Introducción
Cada vez el perfil profesional es más exigente en el mercado y ello genera un desafío en las estructuras formativas desde las aulas de clases, donde el tiempo se discierne bajo una programación académica que, difícilmente, es suficiente para abordar de forma integral los requerimientos de un ecosistema cada vez más cambiante.
El presente artículo científico busca evidenciar cómo la generación de experiencias en ambientes laborales cocreados -dentro del ámbito universitario- contribuye al desarrollo de competencias entre estudiantes de Periodismo, que permitan cubrir tres competencias genéricas: trabajo en equipo, diversificación de conocimientos por autogestión y desarrollo de habilidades para la investigación, que están incluidas en la tabla 1 y que se explicará más adelante. Dichas competencias caracterizan el perfil del periodista de hoy e integran la médula espinal para la propuesta del proyecto científico “Estudio de factibilidad para la cocreación de un Consultorio de Comunicación Integral Universitario”, del que se desprende el presente trabajo académico.
Antes de exponer la definición de competencias y ahondar en su importancia y experiencias en América Latina, es necesario conceptualizar a la cocreación y educomunicación, términos recurrentes en el presente paper.
Por un lado, la cocreación surge como un término ampliamente utilizado con la entrada del siglo XXI, para medir el comportamiento del consumidor e invitarlo a participar en la búsqueda de soluciones, para lograr un producto o servicio a su medida. Esta definición se adapta a los requerimientos en el mundo académico.
Por lo tanto, la co-creación de valor en el entorno universitario puede definirse como el proceso de conectar e introducir a los estudiantes (como consumidores del servicio) en el proceso de creación de valor. Esto implica un cambio de perspectiva en las universidades, de un enfoque de entrega de valor −hacer algo para los estudiantes−, a un enfoque de co-creación -hacer algo con los estudiantes (Ribes Giner & Perello Marin, 2017).
Užienė (2015), alerta que los límites se vuelven difusos en la co-creación de algo nuevo y, en este sentido, los recursos intangibles, como el capital intelectual, se convierten en un factor de influencia para la innovación abierta.
Sloep & Berlanga, (2011), mencionan a través de un estudio que las redes formales e informales, que la co-construcción requiere vínculos de confianza, creación de perfiles en las redes de aprendizaje y crear instancias de apoyo entre los participantes.
La educomunicación, por su parte, es un campo de estudios interdisciplinar y transdisciplinar que aborda, al mismo tiempo, las dimensiones teórico-prácticas de dos disciplinas históricamente separadas: la educación y la comunicación (Barbas Coslado, 2012).
Sin embargo, ante el actual contexto tanto la educación como la comunicación se ligaron de forma armónica, como un instrumento para garantizar libertades, democracia, innovación y desarrollo del pensamiento. Al conjugar ambos términos: cocreación y educomunicación, podemos identificar los factores clave considerados en este sentido en las IES: la participación comunicativa, la confianza, la satisfacción y la lealtad (Ribes Giner & Perello Marin, 2017).
La diversidad de cambios experimentados en la enseñanza en los últimos años también afecta a la forma de concebir la educación en el ámbito universitario, y entre las diversas variables a tener en cuenta (Hinck & Tighe, 2020) resulta importante generar autonomía en los estudiantes para alcanzar los objetivos de aprendizaje y, como consecuencia, las competencias profesionales (Szczepek, 2017).
La motivación, dentro del ámbito educativo universitario, es un amplio constructo en el que se involucran diversidad de aspectos, y el proceso de enseñanza debería articularse a través de la delimitación de tareas que respondan a la motivación y su extrapolación en diversidad de esferas (Hortigüela & Pérez-Pueyo, 2015).
