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MEDISAN

versión On-line ISSN 1029-3019

MEDISAN vol.18 no.5 Santiago de Cuba mayo 2014

 

REFLEXIÓN Y DEBATE

 

 

Dr. Antonio María Béguez César (1895-1975): del plagio a la verdad histórica

 

Dr. Antonio María Béguez César (1895-1975): from plagiarism to the historical truth

 

 

Lic. María Antonia Peña Sánchez

Centro Provincial de Información de Ciencias Médicas, Santiago de Cuba, Cuba.

 

 


RESUMEN

En este artículo se ofrecen evidencias documentales que fundamentan la verdad histórica de la precedencia del Dr. Antonio María Béguez César en el descubrimiento de la neutropenia crónica maligna familiar con granulaciones atípicas de los leucocitos, comúnmente divulgada como síndrome de Chédiak-Higashi; razón por la cual los aportes del médico cubano resultan prácticamente invisibles para la comunidad científica nacional y extranjera, y para el pueblo al que tanto sirvió. El actual documento forma parte del Proyecto Ramal, con el objetivo de proporcionar una mayor visibilidad a la vida y obra del ilustre pediatra santiaguero, quien describió el cuadro clínico de una enfermedad hasta entonces desconocida, pero luego divulgada de muy diversas maneras para confundir a la comunidad científica en cuanto a su legítimo autor. Del mismo modo se presentan fragmentos de la información publicada sobre el hallazgo, así como bibliografía actualizada, novedosa y fidedigna respecto a tan importante y controvertido asunto. Por último, se abordan otros aspectos personales y profesionales del Dr. Béguez César -- considerado como el Padre de la Pediatría en las provincias orientales de Cuba --, cuyos extraordinarios méritos le hacen acreedor de figurar perpetuamente entre las personalidades insignes de la ciencia cubana.

Palabras clave: Pediatría, bibliografía de medicina, descubrimiento científico, plagio científico, derechos de autor, Historia de la Medicina, Santiago de Cuba, Cuba.


ABSTRACT

In this work documental evidences are offered which establish the historical truth of Dr. Antonio María Béguez César's precedence in the discovery of the family malignant chronic neutropenia with atypical granulations of leukocytes, commonly known as Chédiak-Higashi syndrome; reason why the Cuban doctor's contributions are practically invisible for the national and foreign scientific community, and for the people to whom he cared so much. The current document is part of the Brunch Project, with the objective of providing a greater visibility to the life and work of the illustrious Santiago pediatrician who described the clinical pattern of an unknown disease, but then revealed in very diverse ways to confuse the scientific community as for its legitimate author. In the same way fragments of the information published on the discovery are presented, as well as updated, novel and trustworthy literature regarding such an important and controversial matter. Lastly, other personal and professional aspects of Dr. Béguez César are approached -- considered as the Father of Pediatrics in the eastern provinces in Cuba -- whose extraordinary merits make him worthy of perpetually being among the famous personalities of the Cuban science.

Key words: Pediatrics, medical literature, scientific discovery, scientific plagiarism, author´s rights, History of Medicine, Santiago de Cuba, Cuba.


 

 

INTRODUCCIÓN

El patrimonio histórico, bibliográfico y cultural de la medicina cubana constituye una de las principales riquezas de esta isla, pero conviene señalar la existencia de un legado disperso a lo largo y ancho de Cuba, que permanece oculto y aún sin identificar, en archivos y bibliotecas -- institucionales y personales --, museos y otras fuentes de información, los que incluyen testimonios orales, y en peligro de desaparecer, por lo cual el riesgo de extinción del patrimonio específico es todavía mucho más alarmante (Peña Sánchez MA, Jiménez Arias ME. Patrimonio histórico, bibliográfico y cultural de la medicina santiaguera -- Proyecto --. Centro Provincial de Información de Ciencias Médicas, Universidad de Ciencias Médicas. Santiago de Cuba, 2011).

De hecho, si bien resulta obligatorio mencionar los documentos revisados, no es menos cierto que numerosas causas impiden la búsqueda y recuperación de algunas informaciones necesarias, entre las cuales sobresale el que no aparezcan registradas en algún índice o determinada base de datos o, peor aún, el que no se hayan tomado las medidas pertinentes para su conservación.

