Introducción
La Organización Mundial de la Salud considera las enfermedades crónicas no transmisibles como el tercer problema de salud pública más importante en el mundo y el primero en América Latina; entre ellas figuran las entidades cardiovasculares, las renales, las neurológicas, las reumáticas, las respiratorias crónicas, el cáncer y la diabetes mellitus.1
En el año 2015 padecían diabetes mellitus (DM) 425 millones de personas de todo el orbe y, según se ha estimado, para el 2040 la presentarán 642 millones. De igual forma, más de 80 % de las muertes a causa de esta enfermedad se registran en países de ingresos bajos y medios.2
Tan solo en el continente americano, en el año 2000, ascendieron a 35 millones los afectados por DM, con 54 % que correspondía a América Latina y el Caribe, y se calcula que para el 2025 padecerán la enfermedad 64 millones de personas.3
En Cuba, de acuerdo con el registro nacional de dispensarización del 2013, en ese año existía una prevalencia de 53,7 personas diabéticas por cada 1 000 habitantes, con un predominio del grupo etario de 60-64 años y del sexo femenino.4
Desde finales de 1960 la DM se encuentra entre las diez primeras causas de muerte en Cuba. Al finalizar el 2012 hubo 2 251 defunciones, para una tasa ajustada de 11,6 por 100 000 habitantes, y en el 2018 fueron 2 378 las muertes, para una tasa ajustada de 10,2 por cada 100 000.5
En la provincia de Holguín se registró la tasa de prevalencia más baja del país en el año 2018, con 41,5 por cada 1 000 habitantes. Sin embargo, su población no está exenta de los efectos ocasionados por los malos hábitos dietéticos concatenados al marcado desarrollo tecnológico que experimenta el mundo, los cuales constituyen factores de riesgo relacionados con la aparición epidémica de la diabetes mellitus de tipo 2 (DM2).5
Sobre la base de los planteamientos anteriores, y con el objetivo de profundizar en este tema, se decidió realizar una investigación en pacientes diabéticos ingresados en el Servicio de Medicina Interna del hospital de Moa.
Métodos
Se realizó un estudio retrospectivo de pacientes con diabetes mellitus de tipo 2, ingresados en el Servicio de Medicina Interna del Hospital General Docente Dr. Guillermo Luis Fernández Hernández-Baquero, del municipio de Moa, en Holguín, de julio a noviembre del año 2018, a fin de caracterizarles según algunas variables clínicas y epidemiológicas. El universo estuvo conformado por los 178 pacientes ingresados por esta causa y la muestra quedó integrada por 96, cuyas historias clínicas fueron seleccionadas por muestreo aleatorio simple con ayuda del generador de números aleatorios del comando “análisis de datos” en Excel.
Las variables analizadas fueron edad, sexo, factores de riesgo asociados (hipertensión arterial, dislipidemias, obesidad, sedentarismo, antecedente patológico familiar, alcoholismo), complicaciones (enfermedad cerebrovascular, enfermedad vascular periférica, nefropatía diabética, entidades infecciosas, cardiopatía isquémica, retinopatía diabética, neuropatía diabética, otras) y estadía hospitalaria.
Como criterios de inclusión figuraron los siguientes: pacientes con diagnóstico definitivo de la enfermedad, que hubiesen estado ingresados en el Servicio durante el periodo de estudio y cuyas historias clínicas tuvieran la calidad requerida, con todo lo referente a las variables de interés. Se excluyeron los pacientes con diagnóstico de diabetes mellitus de tipo 1 y aquellos con DM2 que, por alguna razón, estuvieron ingresados bajo régimen ambulatorio.
Los datos extraídos de la fuente de información (historias clínicas) fueron recogidos en una planilla confeccionada a tal efecto, lo que facilitó la tabulación. El procesamiento estadístico se efectuó con el paquete Statistics Program for Social Sciences (SPSS) versión 20.0 (2011), empleando la distribución de frecuencias como medida de resumen y la prueba de independencia de la X2 para determinar la existencia de asociación entre variables, con un nivel de confianza de 95 %, a saber:
H0: Existe asociación entre las variables.
H1: No existe asociación entre las variables.
Asimismo, se estableció el siguiente criterio de decisión:
De lo anterior se explican sus componentes:
(: nivel de significación
(: grados de libertad, (k-1) (m-1)
m: número de columnas
k: número de filas
oij: frecuencia observada
eij: frecuencia esperada
n: tamaño de la muestra
La investigación se efectuó conforme a los principios de la bioética médica y la Declaración de Helsinki, y con la aprobación de los comités de ética y científico del Hospital.
