Introducción
La formación inicial del profesorado y su significación para el proceso educativo, han ocupado en los últimos tiempos un lugar importante en los análisis y debates desde una perspectiva metodológica, pedagógica y científica en aras de su perfeccionamiento. El encargo social de la universidad y su responsabilidad en la formación y desarrollo de los profesionales exige respuestas a las demandas sociales contemporáneas.
En el ámbito educativo actual la educación inclusiva posee como intención facilitar una atención educativa que favorezca el máximo desarrollo posible de todos los estudiantes, así como la cohesión de todos los miembros de la comunidad universitaria, lo cual posee como referente el modelo educativo y pedagógico que se plantea la universidad, considerando el derecho de los estudiantes al acompañamiento durante todo el proceso educativo, independientemente de su procedencia y características individuales a partir del enfoque de la diversidad.
En este ámbito refiere Daza, et al. (2021), que la “equidad educativa, por tanto, no sólo se vincula con el acceso, permanencia y titulación de los jóvenes, sino también con la constatación de igualdad de resultados en términos de inserción profesional, siendo éste un factor esencial para lograr dicha equidad”.
Si bien es un recurso educativo al servicio del aprendizaje, se puede enfatizar en que contribuye a que el estudiante se encuentre en mejores posibilidades para un aprendizaje más pertinente desde la concepción del diseño curricular, que constituye elementos a considerar en la práctica pedagógica y que se ha utilizado como alternativa en la búsqueda de la calidad y la mejora de los procesos universitarios. En el presente trabajo se abordan las consideraciones en relación con la tutoría de acompañamiento, desde un enfoque inclusivo en la formación de profesionales en la Educación Superior. Se presenta una propuesta metodológica para el proceso de tutoría de acompañamiento con estudiantes de la Carrera de Educación Primaria en la Universidad de Cienfuegos, con el fin de proporcionar atención en correspondencia con sus potencialidades y necesidades, a partir de la participación de los docentes de la carrera y los que se desempeñan como tutores en las instituciones educativas.
Desarrollo
El proceso de inclusión ha sido valorado desde diferentes ámbitos, es así que en disimiles situaciones ha sido asociado a los estudiantes con necesidades educativas especiales por discapacidad o en situación de desventaja social que viven en contextos marginales o de pobreza, pero lo más común es hacer corresponder la inclusión con la incorporación de las personas con discapacidad, u otras denominadas con necesidades educativas especiales, en las instituciones educativas comunes.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (2005), la inclusión está relacionada con la presencia, la participación y los logros de todos los alumnos, con especial énfasis en aquellos que, por diferentes razones, están excluidos o en riesgo de ser marginados, constituyendo un impulso fundamental para avanzar en la agenda de la Educación Para Todos. Ahora bien, desde este análisis el concepto de Educación para Todos no lleva implícito el de inclusión, aunque colaboran en el mismo propósito de asegurar el acceso a la educación, la concepción de inclusión involucra el acceso a una educación para todos de calidad, ya sea dentro o fuera del contexto educativo, lo que muestra la necesidad de transformación.
Esta perspectiva, trae consigo un análisis donde se insertan los movimientos de inclusión y de integración, que se ha considerado como responsabilidad de la Educación Especial, lo que limita la concepción más integral de la inclusión educativa como proceso (Rojas, et al., 2017).
En el análisis de la calidad de la educación, desde la perspectiva de la inclusión, es necesario tener en cuenta los conceptos de excelencia y equidad, lo que implica la participación de todos los estudiantes en los procesos y así desarrollar su proyecto de vida. Por su parte la equidad implica poder establecer una relación de ayuda a cada uno, así como facilitarle los recursos que necesita para que en igualdad de posibilidades pueda aprovechar las oportunidades educativas que se ofrecen.
Según refiere Arnáiz Sánchez (2012), “si queremos que las escuelas sean para todos, se hace necesario que los sistemas educativos aseguren que todos los alumnos tengan acceso a un aprendizaje significativo”. (p. 34)
Por su parte, Rojas (2018), refiere que la educación inclusiva, entre sus propósitos se encuentra la posibilidad de facilitar una atención educativa en función del máximo desarrollo posible de los estudiantes, en la que se implican todos los miembros de la comunidad educativa, considerada esta última como todos los agentes que tienen relación con la institución.