Ante lo expuesto, y para analizar el desarrollo de competencias entre estudiantes de Periodismo con este enfoque, fue necesario revisar estudios y proyectos relacionados a insertar a los jóvenes en el ámbito laboral, desde su preparación universitaria. Un referente es el proyecto Tuning, metodología que empezó en Europa (2001) y se extendió a América Latina (2004) para diseñar e implementar programas de estudio de educación superior. Nació por la necesidad de implementar a nivel de instituciones universitarias el proceso que siguió a la Declaración de Bolonia de 1999, tomando como referencia las experiencias acumuladas en los programas Erasmus y Sócrates desde 1987 (Bravo Salinas, 2007).
El entender el rol de la investigación en las IES debe suponer qué la origina y en qué favorece el realizarla, pues según Colina (2007) la pertinencia social de la oferta académica de una universidad se debe abordar desde una perspectiva que trascienda el carácter utilitarista, centrándose en aportar a las demandas de la economía o del sector productivo, pues la investigación constituye un eje fundamental para la generación de conocimiento en respuesta a las interrogantes expuestas por el hombre para mejorar su condición de vida (Paredes, et al., 2018).
Para continuar, cabe reconocer que el concepto de competencia y su aplicación es amplio. Su construcción en el ámbito de la enseñanza marca sus antecedentes en el siglo XX, a finales de la década de los 40. Pero hay autores como John Dewey quien, desde inicios de ese siglo, expuso en varias de sus artículos la práctica de aprender haciendo, de vincular la teoría con la práctica, de basar el aprendizaje en la experiencia (Restrepo, 2013).
Desde 1956, la taxonomía de Bloom, en cambio, basó el desempeño no solo en los objetivos psicomotrices sino en las categorías superiores del dominio, en la síntesis creadora y en la evaluación. El primero apunta a transferir conocimientos y habilidades; la segunda, juzga, critica lo aprendido (Restrepo, 2013).
La crítica que Noam Chomsky le hace a Skinner hace evolucionar el concepto de competencia. El segundo autor la centra sobre su percepción del aprendizaje del lenguaje, donde plantea un proceso basado solo en la relación estímulo-respuesta, sin tomar en consideración la vital importancia del proceso creativo.
Es así como en 1965, Chomsky propuso el término de competencia lingüística y lo definió como “capacidades y disposiciones para la interpretación y la actuación”, concepto que se centra solo en la competencia lingüística, por lo que seis años más tarde, Hymes lo amplía y lo concibe como una actuación comunicativa acorde a las demandas del entorno, que le da cabida a otros aspectos como el social y el psicológico (Bermúdez & González, 2011).
Sin embargo, al hablar de tipos de competencias, el tema se expande más y tiene diversas clasificaciones, pero hay una que predomina y se trata de las competencias genéricas y de las específicas. Cabe retomar las experiencias que dejó el proyecto Tuning que, a nivel de América Latina maneja un listado de 27 competencias genéricas, resultado de reuniones de 62 universidades de 18 países, que se detallan en la tabla 1.
Competencias Genéricas |
Capacidad de abstracción, análisis y síntesis Capacidad de aplicar los conocimientos en la práctica Capacidad para organizar y planificar el tiempo Conocimientos sobre el área de estudio y la profesión Responsabilidad social y compromiso ciudadano Capacidad de comunicación oral y escrita Capacidad de comunicación en un segundo idioma Habilidades en el uso de las tecnologías de la información y de la comunicación Capacidad de investigación Capacidad de aprender y actualizarse permanentemente Habilidades para buscar, procesar y analizar información de fuentes diversas Capacidad crítica y autocrítica Capacidad para actuar en nuevas situaciones Capacidad creativa Capacidad para identificar, plantear y resolver problemas Capacidad para tomar decisiones Capacidad de trabajo en equipo Habilidades interpersonales Motivar de conducir hacia metas comunes Compromiso con la preservación del medio ambiente Compromiso con su medio sociocultural Valoración y respeto por la diversidad y la multiculturalidad Habilidad para trabajar en contextos internacionales Habilidad para trabajar en forma autónoma Capacidad para formular y gestionar proyectos Compromiso ético Compromiso con la calidad |
Fuente: Beneitone & Esquetini (2007).