En su libro Medicina y sanidad en la historia de Santiago de Cuba (1515-1898), el médico historiador Carlos Rafael Fleitas Salazar,1 refirió sobre este asunto:

  "Todo esto es papel, frágil material que el tiempo torna más vulnerable, y la carencia de recursos -- por lo demás muy costosos -- impide su conservación y recuperación, por ende, se está  perdiendo el pasado médico de esta ciudad".

No se debe olvidar, entonces, que una gran parte de la obra de autores oriundos del territorio santiaguero está incluida en las publicaciones y los repertorios nacionales, entre ellos, el Boletín de la Sociedad Cubana de Pediatría, que se comenzó a publicar en enero de 1929, como órgano oficial de la Sociedad del mismo nombre y de la Cátedra de Patología y Clínica Infantiles de la Escuela de Medicina de La Habana. Luego, en 1946, recibió la denominación de Revista Cubana de Pediatría, pero hasta finales de la década de 1950 mantuvo el nombre inicial como subtítulo.

Muchos de los profesionales que divulgaron sus experiencias en las páginas de esta publicación trascendieron más allá de su medio; sin embargo, por diversas razones, son casi desconocidos hasta para sus coterráneos.

Uno de los ejemplos más sobresalientes de lo anteriormente expuesto, es el ilustre Dr. Antonio María Béguez César, pediatra cubano, quien nació en la provincia de Santiago de Cuba el 2 de marzo de 1895 y falleció en la madrugada del 11 de febrero de 1975 en su ciudad natal.

Resulta oportuno señalar que en algunos artículos2-7 y en el libro inédito de Peña Sánchez Dr. Antonio María Béguez César (1895-1975: médico de niños), se ofrece una semblanza mucho más abarcadora de su personalidad y grandeza.

 

ANTECEDENTES

El estudio de la historia de la pediatría cubana permite conocer por qué se trata de una de las especialidades médicas que más ha progresado en la isla de Cuba, a pesar de haber carecido del apoyo de las autoridades existentes antes de 1959, sobre todo de las sanitarias, puesto que el cuidado de la salud no era prioridad de los gobernantes de turno en aquella época.

Cabe agregar que en el perfeccionamiento de esta rama de la medicina, la creación de la Sociedad Cubana de Pediatría -- la cuarta fundada en el país -- el 7 de octubre de 1928, presidida por el eminente Dr. Ángel Arturo Aballí Arellano; resultó determinante para la superación de los pediatras de toda la nación, entre los cuales figuraba el Dr. Béguez César.

A partir de su constitución, esta Sociedad tuvo como norma celebrar jornadas científicas nacionales en las provincias más importantes, en cuya preparación el Dr. Béguez desempeñó un papel decisivo desde sus comienzos.

En 1935 asistió a la I Jornada Nacional de Pediatría realizada en Camagüey, como representante de la Sociedad a la cual pertenecía. Allí recibió la encomienda de organizar en Santiago de Cuba el siguiente de estos memorables cónclaves. Así, en los días del 10 al 12 de abril de 1936, la II Jornada Nacional de Pediatría8 estuvo presidida por el doctor Béguez César y otros facultativos santiagueros.

Posteriormente también se distinguió por su participación en eventos internacionales sobre temas de salud relacionados con la infancia, y en la publicación de numerosos trabajos científicos;9-17 actividad limitada mayormente, en aquella etapa, a los médicos que ejercían en la capital.

 

¿USURPACIÓN DE UN MÉRITO CIENTÍFICO?

Históricamente, la década del 30 fue determinante en la trayectoria profesional del Dr. Béguez César; tanto así, que en 1933 atendió en su consulta privada al primero de tres hermanitos que padecieron y murieron como consecuencia de una rara enfermedad, hasta entonces desconocida, cuyas manifestaciones clínicas y resultados de las pruebas de laboratorio eran idénticos en ellos. Entonces, el Dr. Antonio María Béguez César dedicó 10 años de su vida a investigar el padecimiento de estos pequeños descendientes de una familia santiaguera, quienes crecían y morían a una edad casi predecible.

