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Revista Médica Electrónica

versión On-line ISSN 1684-1824

Rev. Med. Electrón. vol.34 no.4 Matanzas jul.-ago. 2012

 

ARTÍCULO HISTÓRICO

 

Félix Varela: precursor del independentismo y la epidemiología hospitalaria en Cuba

 

Felix Varela: precursor of the independence ideas and the hospitalary epidemiology in Cuba

 

 

MSc. Ciria Zulema Cárdenas González,I MSc. Eneyda Secada Cárdenas,I Dr. Modesto Gerardo Cárdenas Torriente, II Lic. Zuleika Montes González,II Lic.Luis Secada CárdenasIII

I Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas. Matanzas, Cuba.
II Hospital Territorial Docente Pedro Betancourt. Jovellanos, Matanzas, Cuba.
III Dirección Provincial de Salud. Matanzas, Cuba.

 

 


RESUMEN

Félix Varela, fue hombre que se devela como precursor de variadas actividades, y no solo como patriota de ideas independentistas que legó a su patria los fundamentos de un pensamiento revolucionario radical, que tenía como centro la independencia y la abolición de la esclavitud, también se incluye entre los primeros de la epidemiología hospitalaria en Cuba. Con sus conocimientos, como observador no profesional de la medicina y de la dinámica hospitalaria, supo identificar las situaciones en que se asistían en un hospital de su época y proponer soluciones correctas para ellas.

Palabras clave: Félix Varela, independentismo, epidemiología hospitalaria.


ABSTRACT

Felix Varela was a man who has revealed as the precursor of many activities, not only as a patriot of emancipating ideas who bequeathed to his homeland the fundaments of the radical revolutionary thoughts, having as a center the independence and the slavery abolition, but he is also considered one of the beginners of the hospitalary epidemiology in Cuba. With his knowledge, as a no professional observer of the medicine and the hospitalary dynamics, he identified the situations that took place in the hospitals of his epoch and proposed correct solutions for them.

Key word: Felix Varela, independentism, hospitalary epidemiology.


 

 

INTRODUCCIÓN

 

Relevantes aspectos se han escrito acerca de la vida y obra de Félix Varela, sobre todo como máximo representante del movimiento independentista cubano de principios del siglo XIX, de sus ideas patrióticas, radicales y americanistas, así como contribuyente a la formación del sentimiento de amor a la patria y a la libertad.

En este trabajo se aborda, además, otra faceta poco divulgada del insigne cubano, y es sus consideraciones y aportes a la epidemiología hospitalaria y a la medicina.

Su legado es parte consustancial de la memoria histórica cubana, de ahí la motivación de realizar este sencillo trabajo y que confirma la sentencia de su mejor discípulo, José de la Luz y Caballero, cuando afirmó que mientras se piense en la tierra de Cuba, se pensará en quien nos enseñó primero en pensar.

 

DESARROLLO

 

El 20 de noviembre de 1788, en La Habana, nació quien sentó las bases del ideario patriótico independentista cubano: Félix Varela. Fue maestro, sacerdote católico, piedra angular en la forja del pensamiento y la cultura de la nación cubana.

En el Seminario de San Carlos y San Ambrosio, como joven profesor de Filosofía, cambió la interpretación de la sociedad. Enseñaba a sus alumnos que debían estudiar las ideas que se debatían en el mundo, para de ellas elegir lo que les servía para conocer e interpretar su realidad. Propiciaba en ellos la formación de una  conciencia propia, la que podía crear una nación diferente, sin las trabas coloniales y esclavistas que existían.

La patria, en el concepto de Varela, era el criollo, fuera blanco, negro o mulato, del español y del africano. Tenía profundo contenido popular, porque era de todos, sin establecer límites clasistas y raciales. El concepto de patriotismo lo formulaba como el deber de todos con la patria. Todas estas nuevas concepciones expresaban valores éticos y políticos en los que educó a sus alumnos.

Fue el primer pensador convencido de que España jamás aceptaría las demandas de los criollos, y por tanto, el reformismo estaba condenado a fracasar; asumió una posición revolucionaria, radical, al plantear la necesidad de la independencia como solución inevitable a los problemas de la Isla, que tenía el mismo derecho de las naciones europeas y americanas de esa época de constituirse como una república independiente y soberana.

