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ACIMED

versión impresa ISSN 1024-9435

ACIMED v.18 n.4 Ciudad de La Habana oct. 2008

 

ACTUALIDADES

 

Doctora Rosa Elena Simeón Negrín: paradigma de la investigación médica

 

Rosa Elena Simeón Negrín, MD: a medical research paradigm

 

 

Mercedes Sarduy Faulín
Especialista de I Grado en Higiene y Epidemiología. Asistente. Facultad de Ciencias Médicas "Salvador Allende". Ciudad de La Habana. Cuba.

 

 

 




La doctora Rosa Elena Simeón Negrín es una personalidad ligada a una rica historia y a importantes páginas de la ciencia y de la investigación en Cuba. Por su inteligencia, constancia, amor a la patria, modestia, voluntad y pasión por el medio ambiente es considerada un ejemplo brillante para todo el mundo. Su muerte nos privó de su presencia física, pero su obra perdurará para siempre y constituirá un paradigma para las futuras generaciones de científicos.

LA AUTORA



Nacida el 17 de junio de 1943 en Bejucal, un pequeño pueblo al sur de La Habana, Cuba, Rosa Elena creció en un ambiente favorable para el aprendizaje, lo que contribuyó a que se convirtiera en una excelente estudiante.

Tenía 15 años y cursaba la enseñanza preuniversitaria al triunfo de la Revolución cubana, liderada por Fidel Castro, y estuvo entre los miles de jóvenes que en aquel momento recibieron una beca para su formación universitaria. Realizó sus estudios de Medicina en la Universidad de La Habana. Entre 1962 y 1965 colaboró con sus profesores en la enseñanza y se graduó en 1966.1 Durante toda esa época participó muy activamente, junto a otros muchos jóvenes, en las luchas por la defensa de sus ideas políticas y de la soberanía del país.

Recién graduada de Doctora en Medicina, respondió al llamado de Fidel en 1967 a los egresados de esa carrera para que se incorporaran a la investigación científica y, posteriormente, en 1968, a la salud animal. Al respecto, Rosa Elena expresó:

"Eso me obligó a cambiar mi perfil hacia la Veterinaria. Era una época en que se impulsaban la inseminación artificial y el desarrollo de la ganadería y hubo una afectación en los sementales".

El Comandante en Jefe planteó la necesidad de crear un centro de investigaciones para la salud animal. Para iniciar la formación de esa entidad hacían falta por lo menos 70 graduados universitarios y sólo egresaban ese año 22 veterinarios. Si se dedicaban todos a la investigación no quedaría ninguno para el trabajo asistencial. Pero terminarían también 700 médicos; entonces Fidel tuvo la brillante idea de solicitar que se constituyera el núcleo inicial de esa nueva institución, que fue primeramente la subdirección de sanidad animal del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC), y posteriormente el Centro de Sanidad Animal (CENSA)".1 Este cambio de perfil para la titular requirió de mucho estudio, de un arduo trabajo y de un gran esfuerzo para cumplir las múltiples misiones encomendadas —en algunos casos por el propio Fidel— para el progreso agropecuario.2

Como resultado de su excelente desempeño, Rosa Elena fue seleccionada para continuar su carrera como investigadora en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) , única institución en aquel tiempo para desarrollar investigaciones básicas, y actualmente uno de los centros científicos más prestigiosas del país.

En el año 1969 fue nombrada jefa del departamento de virología del CNIC y se le asignó la tarea de asesorar el departamento de virología animal. En 1970 ocupó el cargo de directora del departamento de microbiología de dicha institución. En esa época sus investigaciones se enfocaban hacia los problemas relacionados con la absorción viral y la propagación de los virus. Al mismo tiempo, Rosa Elena realizaba investigaciones en instituciones de otros países, como Francia, donde se incluyen el Instituto Pasteur, la Escuela de Veterinaria D´Alfort y la Estación Experimental de Virología en Aviñón. Además, durante 1970 y 1980 viajó a Canadá, Jamaica y Perú para desarrollar otras investigaciones.

