Introducción
Los carcinomas tiroideos mucinosos son extremadamente raros y algunas veces pueden aparecer en asociación con un tumor típico de tiroides (folicular y papilar), pero no representan un verdadero carcinoma primario de tiroides.1
El carcinoma mucinoso primario de la glándula tiroides con resección incompleta del tumor tiende a asociarse con un mal pronóstico, lo que provoca la muerte en pocos meses. Un diagnóstico temprano y apropiado puede contribuir a mejorar el pronóstico del paciente, sin embargo, es extremadamente difícil diagnosticar el carcinoma.2
Estos son cánceres caracterizados por una abundante producción extracelular de moco. Por lo general, se detectan en la mama, colon, estómago, ovario y páncreas. En estos sitios, las tasas de incidencia varían del 1al 5%.1,3
El diagnóstico definitivo es difícil de establecer, ya que algunos tipos de carcinomas papilares, foliculares, medulares y metástasis tiroideas por cáncer de otros órganos, también producen mucina, que es una característica importante de los carcinomas mucinosos primarios de la glándula tiroides.2,4
Para realizar eldiagnóstico patológico definitivo de esta entidad y para confirmar que la mucina en el moco extracelular es producida por el epitelio se realizan diversas pruebas, como es la inmunotinción con varios marcadores, entre los que se encuentran latinción de azul alcian, tinción con mucicarmina y tinción con hematoxilina-eosina.5
El objetivo de esta presentación es exponer el tratamiento quirúrgico a que fue sometida una paciente afectada por un carcinoma mucinoso de la glándula tiroides. Por la baja frecuencia de esta entidad, su publicación se considera de interés para el personal científico.
Presentación del caso
Se presenta el caso de una paciente de 66 años de edad, de color de piel blanca, con antecedentes de padecer cardiopatía isquémica e hipertensión arterial, para lo cual llevaba tratamiento médico. Acudió a consulta con aumento de volumen en la región anterior del cuello hacía varios meses, acompañado de decaimiento, palpitaciones y en ocasiones disfagia a los alimentos sólidos.Al examen físico se constató una tumoración que ocupaba casi todo el lóbulo derecho, correspondiendo con nódulo de aproximadamente 4 cm. de diámetro, móvil con la deglución. (Figura 1).
Se realizaron los siguientes complementarios:
Hemoglobina (Hb): 11,5 g/l. Glucemia: 4,6mmol/L. T3: 3,2pmol/L. T4: 91nmol/L. TSH: 2,0muI/L. Hematocrito (Hto): 0,35. Creatinina: 95mmo/L.
El ultrasonido (UTS) de tiroides: mostró glándula tiroidea aumentada a expensa del lóbulo derecho, se observó imagen hipoecogénica de aspecto nodular de 38x27 mm. de contornos bien definidos con halo ecolúcido incompleto, con pequeñas microcalcificaciones. En el lóbulo izquierdo se observó imagen nodular de 9x14 mm. Sin adenopatías.
En la biopsia por aspiración con aguja fina (BAAF): se observó atipia celular, coloides escaso, con sospecha de malignidad.
La radiografía anteroposterior de tórax no mostró alteraciones.
Se decidió intervenir quirúrgicamente y se le realizó una tiroidectomía total con linfadenectomía, evolucionó favorablemente y sin complicaciones. (Figura 2).
Se recibió resultado de biopsia por parafina que informó un carcinoma mucinoso, esta lesión puede ser primaria de tiroides, aunque debe descartarse lesión primaria en mama, pulmón y colon principalmente. (Figura 3).
Ante este resultado histológico se ingresó a la paciente y se le realizó estudio para buscar la localización primaria del tumor; se le realizó tomografía axial computarizada (TAC) de abdomen y de tórax, así como ultrasonido y mamografía, no se encontraron alteraciones en dichos complementarios, por lo que se confirmó la presencia de un carcinoma mucinoso primario de tiroides.
A la pieza en el departamento de anatomía patológica se le realizaron técnicas especiales para confirmar el diagnóstico como son: azul de alcian y hematoxilina-eosina, las cuales fueron positivas. (Figura 4 y 5).
Discusión
El carcinoma mucinoso primario de la glándula tiroides fue descrito por primera vez por Díaz Pérez y col.6 en 1976, siendo extremadamente raro y la revisión de la literatura reveló solo ocho casos de los que se tiene conocimiento.7
Generalmente en estos reportes, el tumor aparece caracterizado por un charco de mucina alrededor de las trabéculas o grupos de células tumorales que generalmente muestran núcleos grandes y nucléolo prominente, a menudo extracelular y mezclado con áreas de carcinoma típicode tiroides. En esta variedad histológica, el tumor favorece la metástasis ganglionar y presenta un nódulo gelatinoso bien o mal circunscrito.5,8
La producción de mucina en la glándula tiroides es un evento inusual, pero puede ocurrir en una amplia variedad de lesiones tiroideas (neoplasia folicular, carcinoma papilar, carcinoma anaplásico y medular). Estos tumores no representan un verdadero carcinoma primario de tiroides, este último es histológicamente raro, e indistinguible de un carcinoma mucinoso en otros sitios. En estos casos, las áreas de carcinoma papilar o folicular no siempre son evidentes.5,8
En estudios realizados se ha podido apreciar que la mayoría de los pacientes con diagnósticos anatomopatológicos de carcinoma mucinoso primario tienen un peor pronóstico que el carcinoma tiroideo común.6,9
Algunos investigadores han señalado que la terapia de supresión de TSH puede ser una opción adecuada para la terapia adyuvante postoperatoria y útil para la supervivencia a largo plazo, aproximadamente el 50% de los pacientes fallecen a causa de la enfermedad o por la aparición de recidiva tumoral,10 no ocurre así en esta paciente, la cual lleva 6 meses de operada con evolución favorable. La resección quirúrgica completa es un factor clave que contribuye a la supervivencia a largo plazo3 realizado en esta paciente.