En su acción política, se destacaron como principios fundamentales el preferir el bien común al individual, hacer solo lo que es posible hacer, no hacer nada en contra de la unidad de la sociedad y la independencia promovida por los propios cubanos, sin participación o ayuda extranjera cuando expresó: “yo soy el primero que estoy contra la unión de la Isla a ningún gobierno, y desearía ver la Isla en políticas como lo es en la naturaleza [...] En una palabra todas las ventajas  económicas y políticas están a favor  de la revolución hecha exclusivamente por los de casa, y hacen que deba preferirse a la que pueda practicarse con el auxilio extranjero”.(1)

En El Habanero, periódico que comenzó a publicar en 1824 durante su exilio en los Estados Unidos, para desarrollar su trabajo ideológico, aparecen los principios que conformaron el ideal político de Varela como: la conciencia de la necesidad de la unidad, de la propia fuerza y valores del pueblo para enfrentar la desunión, la falta de conciencia del destino común, el oportunismo político, la mentalidad mercantil y, sobre todo, la falta de patriotismo, y escribió: “Hasta ahora el pecado político casi universal de aquella Isla ha sido el de la independencia: todos han creído que con pensar en sus intereses y familias han hecho cuanto deben sin acordarse de que la suerte de la patria, será lamentable si no toman parte en ella los hombres que puedan mejorarla, y aun hacerla feliz”.(2)

La unidad fue un reclamo necesario en él y sentencia: “mientras los ánimos están divididos, el gobierno está seguro, o a lo mejor tiene más consistencia, pues en un país donde por desgracia hay una especie de población tan heterogénea como la isla de Cuba, se necesita de una unión mucho mayor que en otros pueblos para cualquier empresa política”.(3)

Su criterio de actuar según las circunstancias explica cómo en 1826 decidió dejar de publicar El Habanero, y advirtió que las condiciones existentes en la Isla no favorecían las ideas de la independencia y convencido escribió: “Es preciso no equivocarse. En la isla de Cuba no hay amor a España, ni a Colombia, ni a México, ni a nadie más que a las cajas de azúcar y a los sacos de café. Los naturales y los europeos radicados reducen su mundo a su Isla y los que solo van por algún tiempo para buscar dinero no quieren perderlo. Las demás provincias de América les dan lecciones muy amargas, y ninguno ha venido a la isla de Cuba a trabajar por largo tiempo, para perderlo todo en una revolución […]”(4)

No podemos dejar de referirnos a otro aspecto importante en el pensamiento de Varela, y es la problemática de la esclavitud. “Yo soy contrario a la esclavitud […] Yo trabajaría por suprimirla. Aprendí a odiarla desde niño, y no concibo la falacia sacrílega con que los hombres blancos pretenden someter al negro, afirmando que constituyen una raza maldita y embrutecida […] Le repito que no soy el hombre para ir a Cortes, no serviría los intereses espurios de comerciantes y hacendados, serviría a los de mi patria, y los de mi patria no son esos […](5)

A las Cortes de España llevó en 1822 su “Proyecto de decreto sobre la abolición de la esclavitud en la isla de Cuba” que no llegó a presentar. En este documento resaltaba que los negros y mulatos libres nacidos en Cuba eran tan cubanos como los blancos y que los esclavos eran seres humanos por lo que  tenían el derecho inalienable a la libertad y al respeto; escribió […] su preponderancia puede animar a estos desdichados a solicitar por la fuerza lo que por justicia se les niega, que es la libertad y el derecho a ser felices […](6)

Se manifiesta su posición humanista y el objetivo de eliminar el principal obstáculo para la creación de una sociedad verdaderamente nueva caracterizada por la libertad de todos sus componentes, la igualdad jurídica y la confraternidad ética.

Su obra está impregnada de un inmenso amor a sus semejantes y al suelo que lo viera nacer. Esta cualidad se traduce en servicios, que es lo mismo que ayudarlo a resolver los problemas que los aquejan para hacerle la vida más llevadera.

Su vocación de servicio lo motivó a incursionar en un terreno alejado habitualmente de su quehacer cotidiano, como fue diseñar, entre otras cosas, un sistema de purificación de aire para las salas de los hospitales. Fuente de preocupación de los médicos ha sido siempre el ambiente hospitalario. Hoy día es parte del contenido de trabajo de cualquier rama de las Ciencias Médicas comprendida dentro de la higiene y la epidemiología; esta última tiene una sección que trata solamente de los problemas hospitalarios y, entre ellos, adquiere una importancia capital el ambiente; integrado por las corrientes de aire que circulan por sus salas, quirófanos y demás dependencias que sirven de vehículo de propagación de gran cantidad de microorganismos que por su carácter microscópico pueden ser transportados por el aire y se mantienen en el ambiente.

Los hospitales y sus salas de ingreso, al tener variadas concentración de enfermedades —muchas de las cuales pueden ser infecciosas o con heridas infecciosas—, pueden transmitir al ambiente gran cantidad de microorganismos capaz de contaminar a otros enfermos o a las visitas. Por esto, el control ambiental es una parte muy importante de la epidemiología hospitalaria desde que surgió esta especialidad.

Es sorprendente cuando damos lectura a un artículo escrito por Varela bajo el título de “Indicaciones sobre la mejora de los hospitales en climas cálidos”, aparecido en la Revista del Repertorio Médico Habanero,(7) lo que podemos apreciar como un aporte significativo para los antecedentes de la epidemiología hospitalaria cubana y para la historia de la medicina. El autor diseña un aparato para purificar el aire de las salas y pasillos de los hospitales, y plantea que bajar la temperatura del aire, purificarlo y renovarlo eran los puntos más interesantes para la mejora de los hospitales y continúa dando sus consejos de cómo hacerlo al plantear que disminuir la temperatura del aire ello era posible al impedir la entrada de los rayo directos del sol y hacerlo pasar sobre una superficie, proponía poner en las ventanas una serie de bastidores que en un marco de madera, se le clavaran dos bayetas verdes, una por cada cara y el espacio entre ellas se rellenaría con pajas. Estas estructuras podían ser renovables, lavables e intercambiables.