De 1933 a 1943, los niños estudiados y tratados presentaron características clínicas similares, pero sobre todo se observó una sorprendente novedad en las láminas de laboratorio, consistente en extrañas granulaciones atípicas en los leucocitos, no descritas en los atlas de hematología ingleses y franceses ni en otras publicaciones médicas consultadas. Por esos días, tuvo la magnífica oportunidad de mostrar los expedientes médicos de aquellos pacientes y las citadas láminas al Dr. Pittaluga, famoso médico italiano exiliado, quien se encontraba en Santiago de Cuba como profesor principal de un curso de hematología, el cual quedó maravillado ante las raras formas patológicas aparecidas en los glóbulos blancos y afirmó no haber visto nunca fenómeno parecido en su labor profesional -- extraído de las memorias del Dr. Antonio María Béguez César (texto inédito) --.

Diez años más tarde, en diciembre de 1943, se divulgó en el Boletín de la Sociedad Cubana de Pediatría el artículo más trascendental de toda su creación científica: "Neutropenia crónica maligna familiar con granulaciones atípicas de los leucocitos",13 que 30 años más tarde le daría fama internacional, aunque eso no impidió que otra persona se apropiara de la autoría del hallazgo científico.

Muchos son los testimonios y comentarios acerca del hecho. Colegas, familiares y amigos del Dr. Antonio María Béguez César, algunos fallecidos y otros peinando canas, aseguraron siempre, y sostienen aún, que el mencionado padecimiento, desconocido a causa de su rareza y descubierto por el médico santiaguero, era divulgado erróneamente en Cuba y el mundo como síndrome de Chediak-Higashi. De igual manera, algunos señalan que si bien el Dr. Chediak menciona en apenas 2 líneas a los doctores Béguez César y Agustín Montero, en su artículo publicado sobre la extraña afección, no lo hace acerca del primero como autor del descubrimiento, sino como alguien sin importancia, cuyo apellido ocupa un pequeño espacio entre varios nombres citados a lo largo del documento.

Hay incluso quienes han llegado a afirmar, sin limar asperezas, que el Dr. Chediak había traicionado a un amigo de profesión y cimentado su fama sobre una mentira, porque tanto los pacientes como las historias clínicas y láminas, presentados por él en las páginas de una revista francesa en 1952, eran los mismos que el Dr. Béguez había identificado y descrito antes en el Boletín de la Sociedad Cubana de Pediatría en 1943.

Sin embargo, había que indagar sobre tan controvertido asunto y considerar la siguiente aseveración:18

  "[…] en medio de toda reconstrucción o especulación historiográfica, se encuentra el documento, de cuyo examen emerge la fuerza para penetrar en los fenómenos de la historia y, por ende, la  posibilidad de aclarar los hechos que la componen y de descubrir incluso pasajes ignorados o muy poco conocidos."

Por tal razón, se diseñó un proyecto investigativo (Peña Sánchez MA. Estrategia para incrementar la visibilidad del descubrimiento científico del pediatra Dr. Antonio María Béguez César -- Proyecto Ramal --. Centro Provincial de Información de Ciencias Médicas, Universidad de Ciencias Médicas. Santiago de Cuba. 2010) dirigido a la búsqueda y recuperación de datos y argumentos sobre ese penoso incidente anticientífico, cuyos resultados se dan a conocer en el presente trabajo, como muestra de desagravio al médico despojado de un mérito incuestionablemente suyo.

Un buen punto de partida lo ha sido la valiosa información que estas fuentes personales podían aportar sobre lo acontecido, y que muchas veces se dificulta obtener por otras vías.

 

EVIDENCIAS DOCUMENTALES SOBRE LA PRECEDENCIA DEL PEDIATRA CUBANO DR. ANTONIO MARÍA BÉGUEZ CÉSAR EN EL DESCUBRIMIENTO

Entre los investigadores más notables de la bibliografía histórica de la medicina cubana sistematizada en índices, se destaca la Dra. Elena López Serrano. En el índice de autores y materias del Boletín de la Sociedad Cubana de Pediatría y de la Revista Cubana de Pediatría,19 publicado en 1988 en los Cuadernos de Historia de la Salud Pública, donde se consigna la bibliografía activa del Dr. Antonio María Béguez César, fue encontrada la cita referente al hallazgo científico13 del ilustre pediatra santiaguero.

En 1948, un médico alemán, el Dr. William Steinbrinck,20 dio a conocer a la comunidad científica mundial un escrito sobre la muy poco común afección que había descubierto el Dr. Béguez, pero acerca de lo cual no había tenido noticias este profesional germano; de manera que sería insensato inculparle por un agravio que no cometió.