De ese listado, nueve competencias: las 5, 6, 8, 9, 11, 15, 17, 24 y 26 engloban la caracterización del periodista que se requiere en la actualidad, sin embargo, serán las establecidas en el punto 9, 17 y 24 las que centren el objeto de estudio. Ante la diversidad de las competencias específicas, el proyecto Tuning - América Latina realizó intensos debates hasta dividir 12 áreas temáticas, en donde la Educación denota su relevancia y sustenta, una vez más, el desafío que asume en la identificación y desarrollo de estas competencias, en entornos cocreados, pero ya no solo entre discentes y docentes, sino fuera de su estructura, con otros sectores como soporte.
Es importante, entonces, destacar nuevamente la capacidad de investigación del estudiante y el rol de la educomunicación. Aquí donde el docente logra combinar dos habilidades, educar y comunicar, además de dominar nuevas tecnologías para alcanzar una pedagogía exitosa. O como dice Kaplún (1998), un profesional que alcanza ambas habilidades se convierte en un educomunicador (Ruiz & Serna, 2020).
De esta forma, el profesor desarrolla también la capacidad de incentivar al alumno a que investigue. Le enseña a hacerlo, le da herramientas y hace reflexionar al joven de que como buen periodista en formación, esta actividad debe estar ligada, por siempre, a su profesión. El estudiante puede hacer este trabajo solo o en equipo, dos puntos que también destacamos en este trabajo, ya que de esa forma el joven se desenvolvió en los proyectos áulicos realizados en los años 2019 y 2020, de la mano de su docente guía.
Es decir, el educomunicador motiva a los alumnos en la transformación de la información en conocimiento mediante el trabajo autónomo y en grupo. El aprendizaje basado en la investigación también ayuda a desarrollar habilidades para acercarse al estado de arte (conocimientos), y a resolver problemas, siempre y cuando los docentes promuevan en el aula habilidades intrapersonales e interpersonales (Rivadeneira & Silva, 2017).
En América Latina, una corriente tripartita cobra fuerza precisamente para vincular a las universidades como gestores de propuestas innovadoras para solucionar problemáticas presentadas en el mercado. Se trata del “modelo de la Triple Hélice” y determina como principales fuerzas institucionales para los sistemas de innovación a la Universidad (conocimiento), el Estado (poder político) y la Industria (poder económico) (Rodríguez & Rojas, 2014).
Precisamente, hacia allá se dirige el trabajo investigativo ahora expuesto y desarrollado en una primera fase. Ante ese contexto, a inicios del año 2019 surgió el planteamiento ¿Cómo motivar un frente común entre estudiantes y docentes que derive en propuestas innovadoras, donde se vincule a la empresa privada y mejore el perfil del periodista en formación? El planteamiento va más allá de los procesos de prácticas pre profesionales, como requisitos para obtener el respectivo título académico, enmarcado en el Reglamento de Régimen Académico de Educación Superior (Ecuador. Consejo de Educación Superior, 2017) y más bien busca adaptar nuevos procesos que logren desarrollar una propuesta que agrupe a estudiantes como mérito por su perfil académico.
Para contextualizar las necesidades del mercado, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (2019), con un nivel de desempleo más alto que en los últimos tres años en Ecuador (4,9%). Esa tasa fue la más alta desde diciembre del 2016 cuando se ubicó en 5,2%; mientras que el empleo adecuado fue de 38,5% y el subempleo se ubicó en 19,7%. El campo laboral para periodistas en Ecuador, por su parte, se concentraba en medios de comunicación privados, aunque entre el 2007 y 2017 se registraron esfuerzos por democratizar su área de acción. De acuerdo con la publicación del Sistema de Información Oficial El Ciudadano, en el 2006 existían 1.404 medios de comunicación privados, 117 públicos y ni un solo medio comunitario; pero al 2014 el registro varió a 1.324 medios privados, 344 públicos y 20 medios comunitarios (Ecuador. Secretaría General de Comunicación de la Presidencia, 2017).