Yupanqui, et al. (2014), consideran que como principio general, es importante orientar todas las políticas y prácticas educativas, de manera que puedan cubrir las necesidades de aprendizaje de todos los niños, jóvenes y adultos, en la que hace énfasis en los que se encuentran en situación de vulnerabilidad, marginalidad y exclusión
De manera particular en el contexto actual universitario, la tutoría es considerada, como una herramienta de gran utilidad y significación en la formación del profesional. Si bien los docentes durante mucho tiempo han dedicado gran parte de su actividad a la formación académica, relacionada con determinadas áreas de la ciencia, lo que sin dudas constituye un elemento fundamental para su formación, pero una mirada a la necesidad de la formación integral del hombre constituye hoy un principio esencial de la responsabilidad social de la Universidad y el rol del docente.
Sobre esta arista de la orientación refiere Navarro & Hernández (2021), que se manifiestan claves para para el proceso de orientación para ofrecer respuesta educativa, a partir de los diferentes procedimientos, sin embargo enfatiza, que resultan escasos los estudios que desde el punto de vista empírico aportan eficacia a estas actuaciones.
En la concepción de la tutoría académica-universitaria, se distingue que su ámbito de actuación se coloca en el asesoramiento y apoyo técnico a los estudiantes universitarios, desde que ingresa a la carrera, hasta que finaliza sus estudios.
Si bien la tutoría es una práctica muy antigua, en la actualidad estos sistemas han cobrado fuerza en los estudios de pregrado como una alternativa en la búsqueda de la calidad y la acreditación universitaria. Ante los problemas de rezago, deserción escolar y desmotivación profesional, provocados en gran medida por insuficiencias en la adaptación de los estudiantes en el tránsito a la Educación Superior, en ocasiones porque la universidad no satisface sus expectativas, no tienen hábitos y métodos de estudio y comienzan a manifestar dificultades docentes. En tales circunstancias, la tutoría viene a ser un camino en la solución de estos problemas.
De esta manera, mediante la tutoría de acompañamiento se realizan acciones de orientación y acompañamiento por parte del docente de la carrera y el docente de la escuela primaria, en las dimensiones académicas, personal social y profesional, con un carácter personalizado que permita un crecimiento en los estudiantes.
Según refiere Cano (2009), “la tutoría y orientación de los alumnos formará parte de la función docente, lo que sitúa la actividad orientadora como parte ineludible de la actuación diaria del profesorado. La tutoría es un elemento inherente a la propia función docente y al concepto de currículo”. (p.185)
En este sentido la tutoría universitaria se caracteriza por las acciones del docente como orientador, en función de impulsar y facilitar el desarrollo integral de los estudiantes en su dimensión intelectual, afectiva, personal y social, en relación con un planteamiento de calidad desde la perspectiva del estudiante.
Es así que, en el contexto universitario, la tutoría es considerada como una herramienta de gran utilidad y significación en la formación del profesional. Si bien los docentes durante mucho tiempo han dedicado gran parte de su actividad a la formación académica, relacionada con determinadas áreas de la ciencia, lo que sin dudas constituye un elemento fundamental para su formación, es innegable la necesidad de la formación integral del hombre, que constituye hoy un principio esencial de la responsabilidad social de la Universidad y el rol del docente (Rojas & Domínguez, 2016).
De esta consideración, la concepción de la tutoría académica-universitaria se caracteriza por contener en sus ámbitos, la atención a los estudiantes, a modo de acompañamiento, en el transcurso de su estancia en la carrera y su continuidad con el egresado, que permita la formación y desarrollo integral de los estudiantes, es un componente esencial de la formación universitaria.
En esta perspectiva disimiles autores, han enfatizado en la necesidad de la tutoría en el contexto universitario, a partir de la implicación de la carrera y en especial el colectivo de año, en función de la atención a los estudiantes. Estas investigaciones abordan las concepciones del tutor desde la universidad y en la institución donde se realiza la práctica, sin embargo, hay que tomar en consideración las relaciones necesarias para la formación del profesional entre el tutor de la carrera y el tutor de la escuela.
Desde estas consideraciones, en el presente estudio se refuerza al papel significativo del tutor en el proceso de reafirmación profesional, a partir de la comunicación y relaciones entre ambos tutores: el de la carrera y el de la escuela, los cuales ejercen una función mediadora en aras del desarrollo profesional del estudiante.