Por el contrario, algo muy distinto se produjo en 1952, cuando el Dr. M. Moisés Chediak21 hizo pública, en una revista francesa, la investigación plagiada con el título: "Nouvelle anomalie leucocytaire de caractère constitutionel et familial", que se traduce al español como: "Nueva anomalía leucocitaria de carácter constitucional y familiar".

Luego, en 1953, circuló el informe del Dr. Ototaka Higashi,22 sobre un caso similar al de Béguez, pero al igual que Steinbrinck, este facultativo nipón se hallaba ajeno a las observaciones del médico cubano y no las plagió en modo alguno; por lo que se desprende que llegó a ese resultado mediante sus propias investigaciones.

 

RECONOCIMIENTO DE SU AUTORÍA

En la sesión de clausura de la Primera Jornada Latinoamericana de Hematología (figura 1),23 celebrada en La Habana en febrero de 1973, el Ministerio de Salud Pública de Cuba y todos los representantes de los países de América Latina que asistieron a tan señalado evento científico, reconocieron oficialmente que el descubridor de la mal llamada "enfermedad de Chediak-Higashi" había sido el Dr. Antonio María Béguez César (figura 2).

La necesidad de honrar al Dr. Béguez César le fue trasmitida a la autora de este trabajo, por el Dr.C. Ernesto de la Torre Montejo,* quien relató el hecho tal como se transcribe a continuación:

  "En el año 1972 visitaron Cuba dos distinguidos hematólogos latinoamericanos: el Dr. Luis Sánchez Medal, mexicano, como asesor de la Oficina Panamericana de la Salud y el Dr. Tulio Arends, venezolano, en calidad de Secretario de la División Interamericana de la Sociedad Internacional de Hematología. El objetivo de la visita era conocer el desarrollo de la Hematología en nuestro país y la posibilidad de iniciar una relación de trabajo en la docencia y la investigación en esta especialidad, entre Cuba y otros países de la Región. En el curso de un intercambio de ideas surgió la posibilidad de celebrar un encuentro de hematólogos latinoamericanos en La Habana. Esta fue rápidamente aceptada y acogida con entusiasmo, y estuvimos de acuerdo en llamarla: Primera Jornada Latinoamericana de Trabajos Cooperativos en Hematología y se acordó realizarla en febrero de 1973.

Los doctores Sánchez Medal y Tulio Arends propusieron hacer en la jornada un reconocimiento especial al Dr. Antonio Béguez César, por ser el descubridor de una nueva enfermedad hematológica que él describió en el Boletín de la Sociedad Cubana de Pediatría, número 12 de 1943 con el título `Neutropenia Crónica Maligna Familiar con Granulaciones Atípicas de los Leucocitos'. La idea fue inmediatamente aceptada y conocedores de la modestia y carácter del Dr. Béguez, le pedimos a su hijo Dr. Efrén Béguez que lo convenciera de la importancia que tenía su presencia para asegurar el éxito completo de esa primera jornada. Y así sucedió."

* El doctor en ciencias Ernesto de la Torre Montejo (Cuba) es Profesor de Mérito y Presidente del Consejo Nacional de Sociedades Científicas de la Salud. Integró la Comisión Permanente de la Primera Reunión de Hematólogos en América Latina, junto a los doctores Luis Sánchez Medal, de México; Tulio Arends, de Venezuela; Marcos Morgenfeld, de Argentina; y Jorge Elizondo, de Costa Rica.

 

LA VERDAD HISTÓRICA: ¿SÍNDROME DE BÉGUEZ-STEINBRINCK -HIGASHI O DE CHEDIAK-HIGASHI?

La larga historia de la medicina recoge hechos trascendentales relacionados con ciertos nombres propios -- epónimos médicos -- de científicos que los describieron por primera vez.

  "[…] En el lenguaje médico suele tratarse de nombres de descubridores o inventores de procesos (ciclo de Krebs), partes anatómicas (área de Broca, vena de Zuckerkandl), enfermedades y síntomas (enfermedad de Barraquer-Simons, enfermedad de Crigler-Najjar, síntoma de Epstein), síndromes (síndrome de Marinesco-Sjögreen, síndrome de Sturge-Weber), técnicas (coloración de Giemsa), etc. (célula de Gaucher, línea de Ullmann, tratamiento de Politzer, placa de Petri, agua de Alibour, aparato de Waldenburg".24

De Cuba, es válido recordar a los doctores Carlos Juan Finlay y Barrés con la "doctrina finlaísta", y a Joaquín María Albarrán y Domínguez con la "uña de Albarrán".