En la actualidad esa tendencia retrocede: se registran despidos masivos en el sector público en las áreas de comunicación, amparados bajo el concepto de austeridad ante la crisis económica anunciada por el Gobierno Central. Solo los medios públicos han separado cerca de 300 profesionales en el último año; mientras que un plan de optimización de recursos humanos también se ha evidenciado en el sector privado. La situación se agravó en el 2020. Según datos del INEC, más de 650.000 personas salieron del empleo adecuado/pleno en un año debido a la crisis económica producida, en parte, por la pandemia (El Universo, 2021). A la par, de acuerdo con el informe de 2020 de Fundamedios (2020), 700 profesionales de la comunicación perdieron sus trabajos durante ese año, de ellos, 500 pertenecían a medios públicos.
De hecho, los medios y empresas con áreas de comunicación, empezaron a reclutar más estudiantes de Periodismo ante una necesidad de personal e incentivar, así, las prácticas en el ámbito laboral, a manera de alianzas. Las aptitudes de los estudiantes fueron identificadas por los docentes, durante sus clases presenciales. Por ello, se gestionó y realizó una visita guiada a las instalaciones de Diario El Universo, con el propósito de que los estudiantes se vinculen a escenarios reales, al conocer los procesos de trabajo que realiza este medio en su edición digital y de papel.
Además, los discentes expusieron sus habilidades en fotoperiodismo, al mostrar sus imágenes concebidas como parte de un proyecto áulico, ante expertos en el área de este medio de comunicación que evaluaron sus fotos y dieron recomendaciones de mejora. Asimismo, los estudiantes redactaron opiniones sobre diversos temas que fueron publicados en la sección Cartas del lector del medio impreso. Con esta visita, se generaron posibles oportunidades de empleo, pasantías o prácticas preprofesionales, al activarse el networking entre estudiantes y jefes departamentales del rotativo.
Mientras que, en el 2020, bajo una modalidad híbrida, se identificó la necesidad e interés por consolidar conocimientos y ponerlos en práctica, con un enfoque claro en la narrativa multiplataforma. Siguiendo esta línea, los discentes realizaron trabajos vinculados con escenarios reales y que fueron evaluados por reconocidos periodistas con experiencia en narrativa transmedia y televisión. Con la finalidad de evaluar las competencias cognitivas acerca del periodismo político como ciencia y proceso de interrelación entre los diferentes elementos: el poder político, medios de comunicación y opinión pública, adquiridas por los estudiantes durante el proceso de enseñanza-aprendizaje; se realizó el proyecto áulico “Informes audiovisuales de actualidad” con los estudiantes de sexto semestre de la jornada diurna y nocturna de la carrera de Periodismo.
Los trabajos fueron sujetos a tres etapas de revisión antes de ser aprobados y evaluados por periodistas del ámbito televisivo, digital y especializados en área política y económica: Dayanna Monroy, reportera y presentadora del canal Teleamazonas, Lucciola Salazar, reportera de Telerama noticia y Diego Cuenca, reportero y presentador de Ecuavisa. Los estudiantes fortalecieron su criterio periodístico e identificaron la noticia política desde su fundamento, el contexto social, además utilizaron fuentes oportunas a nivel oficial y documentales.
Villanueva, et al. (2018), hablan sobre la importancia de adquirir destrezas para ser un comunicador multiplataforma. En la búsqueda de mejorar el perfil profesional precisa la adaptabilidad a las nuevas tecnologías y tendencias de comunicación y marketing; es menester el uso de las herramientas del periodismo de datos como una forma de diversificar la oferta de conocimientos y forjar un perfil profesional más atractivo.