Resultados
En la serie predominó el sexo femenino (58,3 %) sobre el masculino (41,6 %), en una prevalencia que aumentó con la edad, sobre todo en el grupo etario de 50 a 59 años, con 34,3 % (tabla 1).
En la tabla 2 se muestran los factores de riesgo asociados a la enfermedad según el sexo de los afectados, donde se evidenció que de forma general 63,5 % presentaba el antecedente patológico familiar (APF) de diabetes mellitus, seguido de la obesidad, con 54,1 %, especialmente en el sexo femenino (32,2 %), mientras que la hipertensión arterial primó en 50,0 % de los casos, sobre todo en las mujeres, con 28,1 %.
Se encontró que 47,9 % era aquejado por neuropatía diabética como complicación (tabla 3), mientras que 40,6 % padecía retinopatía y 33,3 % cardiopatía isquémica.
Al analizar la estadía hospitalaria (tabla 4), se halló que 41,6 % de los pacientes permanecieron hospitalizados entre 7 y 14 días, predominantemente aquellos que presentaron complicaciones, con 35,4 %.
Se evidenció, además, que mientras mayor fue el tiempo de afectación por la DM2, mayores eran las posibilidades de que aparecieran complicaciones. Así, de los 73 pacientes con complicaciones, un elevado porcentaje (50,6) tenía más 20 años padeciendo la enfermedad, en tanto 28,7 % la presentaba desde hacía 10-20 años y 20,5 % desde hacía menos de 10 años (fig.).
Se realizó un análisis de los pacientes con complicaciones y de los factores a los cuales estaban expuestos (tabla 5), con la utilización del SPSS (prueba de la X2), y se demostró que los pacientes expuestos a diferentes riesgos presentaron más complicaciones que los no expuestos (α = 0,01; Xcrit. 2 = 6,63; Xcalc. 2 = 7,36); el valor de Xcalc 2 soporta un nivel de significación de α = 0,0067.
Discusión
La diabetes mellitus de tipo 2 es, sin duda, una enfermedad metabólica que avanza paulatinamente con el tiempo, según se refiere en publicaciones sobre el tema,6,7 y aunque se presenta cada vez más en individuos jóvenes, es inevitable ocultar que los grupos más vulnerables continúan siendo los que pasan la mediana edad, lo cual se demuestra con los resultados de esta investigación.
Altamirano Cordero et al8 encontraron una mayor prevalencia del grupo etario de 40 a 49 años, con 22,7 %. De igual modo, en una encuesta realizada en Uruguay en el 20132) se observó que el grupo etario de 55 a 64 años era el más afectado, con 18,6 %, mientras que en un estudio efectuado en México, en el 2016,9 la prevalencia se incrementó exclusivamente en los adultos de 60 y más años, con 13,2 %, lo que se justifica en el aumento de los factores de riesgo asociados a la edad, específicamente de la obesidad y el sedentarismo.
En la actual serie primó el sexo femenino, lo cual coincidió con lo expuesto en un artículo10 realizado en Santiago de Cuba, donde 71,3 % eran féminas; dicho resultado se argumentó en los cambios metabólicos y hormonales que se producen por la reducción marcada de estrógenos ováricos en las mujeres mayores de 61 años.
Por otra parte, el antecedente familiar de diabetes mellitus, la obesidad y la hipertensión arterial (HTA) fueron los principales factores de riesgo asociados a los pacientes diabéticos del presente estudio.
Conforme a lo comunicado por Casanova Moreno et al,11 en Pinar del Río se halló un predominio de la hipertensión arterial en 80 % de mujeres diabéticas, en tanto 30,2 % eran obesas.
Igualmente, los resultados de este trabajo en cuanto a los factores de riesgo fueron muy parecidos a los de Miranda Pedroso,12 de Venezuela, quien obtuvo 57,27 % de antecedentes familiares de diabetes, 42,73 % de obesidad y 40,91 % de HTA.
