necesidad alta de organización del trabajo académico, la mayor necesidad de dedicación al estudio o el requerimiento de altos niveles de autonomía.
Una investigación llevada a cabo por De Garay (2006), en 54 Universidades Tecnológicas reveló que los hábitos de estudio en lugar de fortalecerse durante el trayecto por la universidad, se van debilitando. Así mismo, en otras investigaciones se muestran problemáticas vinculadas a la actividad de estudio y aprendizaje, algunas de ellas asociadas a estudiantes de nuevo ingreso.
En el Perú, según los resultados hallados, el hábito de estudio en el que estudiantes de primer año de una universidad estatal que logró un mayor nivel de desarrollo es la de planificación de estudio; siendo inverso a este, el resultado logrado respecto a la asimilación de contenidos. La organización del tiempo y los horarios ayudan a alcanzar una óptima planeación de estudio para no sobrecargar las actividades diarias y conseguir un mayor aprovechamiento del tiempo.
Enríquez, Fajardo & Gastón (2015), mencionan que el analizar los hábitos de estudio de los estudiantes de nivel superior es de gran importancia vinculados a la necesidad práctica de evaluar, comprender y mejorar los determinantes implicados en el proceso enseñanza aprendizaje en los alumnos de todos los niveles escolares, pero en especial de los que cursan estudios superiores, con el propósito de optimizar estos procesos en los escenarios escolares.
Para Hernández, Rodríguez & Vargas (2012), los alumnos de nuevo ingreso son el insumo más valioso con el que se debe aprender a trabajar, se convierte en una necesidad investigar sobre varias de las características generales que rodean el entorno del alumno, además sus motivaciones para aprender y hábitos de estudio, para así implementar estrategias que permitan disminuir posibles deficiencias académicas de los alumnos y en consecuencia reducir los porcentajes de deserción y reprobación.
Por otro lado, la motivación es sumamente necesaria en la totalidad de los estratos educativos, específicamente en ámbitos como el ingreso a la universidad, donde se necesita que el alumno planifique de forma organizada y objetiva, métodos y hábitos para el desarrollo del comportamiento en el estudio individual (Bajwa, et al., 2011).
La motivación se conceptualiza como el interés por una actividad forjada frente a una necesidad, corresponde al mecanismo que estimula- a la acción, puede ser fisiológico o psicológico e implica conductas voluntarias. En otras palabras, corresponde al proceso a través del cual se inician y sostienen las actividades dirigidas por un objetivo.
La motivación corresponde a un constructo fundamental en la psicología, que puede conceptualizarse como el proceso interno que activa, guía y mantiene el comportamiento (Baron, 1997). De acuerdo con Robinson (1988), el constructo es introducido como objeto de estudio por San Agustín mediante la noción de libre albedrío. Además, se reconocen importantes contribuciones teóricas de William James al estudio de la motivación (Palmero & Fernández-Abascal, 1995) y de investigadores contemporáneos que se han dedicado a su investigación experimental desde diferentes perspectivas, como Atkinson, Weiner, McClelland, Eysenck, Bandura, etc. (Gimeno & Mayor, 1995). La neurofisiología también hizo su aporte, mediante e descubrimiento de los centros de recompensa, con James Olds y Peter Milner, que engloba el tronco encefálico, el sistema límbico y hasta la corteza prefrontal.
Numerosas investigaciones, revisiones sistemáticas y meta-análisis han ratificado la relación directa entre la motivación y el rendimiento académico (Cerasoli, Nicklin & Ford, 2014; Cook & Artino, 2016). No obstante, pocas investigaciones se han enfocado en explicar la influencia de la motivación en las estrategias usadas por los alumnos durante el proceso de aprendizaje para conseguir tal resultado. Es por ello, que comprender cómo influye la motivación en los hábitos de estudio, considerando tanto su componente intrínseco como extrínseco, se convierte en un desafío trascendental para la investigación educativa. Podría ser que la motivación extrínseca favorezca el empleo de técnicas de estudio más rutinarias y memorísticas, mientras que la motivación intrínseca fomenta técnicas más avanzadas (planeación, análisis, búsqueda de información) que necesitan procesos mentales más profundos.
Por último, el análisis de la motivación para la investigación posee una vital importancia práctica, pues va a tener implicancia tanto sobre la eficiencia en la asimilación de los conocimientos, en la formación de habilidades y capacidades, como en la formación del carácter, la moral y la orientación de los alumnos universitarios; además de representar un instrumento de retención para la Universidad.
Derivado de lo anterior, este estudio tiene por objetivo determinar la relación entre la motivación educativa y los hábitos de estudio en los ingresantes de ciencias de la salud de la Universidad Nacional Hermilio Valdizán de Huánuco-Perú, 2019.