La academia juega un rol fundamental en la preparación de periodistas idóneos; por eso, es preciso sistematizar sus aportes y direccionamientos ante las demandas y exigencias del medio. La enseñanza del periodismo implica ser periodista. Esto no basta con la obtención de un título profesional sino del ejercicio del oficio porque la experiencia dotará al docente la facultad de hablar no solo de teoría sino de ampliar un contexto basado en el ejercicio de la realidad.
Según lo planteado por Villanueva, et al. ( 2018), en la formación de este perfil profesional, es necesario el uso de herramientas tecnológicas comunicacionales en los talleres o tareas, simular entornos laborales cercanos a medios y demás empresas; así como generar un potencial valor competitivo con un gran sentido de trabajo en equipo durante las clases.
La modalidad híbrida, por su parte, demanda nuevos modelos de enseñanza-aprendizaje donde la gamificación de las clases, recursos digitales y las plataformas virtuales tienen un rol fundamental en la didáctica superior.
Férez Vergara (2017), sostiene que el aprendizaje a través de las plataformas virtuales, debe ser diseñado desde una perspectiva pedagógica o andragógica donde la meta cognición sea un eje transversal del proceso. El autor, además, indica que las plataformas al contar con vínculos de reforzamiento de la actividad en clases, foros, tutoriales o tareas programadas, entre otras herramientas, hacen más dinámico el proceso pedagógico o didáctico.
Se identificó, así, el interés por trabajar en actividades que impliquen el uso de herramientas tecnológicas comunicacionales, simular entornos laborales cercanos a medios y demás empresas; así como un potencial valor competitivo con la particularidad de un escaso sentido de trabajo en equipo durante las clases.
Mientras que la experiencia de los docentes, en donde el total de su plantilla de 17 ha ejercido en medios de comunicación, proyectos de investigación o posee una carrera académica, se mostraba como un pilar fundamental para la construcción del frente común para crear propuestas innovadoras, donde se vincule a la empresa privada y mejore el perfil del periodista en formación. De hecho, semestre a semestre, los trabajos áulicos se han destacado por cada asignatura a cargo de los docentes; sin embargo, ante la problemática planteada, se trazó la posibilidad de crear un proyecto integrador de carrera, para medir los resultados e identificar las fortalezas, oportunidades y amanezas, de dichos proyectos, para obtener información que alimente el diagnóstico para la construcción de un Consultorio de Comunicación Integral Universitario.
Materiales y métodos
Se aplicó un diseño descriptivo de investigación mixta, que incluyó la revisión documental, encuestas y revisión de resultados, a partir de la experiencia entre estudiantes de Periodismo, de la universidad en estudio, con base en Guayaquil. Para ello, se aplicó un muestreo no probabilístico intencional a 146 estudiantes de Periodismo en dos fases (uno, en el año 2019 bajo una modalidad de educación presencial; y otra, en el 2020, bajo una modalidad de educación híbrida).
La revisión documental estuvo centrada en definir las competencias e identificar aquellas que sustentarán el presente estudio, lo que permitió marcar como punto de partida que la educomunicación es un potente campo teórico-práctico, que permite diseñar y construir experiencias capaces de superar el entorno áulico, para potenciar el perfil de los periodistas en formación en un contexto laboral cada vez más complejo. La cocreación, por su parte, permite actuar de forma empática a través de proyectos en donde se motiva -más que el trabajo colaborativo- el compromiso para direccionar el cumplimiento de objetivos, a partir de las necesidades externas.
Identificadas estas tres competencias, se procedió al diseño áulico que permita potenciar el perfil del periodista en formación, teniendo al estudiante como centro de una tríada en donde además constan las empresas, a través de las necesidades del mercado; y los docentes, a través de su experticia, conforme se observa en la fig. 1. Se distribuyó una competencia por cada uno de estos ejes y las herramientas que, de manera general, ayudarán a obtener los resultados esperados, que contribuyan, posteriormente, al diagnóstico sobre la factibilidad de constituir un Consultorio de Comunicación Integral Universitario, como propuesta innovadora, donde se vincule a la empresa privada y mejore el perfil del periodista en formación.