La tutoría no se debe limitar a algunos estudiantes, sino que se debe tener en cuenta a todos, considerando sus potencialidades y necesidades desde la carrera y las condiciones en que realiza la práctica profesional, a partir de un enfoque preventivo y desarrollador. De manera que las acciones de acompañamiento tengan un carácter proactivo, que permitan actuar antes de que surja determinada problemática, teniendo en cuenta que el estudiante se encuentra en un continuo crecimiento y la posibilidad de intervenir en la modificación de aspectos concretos del contexto. Esto implica ayudar al estudiante a concienciarse sobre los obstáculos que se le ofrecen en su contexto y le dificultan el logro de sus objetivos profesionales, para que pueda afrontar el cambio necesario de dichos obstáculos.
Estos referentes se insertan de manera coherente con las aportaciones de Ferreira (2021), quien afirma que en el ámbito universitario, el sistema de orientación se desarrolla a partir de diferentes profesionales involucrado, en que se manifiestan varias figuras que son identificadas de manera heterogéneo y amplia, en las que se destaca el perfil del tutor y del orientador, aunque existen otros que permiten atender aspectos de bienestar.
Desde estas perspectivas se asume la tutoría en el proceso de formación del licenciado en Educación Primaria, como las acciones de los docentes de la carrera y los docentes de la escuela, considerando la función de orientador y su concreción en la acción tutorial, con el propósito de participar en la formación integral de los estudiantes, en las diferentes áreas, como son: profesional, académico y personal social.
Desde esta perspectiva, se personaliza el proceso de tutoría en el proceso de formación, al facilitar el seguimiento de los estudiantes durante su ciclo de formación, en aspectos que le permitan enfrentarse a situaciones problemáticas en su práctica profesional y a su solución, a la adecuada toma de decisiones, así como potenciar la integración al colectivo pedagógico, su participación en el ámbito profesional, a la elección de su proyecto profesional.
Teniendo en cuenta los estudios realizados en relación con este tema, en el contexto de la presente investigación se define la tutoría de acompañamiento, como una forma en que se organiza la actividad pedagógica, mediante la cual se realizan acciones de orientación y acompañamiento por parte del docente de la carrera y el docente de la escuela primaria, en las dimensiones académicas, personal social y profesional, con un carácter personalizado que permita un crecimiento profesional y personal en los estudiantes.
De manera que se considera como tutores al docente de la carrera que posee la responsabilidad de trazar la estrategia de intervención, teniendo en cuenta la actividad práctica profesional y por su parte el docente de la institución educativa desempeña una labor significativa en el proceso formativo, que permite la reafirmación profesional, al manifestarse las relaciones de coordinación entre ambos en el proceso formativo.
En estas relaciones tutor de la carrera-tutor de la escuela con el estudiante, en el presente estudio se puntualiza que el primero debe contribuir a que el estudiante pueda resolver problemas profesionales, a partir del acompañamiento en el orden formativo, que se despliega en la atención en las dimensiones académica, profesional y personal social; el tutor de la escuela debe atender a los estudiantes en la organización, orientación y asesoría del trabajo metodológico y el trabajo investigativo que le permita asumir y resolver problemas de su práctica profesional y acometer acciones de igual manera en las dimensiones personal social y profesional.
Materiales y métodos
Para el desarrollo de esta investigación se emplearon métodos teóricos, empíricos y estadísticos, que garantizaron el tratamiento de la información para la elaboración del marco teórico referencial, la construcción de los resultados científicos y su evaluación.
Los métodos teóricos posibilitaron la fundamentación de la tesis en relación con el sistema conceptual que se expresa y la interpretación de los datos empíricos. Se emplearon los siguientes:
El histórico-lógico para estudiar el comportamiento del proceso de formación inicial en la carrera Licenciatura en Educación Primaria en su devenir histórico, comprender la esencia de la formación del profesional en correspondencia con el marco histórico concreto en que se ha desarrollado.
El analítico-sintético para el procesamiento de la información empírica, la valoración del estado inicial en que se expresa el proceso de formación inicial y sus particularidades en la muestra seleccionada, así como la determinación de los factores vinculados y las relaciones e interrelaciones existentes entre dichos factores.