La función de la herencia es incuestionable en la aparición de la diabetes mellitus de tipo 2, dado que esta enfermedad posee un fuerte componente genético.2 La concordancia de este trastorno en gemelos idénticos se sitúa entre 70 y 90 %. Los individuos con un progenitor afectado por DM2 poseen mayor riesgo de padecerla, pero si ambos progenitores presentan la entidad clínica, el riesgo en la descendencia puede alcanzar 40 %. Asimismo, se ha demostrado que muchos de los sujetos no diabéticos de la primera línea de parentesco de pacientes con DM2 presentan resistencia a la insulina debido a un menor uso de glucosa por el músculo esquelético.13
Se plantea que el tejido adiposo constituye una de las mayores glándulas endocrinas del organismo, que produce factores tales como resistina, interleucina 6, factor de necrosis tumoral alfa, entre otros, los que, a su vez, condicionan tanto la resistencia a la insulina como a la disfunción endotelial; ambos procesos influyen en el desarrollo de aterosclerosis y de HTA, y estas entidades conducen al daño vascular de los órganos. Por otro lado, la resistencia a la insulina provoca retención de sal y un aumento de la actividad del sistema nervioso simpático; fenómenos que incrementan la presión arterial y causan más resistencia a la insulina.4
Respecto a las complicaciones relacionadas con la DM2, los resultados concordaron con los de Guilarte Selva et al,14 quienes informaron 37,9 % de pacientes con polineuropatías y 30,3 % con retinopatías diabéticas. Sin embargo, Miranda Pedroso12 registró 52,7 % con retinopatía y 32,7 % con neuropatía, y Mónica Osuna et al15 comunicaron 68 % de pacientes con neuropatía diabética y 66 % con nefropatía diabética.
No cabe duda de que la afectación de los nervios periféricos suele ser proporcional al grado y la duración de la hiperglucemia y al tiempo de evolución de la diabetes mellitus. Se ha confirmado que las personas diabéticas que mantienen buen control sobre los niveles de la glucosa en sangre tienen una incidencia más baja de neuropatía diabética. La hiperglucemia produce deterioro de las envolturas (vainas) de mielinas y actúa directamente sobre el nervio periférico (glucotoxicidad) determinando manifestaciones de parestesias.12
Resulta lógico suponer que los pacientes diabéticos que presentan una o más complicaciones en el momento de su ingreso tengan una estadía de más de una semana, pues son los que necesitan variados exámenes complementarios en su estudio por el mal control metabólico, así como múltiples fármacos: hipoglucemiantes, vitaminoterapias, antibióticos, entre otros, con un tiempo para lograr sus efectos beneficiosos.
Según Osuna et al,15 los pacientes con mal control metabólico tuvieron una estancia hospitalaria mayor a 10 días (17,5 %) respecto al grupo con buen control metabólico (12 %). Otros autores, como Toledo et al,16 de Chile, comprobaron una estadía hospitalaria de 12,1 días en pacientes no diabéticos y de 22,8 días en los diabéticos. Por su parte, Espinosa Morales et al,17 de Perú, obtuvieron una prolongación de la hospitalización y una mayor morbilidad a causa del mal control metabólico.
Está demostrado que la diabetes mellitus de tipo 2 aparece de 15 a 20 años antes de que se produzcan manifestaciones clínicas de la enfermedad. En esta etapa ocurre una hipersecreción pancreática de insulina, que genera hiperinsulinemia y, finalmente, resistencia a esta hormona.18
En tal sentido, la presencia de alguna complicación poco tiempo después del inicio de una diabetes mellitus de tipo 2 no significa que sea una aparición temprana o precoz. Así, en una serie publicada por Hernández Yero et al,19 donde describen el seguimiento de la evolución de pacientes diabéticos por más de 15 años, se demuestra que a medida que pasan los años, avanzan las complicaciones. Los resultados del presente estudio coincidieron con los anteriores.
Se da por sentado que en los pacientes diabéticos que presentan factores de riesgo, sobre todo si existe asociación de varios, se produce un sinergismo con un fuerte efecto deletéreo sobre los órganos diana, lo que facilita la aparición de una o varias complicaciones.
Finalmente, los resultados de esta serie fueron similares a los de varios estudios sobre este tema, donde predominaron las mujeres diabéticas de mediana edad, el antecedente familiar de diabetes mellitus como factor de riesgo asociado y la polineuropatía como complicación de mayor impacto. Asimismo, se demostró que el tiempo de evolución de la diabetes y los factores de riesgo influyen en la aparición de complicaciones, las cuales indiscutiblemente alargan la estadía hospitalaria.