INTRODUCCIÓN
El tabaquismo acompaña al hombre desde hace siglos. La gran aceptación social de este hábito y los múltiples intereses que rodean su consumo han ocultado los dramáticos efectos de esta epidemia, que tiene una carga de enfermedad y muerte que no es comparable a ninguna otra causa evitable. 1) Por su aumento y extensión se considera una pandemia, cuyo incremento se relaciona actualmente, entre otros factores, con la publicidad. 2
El tabaco es el motivo de mortalidad más prevenible en el mundo de hoy, sin embargo, el hábito se incrementa. Si las tendencias actuales continúan su curso, el tabaco matará a 180 millones de personas en 2030, 140 millones en países en desarrollo y 40 millones en países desarrollados. 1
El hábito de fumar se ha convertido en uno de los mayores problemas de Salud Pública a escala mundial. Es uno de los principales factores de riesgo de varias enfermedades crónicas como el cáncer, enfermedades pulmonares y cardiovasculares. Su consumo está muy extendido en todo el mundo, afecta a 6 millones de personas que mueren cada año, de estos, más de un millón solo en las Américas. 1,3
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al iniciarse el siglo XXI el tabaquismo alcanzó proporciones de epidemia: la edad de inicio del hábito se había reducido y el 29 % de la población mundial mayor de 15 años fuma. 4) El tabaquismo está considerado como una enfermedad crónica no transmisible, además de adictiva, con posibilidades de tratamiento y cura. 5
El hábito de fumar en Cuba ha sido considerado alto, algunos estudios así lo demuestran, antes de 1970 se informan cifras superiores al 60 % en la población total. (4 Los primeros datos de prevalencia nacional en Cuba en esa época datan de 1978 con un 68,9 % de fumadores de 17 años y más. En el 1995 se realizó la Primera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo y se encontró que fumaba el 36,8 % de la población cubana, ya en el 2001 la Segunda Encuesta Nacional de Factores de Riesgo estimó que la prevalencia había descendido a 31,9 %. 6
En Cuba, 32 de cada 100 personas mayores de 17 años consume productos del tabaco, lo que ubica al país entre los tres primeros lugares de América Latina. 7) Según otro estudio realizado, la iniciación global en el grupo de edad 20 a 24 años fue 22,2 % y la prevalencia en adolescentes que han consumido cigarrillos alguna vez fue de 25 %. Al tomar como base esas cifras, entre 78 países miembros de la OMS, Cuba ocupa el lugar 28. 5
Según López y cols. en un estudio realizado en estudiantes universitarios en Cienfuegos, el 35 % de ellos son fumadores. 8
Tomando en cuenta la importancia que el Sistema Nacional de Salud le brinda a la prevención y la promoción de salud como elementos vitales en el trabajo diario de los médicos de familia en la lucha contra el tabaquismo 9, así como la importancia de este hábito como uno de los principales factores de riesgo desencadenantes de enfermedades, muchas de las cuales son mortales y que propician un incremento de los indicadores de morbimortalidad de enfermedades prevenibles, se decidió realizar una investigación en estudiantes de primer año de medicina de la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos con el objetivo de caracterizar el comportamiento del tabaquismo en este grupo etáreo.
MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo, de corte transversal en estudiantes de medicina de primer año de la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos en el período comprendido desde el 5 de septiembre de 2018 al 20 de julio de 2019. Se tuvieron en cuenta como criterios de inclusión, ser estudiante de primer año de medicina, ser fumador activo y aceptar formar parte del estudio. El universo estuvo constituido por 199 estudiantes y la muestra quedó conformada por 61 de ellos. Se estudiaron las variables: edad, sexo, color de la piel, inicio del hábito, causas que motivaron el hábito de fumar y lugar de consumo. Para recoger los datos se aplicó una encuesta, de manera individual y privada a cada uno de los adolescentes, en un lugar apropiado y concertado previamente. Se confeccionó una base de datos y fueron empleados como métodos estadísticos, las frecuencias absolutas y los porcentajes. Los resultados se presentaron en cuadros estadísticos.
En el diseño y ejecución del estudio se cumplieron los principios éticos. Fue realizada por personas calificadas y se solicitó el consentimiento asistido del adolescente, brindándole una información detallada del propósito de la investigación y de la confidencialidad de los datos.
RESULTADOS
En el total de 199 adolescentes, 61 afirmaron ser fumadores activos, lo que representó una prevalencia de 30,5 % en este grupo de edad.
Al analizar la distribución de los adolescentes fumadores según grupos de edades se observó que con 18 años se identificaron 41 fumadores activos para un 67,21 %. El segundo lugar lo ocupó el grupo de 19 años con 16 fumadores, para un 26,22 %. En relación al sexo, la mayor proporción de fumadores activos correspondió al femenino, con 52 adolescentes, para un 85,24 %. (Tabla 1).
Al analizar la distribución de los fumadores según el color de la piel se evidenció que el 67,21 % se correspondía con el color de piel blanca para un total de 41 pacientes. (Tabla 2).
Se constató que se iniciaron en el hábito, mayoritariamente después de los 16 años, 47 jóvenes, lo que representó el 77,05 %, seguido de los que empezaron con edades entre 13 y 15 años, 11 fumadores para un 18,03 %. (Tabla 3).
Se evidencia que entre las causas que los motivó a fumar estuvo en primer lugar: mostrar independencia, 31 adolescentes para un 50,81 %, seguido de: para tomar sus decisiones, 13 adolescentes para un 21,31 %, así como 11 de ellos lo hizo por curiosidad, lo que representó el 18,03 %. (Tabla 4).