Resultados y discusión
Así fue como se dio paso a la primera experiencia académica, en el año 2019, durante una modalidad de aprendizaje presencial, para lo cual se integró a los docentes de cada semestre para la ejecución de un proyecto áulico integral, a través de escenarios reales del periodista de hoy. Se contó con la colaboración de un medio de comunicación de circulación nacional, especializado en prensa escrita y contenidos multiplataformas, con sede en Guayaquil. A través de las necesidades reales de este medio (reportajes sobre problemáticas urbanas), los estudiantes trabajaron en propuestas para cubrirlas. El seguimiento se desarrolló en clases, a través de herramientas educomunicacionales como plataformas interactivas, storytelling, infografías, producción radial y audiovisual.
En el 2020, la pandemia por coronavirus obligó suspender la modalidad presencial y fue reemplazada por la virtualidad, a través del modelo híbrido. En este caso, se aplicó el diseño áulico antes descrito y se analizó su adaptabilidad ante el nuevo entorno. Se contó con la colaboración de tres empresas privadas, que requerían contenidos acordes a su modelo de negocios, para conectar con las audiencias, a través de narrativas transmedia de responsabilidad social corporativa; así como el desarrollo de contenidos periodísticos y storytelling para promover el aprendizaje de esta carrera, que fueron publicados en las plataformas digitales de la organización.
El modelo pedagógico que se aplicó en este entorno digital, uno de los más conocidos del modelo híbrido fue el “Aula invertida” o “Flipped Classroom”, el mismo que convierte a los estudiantes en los protagonistas, los ubica en el centro del aprendizaje, es decir ellos se acercan primero al contenido antes que se lo imparte el docente; mientras que en la clase tradicional, el profesor explica el contenido y envía deberes a la casa (Briones, et al., 2014).
En 2020, los alumnos, por ejemplo, empezaron a investigar conceptos relacionados con el storytelling y después expusieron su investigación en el aula virtual, mientras el profesor o profesora los guiaba. Asimismo, cuando su tarea estaba enfocada a crear podcasts relacionados con formas de hacer coberturas periodísticas de riesgo. Ellos se acercaron al conocimiento tras una investigación que el docente envió y luego en el aula se fortalecieron conocimientos, se aclararon dudas.
Los docentes participaron en la construcción de medios digitales (12 postulaciones), campañas de comunicación y la elaboración de reportajes con temas urbanos; a cambio, los mejores trabajos serían publicados en el medio de comunicación aliado, en su versión impresa y digital; al tiempo en que quienes desarrollen sus mejores trabajos ganarían espacios de prácticas preprofesionales allí, durante seis meses; la carrera de Periodismo, por su parte, reconocería la excelencia académica cocreada hacia un perfil laboral actual.
La convocatoria receptó la inscripción de 148 estudiantes, equivalentes al 40 % de la carrera; de los cuales, fueron mujeres y 66, hombres. Entre los principales resultados, conforme se observa en la figura 2, están el compromiso de los docentes y la respuesta de los estudiantes, por lo que abre puertas para que proyectos universitarios cocreados con un direccionamiento académico-científico y objetivos claros culminen de forma satisfactoria.
Cabe destacar que los discentes tuvieron libertad de elegir a tutores, para que sean sus guías en el desarrollo del concurso; en algunos casos se armaron equipos con más de un docente guía. El objetivo del proyecto, en donde también se incentivaba el espíritu competitivo, era motivar a que los estudiantes de Periodismo se desarrollen en escenarios cercanos al ámbito laboral y despertar en ellos iniciativas, organización y el trabajo en equipo, aspectos que fueron considerados en la encuesta, para medir los resultados. La fig. 3 detalla cómo la mayoría de los encuestados identificaron una oportunidad para desarrollar cualidades de organización e integración de equipos, para un trabajo con objetivos claros, algo que hasta antes del concurso no percibían como de gran importancia.