Al retornar a Cuba dirigió el combate de una grave infección asociada a la introducción y diseminación de la fiebre porcina africana. La primera epidemia ocurrió en 1971 y la segunda en 1980. Ambas causaron grandes pérdidas en la población porcina del país e infligieron graves pérdidas económicas y daños a la población rural. Fue premiada por el método empleado, y ese estudio le sirvió después para alcanzar su título de Doctora en Medicina Veterinaria en 1975, una etapa de importantes sucesos en su carrera, que coincidió con su embarazo. Rosa Elena consideraba que la mujer debía tener su espacio también en las ciencias, y decía:

"En cuanto a ambiciones, sí creo que las mujeres tienen menos ambiciones en los ámbitos de la ciencia, no se proponen metas, sobre todo en cuanto a acceso a cargos directivos en ciencia y tecnología. Muchas de nosotras hemos llegado a altos niveles de decisión sin habérnoslo propuesto a priori. Sin embargo, los hombres sí ansían cargos directivos, se trazan propósitos y ambicionan (en el sentido sano) ser jefes de un departamento o de un laboratorio o de un instituto científico. Existe una preferencia de las mujeres por las carreras de las ciencias sociales y en ciencias duras son menos, pero es por tradición y no por capacidades y talento".

 

Ella siempre consideró que la capacidad intelectual de hombres y mujeres es la misma. Consideraba que las mujeres son más creativas, pues se crecen ante los conflictos y retos que les impone el mismo medio social y, por tanto, desarrollan más recursos de supervivencia para abrirse espacios y caminos en la vida científica, administran mejor los recursos que se ponen a su disposición, son más organizadas y cuidadosas, más honestas y menos propensas a la corrupción.1

En el propio año 1975 fue nombrada directora del Centro Nacional de Sanidad Animal, que actualmente es Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (CENSA) y presidenta de su consejo científico, centro en el cual laboró hasta 1985. El CENSA es la institución donde se realizan estudios e investigaciones para prevenir y tratar enfermedades en vegetales y animales, particularmente aquellas propias de las áreas tropicales.

En 1985 fue elegida miembro del Consejo de Dirección del Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de La Habana. Desde entonces continuó sus proyectos de investigación en virología y participó en un gran número de conferencias, talleres, nacionales e internacionales, incluida una consulta de alto nivel entre ministros del Medio Ambiente en América Latina, celebrada en Washington. Durante la década de los años 70 y a comienzos de los 80, Rosa Elena trabajó como experta en virología para la FAO.1

De acendrada modestia, la doctora Rosa Elena, como cariñosamente le llamaban, debe haber sentido rubor cuando en el discurso de clausura del III Congreso de la FMC, en marzo de 1980, el Comandante en Jefe Fidel Castro expresó: "Creo que ustedes eligieron para el Comité Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas a una compañera muy destacada, que dirige un centro de investigaciones, que precisamente dirigió en el pasado y dirige ahora los trabajos en la lucha contra la fiebre porcina africana".3

A lo largo de toda su carrera recibió honores y premios. En 1988, por ejemplo, fue elegida Heroína Nacional del Trabajo, distinción que otorga el Estado cubano por el esfuerzo y los resultados en diferentes campos, incluida la ciencia. En el año 1990 recibió la Medalla Carlos J. Finlay, que lleva el nombre del científico cubano quien en 1881 descubrió al mosquito Aedes aegypti como el vector transmisor de la fiebre amarilla y fue factor determinante en la eliminación de la incidencia y las muertes causadas por esa enfermedad.