A pesar de que en esa Primera Jornada Latinoamericana de Hematología, efectuada en La Habana en la fecha acordada, el Dr. Béguez fue declarado ante Cuba y el mundo como el descubridor de la enfermedad "neutropenia crónica maligna familiar con granulaciones atípicas de los leucocitos", y de que los hematólogos latinoamericanos solicitaron su presencia como Invitado de Honor al evento; aún hoy suele divulgarse como síndrome de Chediak-Higashi ese raro cuadro clínico, y se desconoce la usurpación científica de la que fue objeto el ilustre pediatra cubano; fenómeno que limita el conocimiento de la exactitud histórica de lo acontecido.

Todavía en el Diccionario terminológico de ciencias médicas, editado en La Habana en 1984 y reproducido de la undécima edición española,25 aparece la "enfermedad de Chediak-Steinbrinck-Higashi" definida como: "anomalía familiar hereditaria de los hematíes y los leucocitos, con trastornos de la pigmentación cutánea, adenohepatosplenomegalia y complicaciones cutáneas y respiratorias, etc. Se observa en niños pequeños y es de pronóstico infausto."

Sin embargo, el Dr. Béguez no se menciona ahí, ni en las páginas destinadas a los síndromes ni en el lugar que le correspondería alfabéticamente como autor, por la letra B de su apellido.

Por otra parte, en las conclusiones del artículo escrito por M. Moisés Chediak21 "Nouvelle anomalie leucocytaire de caractère constitutionel et familial [New leukocyte anomaly of constitutional and familial character]", publicado en Revue d'Hématologie (Paris) 1952;7:362-7, este autor asevera no haber encontrado referencia bibliográfica alguna sobre esa afección (aunque lo dice con otras palabras), omitiendo intencionadamente el trabajo original editado 9 años antes en el Boletín de la Sociedad Cubana de Pediatría.13

Al respecto, en páginas precedentes se mencionan algunas de las causas que pueden obstaculizar o impedir la localización de información sobre determinado asunto y la accesibilidad a su contenido; pero si a ello se agrega la usurpación científica, entonces la búsqueda y recuperación se torna aún mucho más difícil.

El descriptor SÍNDROME DE CHEDIAK-HIGASHI fue introducido en el Medical Subject Heading en 1971, pero la denominación de la enfermedad como epónimo se atribuye al pediatra japonés Akira Sato,26 médico del Departamento de Pediatría de la Universidad de Tohoku, quien la propuso en 1955 por desconocer los hallazgos3 de los doctores Béguez César y William Steinbrinck, lo cual corrobora que los investigadores, según requieren la honestidad y el rigor científico, solo deben citar la bibliografía examinada por ellos y no la de segunda mano, pues el margen de errores puede ser alarmante.

Rubén Cañedo Andalia, especialista en información científica, expresa en su artículo "Los análisis de citas en la evaluación de los trabajos científicos y las publicaciones seriadas",27 lo siguiente:

   "La visibilidad de un trabajo es un factor determinante en el proceso de citación. Un trabajo es visible cuando el autor de otro relacionado con él, puede conocer de su existencia al menos de forma indirecta. Cuando un trabajo no es visible, es imposible considerarlo y, por tanto, evaluarlo. Su desconocimiento impide su uso y hasta la intención de acceso. De lo que se conoce se seleccionará aquello que parezca más adecuado con las necesidades del investigador o consumidor. La visibilidad, la accesibilidad y la disponibilidad influyen necesariamente en la conducta de consumo o utilización en un contexto determinado".

El traductor, médico y autor del Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina, Fernando Navarro,28 ofrece esta información:

   "Beguez-Cesar. Los médicos de habla inglesa escriben con frecuencia de forma incorrecta -- sin tilde y unidos por un guión, como si se tratara de dos médicos distintos -- los apellidos del pediatra cubano Antonio Béguez César (1895-1976) (sic)); p. ej.: Beguez-Cesar disease (síndrome de Chediak-Higashi, con más frecuencia que `enfermedad de Béguez César'; ¡nunca "enfermedad de Beguez-Cesar» ni «enfermedad de Béguez-Cesar"!)."