El inductivo-deductivo para la determinación de inferencias y generalizaciones a partir de las cuales se establecieron las regularidades que fundamentaron las exigencias de la metodología propuesta.
La modelación para la concepción del sistema de tutoría, las acciones y proceder metodológico que tipifican este proceso en la formación del profesional y concretar la representación del proceso de construcción de la metodología.
Los métodos empíricos permitieron descubrir y acumular hechos y datos en relación con el nivel en que se expresa la tutoría de acompañamiento en la carrera.
El análisis de documentos permitió constatar la preparación metodológica de docentes y tutores para la tutoría de los estudiantes en formación.
La observación a clases y otras actividades para valorar el aprovechamiento que hace el profesor de la carrera y los tutores en el proceso de tutoría desde el desempeño de sus tareas y funciones y conocer la actuación de los estudiantes.
La entrevista para constatar el criterio de los estudiantes, en relación con las características del proceso de tutoría, así como la implicación de profesores, tutores y directivos de la carrera Licenciatura en Educación Primaria. La aplicación del Cuadro lógico de V. A. Iadov, para caracterizar el estado de satisfacción de estos con relación a la tutoría.
La encuesta para valorar el estado de satisfacción de los estudiantes relacionado con la tutoría de los pofesores y tutores, así como su implicación activa en el proceso.
Fueron utilizadas diferentes técnicas, entre ellas se encuentran: necesidades sentidas, los diez deseos y el completamiento de frases para constatar su jerarquía motivacional y en específico lo relacionado con la profesión pedagógica.
Resultados y discusión
En esta investigación se asume que las relaciones internas entre la carrera y las escuelas constituyen un proceso y resultado de su participación en el proceso formativo desde las funciones que deben desempeñar, acorde al encargo social. En estas relaciones sobresale de manera significativa el valor del docente como tutor de los estudiantes en las dimensiones académica, profesional y personal social.
En relación a la orientación en la universidad, Saiz & Ceballos (2021), enfatizan en que es un proceso continuo y sistemático que permite el desarrollo de los estudiantes desde el punto de vista individual y colectivo, donde la tutoría se constituye en un proceso de seguimiento, apoyo desde un enfoque personológico e individualizado del desarrollo integral desde planteamientos metodológicos y curriculares a partir de sus intereses y motivaciones
A partir de las consideraciones analizadas, la tutoría en la Universidad tiene como propósito, una mejora en los procesos de formación de los estudiantes, desde el ingreso hasta su integración al mundo del trabajo. De tal consideración, es importante aplicar un programa de tutoría, a partir de que el estudiante necesita de una guía, acompañamiento y apoyo durante todo el proceso de su formación profesional y personal. Este constituye una herramienta de gran valor para la planificación de esta actividad, constituye el marco de referencia en el que se detallan los criterios sobre la organización, planificación, implementación y evaluación de este, así como las concepciones y prácticas en relación con las líneas prioritarias de la actividad de la tutoría en la carrera.
Desde esta perspectiva, debe ser elaborado a partir de un análisis reflexivo con relación a las características del contexto educativo institucional, así como las líneas prioritarias. Debe ser flexible, sujeto a un proceso constante de mejora y perfeccionamiento, como instrumento que orienta las acciones de tutoría, su implementación requiere de un fundamento pedagógico, que se concreta en el modelo educativo y que permita orientar, dar coherencia, pertinencia y consistencia a la actividad de tutoría.
Mediante la tutoría de acompañamiento se realizan acciones de orientación y acompañamiento por parte del docente de la carrera y el docente de la escuela primaria, en las dimensiones académicas, personal social y profesional, con un carácter personalizado que permita un crecimiento en los estudiantes.
En el orden académico: conducirlos hacia un proceso de enseñarlos a aprender a aprender, hacia el logro de mejores resultados en el aprendizaje, en una participación en la solución de problemas, en la toma de decisiones.
En lo personal social: en el desarrollo de la motivación, en el conocimiento de sí mismo, de la autoestima, en la posibilidad de integración en el grupo y la sociedad en general, en los diferentes contextos, aprender a ser / estar
En lo profesional: obtención de información relacionada con la profesión, toma de conciencia de su itinerario curricular, elaboración de su proyecto de vida profesional, aprender a hacer/trabajo/ diseñar su cerrera.
