Introducción
La creación de ventajas competitivas dinámicas en los países de América Latina no puede descansar de manera exclusiva en la consecución de logros a nivel macroeconómico, sino que demanda, a su vez, la inclusión de iniciativas o emprendimientos locales, así como el trabajo mancomunado entre los distintos actores e instituciones (Albuquerque, 1997; Delgado Lobo, 2017; Finquelievich, Feldman & Girolimo, 2017).
Durante los últimos años, de hecho, las investigaciones en torno al impacto de los enfoques y programas e iniciativas de desarrollo local han proliferado en América Latina. Particularmente, estos estudios han analizado las experiencias de emprendimientos en localidades rurales especializadas en proyectos turísticos (Díaz, 2017; Narváez, Fernández & Carmen, 2018) o agrícolas (Alvarado Vélez, et al., 2019; Alvarado Vélez, et al., 2020).
Por otro lado, investigaciones previas también han enfatizado la importancia de diseñar modelos de desarrollo endógeno que se adapten a las necesidades locales (Boza Valle & Manjarez Fuentes, 2016; Quispe Fernández, 2016; Rebaï & Alvarado Vélez, 2018). En este sentido, en Ecuador, el Gobierno Nacional también ha reconocido la importancia que tienen los actores no tradicionales, especialmente, aquellos que forman parte de la economía popular y solidaria y las pequeñas y medianas empresas, tanto en la dinamización del aparato productivo local, así como la economía nacional (Ecuador. Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo, 2017).
Por ello, el desarrollo integral del país se ha determinado a través de una planificación enfocada en las actividades productivas que posee cada uno de estos sectores para generar beneficios para el desarrollo territorial y el progreso de la especialización de sus actitudes productivas (Alvarado Vélez, Vélez Bravo & Mila Carvajal, 2017).
En este marco, el caso de la especialización en la producción y comercialización de dulces artesanales -especialmente melcochas, que son confituras elaboradas a partir de la panela-, en la parroquia Alluriquín, localizada en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, se torna en un caso paradigmático de estudio.
Primero, porque, en la actualidad, esta actividad es reconocida como el componente icono de su economía y, segundo, porque a pesar del rol que ocupa este sector productivo en el desarrollo local, no existen estudios sobre su impacto en la literatura académica. En este contexto, el presente artículo analiza la contribución y limitaciones de esta industria en el desarrollo económico y territorial a nivel parroquial.
Para ello, se desarrolló una investigación de campo con un diseño metodológico mixto (cualitativo-cuantitativo) con un nivel de profundidad descriptivo. Específicamente, los datos se recabaron en dos etapas.
Primero, se llevaron a cabo entrevistas semiestructuradas con dos autoridades locales de Alluriquín para conocer la visión de la Administración Pública sobre el impacto de la industria de dulces en esta localidad, y las cifras sobre el número de negocios dedicados a esta actividad. El panel de entrevistados en esta etapa se estableció mediante la técnica bola de nieve (Alvarado Vélez, et al., 2018).
Segundo, se recabó información a través de un cuestionario mixto que permitió conocer las características de los dueños de estos negocios (género, motivaciones laborales para dedicarse a actividad) y de sus emprendimientos (desempeño de ventas de los últimos años, sus expectativas empresariales, la utilidad neta y el porcentaje de inversión dedicado a sus negocios). También se indagó acerca de los limitantes y aportes de esta actividad para el desarrollo territorial.
Para recabar esta información, se encuestó a un total de 58 micro emprendedores dedicados exclusivamente a esta actividad. La muestra se determinó de manera no probabilística, utilizando el método de muestreo por conveniencia (Alvarado Vélez, et al., 2020). En particular, esta técnica se empleó debido a que el gobierno parroquial carece de datos estadísticos sobre la cantidad de negocios dedicados a esta actividad.
No obstante, la entrevista que mantuvimos con el Teniente Político de la parroquia en la primera etapa del trabajo de campo permitió conocer que, en la actualidad, existen, aproximadamente, entre 100 y 120 microemprendimientos laborando en esta industria a nivel local. De esta manera, las 58 encuestas podrían considerarse representativas del total de la población puesto que incluyen al 48% de estos negocios.
El procesamiento de los resultados de las entrevistas (la parte cualitativa del estudio) se guio por los temas clave (las menciones sobre uno o varios aspectos) que surgieron de las respuestas de los sujetos seleccionados. Los datos cuantitativos, se tabularon y analizaron con el programa Excel 2016 y los resultados se representaron mediante tablas y diagramas circulares y de barras.
Desarrollo
De acuerdo con las entrevistas con los funcionarios públicos, si bien la elaboración y venta de dulces artesanales en esta parroquia desempeña un papel importante, los esfuerzos, tanto públicos como privados, por fomentar el crecimiento de esta industria aún son limitados. De hecho, ellos mencionan que, a pesar de la gradual importancia que esta actividad ha logrado -desde sus orígenes a inicios de la década de 1980-, estableciéndose como una de las principales fuentes de empleo para los habitantes de la localidad, apenas en 2011, el Gobierno Provincial de turno comenzó a desplegar estrategias con miras al desarrollo local de esta industria y su eventual vinculación con el mercado nacional.
No obstante, a pesar de que la Administración Pública local ha reconocido la potencialidad de esta industria para el desarrollo de la parroquia, los entrevistados mencionaron que, a nivel parroquial no existen estadísticas oficiales sobre la cantidad de empleos directos o indirectos generados por esta industria. Sin embargo, se estima que, en la actualidad, esta actividad ocupa al 70% de los habitantes.