Durante el desarrollo de esta investigación, su autora comprobó que dicho error también es cometido por autores hispanohablantes, incluidos los coterráneos. No obstante, enumerar todas las inexactitudes descubiertas en la revisión bibliográfica efectuada, alargaría notablemente esta relación; de manera que solo se mostrarán las más representativas:

Baguez-Cesar, A. B. 1943. Neutoropenia cronica maligna familiar con granulaciones atipicas de los leucocitos. Bol. Soc. Cubbana Pediatr. 15: 900-922.

Además de lo expuesto por Navarro, en el ejemplo anterior fue sustituido el grafema e por a -- Baguez en vez de Béguez --, lo cual le convierte en otro autor; igualmente se incurrió en 3 gazapos en el título del artículo y en uno en las abreviaturas del nombre de la revista (indicados todos en cursivas, tanto en esta referencia como en las transcritas abajo).

Aunque en idiomas diferentes, las incorrecciones en las siguientes citas son muy similares:

• Mauri C, Silingardi V. [The B'eguez C'esar-Steinbrinck-Chediak-Higashi anomaly]. Recenti Prog Med. 1964 Dec; 37:577-612. [Article in Italian]

• Jannini P, Pintolima FX, Hubnerfranca H, Tricta DF, Tannos D. About 3 cases of leukocyte anomaly identical to that described by B'eguez-C'esar, Steinbrinck, Chediak, Higashi and Sato. Sangre   (Barc). 1963; 13:138-59. [Article in Spanish]

En distintos artículos revisados, también fueron encontrados otros dislates, y no solo en las referencias bibliográficas, a saber:

- Reiteradas incorrecciones en la denominación de la enfermedad descrita por el pediatra cubano.

- Diferentes variantes ortográficas en el nombre: Véguez, Begues, entre otros.

- Inversión en la escritura del nombre y primer apellido: César Béguez.

- Desconocimiento acerca de que el doctor Moisés Chediak era un hematólogo cubano. Generalmente se le adjudica la ciudadanía francesa; tal vez por el hecho de que publicara el artículo plagiado   en una revista francesa y en el idioma de ese país.

- Errores en la fecha de nacimiento del Dr. Antonio María Béguez César.

Como dato curioso, en uno de los textos publicados en 2009 se formula la siguiente aseveración: "El primer caso fue descrito en 1943 por Moisés Chediak". Craso error, sin duda alguna, pues además de que en esa fecha fuera descrita la enfermedad por Béguez, la autoría nunca correspondió a Chediak.

 

Citas de los artículos escritos sobre esta enfermedad por los cuatro autores mencionados (en orden cronológico)

1. Béguez César A. Neutropenia crónica maligna familiar con granulaciones atípicas de los leucocitos. Bol Soc Cub Pediatr. 1943; 15(12):900-22.

2. Steinbrinck W*. Über eine neue Granulatonsanomalie der Leukocyten.Deutsches Archiv für klinische Medizin (Leipzig). 1948; 193:577-81.

3. Chediak MM. Nouvelle anomalie leucocytaire de caractère constitutionel et familial. [New leukocyte anomaly of constitutional and familial character]. Revue d'Hématologie (Paris). 1952; 7: 362-   7. (artículo plagiado)

4. Higashi O. Congenital gigantism of peroxidase granules. The first case ever reported of qualitative abnormality of peroxidase. Tohoku J Exp Med. 1954 Feb 25; 59(3):315-32.

* W. Steinbrinck: Este síndrome también se asocia con el nombre de aquel médico alemán.

 

FRAGMENTOS DEL ARTÍCULO PLAGIADO

Se corrobora la omisión del hallazgo del Dr. Antonio María Béguez César13 en el artículo publicado por el Dr. M. Moisés Chediak21 nueve años después, lo cual este enfatiza en su trabajo en la revista francesa de la siguiente manera -- y que el lector puede comprobar en las páginas 362 (figura 3), 364 (figura 4) y 367 (figura 5) --:

Traducido al español:

Tuve la oportunidad de presentar las muestras al Dr. N. Rosenthal, de New-York, al Dr. M. Wintrobe, de Salt Lake City, al Dr. Osgrod, de Portland (Oregon); también las mostré en la reunión de la Academia Suiza de Medicina y de Profesores latinoamericanos, que se efectuó en Bâli en 1950, así como a los doctores E. Undritz, Gasser, de Zurich, y a H. Begemann de Fribourg, entre otros; todos fueron partícipe de mi sorpresa ante esta anomalía hasta entonces desconocida (1).