Demuestra que el hecho de controlar la temperatura ambiental y mantenerla baja era importante, por sus observaciones de que, a más temperatura, sobre todo en los climas cálidos, las infecciones proliferaban. Dicho supuesto era importante en una época en que la teoría de la sepsis y su relación con las bacterias no estaba probada. Por eso podemos mencionar a Varela como uno de los precursores cubanos en el campo de la epidemiología hospitalaria y la lucha contra la sepsis.

Varela recomienda que se emplee su propuesta de equipo por cada seis camas, y mejor era si se adicionaba en todos los pasillos de las salas del hospital.

Para renovar el aire, aspecto sumamente trascendente, diseñó otro aparato para que el aire que se enrareciera por el calor de una lámpara pasara por un tubo a una caja que contenía cloruro de cal, señalando que en el patio debía colocarse otra caja más amplia conectada con tubos conductores del aire de las salas y que después de purificar ese aire dejarlo pasar al medio ambiente y así no dañaba a los pobladores de las regiones cercanas al hospital. Ese razonamiento lo lleva a ser una de las primeras figuras en plantear una medida ecológica de su tiempo. En este caso a preservar el ambiente del aire procedente de los hospitales que daban un servicio útil a la comunidad que lo rodeaba, por demás estaba proponiendo una medida de prevención o profilaxis de enfermedades.

Asombra aún más Varela, con las ideas que tenía acerca del funcionamiento de los hospitales, cuando se refiere a la necesidad de tenerlos bien provistos de ropa de cama y su cambio con frecuencia. Veía en el caso de un hospital el mayor auxilio para la cura de los enfermos y cómo convendría que los pisos de las salas estuvieran enlosados para conservarlos limpios y secos. Pero Varela lleva su humanismo más lejos al referirse a la no conveniencia de poner a muchos enfermos en un mismo salón, y escribió: “[…] el deseo de recibir muchos pacientes y de curar a muchos es a veces la causa de que mueran un tercio de ellos, siendo a mí ver una caridad muy mal entendida […]”

Aconsejaba, además, que debía preocuparse por evitar la tristeza de los enfermos colocando cortinas que los separaran, de modo que no se vieran entre sí, ni pudieran ser vistos por los que visitaban el hospital.

Y como justificándose, sin aquilatar la importancia de sus ideas para el futuro escribe: “[…] El deseo de hacer bien a mis semejantes me ha movido a aventurar estas indicaciones, que si no se creen realizables, servirán por lo menos para animar a otros que pensando sobre la materia, que por desgracia veo muy desatendida, presenten proyectos más felices”.

Así pensó y escribió Félix Varela, impulsor del desarrollo del movimiento científico cubano de su época; el que llevó a cabo una verdadera transformación en la educación cubana y abrió nuevas perspectivas para la vida cultural del país.

El padre, el presbítero que comenzó a impartir sus clases en español y no en latín, el que siguió el método de exposición dialogada, que permite debatir conceptos, e impartió clases experimentales de Física y Química; el mismo que estimulaba a los estudiantes para que pensaran por sí mismos, además de formar en ellos un sentimiento de nacionalidad.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 

1. Félix Varela. Escritos Políticos. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 1977.

2. García R. Cien figuras de la Ciencia en Cuba. La Habana: Editorial Científico-Técnico; 2002.

3. Hortensia P. Documentos para la Historia de Cuba. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 1977.

4. Portuondo MI. Historia de Cuba de 1492-2005. Selección de artículos y documentos. La Habana: Editorial Ciencias Médicas; 2009.

5. Torres-Cuevas E. Félix Varela, los orígenes de la ciencia y con-ciencia cubana. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 1995.

6. Valdés R. Diccionario del pensamiento martiano. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 2002.

7. Varela F. Indicaciones sobre la mejora de los hospitales en climas cálidos. Rev Repertorio Médico Habanero. 1841 Mar;1(5):68-71.

 

 

Recibido: 12 de Mayo de 2012.
Aceptado: 16 de Junio de 2012.

 

 

Ciria Zulema Cárdenas González. Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas. Matanzas, Cuba. Carretera Central, kilómetro 101. Matanzas. Cuba.

 

 

CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO

Cárdenas González CZ, Secada Cárdenas E, Cárdenas Torriente MG, Montes González Z. Félix Varela: precursor del independentismo y la epidemiología hospitalaria en Cuba. Rev Méd Electrón [Internet]. 2012 Jul-Ago [citado: fecha de acceso];34(4). Disponible en: http://www.revmatanzas.sld.cu/revista%20medica/ano%202012/vol4%202012/tema12.htm