En el año 1985, Rosa Elena fue nombrada presidenta de la Academia de Ciencias de Cuba y también de la Comisión Nacional para el Medio Ambiente y los Recursos Naturales. En virtud de este último cargo, ella representó a la Isla en la Cumbre Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo en Río de Janeiro (más conocida como la Cumbre de la Tierra) celebrada en 1992 y dos años después en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los pequeños Estados Insulares, en Barbados. Fue elegida en 1995 miembro del Comité consultor de la Naciones Unidas para la Ciencia y la Tecnología, y en 1998 miembro de Honor de la Academia de Ciencias de Cuba.

Las actividades de Rosa Elena Simeón se extendieron, más allá de la ciencia y la tecnología, hacia el mundo de la política, lo cual supo cumplir con celo. Fue miembro del Comité Central del Partido y suplente del Buró Político. En el año 1986 fue seleccionada como uno de los 23 miembros del Consejo de Estado, cuerpo gubernamental que representa al Parlamento entre sesiones, y además diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular. En el año 2000, se le consideró cuadro destacado del Estado cubano. En el año 1994 fue designada Ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, institución creada ese año. Este Ministerio es el responsable de desarrollar las políticas y programas para la protección del medio ambiente y del diseño de estrategias para el desarrollo sostenible. De igual manera, es responsable de servir como un enlace estratégico entre la ciencia, la tecnología y el desarrollo económico de Cuba.

Rosa Elena Simeón llegó muy lejos en su viaje desde sus tempranos años en los que crecía en un pequeño pueblo cubano.1,3 La solidaridad de esta Heroína Nacional del Trabajo de la República de Cuba, llegó también a madres del sector científico con hijos discapacitados.3

La destacada obra de esta prestigiosa científica se pudo ver reflejada por sus horas de desvelo, su trabajo incesante, su entrega al deber, compartida con el matrimonio y la educación de una hija, entonces pequeña.2 En entrevista que le fuera realizada en el año 2002 refirió que siempre organizó la vida familiar con su ya fallecido esposo e hicieron un pacto de nunca dejar sola a su única hija. Así, si él viajaba, ella se quedaba y viceversa, y narró una situación en que ambos fueron propuestos para un viaje juntos a Alemania, ellos no fueron porque uno de ellos debía permanecer con la niña para atenderla directamente y para que no sufriera retrasos o conflictos con su escuela. "Cuando accedí al cargo de Ministra mi esposo constituyó un gran apoyo".1 Ella tuvo el privilegio de tener un matrimonio muy feliz durante 30 años y disfrutar mucho de su vida familiar.1

El 17 de octubre del año 2002, la doctora Rosa Elena Simeón pronunció el discurso de apertura de IntEmpres 2002, foro organizado anualmente por el Instituto de Información Científica y Tecnológica del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, en el cual dejó claras sus ideas sobre la inteligencia empresarial y la gestión del conocimiento, técnica de gestión a la que concedió gran importancia.4 Fue una abanderada de la introducción y generalización de los resultados de la ciencia en la práctica cotidiana y de la urgencia de transformar esta actividad en una verdadera fuerza productiva mediante el incremento de sus impactos en la economía, la sociedad y el medio ambiente.3

Durante toda su vida se destacó por su admirable entereza y su capacidad de levantarse ante cada golpe del destino, que se puso de manifiesto más de una vez, lo que le permitió enfrentar momentos difíciles de su vida, como la enfermedad y el fallecimiento prematuro de su esposo, el también científico Ramón Ortiz, o su propia dolencia que —gracias a su fuerza de voluntad extraordinaria— le permitió en sus últimos años luchar contra ella y sobreponerse a intervenciones quirúrgicas y frecuentes ingresos para mantenerse al tanto del quehacer del CITMA, e incluso, asistir a importantes eventos, aún cuando esto suponía un mayor desgaste de su quebrantada energía.