Traducido al español:

Los doctores Béguez César y Agustín Montero de Santiago de Cuba, donde vivió la niña, y a petición de los cuales hice el estudio de estas alteraciones, nos suministraron las informaciones clínicas y de laboratorio siguientes:

Traducido al español:

D. — En estos diez años no hemos observado nuevamente esas anomalías en nuestro país ni encontrado nada similar en la literatura.

 

ALGUNAS CONSIDERACIONES NECESARIAS

La revisión bibliográfica efectuada para recuperar los documentos probatorios de la verdad histórica sobre tan controvertido tema, así como los testimonios que ofrecieron personalidades autorizadas, permiten concluir, por un lado, que el artículo donde se describe el hallazgo clínico del Dr. Antonio María Béguez César resulta prácticamente invisible para las comunidades científicas nacional y extranjera y, por otro, que el plagio del que fue víctima el médico cubano, es ignorado por la mayoría de los investigadores.

Sobre ese asunto, y en fragmentos seleccionados para los lectores, el propio Dr. Antonio Béguez César escribió en sus memorias: "Odisea recorrida por la propiedad de una monografía médica hasta el reconocimiento de su verdadero autor" (figura 6, figura 7 y figura 8) -- texto inédito de los archivos personales de la familia Béguez López --.

Una versión de los detalles de ese fraude científico fueron publicados en la revista Cuba Internacional con el título "La peripecia de Béguez César".23

Sobre la base de los planteamientos anteriores, se estima prudente resumir algunas valoraciones sobre el tan debatido asunto:29

• El artículo donde se dio a conocer el descubrimiento, fue publicado en el Boletín de la Sociedad Cubana de Pediatría en la primera década del siglo pasado, cuando su tirada era entonces bastante   reducida.

• De esta publicación se conservan muy pocos ejemplares y solo en formato impreso.

• La mayoría de las bases de datos biomédicas utiliza los tesauros Medical Subject Heading (MeSH) y Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS), pero lo concerniente al hallazgo científico del   pediatra santiaguero no se recupera por esta vía, debido a que en el epónimo empleado se obvia el nombre de Béguez César como descubridor.

• Los errores cometidos en los elementos de la referencia bibliográfica del artículo sobre el descubrimiento del Dr. Béguez César, impiden que las técnicas de búsqueda y recuperación de la   información mediante palabras clave sean realmente efectivas (Baguez, Beguez-Cesar, B'eguez, C'esar, neutoropenia y otros).

Como parte de los resultados de esta investigación, el lector puede consultar el artículo original sobre el hallazgo (escaneado íntegramente) en la base de datos de la Bibliografía Médica Cubana (CUMED):

Id: 34778
Autor: Béguez César, Antonio María.
Título: Neutropenia crónica maligna familiar con granulaciones atípicas de los leucocitos.
Fuente: Bol Soc Cuba Pediatr; 15(12):900-922, 1943.
Resumen: Se relata por parte del Dr. Antonio Béguez César, los casos de tres niños de una familia en Santiago de Cuba entre los años 1933 y 1940, que fueron investigados y tratados por él, que padecían de una enfermedad que se caracterizaba por albinismo, nistagmus, estados febriles indeterminados, leucopenia, neutropenia, linfomonocitosis, así como presencia de granulaciones atípicas en los leucocitos y que a pesar del tratamiento morían. Se hace un estudio hematológico a la familia y con excepción de la madre, se encontraron en el padre y todos los hijos, leucocitos con granulaciones que por su tamaño, forma y número eran distintos de los conocidos hasta ese momento. Llega a la conclusión de que padecían de una enfermedad o entidad nosológica que llamó neutropenia crónica maligna familiar con granulaciones atípicas de los leucocitos y que se trasmitía por herencia directa o herencia similar de padre a hijos.