De hecho, cuando se consultó a los participantes si a inicios del semestre ya tenían identificado el equipo de trabajo con quienes desarrollarían las actividades académicas, el 30 % respondió que NO, mientras que el 54 % sostuvo “TENGO UNA IDEA” y apenas el 13,6 % dijo que SÍ. El 2,4 % restante no respondió a esta consulta. Este tema es de gran importancia, debido a que a través de nuestra experiencia docente hemos visto que los jóvenes estudiantes suelen integrar equipos más por afinidad (amistad) y cuando son agrupados por otros factores como capacidades técnicas, se observan complicaciones por falta de empatía o predisposición para conformar sinergias.
Incluso, hay quienes prefieren trabajar solos, cuando en el mundo laboral el trabajo en equipo es una necesidad y una forma de mejorar el perfil. Esta pregunta sirvió para re-direccionar esta problemática, algo que en efecto fue aceptado como una oportunidad para trabajar en equipos, tal como se muestra en las fig. 4 y 5.
Los participantes en la encuesta manifestaron, en un 81 %, que el proyecto -como consecuencia de la oportunidad de trabajar en equipos- les permitió ampliar sus horizontes, conforme se observa en la Fig. 5, pues no solo se dedicaron a escribir noticias o reportajes; sino que se vieron en la necesidad de desarrollar otras destrezas propias del comunicador.
Entre las habilidades desarrolladas durante el certamen, y que antes los estudiantes no habían aplicado, constan: trabajo en equipo; investigación, así como autonomía en el desarrollo de actividades periodísticas como: reportería, edición de vídeos, producción, manejo de contenidos en redes sociales, entre otros. Salta como alerta que un 21 % contestó NADA, al momento de solicitar que citen qué nuevo proceso aplicaron con mayor intensidad en comparación con semestres anteriores, conforme se visualiza en la Fig. 6.
Experiencia 2020
La segunda edición del proyecto áulico integrador fue adaptada a un entorno de virtualidad, a través de la modalidad híbrida. En esta ocasión, se planificó el proyecto en tres fases: capacitación docente a través de un webinar denominado: Desafíos del docente 3.0; una capacitación a los estudiantes, a través de aportes de internacionalización denominada I Encuentro Internacional de Periodismo; y un evento para el desarrollo de propuestas comunicativas-periodísticas enfocadas en la responsabilidad social corporativa para la carrera de Periodismo, una empresa aseguradora, un emprendimiento de alimentos y una comercializadora de cosméticos. Los mejores trabajos narrativos serían reconocidos y publicados en las plataformas digitales.
Todo el proceso de aprendizaje y de intercambios se realizó a través de plataformas virtuales propias de la universidad em estudio y Google Meet, para las clases, reuniones, webinar, congresos y premiación.
En el diseño áulico integral, las necesidades del mercado se centraron en procesar y difundir mensajes con aporte social ante un año llamado a la resiliencia. Las empresas aliadas requerían generar comunidad a través de plataformas digitales, por lo que entraba en escena nuevamente la competencia de investigación, utilizando herramientas de narrativas transmedia y responsabilidad social. Como resultado, surgieron piezas comunicacionales de impacto dirigidos a la comunidad. En el segundo eje: aptitudes de los estudiantes, el diagnóstico áulico derivó en la necesidad de capacitarlos en herramientas redacción, producción y postproducción enfocadas en storytelling, de allí la organización de un encuentro internacional, con expertos que brinden las pautas para el resultado final, que consistía en contribuir en el desarrollo de la competencia de trabajar de forma autónoma a través de la ejecución de lo aprendido en clases y soportado en dicho encuentro. En el tercer eje: experiencia docente, la modalidad híbrida abrió espacios para la aplicación de estrategias propias del aula invertida, que invita a los estudiantes a desarrollar sus competencias de trabajo en equipo, así como la autonomía académica, vista en el eje dos. La adaptación de los entornos 100% virtuales fue uno de los logros del proyecto áulico integrador.