En el mes de junio del año 2004, cuando el Ministro de las FAR le entregó el Premio Nacional de Medio Ambiente en el Memorial "José Martí", su semblante avisaba el agravamiento de la enfermedad. Apenas podía ponerse de pie sin la ayuda de otra persona y la voz era casi un susurro, pero estaba allí.3 A todas estas adversidades Rosa Elena supo sobreponerse ecuánimemente, hasta su fallecimiento, a la edad de 61 años, el 22 octubre de 2004, a las 11:50 de la noche, en la capital cubana. Fue sepultada en el Panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias en la Necrópolis de Colón. El doctor José Ramón Balaguer, Ministro de Salud Pública, pronunció las palabras de despedida del duelo.

En la obra de toda su vida y en sus modestas palabras se encierra la clave del triunfo de esta admirable mujer: "En la victoria ha sido decisiva la voluntad de salir adelante, anteponiendo a todos los problemas las necesidades de la Patria".2 Por siempre, ella será una personalidad en la historia de Cuba y en la de otros países.

Una mente excepcional y excelentes oportunidades de educación le trazaron el camino para una distinguida carrera en los campos de la ciencia y de la política, lo que muchos de sus colegas a menudo consideraron tan difícil como mezclar fuego y agua. El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) le otorgó el premio Campeones de la Tierra 2006 a la fallecida Ministra cubana de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Rosa Elena Simeón. Según una nota del PNUMA, difundida en la ciudad de Nueva York. El lauro distingue el trabajo de Rosa Elena y "su pasión por el medio ambiente", considerados un "ejemplo brillante para todo el mundo"5

Muy importantes fueron y son para Cuba el quehacer de esta científica y los aportes que su sabiduría e inteligencia hicieron al sector agropecuario.2 Su ejemplo es paradigma de presentes y futuras generaciones de científicos en el país.

 

REFERENCIAS BILIOGRÁFICAS

1. Álvarez Díaz L. Rosa Elena Simeón: Testigo de un cambio. La Habana: Ciencia, Innovación y Desarrollo. Revista de Información Científica y Tecnológica. 2004;9(2).

2. Vázquez A. Rosa Elena Simeón: Inteligencia, tenacidad, modestia y amor a la Patria. Disponible en: http://www.elhabanero.cubaweb.cu/2003/enero/nro571_03en/nac_03en712.html [Consultado: 3 de junio de 2008].

3. Falleció Dra. Rosa Elena Simeón Negrín, Ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente cubana, paradigma investigadora, médica y revolucionaria. Disponible en: http://www.profesionalespcm.org/_php/MuestraArticulo2.php?id=839 [Consultado: 3 de junio de 2008].

4. Simeón RE. Discurso de apertura. IntEmpres. La Habana: CITMA. 2002.

5. Alfonso I. Honran a Rosa Elena Simeón. Disponible en: http://www.bohemia.cu/2006/04/28/nacionales/rosa-elena.html [Consultado: 3 de junio de 2008].

 

 

Recibido: 18 de junio de 2008.
Aprobado: 29 de junio de 2008.

 

 

Dra. Mercedes Sarduy Faulín. Facultad de Ciencias Médicas "Salvador Allende". Calle A y Carvajal. El Cerro. Correo electrónico: daisygambino@infomed.sld.cu

Ficha de procesamiento

Términos sugeridos para la indización

Según DeCS1
MEDICINA VETERINARIA; PERSONAS FAMOSAS; CUBA.
VETERINARY MEDICINA; FAMOUS PERSONS; CUBA.

Según DeCI2
PERSONAJES; CUBA.
FAMOUS PERSONS; CUBA.

1BIREME. Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS). Sao Paulo: BIREME, 2004. Disponible en: http://decs.bvs.br/E/homepagee.htm

2Díaz del Campo S. Propuesta de términos para la indización en Ciencias de la Información. Descriptores en Ciencias de la Información (DeCI). Disponible en: http://cis.sld.cu/E/tesauro.pdf

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Cita (Vancouver): Sarduy Faulín M. Doctora Rosa Elena Simeón Negrín: paradigma de la investigación médica. Acimed. 2008;18(4). Disponible en: Dirección electrónica de la contribución [consultado: día/mes/año].