Resulta oportuno agregar que en 2011 Machín García et al30 comunicaron un nuevo caso de la enfermedad en la Revista Cubana de Hematología, Inmunología y Hemoterapia, publicado con el título: "Síndrome Béguez-Chédiak-Higashi. Comunicación de un nuevo caso en Cuba".

Finalmente, de acuerdo con todos los datos ofrecidos hasta aquí, que no han sido pocos ni de dudosa procedencia, considero que el descriptor de la enfermedad conocida como neutropenia crónica maligna familiar con granulaciones atípicas de los leucocitos, se denomine síndrome de Béguez-steinbriNck-Higashi, dado que el médico germano y tampoco el japonés, pudieron acceder al artículo del Dr. Antonio María Béguez César, publicado antes en el Boletín de la Sociedad Cubana de Pediatría, de alcance nacional, cuando presumiblemente en ninguna mente ingeniosa se estaba gestando aún la extraordinaria idea de crear Internet. ¡Qué diferente habría sido!

Para terminar, nada más pertinente que reproducir las palabras del Dr. Jorge Le Roy y Cassá en "Elogio del doctor Carlos J. Finlay";31 como parte de su discurso pronunciado en la sesión solemne de la Academia de La Habana, el 20 de agosto de 1918:

  "Podrán pasar por tiempos más o menos desconocidos, podrán luchar contra los embates de las enconadas pasiones de sus coetáneos, podrán sufrir un pasajero eclipse, a la manera que la nube que se interpone entre el sol y nuestra retina nos priva momentáneamente de los esplendores del astro rey, pero la luz que irradia la virtud y la ciencia, presto disipa la obscuridad que rodea a la ignorancia y a la maldad."

 

AGRADECIMIENTOS

Una investigación de cualquier naturaleza siempre nos pondrá en contacto con situaciones y gente de bien que formarán parte imprescindible en nuestras remembranzas, porque tiende a favorecer el establecimiento de fuertes vínculos afectivos con familiares, participantes y entrevistados, en cada etapa del largo proceso de indagación.

Por eso y más, agradezco a la familia Béguez López el permitirme acceder a sus archivos personales.

A los doctores Guillermo Amaro Ivonet, Hugo Torres Aldrich±, Lilian Jeanjaques Petell±, Melba Puzo Hansen, Enrique González Corona, Guillermo Vaillant Suárez±, Ana Navarro Lautén y Silvia Jústiz Hernández, quienes alentaron esta búsqueda desde sus comienzos.

A los doctores José Acosta Torres y Ernesto de la Torre Montejo, por enriquecer esta investigación con sus inestimables evidencias.

A los testimoniantes, por prestarme sus manos y sus voces para que yo pueda hablar, en este y otros espacios, sobre esta figura histórica, tan esencial para mí.

A mis compañeros de trabajo del Hospital Infantil Sur Docente y del Centro Provincial de Información de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba, a la red de bibliotecas de salud pública y de otros sistemas de información, así como al surgimiento de Infomed, Portal de la Salud de Cuba; elementos trascendentales para alcanzar los objetivos propuestos en esta pesquisa.

Y especialmente al Dr. Félix José Endi Felfli, por acompañarme en este sueño y, juntos, convertirlo en realidad; también porque su "Elegía"2 es la más bella biografía escrita en homenaje a su Padre y Maestro.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Fleitas Salazar CR. Medicina y sanidad en la historia de Santiago de Cuba: 1515-1898. Santiago de Cuba: Ediciones Santiago; 2003.

2. Endi Felfli FJ. Elegía al Dr. Antonio María Béguez César. MEDISAN. 2011 [citado 12 Jul 2007]; 15 (5). Disponible en: http://scielo.sld.cu/pdf/san/v15n5/san20511.pdf

3. Retureta AA, Retureta GC, Retureta JM, Papazian O. History and Art: Beguez-Steinbrinck-Chediak-Higashi Disease. International Pediatrics. 1996; 11:133-5.

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Recibido: 26 de noviembre de 2013.
Aprobado: 3 de diciembre de 2013.

 

 

María Antonia Peña Sánchez. Centro Provincial de Información de Ciencias Médicas, calle 5 nr. 51, entre avenida Cebreco y calle 6, reparto Vista Alegre, Santiago de Cuba, Cuba. Correo electrónico:ina@medired.scu.sld.cu

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