Materiales y métodos
Tipo de estudio
Estudio de tipo correlacional, de diseño no experimental, de corte transversal con enfoque cuantitativo.
Población
La población estuvo conformada por 232 estudiantes ingresantes de ambos sexos de la carrera de ciencia de la salud de la Universidad Nacional Hermilio Valdizán de Huánuco-Perú.
Procedimiento
La variable hábitos de estudio, presentó cinco dimensiones: forma de estudio, resolución de tareas, preparación de exámenes, forma de escuchar la clase y acompañamiento al estudio. Sus niveles y rangos respondieron a los siguientes baremos: Muy negativo, Negativo, Tendencia negativa, Tendencia positiva, Positivo y Muy positivo.Esto de acuerdo al inventario de hábitos de estudio CASM85 (Vicuña, 1998).
Por su parte, la motivación educativa comprendió tres dimensiones: motivación intrínseca, motivación extrínseca y amotivación. Sus niveles y rangos respondieron a los siguientes baremos: alta, media y baja. La misma se midió a través de la Escala Motivación Educativa (EME) (Vallerand, et al., 1989).
La recolección de datos se realizó previa coordinación y autorización. Todos los participantes de este estudio firmaron un consentimiento informado que garantizó la voluntariedad de participación y confidencialidad de la información. Posteriormente, se les entregó la escala y el inventario impreso a los estudiantes que formaban parte de la población en estudio, quienes lo respondieron en sus salones de clases.
Análisis de datos
Para el análisis de la data se utilizó el paquete estadístico SPSS versión 23. En el análisis descriptivo de las variables se utilizaron las frecuencias y porcentajes. Se utilizó la prueba de Kolmogorov-Smirnov para determinar la normalidad de las variables. En el análisis bivariado se empleó la prueba de Correlación de Rho de Spearman. Se consideró una significancia estadística ≤ 0.05.
Aspectos éticos
La participación de los estudiantes fue autorizada mediante un consentimiento informado.
Resultados y discusión
Los estudiantes de 16 a 18 años conformaron el 63,4%, el 70,3% fueron de sexo femenino, 87,9% solamente estudian, las carreras que participaron fueron medicina, enfermería, obstetricia, psicología y odontología y 58,2% accedieron a la universidad por admisión general (Tabla 1).
Características generales | Frecuencia (n=232) | % |
---|---|---|
Edad en años | ||
16 a 18 | 147 | 63,4 |
19 a 21 | 72 | 31,0 |
22 a 24 | 8 | 3,4 |
25 a 27 | 5 | 2,2 |
Género | ||
Masculino | 69 | 29,7 |
Femenino | 163 | 70,3 |
Situación personal | ||
Solamente estudia | 204 | 87,9 |
Estudia y trabaja | 28 | 12,1 |
Carrera | ||
Medicina | 47 | 20,3 |
Enfermería | 45 | 19,4 |
Obstetricia | 44 | 19,0 |
Psicología | 49 | 21,1 |
Odontología | 47 | 20,3 |
Vía de acceso a la universidad | ||
Admisión general | 135 | 58,2 |
Modalidades de ingreso | 97 | 41,8 |
La motivación educativa de los estudiantes en estudio mostró un predominio de nivel alto para la motivación intrínseca y extrínseca y en cambio fue bajo para la amotivación (Tabla 2).
Dimensiones | Frecuencia (n=232) | % |
---|---|---|
Motivación Intrínseca | ||
Alta | 199 | 85,8 |
Media | 29 | 12,5 |
Baja | 4 | 1,7 |
Motivación Extrínseca | ||
Alta | 176 | 75,9 |
Media | 55 | 23,7 |
Baja | 1 | 0,4 |
Amotivación | ||
Alta | 32 | 13,8 |
Media | 97 | 41,8 |
Baja | 103 | 44,4 |
En general, respecto a la motivación educativa, el 83,2% (193 estudiantes) mostraron alta motivación, asimismo el 16,4% (38 estudiantes) nivel medio de amotivación y el 0,4% baja motivación (Fig. 1).
En relación a los hábitos de estudio, la dimensión forma de estudio, fue positiva en 47,0%, la resolución de tareas un 51,7% con tendencia negativa, en la preparación de exámenes, un 45,7% obtuvo una tendencia negativa, en forma de escuchar la clase, 36,2% fue con tendencia negativa y en acompañamiento al estudio, el 54,3% fue negativo (Fig. 2).
En global, concerniente a los hábitos de estudio, la mayoría de los estudiantes se ubicaron con tendencia negativa (Fig. 3).
