INTRODUCCIÓN
La infección intrahospitalaria (IIH) es un problema actual y en constante evolución en todo el mundo.1) La infección posoperatoria puede tener múltiples factores etiológicos, pero no se ha podido precisar aún si la contaminación ocurre durante la intervención o después.2 Sin embargo, la prevención es necesaria en todos los momentos quirúrgicos,3 y es ahí en que intervienen los procedimientos antisépticos preoperatorios, siendo uno de los más importantes el lavado de manos quirúrgico.4,5
La técnica del lavado de manos quirúrgico se estableció con el cepillado con agua tibia y jabón suave, seguido por inmersión en solución antiséptica.6 Con el tiempo se observó que el cepillado puede generar incomodidad y riesgo de causar lesiones en la piel. Reduciendo el tiempo de cepillado generaría una disminución en el tiempo de contacto con el antiséptico, lo que podría comprometer el proceso de reducción microbiana.7 En el Perú, cada centro hospitalario o clínica privada maneja su propia técnica de lavado de manos, pero no existen investigaciones para saber si la técnica de lavado de manos quirúrgico empleada es la adecuada; lo que constituye un beneficio importante en la práctica diaria profesional.
Chia-Feng y otros8 realizaron un estudio en un hospital en Taiwán, en el que compararon los tiempos requeridos en el lavado de manos utilizando un exfoliante sin agua y un exfoliante tradicional, y concluyeron que ambos son igualmente eficaces. Rossetto da Cunha y otros3) realizaron un estudio en Brasil, en el que evaluaron las diferencias de usar escobilla, esponja o sin usar artefacto con gluconato de clorhexidina, y no se mostraron diferencias significativas. Howard y otros9) evaluaron si el uso de alcohol/clorhexidina es igual de efectivo que el lavado quirúrgico tradicional, y resultó tan eficaz como un exfoliante tradicional.
La justificación radica en que beneficiará a toda la población general, porque los profesionales realizarán el lavado de manos quirúrgico siguiendo un protocolo establecido en un menor tiempo y con el mismo resultado. Además, ayuda a la disminución y/o eliminación de la flora bacteriana y, por ende, disminuirá las infecciones posoperatorias. También, se establecerá un protocolo eficiente de lavado de manos quirúrgico para los profesionales que ejercen la especialidad de Cirugía Buco Máxilofacial (CBMF) al igual que para los cirujanos de diversas especialidades médicas, lo cual enriquecerá su profesión al brindar nuevas opciones comprobadas y base para otras investigaciones relacionadas con el tema.
Este estudio está enfocado en determinar la técnica de lavado de manos quirúrgico con mayor eficacia sobre la flora bacteriana en estudiantes de cirugía.
MÉTODOS
Se realizó un ensayo controlado, aleatorizado, de tratamientos no farmacológicos que fue revisado y aprobado por el Comité científico y el Comité de ética de la Facultad de Odontología de la Universidad de San Martín de Porres, Lima, Perú. La muestra estuvo conformada por 12 estudiantes entre 18 y 25 años de edad, que cumplieron con los criterios de inclusión: estudiantes que otorguen su consentimiento informado y que hayan logrado ser competentes en el lavado de manos quirúrgico, y exclusión: ser alérgicos a algún componente del jabón, presentar heridas en las zonas a ser lavadas y no haber consumido algún fármaco semanas antes de la toma de muestra. Los 12 estudiantes fueron asignados aleatoriamente a uno de los dos grupos experimentales: Grupo A: seis de los estudiantes se lavaron las manos con la técnica tradicional, y el Grupo B: seis de los estudiantes se lavaron las manos con la técnica de una fase.
El lavado de manos quirúrgico tradicional (duración de 10 min) está conformado por tres fases: Primera fase: cepillado de la zona ungüeal, dedo por dedo y espacio interdigital, cepillado de la palma, laterales y el dorso de la mano. Luego, cepillado del antebrazo mediante pequeños círculos que cubren toda la circunferencia del brazo desde la base de la mano hasta 4 o 5 cm por encima del codo. Repetir en el otro brazo y finalizar enjugando un brazo a la vez. Segunda fase: cepillado en trazos largos desde la punta de los dedos hasta la mitad del antebrazo con movimientos longitudinales. Luego cepillado el otro brazo y enjuagar. Tercera fase: se repite la primera fase sin el cepillado del antebrazo y se enjuaga.5,10 El lavado de manos quirúrgico de una fase (duración de 4 min), consiste solamente en la primera fase del lavado de manos quirúrgico tradicional.