El diseño áulico integrador del 2020, adaptado al modelo híbrido, permitió la participación del 100% de la población estudiantil de Periodismo; de los cuales, el 54% es mujer y 46%, hombres. La encuesta, por su parte, se mantuvo a 146 estudiantes para medir la percepción del desarrollo del encuentro internacional, que derivó en el proyecto final de presentación de piezas comunicacionales y periodísticas. Se identificó que los estudiantes valoraron como principal punto a destacar, los contenidos presentados por parte de los expertos; seguido de la iniciativa de las autoridades y equipo docente, como se observa en la fig. 7.
Mientras que al invitar a los estudiantes a evaluar los contenidos dictados en el marco de capacitación y cocreación de productos, los resultados muestran una aceptación hacia todas las temáticas impartidas, con principal atención en Marca Personal, Storytelling para periodistas y Podcast, conforme se observa en la fig. 8.
Finalmente, el diseño áulico integral se encamina a su tercer año para el cual los estudiantes han manifestado su interés de direccionar a temáticas que cubran las necesidades del mercado y que ellos identificaron en la segunda edición, conforme se observa en la fig. 9.
Existen necesidades insatisfechas en el mercado para acceder a contenidos de calidad periodística (con aplicación de nuevas tecnologías y cumpliendo con las normas deontológicas), lo que representa una oportunidad para el desarrollo de competencias entre estudiantes ante escenarios laborales cocreados. El sector privado muestra interés para ser partícipes de proyectos innovadores académicos, que sean un aporte para la comunidad, desde sus campos de acción.
El diseño de un proyecto áulico integral entre estudiantes de Periodismo, enfocado en tres ejes: necesidades del mercado, aptitudes del estudiante y experiencias docentes, permitió resultados favorables sostenibles en dos años, inicialmente bajo una modalidad presencial, adaptada luego al modelo híbrido, a través de procesos de educomunicación.
La capacidad de investigación es una competencia que tomó relevancia en el proceso de aprendizaje, cuando se entendió que es ampliamente requerida en el mercado laboral; lo que motivó la autonomía académica para la ejecución de propuestas que solucionen una problemática en el campo profesional; mientras que el trabajo en equipo implica una seria problemática a lo largo de la preparación académica, sin embargo, cuando su desarrollo representa más que una calificación, sino una potencial oportunidad laboral, existe motivación para seguir esa ruta. Tanto así que el 85% de los estudiantes consultados refirió que el trabajo en equipo fue importante para cumplir con los objetivos.
Conclusiones
El diagnóstico realizado a los estudiantes muestra que la carrera de Periodismo tiene el talento humano suficiente para activar y operar un Consultorio de Comunicación Integral Universitario como proyecto innovador que conecte a la Universidad con el mundo laboral, a sus estudiantes con oportunidades de empleo que se generen desde el ámbito comunicacional público o privado.
Escenarios de cocreación, como los diseñados en el proyecto áulico integral periodístico, direccionó a los discentes hacia la puesta en práctica de sus conocimientos y destrezas adquiridas en clases, pero también los encaminó a potenciar sus habilidades en el manejo de herramientas tecnológicas e interactivas para mejorar sus trabajos, bajo la guía de sus tutores.
Además, a través de este proyecto académico, se promovió el trabajo en equipo fuera del aula de clases, fortaleciendo la capacidad de comprensión, tolerancia, articulación de saberes y comunicación entre los estudiantes participantes con distintas habilidades, personalidades y nivel de conocimiento.
Se evidenció un acercamiento más estrecho entre docentes y discentes, para el desarrollo creativo y estructural de su participación en el concurso con piezas periodísticas, de campañas comunicacionales y manejo de medios digitales; con lo que se puso en evidencia el valioso rol de la educomunicación, como instrumento para formar los perfiles profesionales que se ajustan a las necesidades actuales del mercado.