De lo anterior, se deriva la concepción en las relaciones en la formación del profesional, donde un aspecto significativo son las relaciones entre la carrera y las escuelas, con una concepción de la tutoría desde una visión integral en la formación del Licenciado en Educación Primaria, que se expresa en el siguiente esquema de propia elaboración, que expresa las relaciones en la propuesta metodológica (Fig. 1).
A partir de los referentes teóricos-metodológicos desde la concepción del presente estudio, se concibe que la estructura de la función orientadora del docente se basa en cuatro momentos. Cada momento está constituido por un sistema de acciones de orientación que le permiten al tutor promover el desarrollo personal social de sus estudiantes.
Este proceso se sustenta en el diagnóstico psicopedagógico, actividad de carácter intencional, que, a partir de la utilización de métodos científicos y procedimientos, permiten el conocimiento de las características del estudiante y su contexto socio educativo. En este orden, se concibe el aprendizaje desde un enfoque inclusivo, que se concreta en el desarrollo del diseño curricular y desde la participación dinámica y flexible de la comunidad universitaria. Para el tutor resulta imprescindible conocer las características de sus estudiantes.
De esa forma el conocimiento inicial resulta el punto de partida, lo que además exige profundizar de manera sistemática en el comportamiento de los indicadores para la reafirmación profesional.
Este momento inicial tiene como acciones:
Determinar los aspectos a diagnosticar. Consiste en la identificación y selección de aquellos elementos que se desean conocer y que se deben tomar en consideración. Se debe determinar las necesidades de aprendizaje de estos en el orden de la motivación, orientación y reafirmación profesional. Además, se aplican otros instrumentos para explorar la situación de la escuela donde realizan su práctica profesional.
Determinación de las técnicas a utilizar. A partir de los parámetros determinados y en correspondencia con las características de las técnicas, se identifican y seleccionan estas, destacándose: entrevista, necesidades sentidas, técnica de Iadov, observación a actividades, entre otros que se consideren necesarios.
Aplicación de los instrumentos. Se sugiere que se realice al iniciar cada curso escolar y en casos excepcionales, en ambos semestres de clases y que sean los coordinadores de años los responsables, apoyados por profesores de diferentes asignaturas, los tutores y los propios estudiantes.
Procesamiento y discusión de los resultados obtenidos del diagnóstico. Es importante detallar la realidad de cada estudiante, enfatizando en aquellos que presentan deserción escolar, abandono de actividades, entre otros aspectos importantes o atrayentes que demande la intervención directa, sistemática y rápida de los profesores. Se debe considerar el estado inicial de cada estudiante, lo que actualiza a los sujetos participantes, posibilita el intercambio de información encaminado a determinar el curso de las acciones futuras.
Elaboración de la estrategia educativa de cada estudiante en función de su desarrollo profesional
Este momento es esencial en tanto que el estudiante elabora su propuesta de plan y en un proceso bilateral con su tutor construye su estrategia de trabajo, teniendo muy en cuenta el rol profesional de cada uno y su contexto de actuación profesional. Desde la presente experiencia se propone se implementen los planes de desarrollo individual.
Los planes de desarrollo individual del estudiante se elaboran en consecuencia con el momento del ciclo para la reafirmación profesional en que se encuentra. Son confeccionados por ambos tutores, lo que implica que estas contengan acciones hacia el ámbito laboral y de estudio.
Es importante reflexionar que el “Plan de acción Tutorial”, es una herramienta de gran valor para para la planificación de la tutoría. Constituye el marco de referencia en el que se detallan los criterios sobre la organización, planificación, implementación y evaluación de este, así como las concepciones y prácticas en relación con las líneas prioritarias de la actividad de la tutoría en la carrera. Debe ser elaborado a partir de un análisis reflexivo en relación con las características del contexto educativo y sus respectivas líneas prioritarias. Ser flexible, sujeto a un proceso constante de mejora y perfeccionamiento, como instrumento que orienta las acciones de tutoría, su implementación requiere de un fundamento pedagógico, que se concreta en el modelo educativo y que permita orientar, dar coherencia, pertinencia y consistencia a la actividad de tutoría.