En 2011, la Administración Pública comenzó a apoyar a la Asociación de Artesanos de San José de Alluriquín con capacitaciones para tecnificar y mejorar la producción, no obstante, la débil articulación entre esta industria y la escasa producción local de caña de azúcar (la principal materia prima para la elaboración de los dulces), la falta de uso de tecnologías en la cadena productiva y -como lo corroboran los testimonios de los microempresarios de dulces-, el tardío concepto de marca de dulces y patentes se mantienen como los principales obstáculos para potenciar a esta industria.
En este contexto, los funcionarios consideran que, si bien el desarrollo de esta industria depende de la capacidad productiva del territorio y de una mejor planificación organizacional y ejecución por parte de aquellas personas dedicadas a esta actividad, el financiamiento, principalmente de instituciones públicas, con tasas de interés preferenciales, y el apoyo del gobierno local aún constituyen elementos que podrían mejorar los procesos de producción y generar las capacidades necesarias para potenciar esta industria.
Por otra parte, las encuestas señalan que el 70% de los dueños y/o administradores de estos negocios son mujeres. Además, según el número de empleados, el total de estos negocios se categorizan dentro del conjunto de las llamadas microempresas.
Las ventas de dulces les permiten generar, aproximadamente, una utilidad neta de entre 400 dólares y 700 dólares mensuales. Además, el 80% (46 de 58) de estos emprendedores consideran que, en los últimos dos años, el desempeño de su negocio ha sido normal y, de la misma forma, el 85% (49 de 58) tiene expectativas de que sus ventas les permitirá realizar nuevas inversiones en el negocio.
Los micro emprendedores emplean alrededor del 41% de sus utilidades para la inversión en adquisición de materia prima para la elaboración de sus productos y el mejoramiento de su infraestructura. Sin embargo, resulta interesante que, a pesar de obtener utilidades, el 80% menciona que, durante los últimos dos años, su principal problema ha sido el pago de impuestos municipales debido a la falta de recursos económicos puesto que, entre sus gastos operacionales y familiares, la mayoría del tiempo no poseen excedentes para cubrir estos rubros que, en promedio, oscilan entre los 100 y 120 dólares.
De manera general, esta actividad ha logrado convertirse en un promotor de la movilidad ocupacional en la parroquia. De hecho, según las encuestas, la mayoría de nuestro panel (70%) ha optado por incursionar en esta actividad como una opción para pasar del desempleo al desarrollo de una actividad que les genera ingresos estables (alrededor de 550 dólares), e incluso mayores al promedio de ingresos complementarios de los familiares que comparten los gastos del hogar (300 dólares en promedio).
También cabe señalar que los microemprendimientos generan alrededor de tres plazas de empleo que, mayoritariamente, son ocupadas por mujeres de la misma familia, con un sólo trabajador en promedio sin vínculos familiares. Todos estos trabajadores, quienes desarrollan distintos tipos de labores dentro de los negocios (unos envuelven y enfundan los dulces, otros hacen el doblaje y otros salen a ofrecer los productos en la vía) reciben, aproximadamente, 10 dólares diarios o unos 300 dólares al mes, dependiendo de los días que trabajan y descansan.
A pesar de ello, la contribución al desarrollo territorial se ha visto limitada por las propias características de esta localidad. Al respecto, las cifras del gobierno parroquial (Ecuador. Gobierno Autónomo Descentralizado de Alluriquín, 2015) señalan que el 61,45% del suelo está cubierto por pastizales para la cría de ganado vacuno de leche, el 32,5% a bosques y apenas un 0,001% del suelo es empleado para cultivos permanentes como, por ejemplo, la caña de azúcar, materia prima de la cual depende la industria de dulces para la elaboración de sus productos.
Así, a pesar de que la producción y venta de dulces en Alluriquín ha experimentado un crecimiento paulatino en los últimos años, el área de cultivos con caña de azúcar ha disminuido y, de hecho, actualmente, son insuficientes (menos del 10% del total) para cubrir la demanda interna de los emprendedores que elaboran dulces. Los micro emprendedores estiman que apenas un 10% del total es cubierta, y el restante, como lo indican, se obtiene comprando panela producida en otras provincias del Ecuador, especialmente, de Imbabura.
En este contexto, los hallazgos sugieren que, a pesar la importancia para el desarrollo local, esta industria no ha logrado contribuir al desarrollo territorial de manera integral. Al respecto, estimamos que esto podría deberse a la falta de integración entre los esfuerzos de la Administración Pública, los objetivos de desarrollo y la realidad local contemporánea, y a la falta de una verdadera organización de los empresarios de esta industria.
De esta manera, los resultados de nuestra investigación se inscriben en la línea de pensamiento de Rebaï (2010, 2014), cuando sugiere que, en estos casos, la intervención política y el apoyo de las instituciones públicas podrían ser claves, en las etapas iniciales, para organizar a los emprendedores en procesos de asociación que les permitan capacitarse en mejores prácticas y, finalmente, integrarse comercialmente con los mercados regionales.
Conclusiones
Los elementos descritos a través de esta investigación demuestran que la industria de dulces en Alluriquín aún no ha logrado desplegar, debido a limitantes financieros, políticos, empresariales y productivos locales, todo su potencial para aportar en mayor medida al desarrollo de esta parroquia.
No obstante, las microempresas que la conforman han experimentado un desarrollo sostenido de sus ventas, hecho que, a su vez, ha permitido el vínculo de un 70% de la población en estas actividades, así como la supervivencia de estos emprendimientos a través de los años.
En este contexto, se observa que una mejor planificación y vinculación de la producción agrícola y de la adopción de tecnologías en sus procesos de producción podrían establecerse como factores que podrían generar impactos positivos, tanto para esta industria, así como para el desarrollo territorial de la parroquia.