Y, respecto al análisis inferencial, respecto a la relación entre la motivación educativa y los hábitos de estudio, se encontró un coeficiente Rho de Spearman de 0,33 y una p≤0,000, siendo significativa estadísticamente. Asimismo, hubo relación significativa entre los hábitos de estudio y las dimensiones de motivación intrínseca (p≤0,001), motivación extrínseca (p≤0,000) y motivación (p≤0,000) (Tabla 3). Asimismo, nuestros resultados evidencian que los puntos tienen una correlación positiva, donde podemos asumir que a mayor motivación educativa, mayor habito de estudio (Fig. 4).
Variable/dimensiones | Hábitos de estudio | |
---|---|---|
Rho de Spearman | Significancia | |
Motivación educativa | 0,33 | 0,000 |
Motivación Intrínseca | 0,23 | 0,001 |
Motivación Extrínseca | 0,26 | 0,000 |
Amotivación | -0,41 | 0,000 |
En relación a los hallazgos referentes Jiménez-Reyes, Molina & Lara (2019), pusieron en evidencia que existe una relación positiva entre la motivación académica y los hábitos de estudio con la finalidad de mejorar el rendimiento académico de los alumnos de la Universidad del Rosario y la Escuela de Cadetes de Policía de Bogotá, Colombia. Esta correlación positiva fue ratificada tanto para la motivación general como para sus componentes intrínseco y extrínseco.
Asimismo, Lacarruba, et al. (2011), concluyeron que hay poca asociación entre la motivación y los hábitos de estudio. En global, indican que están vinculados a la presentación de trabajos prácticos, que para estudiar emplean con mayor frecuencia la técnica del subrayado y utilizan la memorización como método de estudio. Además, durante las clases toman apuntes, atienden, se llevan bien con los docentes y poseen buenos resultados en los exámenes.
Paredes (2018), halló que la asociación entre los hábitos de estudio y la motivación educativa en alumnos universitarios se mostró como positiva y baja.
También se evidencia que de acuerdo Quispe (2017), mostró que la motivación si influye en los hábitos de estudio y que es esencial resaltar que la motivación extrínseca como el apoyo moral y el compañerismo ase que el alumno se sienta más cómodo e identificado con su universidad, compañeros, docentes y entorno formando un nuevo hábito no solo de estudio si no de vida.
Hernández, et al. (2012), en su trabajo de investigación ejecutado en alumnos de un tecnológico Federal de México, concluyeron que los estudiantes poseen problemas por la organización y planeación del estudio, las técnicas de memorización, la comprensión de lectura al estudiar en el hogar, y la carencia de métodos para aumentar la motivación y autoestima.
Por otra parte, a pesar de que existe literatura que respalda nuestros hallazgos informados en el presente estudio, también se muestran investigaciones en las que no se ha encontrado una relación significativa entre la motivación y los hábitos de estudio.
Además, según el paradigma socio-cognitivo, cada meta o propósito del alumno, anidado a sus estructuras cognitivas y representaciones mentales vinculadas con factores personales, familiares y del contexto, forman en él una conducta motivada, alcanzando que sea persistente y selectivo ante el objetivo de aprender aquello que la institución de educación superior propone como relevante.
En términos globales, la motivación educativa se vincula con el valor de la tarea y con el sentimiento de desempeño frente a ella, pero además con los motivos que dan sentido a la activación de dichos elementos cognitivos en pos del aprendizaje. Es por ello, que debe ser comprendidad como un proceso más que un producto.
Finalmente, es esencial entender que numerosos factores influyen simultáneamente en la motivación y los hábitos de estudio de un estudiante. De acuerdo a la teoría de la autodeterminación, el interés individual, la curiosidad, los desafíos y el disfrute de una tarea tienen implicancia en la motivación intrínseca, mientras que las recompensas, la autoestima, los castigos y el sentimiento de culpa son algunos de los determinantes que influyen sobre la motivación extrínseca. A su vez, determinantes personales como la autoestima, el autoconcepto, la autoimagen, la autoeficacia, la motivación, la estabilidad, las habilidades sociales y manejo del mundo emocional, así como determinantes familiares, económicos, políticos y biológicos pueden tener implicancias tanto en los hábitos de estudio como en el proceso general de aprendizaje.
Conclusiones
Se encontró relación significativa y positiva entre la motivación educativa y los hábitos de estudio en estudiantes ingresantes a la Universidad Nacional Hermilio Valdizán de Huánuco. Y, también se encontró relación significativa entre los hábitos de estudio y las dimensiones de la motivación educativa de motivación intrínseca, motivación extrínseca y amotivación.