La elaboración de estos planes tiene como premisa los resultados del diagnóstico realizado a los estudiantes. Según las características del estudiante, estos pueden ser elaborados para el curso completo o para el semestre, dejando la oportunidad que pueda ser retroalimentado en dependencia de los resultados que alcance durante el primer semestre del curso y poder ser consecuente en las próximas acciones, ajustadas ciertamente a sus necesidades.
Estos planes deben quedar elaborados en el primer mes de cada curso o semestre y debe convenirse con los estudiantes, de manera que se sienta comprometido con las acciones que debe acometer.
Este momento resulta muy importante ya que en él se pone en práctica la estrategia elaborada. Esta acción implica llevar a la práctica todo el proceso anterior. No puede olvidarse que si bien el proceso pedagógico se realiza en condiciones grupales, hay que atender las diferencias individuales, sean éstas significativas o no.
En el proceso de aplicación de las estrategias resulta imprescindible, observar el desarrollo que va alcanzando cada uno en particular de manera que se puedan identificar sus avances, retrocesos o estancamientos y por otra parte valorar y/o reajustar constantemente la estrategia, considerando que el estudiante se encuentra en un proceso de formación por lo que debe ser necesario reajustarla en función de los avances, retrocesos o estancamientos. Esto le imprime flexibilidad al proceso de orientación y un marcado enfoque personológico.
Los objetivos específicos que aquí se desglosan se insertan en la estrategia. Están en correspondencia con cada una de las áreas a las que va dirigida la Tutoría de acompañamiento: académico, profesional y personal social. Los mismos
Objetivos específicos para el Área Académica:
Identificar a los estudiantes con deficiencias académicas y definir cuáles son sus deficiencias.
Atender las áreas problemáticas identificadas y dar seguimiento a las deficiencias detectadas mediante la orientación y la guía.
Establecer un enlace entre los estudiantes identificados con los docentes de las materias en las que se detectaron las deficiencias, para el diseño de estrategias que permitan mejorar la apropiación de conocimientos.
Controlar el desempeño académico de los estudiantes con problemas académicos, en las actividades asignadas por el tutor, manteniendo una retroalimentación con los profesores de las asignaturas correspondientes.
Evaluar la evolución que tiene el estudiante de acuerdo con las actividades orientadas por los profesores de las asignaturas donde presenta problemas y su vínculo con el tutor y el estudiante.
Conducirlos hacia un proceso de enseñarlos a aprender a aprender, hacia el logro de mejores resultados en el aprendizaje, en una participación en la solución de problemas y en la toma de decisiones.
Objetivos específicos para el Área Profesional:
Obtener información relacionada con la profesión en la toma de conciencia de su itinerario curricular y en la elaboración de su proyecto de vida profesional.
Insertar a los estudiantes en actividades relacionadas con la profesión, para que se logre la motivación hacia la carrera y además la identificación y sentido de pertenencia por la misma.
Objetivos específicos para el Área Personal social:
Identificar los estudiantes a los que se les han detectado necesidades afectivas y guiarlos en la búsqueda de la orientación necesaria a través del vínculo entre estos estudiantes y los especialistas del departamento Pedagogía Psicología.
Identificar los estudiantes con un estatus económico precario, que pueda representar una causa de deserción o abandono de la universidad o que limite su correcto desempeño en la carrera.
Identificar a los estudiantes con problemas de salud o discapacidad y brindarles apoyo a través del enlace con los departamentos de Educación Especial y Pedagogía Psicología.
Identificar el nivel de motivación, de la autoestima, el conocimiento de sí mismo, para la integración en el grupo y la sociedad en general, en los diferentes contextos.
Este momento está dirigido especialmente al resultado, pues la evaluación como proceso comienza desde el inicio de la intervención y se mantiene a lo largo de ella. Para la evaluación es importante considerar a los participantes en el proceso, desde la autoevaluación.
Se sugiere que se realicen talleres grupales donde participen ambos tutores, profesores de la carrera y se inviten a directivos de las escuelas donde se ubican, con el objetivo de llevar al estudiante a reflexionar en torno al desarrollo de la práctica profesional, valorar sistemáticamente al practicante, en su propia actuación, aprovechamiento, aportaciones y dificultades. Valoración de la actuación del estudiante. Se realizará una evaluación final en función del cumplimiento de sus planes individuales.
Etapas para el proceso de tutoría de acompañamiento desde un enfoque inclusivo
Etapa I: Preparación de docentes, tutores y directivos.