Capacitación de los estudiantes
Primero, todos los estudiantes fueron informados y capacitados sobre el procedimiento de lavado de manos quirúrgico en el área de cirugía experimental. Para poder uniformizar el lavado de manos quirúrgico entre los estudiantes, se les evaluó por medio de una ficha que contenía cuatro criterios: secuencia, rompimiento de cadena aséptica, enjuague y cepillado. Cada semana se anotó los errores que cometían, y los estudiantes que obtuvieron el puntaje de 20 fueron los que participaron en el estudio. Luego, se realizó la aleatorización y selección de los estudiantes a los grupos experimentales mediante una lista de asignación aleatoria (confeccionada en el programa estadístico Stata versión 14), la cual fue entregada, en un sobre cerrado, únicamente a la docente colaboradora, sin conocimiento de la investigadora principal en todo momento (cegado), hasta el final del análisis estadístico.
Proceso de lavado de manos
Los estudiantes asignados de manera aleatoria, procedieron a realizar el lavado de manos quirúrgico uno por uno y solo en la mano no dominante, por lo que la duración fue la mitad del tiempo. En ambos casos, el lavado de manos quirúrgico se realizó utilizando una escobilla de cerdas duras estéril y un jabón en barra. Todo el procedimiento estuvo supervisado por la investigadora principal mediante una lista de cotejo, excepto la asignación de los estudiantes a los grupos experimentales y el desarrollo del lavado de manos quirúrgico de los estudiantes. Es por esta razón, que se contó con el apoyo de dos docentes colaboradoras de la asignatura de cirugía (experiencia de 3 y 15 años), un personal auxiliar para recolección de las muestras y un estadístico que proporcionó la lista de asignación aleatoria (mencionada anteriormente).
Proceso de recolección de la muestra
Cada sujeto de estudio procedió a realizar la técnica de lavado de manos quirúrgico correspondiente en la mano no dominante. Luego, se esperó 15 s para eliminar el exceso de agua, manteniendo la mano por encima del nivel del codo. Posteriormente, se realizó la recolección mediante el método de caldo de guante,3 en la que cada sujeto de estudio sumergió su mano lavada en un guante estéril de talla L sin talco, que contienía 150 mL de caldo de cultivo de tripticasa de soya (líquido), que es un medio enriquecido para el transporte de muestras microbiológicas.3 El personal auxiliar frotó cada guante desde el exterior por 60 s para que existiera un mayor contacto de la piel con el líquido. El líquido desde el interior del guante fue asépticamente transferido a un matraz estéril para su posterior codificación. Este mismo procedimiento se repitió con cada sujeto de estudio. Cabe recalcar que cada paso se realizó de manera aséptica, utilizando guantes quirúrgicos estériles y respetando las normas universales de asepsia.
Proceso microbiológico
Una vez terminada la recolección, los matraces fueron transferidos asépticamente al Laboratorio de Microbiología. Las muestras recogidas fueron incubadas a 37 °C durante 24 h. Luego, se procedió a realizar la dilución 1/100. De cada muestra diluida, se tomó 0,1 mL con la ayuda de un asa calibrada y se sembró por diseminación en cada placa (agar manitol salado y agar MacConkey). Después de la siembra, todas las placas se introdujeron en una incubadora de CO2 a 37 °C durante 24 h, para promover el crecimiento de microorganismos. Los datos fueron registrados en una ficha de recolección de datos; el total de colonias fue multiplicado por el factor de dilución (1: 100) para determinar las unidades por mililitro de la muestra total de formación de colonias (UFC/mL).
Análisis estadístico
En cada medio de cultivo se realizó la prueba de normalidad test de Shapiro Wilk y para la homogeneidad de varianza la prueba de Levene. Ambos medios de cultivo mostraron no cumplir con la normalidad, por lo tanto, se aplicó en ambas muestras la prueba no paramétrica U de Mann-Whitney.