Se observó que los 61 jóvenes (100 %) fuman en lugares públicos, seguido de la escuela, con 5 fumadores, para un 8,19 %. (Tabla 5).
DISCUSIÓN
En la bibliografía revisada se constata que la prevalencia del tabaquismo en la adolescencia varía de acuerdo al país. En un estudio realizado en Argentina, la prevalencia está entre los 18 y los 64 años lo que representa un 33,4 %. 10
Un estudio efectuado en el 2010 en adolescentes españoles informó una prevalencia de 15 % de fumadores diarios. 11
La III Encuesta Nacional de Factores de Riesgo y Actividades Preventivas de Enfermedades no Trasmisibles, Cuba 2010-2011 12 señala que para las edades de 15 a 19 años existe una prevalencia de 10,5 %.
En la población estudiada fue 30,5 %, superior. Lo que coincide con un estudio realizado en Cienfuegos en estudiantes universitarios. 8
A pesar de la voluntad del Estado cubano para la protección de la salud de la población y la consolidación de las actividades de prevención y control del tabaquismo, hay una alta prevalencia, 12 la cual no está determinada solo por la comercialización, sino por la tradición y la costumbre, la producción y el consumo en el país, que están profundamente arraigados en la cultura cubana.
Respecto a la distribución de los fumadores por grupo de edades, el estudio revisado 13) coincide con el presente, sin embargo, en otros estudios revisados 4,14 las edades predominantes estuvieron por debajo de las del estudio, porque tomaron rangos de edades más tempranas que las de esta investigación.
Según opinión de los investigadores, en la sociedad cubana se ha desarrollado una permisividad a esta conducta adictiva entre los adolescentes y, en ocasiones, la misma familia favorece el hábito por medio de la ayuda económica y, en otros casos, facilitándoles los cigarros.
En la distribución por sexo, los resultados del presente estudio coincidieron con los revisados en la literatura. 8,15 Mientras que en otros estudios 4,10,12,16) cuando se relaciona el tabaquismo con el sexo, se plantea que los hombres tradicionalmente han sido los mayores consumidores de cigarros, pues esto se debe a factores idiosincrásicos, que incluyen el machismo, costumbres, e incluso, como parte de una cultura en la que el cigarro es sinónimo de hombría, por lo que los niños como parte de su anhelo de ser adultos toman este hábito para representar falsos ideales reforzados por costumbres arraigadas. Desafortunadamente, se ha visto un incremento del tabaquismo entre mujeres adolescentes. (17
A criterio de los investigadores, esto obedece a la lucha por la igualdad de género, y que ven el hábito de fumar como un proceso de libertad y reafirmación de su identidad.
Los resultados respecto a la edad de inicio del hábito de fumar, concordaron con un estudio realizado en adolescentes de una secundaria básica en Santiago de Cuba. 18 Otros estudios consultados 13,4,10 arrojaron edades más tempranas en cuanto al comienzo del hábito de fumar.
Con más frecuencia, el hábito de fumar se inicia en edades más tempranas, lo que conlleva a una fuerte adicción y dificultades para la deshabituación. Un factor a consideración de los autores, es el no cumplimiento de las regulaciones estatales de ventas a menores y áreas de restricción del hábito.
La III Encuesta Nacional de Factores de Riesgo y Actividades Preventivas de Enfermedades no Trasmisibles, Cuba 2010-2011 12, plantea que el 74,8 % de los fumadores comienza a fumar antes de los 20 años. Uno de cada 10 fumadores inicia el hábito antes de los 12 años, cuatro de cada 10 entre 12 y 16 años, y dos de cada 10 entre 17 y 19 años.
Sobre los motivos por los que fuman, en la presente investigación coincide con el estudio realizado por González y cols. 19
De igual manera en cuanto a los lugares con que mayor frecuencia fuman (lugares públicos) se corresponde con los estudios revisados 17,20 los que demuestran la importancia del papel social en este hábito.
La mayoría de los adolescentes fumadores estudiados, plantearon obtener el cigarro al comprarlo personalmente. Lo que evidencia la génesis de este problema, pues denotó el poco control y permisividad que existe en las instituciones comerciales estatales y en la familia. Desgraciadamente, existen personas mayores que ven como positivo el tabaquismo juvenil, pues muchos jóvenes fuman gracias a los cigarros que aquellos le facilitan. Los investigadores consideran que esto está provocado, entre otras causas, por el desconocimiento que tiene la población sobre la repercusión negativa que tiene esta adicción sobre la salud humana, desde el punto de vista biopsicosocial, además de que en Cuba el tabaquismo constituye tradición y costumbre.
En las instituciones educacionales cubanas existen programas que evitan que los adolescentes fumen, pero es evidente que se debe ser más estricto, pues en ese medio, ellos crean el modo de poder satisfacer sus gustos, y esto indicó el grado de adicción que muchos tienen, al no poder prescindir de este vicio por cortos períodos de tiempo. Los autores de la presente investigación consideran la ineficiente restricción social y familiar como génesis de este problema.
Predominaron los fumadores adolescentes del sexo femenino con 18 años de edad, de color de piel blanca. La mayoría de los adolescentes fuman diariamente en lugares públicos, comenzaron a fumar con más de 16 años de edad y adquirieron este hábito para mostrar independencia.