Esta etapa garantiza que docentes, tutores y directivos adquieran los conocimientos teórico- metodológicos relacionados con el proceso de tutoría, para luego implementar las acciones con los estudiantes. En esta es importante, preparar y seleccionar los docentes tutores de la carrera y de la escuela para posteriormente asignar a cada estudiante.
El objetivo de esta etapa se centra en preparar a los docentes, tutores y directivos en los aspectos relacionados con la tutoría.
Acción 1: Preparación de los profesores de la carrera Educación Primaria.
Pasos metodológicos:
Determinación de las necesidades de los profesores de la carrera.
Dotar a los profesores de la carrera de los conocimientos teóricos y metodológicos necesarios para el proceso de tutoría.
Selección de los tutores de la carrera.
Acción 2: Preparación de docentes y directivos de las escuelas y funcionarios de Educación.
Pasos metodológicos:
Selección del personal pertinente para la preparación.
Exploración de las potencialidades y necesidades de docentes y directivos de las escuelas y funcionarios de Educación para la tutoría.
Preparación de docentes y directivos de las escuelas y funcionarios de Educación en los conocimientos teóricos y metodológicos necesarios para el proceso de tutoría.
Selección de los tutores de la escuela.
Acción 3: Preparación de los tutores que acompañarán a los estudiantes en el proceso de formación.
Pasos metodológicos:
Determinación de las necesidades para la tutoría de acompañamiento.
Preparación teórica metodológica de los tutores.
Esta primera acción tuvo su fin con la selección de los tutores de la carrera que acompañarán a los estudiantes. Reconocieron la responsabilidad que tiene la tarea con la carrera y la escuela, quedando comprometidos los 16 profesores para realizar la tutoría de acompañamiento.
La acción 2 de esta primera etapa tuvo su comienzo con la selección del personal que debía ser preparado. Para la selección se tuvo en cuenta los criterios de los profesores del departamento, que, de manera muy acertada, luego de la preparación recibida y de sus experiencias, aportaron valiosos criterios según los elementos que se proponen en esta metodología para tal empeño.
Teniendo en cuenta los resultados de la exploración de las potencialidades y necesidades para implementar la tutoría de acompañamiento, adquirieron conocimientos teórico- metodológicos para luego implementar las acciones con los estudiantes.
Se evidenció la necesidad de estos en la preparación sobre motivación, orientación y reafirmación profesional, así como de las técnicas y vías para la tutoría.
Se les aplicó una entrevista que permitió conocer el nivel de implicación en el proceso, su nivel de preparación para emprender la tarea y disposición respectivamente. Los participantes en el curso alcanzan mayor nivel de conocimiento, en relación a los elementos teóricos de la reafirmación profesional, las principales formas, vías, espacios que se pueden utilizar para contribuir al desarrollo de los estudiantes en el proceso formativo.
Las acciones previstas, para desde la escuela lograr mayor motivación en los estudiantes que se forman y en los graduados, ya no solo estuvieron en el orden metodológico, sino que tuvieron en cuenta las dimensiones aquí propuestas.
Específicamente directivos de Educación atribuyen la responsabilidad compartida a la universidad, a la escuela y la dirección de educación, al trabajo de formación del profesional.
Una vez preparados estos agentes educativos quedan seleccionados los 14 docentes tutores de la escuela para posteriormente asignar a cada estudiante.
Hasta este momento quedaron definidos en las dos acciones anteriores un grupo de 30 tutores, 16 de la carrera y 14 docentes de las escuelas, que acompañarán a los estudiantes en el proceso de formación, con una preparación teórica metodológica previa que permitió que estos, en la acción 3, pudieran quedar capacitados para el cumplimiento de tan importante objetivo en el proceso formativo del profesional, teniendo en cuenta aquellas necesidades para la tutoría de acompañamiento.
Los tutores seleccionados mostraron gran responsabilidad y compromiso, fueron muy acertados sus criterios en torno a la elaboración de los planes de acción tutorial y en la selección de los estudiantes a tutorar, con énfasis en los de primero a tercer año, con claridad de las funciones que deben cumplir teniendo en cuenta las dimensiones que se proponen.