RESULTADOS
Ambas técnicas de lavado de manos quirúrgico presentaron gran cantidad de unidades formadores de colonias (UFC). En la tabla 1 y figura 1, se aprecia los resultados obtenidos en el medio de cultivo agar manitol salado. Se encontró que no existe diferencia estadísticamente significativa entre los grupos, con p= 0,117.
En la tabla 2 y figura 2 se aprecia los resultados obtenidos en el medio de cultivo agar MacConkey. Se encontró que no existe diferencia estadísticamente significativa entre los grupos, con p= 0,054.
DISCUSIÓN
El presente estudio se realizó en dos medios de cultivo agar manitol salado (específico para microorganismos grampositivos, como Stafilococcus) y el agar MacConkey (para microorganismos gramnegativos); ambos medios se trabajaron en las mismas condiciones y mediante el mismo método. El objetivo de esta investigación fue determinar cuál técnica de lavado de manos quirúrgico tiene una mayor eficacia sobre la flora bacteriana en estudiantes de cirugía.
Para su realización se utilizó agua de grifo y escobilla, como se mencionó en la parte metodológica. Furukawa y otros( /(11) evaluaron si en el agua de grifo se encontraba la presencia de bacterias, y obtuvieron un resultado negativo. Por tal razón, no se considera el agua como una variable interviniente. Con respecto al uso de cepillo o escobilla, la mayoría de estudios nos dicen que no existen diferencias entre utilizar algún artefacto.3
Teniendo en cuenta los resultados de las tablas 1 y 2, podemos decir que la técnica de lavado de manos quirúrgico de una fase presentó menos unidades formadoras de colonias, en comparación con la tradicional; estadísticamente que no se observaron diferencias significativas entre ambas técnicas, para ambos medios de cultivo. Esto mismo sucedió en los estudios de Rossetto da Cunha y otros,3 Howard y otros,9Barbadoro y otros,/(12) Manal Hamed Mahmoud y otros /(13) y Tapia-Jurado,14) que evaluaron la eficacia de varios métodos de lavado de manos quirúrgico utilizando diferentes antisépticos; como resultado obtuvieron que no existen diferencias significativas en la reducción bacteriana entre los métodos. Por su parte, Chia-Feng y otros8) evaluaron los tiempos requeridos para el lavado de manos, utilizando un exfoliante sin agua y el exfoliante tradicional para el personal de sala de operaciones; concluyeron que el lavado de manos sin agua es tan eficaz como el lavado de mano tradicional y más eficiente en términos de tiempo de lavado.
En las figuras 1 y 2, se aprecian puntos extremos y puntos atípicos, respectivamente. La explicación radica en que las unidades de medida son unidades formadoras de colonias, las cuales tienen la característica de crecer exponencialmente, es decir, crecen por dos, por cuatro y sucesivamente. Es por esta razón que los datos encontrados pueden ser variados.
Podríamos considerar una limitación dentro del estudio, el desconocimiento de los hábitos de higiene personal de los estudiantes que formaron parte de la muestra. Comparando la parte metodológica con los estudios mencionados en el párrafo anterior, las muestras fueron tomadas a profesionales de la salud que están en constante proceso de lavado;3,8,9 en cambio, para el fin de este trabajo la muestra fue tomada solo en estudiantes. A pesar de ello, no se considera una desventaja en la investigación.
Se concluye que estadísticamente la técnica de lavado de manos quirúrgico de una fase es igualmente eficaz que la técnica de lavado de manos quirúrgico tradicional, sin embargo, el número de unidades formadoras de colonias en la técnica de una fase fue menor que en la técnica tradicional, lo cual podría ser explicado como que el lavado de manos quirúrgico con escobilla provoca un trauma mecánico que libera y dispersa patógenos que pueden producir infecciones en el sitio quirúrgico e incita a la producción de afecciones dermatológicas en el personal de salud.15 Cabe mencionar que el uso de escobilla se considera un buen método para disminuir microorganismos en piel, como prevención de infecciones en el sitio quirúrgico.3
Este estudio brinda el aporte de poder utilizar la técnica de lavado de manos quirúrgico de una fase, con la obtención de los mismos resultados que la técnica tradicional, solo que en un menor tiempo y con menos recursos. Igualmente se recomienda mayores investigaciones con un mayor tamaño de muestra y estudios que comparen diferentes artefactos y antisépticos utilizados en este sector.