La entrevista final a los tutores de la carrera y de la escuela, permitió conocer su valoración en la preparación teórico-metodológica sobre el proceso de formación evaluándola de alta. Ya la sitúan como una etapa importante, que se pone de manifiesto en la Universidad y que reviste de gran importancia, la caracterizan, así como los métodos y técnicas que le permiten adquirir los datos de la realidad a partir de un diagnóstico.
Se conoció su motivación por superarse en esos aspectos para el desempeño de su rol. Se comienza con una encuesta aplicada a los estudiantes donde se valora el estado de satisfacción que poseen los 70 estudiantes en formación de la carrera de Educación Primaria, de la Universidad de Cienfuegos, con relación a la tutoría de acompañamiento. Se obtiene como los resultados que se muestran en la fig. 2.
La tenencia de tutores en los estudiantes no alcanza los índices deseados, pues solamente el 8% de los estudiantes poseen tutores en la escuela, el 44% en la carrera y el 48% no poseen tutores. En ambos casos, según la experiencia de la autora, esta tutoría no es la que se defiende en este estudio, o sea, la tutoría de acompañamiento, pues no se toman en cuenta las dimensiones: académica, personal social y profesional, además si se tiene en cuenta que estos estudiantes en formación predominan las mismas condiciones de trabajo, 63 (90 %) lo hacen solos en un aula, en tanto solo 4 (5,7 %) trabajan con el tutor con más de 20 alumnos y 3 (4,2 %) son reservas.
Este diagnóstico inicial relacionado con los niveles de satisfacción de los estudiantes sobre el trabajo de tutoría, se obtienen resultados bajos, según se percibe en la fig. 3.
Estos aspectos constituyen el punto de partida para las acciones metodológicas en función de la tutoría de acompañamiento y que se muestran resultados superiores después del desarrollo de las acciones, lo que se pudo constatar a partir de la utilización como técnica el grupo focal, en que se toma como referente las consideraciones y la necesidad del tutor, tanto de la carrera como de la institución educativa. De igual manera se utiliza el Cuadro Lógico de Iadov, que permitió caracterizar el estado de satisfacción de los estudiantes en formación con la carrera que estudian, como se parecía en la fig. 4.
El número resultante de la interrelación de las tres preguntas nos indica la posición de cada sujeto en la escala de satisfacción, obteniendo 33% clara satisfacción, 32,7 % más satisfechos que insatisfechos, 8% no definidos, 14% más insatisfechos que satisfechos, 8% insatisfechos y el 5% contradictorio.
En este análisis se manifiesta una relación entre los aspectos seleccionados a tener en cuenta en el proceso de tutoría, a partir de los niveles de satisfacción en correspondencia con el proceso de acompañamiento por parte de los tutores de la carrera y la institución educativa, que actúan de manera coherente en su formación relacionados con el contenido de la profesión, proyección futura y los niveles de satisfacción en la carrera.
En este sentido al valorar las razones del por qué estos niveles de satisfacción señalan en un nivel superior se manifiesta en que la escuela ha mejorado su atención según sus necesidades, prestan atención a sus estudios en la universidad, se manifiesta una relación entre los profesores de la carrera y los maestros de las escuelas, para actuar de manera coordinada en su formación. Aspecto que corrobora la necesidad de organizar el proceso de tutoría de acompañamiento en la formación del profesional.
Conclusiones
El enfoque inclusivo en el proceso de tutoría de acompañamiento en la formación del profesional de la educación Superior se convierte en un referente para los procesos de calidad de las funciones sustantivas, en tanto ofrece una respuesta a la equidad y la igualdad de posibilidades a partir de las necesidades formativas de los estudiantes.
Desde esta perspectiva la concepción de un proceso de tutoría, a partir de un sistema de acciones en que se integren los docentes de la carrera y los docentes de la institución educativa, contribuyen al desarrollo profesional según las necesidades individuales desde el punto de vista académico, profesional y personal social permitiendo su participación en los procesos formativos, en aras de su transformación.
La propuesta, abre nuevas perspectivas para el análisis del trabajo de tutoría, porque enriquece la visión como proceso, desde un continuo, que propicia el seguimiento y evaluación de los estudiantes, a partir de considerar que las acciones que se derivan de este no sean estáticas, sino que se vayan actualizando sobre la base de los cambios que se van operando en función de la efectividad del programa de intervención que se diseñe.